El hombre equivocado Memoria e identidad son los temas sobre los que no cesa de volver este thriller que combina una buena cuota de misterio y otra de acción. Ambientada en Berlín, es una producción que reúne estrellas de diversas nacionalidades, en un euro-pudding muy a la orden del día. El doctor Martin Harris (Liam Neeson) llega a la ciudad alemana para asistir a un congreso de biotecnología y, tras un espectacular accidente, encuentra que su lugar ha sido ocupado por un impostor y que su propia esposa no lo reconoce. A partir de ese estado de confusión, el hombre sin papeles, sin pertenencias, con su sola y debilitada memoria, procurará desesperadamente que reconozcan su identidad perdida, aunque los indicios estén en su contra. ¿Es todo consecuencia de la amnesia vivida tras el estado de coma en el que permaneció durante cuatro días? ¿Quién es realmente Martin Harris? ¿Se ha armado una conspiración para sacar rédito del lugar privilegiado que habría de ocupar en el congreso? Estas son las preguntas que sospecha el espectador y que se hace el protagonista, mientras todas las puertas se le cierran y su vida corre peligro, sin que pueda explicarse el porqué. El director catalán Jaume Collet-Serra (La casa de cera, La huérfana) ha dirigido con agilidad este film menor, pero que no decepcionará a los amantes del cine de acción. Cuenta con buenas dosis de lo habitual: misterio, paranoia, escenas de persecución en auto, accidentes, explosiones, lucha física, espionaje, etc., en una Berlín nevada bellamente fotografiada por el español Flavio Labiano. Tras su consagración en la serie Mad Men, January Jones parece destinada a los roles de esposa de, esperemos que no sea ese su único destino. El irlandés Liam Neeson sostiene con su pericia y toda su corporalidad la intriga y desesperación de ese personaje que recuerda en parte su participación anterior en Búsqueda implacable. Dos personas saldrán en su ayuda: una inmigrante ilegal (la alemana Diane Kruger) y un detective privado, ex agente de la Stasi (un envejecido Bruno Ganz), quien vive orgulloso de sus recuerdos. Inevitable recordar La vida de los otros, sobre todo porque la contraparte científica del doctor Harris está actuada por Sebastian Koch, quien fuera coprotagonista en aquella película. Un guión evocador de Alfred Hitchcock, con varios giros y vueltas de tuerca, donde nada es lo que parece, posee unos cuantos agujeros negros y cabos sueltos. Pero también algunas perlas, como la ambivalencia o ambigüedad de valores, el rol de heroína en la piel de una ilegal y, sobre todo, el personaje árabe que resulta ser un benefactor de la humanidad. Para los cinéfilos, el momento más interesante tal vez sea la escena entre Bruno Ganz y Frank Langella, un duelo entre dos veteranos que encarnan dos tipos de espionaje: el político y el científico.
Recuperando la consciencia Siguiendo la senda de Búsqueda implacable (Taken, 2008) el actor irlandés Liam Neeson se posiciona como un héroe de acción sólido y maduro en Desconocido (Unknown, 2011), un thriller impecable planteado como un rompecabezas cuya mejor virtud es la distribución de sus piezas para construir el suspenso. El doctor Martin Harris (Liam Neeson) llega a Berlín con su esposa para dar una conferencia en un congreso de biotecnología pero un accidente lo deja en coma y al despertar, sin identificación alguna, su memoria queda fragmentada y deberá descubrir su identidad y el motivo por el que es perseguido por un grupo de asesinos. Dirigida por Jaume Collet-Serra (La Huérfana) el filme juega en la desesperación de su protagonista por saber quién es. Pero lejos de plantear un conflicto de índole existencial, Desconocido despliega todas sus armas en arte del suspenso y la acción a cargo de su protagonista y con el pulso narrativo de su realizador. La producción está a cargo de Joel Silver productor de clásicos del cine de acción como Arma Mortal (Lethal Weapon, 1987) y Matrix (1999). La trama por momentos tiene puntos de contacto con el filme de Roman Polanski interpretado por Harrison Ford en 1988 Búsqueda frenética (Frantic), por plantear un misterio que envuelve a un personaje de origen americano en una ciudad ajena y hostil. Los alemanes Bruno Ganz (La caída), Sebastian Koch (La vida de los otros) y Diane Kruger (Bastardos sin Gloria) y los norteamericanos Frank Langella (Frost / Nixon) y Aidan Quinn (Leyendas de pasión) entre otros, conforman el gran reparto que acompaña a Liam Neeson en la película. Hacía tiempo que el cine de súper acción necesitaba un héroe acorde a los tiempos que corren. Terrenal, no adolescente, que se valga sólo de su fuerza e inteligencia para suplir al destino. Liam Neeson parece conseguir dar a la perfección con ese rol siendo, ni más ni menos, el héroe que estábamos esperando.
Dudar hasta de uno mismo Thriller con mucho misterio, angustia y dudas de identidad. Gran actuación de Liam Neeson. Algunos podrán decir -dirán, con razón- que algunos vuelcos de Desconocido no son verosímiles, que ciertas puntadas se pierden en el vacío, incluso que sus recursos fueron usados. Hitchcock ya lo hizo todo y mejor: es cierto. Pero también hay que aclarar, sin prejuicios hacia el entretenimiento, que este thriller protagonizado con categoría por Liam Neeson -capaz de transmitirnos angustia, ansiedad, intriga- nos propone y permite un goce clásico, primario: el de distraernos del mundo a puro misterio y acción, con una película bien pensada, resuelta y actuada. ¿Qué más pedir, si se busca divertimento? El realizador catalán Jaume Collet-Serra ( La casa de cera , La huérfana ) nos propone un filme de identidad o de pérdida de ella. Neeson interpreta a un científico estadounidense que llega a Berlín con su esposa (January Jones) para un congreso de biotecnología. Antes de entrar en el hotel, él nota que se olvidó una valija en el aeropuerto: toma un taxi y para volver ahí. En ese viaje, sufre un terrible accidente que lo deja en coma. Al recobrar la conciencia, cuatro días después, con su memoria inundada de lagunas, nota que su mujer no lo reconoce y que otro hombre -que parece saber más de su vida que él mismo- tomó su identidad. Ese estupor, ese extravío, esa intriga, ese terror a lo cotidiano cuando se vuelve extraño (sobre todo si se trata de uno mismo, no sólo del mundo circundante) imantan al espectador a pura empatía. Collet-Serra y Neeson nos otorgan el punto de vista del protagonista, que empieza a dudar de sí. Pero pronto, un ataque de desconocidos lo convence de que no está loco, de que tiene que haber una lógica. En medio de una ciudad ancha, nevada y ajena -que le suma angustia y belleza a la historia- los aliados del científico devenido marginal serán otros marginales. Otros héroes antiheroicos: una inmigrante ilegal (Diane Kruger) y un ex espía de la Stasi, servicio secreto de la desaparecida Alemania Democrática (Bruno Ganz). Habrá giros esperados e inesperados, persecuciones logradas, espionaje, pero, sobre todo, la infinita desesperación y la paranoia del protagonista, que recuerda a la de grandes personajes de Roman Polanski. La interpretación de Neeson está bien secundada: por los actores nombrados y por otros, como Sebastian Kock ( La vida de los otros ) o Frank Langella. Neeson actor está amparado, mientras su personaje, el doctor Martin Harris, sufre un atroz desamparo.
Demasiados giros innecesarios y escaso rigor en una historia improbable A partir de una distracción y un accidente, Desconocido pone en juego desde el principio una intriga que ha de sufrir infinidad de giros e irá enmarañándose cada vez más con el único fin de alimentar el suspenso, sin ahorrar rebuscamientos ni incongruencias y, lo que es más grave, sin poder dar al complicado armazón una salida satisfactoria. La distracción sucede a la salida del aeropuerto de Berlín, cuando un experto en biotecnología que debe asistir a una conferencia internacional olvida cargar en el taxi un maletín colmado de documentos, incluidos los personales. El accidente sucede un poco después: cuando el hombre percibe su falta, corre a recuperarlo y termina siendo víctima de un catastrófico accidente que lo deja en coma cuatro días, al cabo de los cuales vuelve en sí sólo para comprobar que nadie -ni su esposa ni sus colegas- lo reconocen, y que alguien ha ocupado su lugar y se ha apoderado de su identidad. Desde entonces, le costará establecer si es él quien ha perdido la razón o si ha sido víctima de una gigantesca conspiración cuyos objetivos ni siquiera sospecha. Solo, en un país extraño y con el exclusivo apoyo de una bosnia indocumentada y un ex agente de la stasi convertido en detective, intentará desentrañar el misterio, lo que obliga a un Liam Neeson bastante maduro a esforzarse en escenas de acción, batirse a golpes con villanos notoriamente más jóvenes, participar de improbables persecuciones por todo Berlín y, sobre todo, tomar en serio cuanto despropósito acumula la afiebrada imaginación de los libretistas, empeñados en sumar sorpresas aunque en el camino queden montones de cabos sueltos y la credibilidad se haga humo. El desfile de personajes incluye a un generoso príncipe oriental, fanáticos que quieren asesinarlo, científicos filantrópicos, organizaciones secretas donde revistan antiguos verdugos de cara torva, y una red de asesinos aptos para todo servicio. El tema de la identidad, que al principio parece central, es esta vez apenas la excusa para un thriller que parece venido de los tiempos de la guerra fría, pero ni siquiera llega al nivel de las menos logradas aventuras de 007.
Intriga berlinesa Típico thriller de pistas falsas y cartas marcadas, Desconocido es una de esas películas que exigen una radical suspensión de la incredulidad. Pero la suspensión de la incredulidad no es algo que corresponda exigir. Si el espectador accede a ello, es por confiar en que a cambio le permitirán participar del juego. Y difícilmente una película que no asume su carácter lúdico lo haga. Algo así como una mala versión no acreditada de la reciente Agente Salt, Desconocido trabaja sobre presupuestos tan disparatados como los de aquélla. Pero lo hace queriendo reescribir a Rocambole con la seriedad de un tratado sobre la identidad humana, intentando disfrazarse de Hitchcock en el camino. La tierra de perdición (de la identidad) no es esta vez el norte de Africa, como En manos del destino, o París, como Búsqueda frenética, de Polanski, sino una Berlín que más parece un infierno helado. Hasta allí llegan el eminente botánico Martin Harris (Liam Neeson) y su esposa Liz (la gracekelliana January Jones, esposa de Don Draper en la serie Mad Men). El para participar de una conferencia internacional de biotecnología, ella para acompañar al maridito. Hay un accidente, una confusión mental producto del shock, el trauma psicológico ocasionado por una esposa que dice no reconocer a su marido. Pero sí lo hace con un desconocido (Aidan Quinn), que asegura ser el verdadero Dr. Harris. Con el ego por el piso, Neeson intentará recuperar su cascoteada identidad, con ayuda de una solícita taxista que resulta ser refugiada bosnia (la alemanísima Diane Kruger) y de un detective local, ex agente de la Stasi tirando a depresivo (desde que se pegó un bigote en La caída, el suizo Bruno Ganz parecería representar lo alemán para Hollywood). Como un Orfeo sin su Eurídice, el héroe descubrirá que nadie de quienes lo rodean resulta ser quien él creía. Ni siquiera él. Como en Agente Salt, hay una gran conspiración política detrás de todo esto. El magnicidio al que se aspira no es en esta ocasión el del mismísimo presidente de los Estados Unidos, sino el de un príncipe saudí “progresista” (¿?) que, en alianza con un científico alemán la mar de políticamente correcto, quiere detener el hambre de la humanidad mediante una nueva y “revolucionaria” clase de maíz. Los asesinos de elite no son esta vez autómatas a los que la URSS les haya lavado el cerebro, sino algo más tímido e impreciso: sobrevivientes de una organización secreta de la Segunda Guerra. Mientras que Agente Salt se asumía como ficción pulp, elevando a la enésima el componente folletinesco, la culposa Desconocido intenta disimularlo todo el tiempo, travistiéndose de seria. A esa seriedad inconveniente contribuye enormemente Liam Neeson. El realizador catalán emigrado Jaume Collet-Serra, que había hecho gala de ludismo gore en La casa de cera, da aquí un paso atrás. Con el gran Frank Langella desperdiciado en un papelito de cinco minutos, la rubia Jones justifica aquí, con su sosera, que en la serie de HBO Don Draper ande de cacería con cuanta pollera se le cruza.
Después de ver a un soberbio Liam Neeson en Búsqueda implacable (Taken) y la película anterior de este director (La huérfana), de Desconocido yo esperaba un poco más. La historia es buena, y será inevitable pensar en un personaje similar que ya tuvo su trilogía. Pero lejos está de tener la misma altura. Liam Neeson se banca muy bien su personaje, y está bien secundando. La película tiene algunas escenas de persecuciones muy buenas, y sin lugar a dudas Berlín también es protagonista de la historia. Pero como contra es que en los últimos 30 minutos hay algunas situaciones que por no quedar bien resueltas o planeadas, no ayudan al balance final de la película. Da la sensación de que no las supieron cerrar bien y lo mismo pasa con algunos personajes. Dejando esos minutos finales, que si se hubieran cortado a la mitad le hubieran dado buena fuerza a la película, la película cumple en su propósito de ser una película de suspenso. Lejos está de ser lo mejor de Neeson y quienes vayan a ver la continuidad de Taken se llevarán un chasco. Pero para ser una película de sábado a las 20, y luego una cena, no está mal. Si le hubieran pulido bien el guión, sería mucho mejor el resultado. Pese a eso, se deja ver.
Liam Neeson se copó últimamente con las persecuciones y los tiros en el cine y parece que no lo para nadie. De hecho, tiene varios proyectos dentro de este estilo programados entre sus próximos trabajos. Desconocido es esa clase de película como El centinela (con Kiefer Sutherland) que a lo mejor no es un gran éxito de taquilla en el cine, pero después la rompe en el video club y siempre está alquilada cuando la vas a buscar. El director Jaume Collet-Serra después de ingresar en Hollywood con filmes de terror como La casa de cera y La huérfana incursiona en el suspenso con un film que logra entretener principalmente por la presencia de Neeson. Un gran actor quien siempre se disfruta en cualquier género, pero en el último tiempo le encontró la vuelta a estos personajes y parece él se enganchó bastante a juzgar por los proyectos que viene eligiendo. La historia comienza con una muy buena premisa que se mantiene interesante hasta los momentos finales donde descubrimos más cosas del personaje principal. A mí por lo menos no me terminó de cerrar del todo la resolución de la historia. No puedo dar más detalles sin arruinarles la película. De todas maneras, el director construye bien el misterio y el film tiene muy buenos momentos con las participaciones especiales de Bruno Ganz y Frank Langella. Desconocido está bien hecha y tiene muy buenos actores que hacen que la película se disfrute más allá que la historia no sea un thriller memorable.
La felicidad del cine de género Ese maravilloso y marginal director llamado André De Toth construía en el año 1953 una de las gemas más hermosas del cine de terror de esa década llamada Terror en el Museo de Cera con el gran Vincent Price que hacía de las suyas. Hubo que esperar más de cinco décadas para poder ver una remake de esa película, que se llamó La Casa de Cera (convengamos que ambas se llamaron originalmente House of Wax), que finalmente vio la luz en el año 2005 y resultó la opera prima del catalán Jaume Collet-Serra. Podemos definir a esa versión simplemente como una buena película de género, y a eso parece querer dedicarse Collet Serra, a hacer cine de género, a navegar por convenciones narrativas, a ser un artesano de lo placenteramente conocido. Su viaje por los géneros continuó con la película deportiva Goal II: Living the Dream y el perturbador thriller La Huérfana, una de las sorpresas del año 2009. Con Desconocido, Collet Serra vuelva al thriller pero esta vez al thriller del más puro estirpe hitchckoniano. El Dr. Martin Harris (un Liam Neeson que luego del éxito de Búsqueda Implacable parece haber relanzado su carrera) asiste a una convención en Berlín junto con su esposa (January Jones), cuando sufre imprevistamente un accidente y posteriormente es despojado de todo, hasta de su identidad. Collet Serra remite al Hitchcock de El Hombre Equivocado, donde el músico interpretado por Henry Fonda pasa de tener una vida acomodada a perder todo en un instante, acusado falsamente de un delito que no cometió. En Desconocido, Martin Harris comienza una búsqueda, una reconstrucción de su identidad recorriendo Berlín (Collet Serra se ocupa de mostrar un bello registro documental de la ciudad), acudiendo a la conductora que manejaba el taxi con el cual se accidentó (la bella Diane Kruger) y a un investigador privado (Bruno Ganz) que le ayude a recuperar lo perdido. La película muestra lo mejor de la convención del género: persecuciones de asesinos, corridas automovilísticas por la ciudad, tiroteos, peleas cuerpo a cuerpo, la aparición de un enigmático personaje (el enorme Frank Langella), el cual se encuentra con Neeson en el aeropuerto en un plano antológico: mientras vemos en primer plano al personaje de Neeson que acaba de recuperar algunas pistas de su pasado aparece Langella en profundidad de campo, mientras asciende en una escalera mecánica hacia donde está el personaje y, aún más atrás, en un tercer campo de acción, vemos despegar un avión. Collet Serra construye significado en un plano: el personaje asediado por alguien que asciende del infierno mientras la escapatoria (el avión) se ve imposibilitado, a lo lejos. Estas construcciones cinéticas le dan riqueza al cine de género y hablan de un director astuto, perspicaz que, más allá de conocer los códigos, pretende tener estirpe de narrador. Langella y Ganz tienen un diálogo antológico, caricaturesco, cargado, que remite a la alegría del cine de espías. Collet Serra es un director juguetón, que se divierte y evidentemente disfruta navegando por los géneros cinematográficos, algo que podemos ver en ese final libre y clásico, lleno de felicidad cinematográfica, esa felicidad que nos hace volver a las salas una y otra vez y nos ilusiona con poder seguir viendo películas de este tipo en las carteleras.
Las ironías de la memoria La nueva obra del talentoso Jaume Collet-Serra lo ubica en una posición inmejorable dentro del Hollywood contemporáneo, siempre repleto de asalariados que en última instancia demuestran ser incapaces de redondear una propuesta en verdad interesante: lo que el catalán hizo con el slasher en La Casa de Cera (House of Wax, 2005) y con el suspenso en La Huérfana (Orphan, 2009), aquí lo repite con el thriller de espionaje en la maravillosa Desconocido (Unknown, 2011), otro ejemplo del camino que debería transitar el cine de género. Concretamente nos referimos a una estrategia orientada a trabajar la tensión narrativa desde un registro realista, dinámico, cauteloso y con explosiones aisladas de furia. En un principio la historia parece seguir los pasos de Búsqueda Frenética (Frantic, 1988) de Roman Polanski para rápidamente virar hacia un cóctel muy lúcido de Intriga Internacional (North by Northwest, 1959), El Hombre que Sabía Demasiado (The Man Who Knew Too Much, 1956) y algunos leitmotivs extraídos de la trilogía del inefable Jason Bourne. El Doctor Martin Harris (Liam Neeson) y su esposa Elizabeth (January Jones) llegan a Berlín por primera vez para una conferencia sobre biotecnología pero la estadía resulta un tanto difícil debido a que se olvidan la valija con los pasaportes en el aeropuerto y encima el señor termina en coma en un hospital producto de un accidente automovilístico. Grande será su sorpresa cuando al despertar descubra que padece amnesia parcial, su mujer no lo reconoce y otro hombre ha asumido su identidad. Con la asistencia de Gina (Diane Kruger), la taxista que le salvó la vida, y Ernst Jürgen (Bruno Ganz), un investigador privado y ex miembro de la Stasi, hará todo lo posible para recuperar su pasado y eventualmente enfrentar a un dúo de sicarios implacables que no dejan de perseguirlo. Como puede apreciarse el elenco aglutina apellidos de renombre de distintas nacionalidades en un ensamble que funciona a la perfección dentro de los parámetros clasicistas del guión de Oliver Butcher y Stephen Cornwell a partir de una novela de Didier Van Cauwelaert. Si bien se agradecen las pequeñas participaciones de Frank Langella y Sebastian Koch, de nuevo el que se lleva las palmas a pura serenidad y eficacia es Liam Neeson: el protagonista ayuda al director a asentar el verosímil en un espíritu retro que incluye un desarrollo progresivo del enigma principal, una puesta en escena meticulosa, mucha profesionalidad en los rubros técnicos y un puñado de elaboradas secuencias de acción. Collet-Serra esquiva el facilismo del torbellino hiperquinético y construye en cambio una pesadilla acerca de las ironías de la memoria con una vuelta de tuerca final a la Alfred Hitchcock que en términos prácticos homenajea a aquellos queridos MacGuffins del inglés.
Jason Bourne de la Mediana Edad. Alguien recuerda el momento que el mundo del cine decidió que Liam Neeson era un héroe de acción? Empezó con Qui-Gon Jinn en Star Wars Episode I ? Acaso es culpa de Christopher Nolan por hacerlo un maestro ninja en Batman Begins? Cual fuera la respuesta o quien fuera el responsable, los fanáticos del genero estamos simplemente agradecidos. Sus películas no serán las mejores, pero Liam como protagonista siempre trae su carisma y presencia a las pantallas. Es un hombre de verdad, con la edad y la experiencia para probarlo. Lamentablemente, a veces la película alrededor de su persona no lo acompañan de la mejor manera. Este es el caso de Desconocido. Un thriller demasiado familiar que tiene pocas sorpresas o sobresaltos. El Dr. Martin Harris y su esposa Liz (January Jones, de Mad Men) acaban de arribar a Berlin para una importante conferencia sobre Bioquímica, adonde Martin es orador y se encontrara con un colega a punto de anunciar un descubrimiento revolucionario. Tras darse cuenta que se olvidaron un maletín importante, Martin intenta regresar a el aeropuerto para recogerlo, en el camino, un accidente automovilístico lo deja en coma por cuatro días y un severo caso de amnesia. Al despertar, Martin intenta regresar a su vida usual. Contactar a su mujer y regresar al hotel donde se estaban alojando. Solo para descubrir que un hombre distinto ocupa su lugar, demostrando todas las credenciales correctas, historias, recuerdos, documentos y hasta fotos familiares. Cada intento del Dr. Harris de probar su identidad lo lleva a mas callejones sin salida y las respuestas equivocadas. Hasta que es víctima de un intento de asesinato y ahí empieza a pensar que quizás hay mas detrás de este malentendido de lo que parece. En el camino a recuperar su identidad, Martin es ayudado por un par de pintorescos personajes, como la taxista con la que sufrio el accidente original (la siempre bella Diane Kruger) y un ex agente de la Stassi, Jurguen (un espectacular Bruno Ganz) que intentaran develar el misterio de quien es Martin Harris. La historia tiene un twist que obviamente no voy a revelar, pero que para el que vio muchas películas del genero, no le sera nada difícil adivinar desde los primeros minutos de la cinta. Hablando de esos primeros minutos, es realmente adonde el film funciona menos. Realmente tarda unos 45 minutos en que pase algo interesante o se ponga en movimiento la trama de una manera mas movida. Los que esperen ver una película similar a Taken (créanme, los productores quieren hacerles creer esto, sino comparen los posters de las películas), serán defraudados con el nivel de acción de la cinta. Liam Neeson no arranca a lastimar gente hasta los últimos 10 minutos de la cinta. Con solo una espectacular persecución automovilística en el medio del film como la mejor escena de acción, el resto del film se maneja como un thriller mas convencional y depende de giros de la historia y misterios para mantener la atención del publico. Lamentablemente nunca logra tener mucho para ofrecer a nivel de tensión o misterio. Solo una espectacular escena entre Bruno Ganz y Frank Langella, los cuales demuestran con un sutil intercambio de dialogo por que son los actores que son. La dirección nunca esta mal, quizás el problema del film reside en la edición y el largo del mismo. Con unos retoques y un par mas de escenas de acción en el medio, podría ser una interesante opción. El director Jaume Collet-Serra venía de un prometedor exponente del terror, la genial Orphan. Esperemos que su próxima cinta vuelva a esas promesas de grandeza. Desconocido no es una mala opción para pasar dos horas dentro de un cine. Y Liam Neeson siempre es una gran presencia, pero nunca llega a ser algo mas que eso. El mayor problema es que la historia es terreno bastante conocido.
Búsqueda frenética El catalán Colet-Serra parece tener predilección por las historias que van en una dirección y luego, drásticamente, cambian de rumbo. Lo hizo bastante bien en "La Huérfana" y ahora lo hace mejor en "Desconocido", aunque la temática de la pérdida de identidad en medio de una intriga es algo harto visto. El Dr. Martin Harris (Liam Neeson) llega a Berlín con su esposa, pero antes de ingresar al hotel se percata de que olvidó su maletín, con el pasaporte adentro, en el aeropuerto. Sin avisar a su mujer, que está haciendo el check in en el hotel, Harris toma un taxi para regresar por el maletín. En el camino sufre un accidente de tránsito que le provoca un traumatismo que lo deja cuatro días en coma en un hospital. Al despertar va en busca de su esposa pero ésta no lo reconoce. Más aún, ella está con otro hombre también llamado Martin Harris. La crisis de identidad no tarda en aparecer, y el Dr. harris comienza a dudar, empieza a considerar la locura, pero la memoria no le falla del todo y trata de atar cabos. Desde el comienzo el clima es inquietante, Neeson impone su oficio y en cada gesto transmite las tribulaciones de su personaje, pero el director no consigue ir más allá. La sombra de Hitchcok se impone y hace que se espere más de esta propuesta. En el elenco se destacan dos figuras de lujo: el alemán Bruno Ganz ("La Caída") y Frank Langella, quienes comparten una escena clave dentro del filme, mientras el resto cumple correctamente. El cambio de registro hacia el final de la historia es algo brusco, repentino, y toda ilusión de originalidad para resolver la trama se pierde por completo, por lo que "Desconocido" no alcanza a ser lo que insinuaba en su primera mitad, pero cumple como un correcto filme de suspenso y acción.
Coproducida por seis países, la mitad de Europa, y dirigida por el catalán, Jaume Collet-Serra (“La casa de cera”, “La huérfana”), “Desconocido” (“Unknown”) no disimula que se trata en el fondo de un producto comercial norteamericano, pese a la presencia de varios actores europeos necesarios a su ambientación en Berlín. La capital alemana es la que más luce en este largometraje filmado hace exactamente un año, cuando transcurría coincidentemente su anterior Festival de Cine. Quien esto escribe puede dar fe de ello, ya que una tarde en que circulaba accidentalmente por la Oranienburgerstrasse (que antes de la caída del muro pertenecía a Berlín Oriental) se topó con un equipo de filmación. De golpe aparecieron Liam Neeson y Diane Kruger entrando a una famosa discoteca (Tacheles), escena que repitieron varias veces y que aparece (para alegría de este cronista) en la versión final del film, recién estrenado en forma simultánea en Estados Unidos, Alemania y Argentina. “Desconocido” es el tipo de thriller donde no conviene develar demasiado al espectador. Basta con señalar que Neeson interpreta al Dr. Martin Harris, un científico especializado en biotecnología que llega con su esposa Liz (January Jones) para hospedarse en el famoso Hotel Adlon, donde tiene lugar un congreso internacional. Claro que uno ya está ansioso por saber cuándo le tocará aparecer a Diane Kruger, la otra actriz importante del reparto. La espera será corta ya que Harris volverá al aeropuerto, al haber olvidado un maletín, siendo la joven actriz alemana la taxista (nacida en Bosnia) que lo transportará. La siguiente escena, una de las tantas con persecuciones de autos, será espectacular ya que el Mercedes Benz en que viaja caerá al agua, pero la chica logrará salvarlo y que transporten al científico a un hospital. Allí permanecerá durante cuatro días en coma, para luego despertar aunque con problemas en la memoria. Su esposa no lo reconocerá al volver al hotel, estando además acompañada de otro señor que dice también ser el Dr. Harris. De allí en más entrarán en escena varios otros personajes como un ex agente de la Stasi, interpretado por Bruno Ganz, otro científico, rol a cargo de Sebastián Koch (“La vida de los otros”) y un supuesto amigo que viene en su ayuda de los Estados Unidos, papel a cargo de Frank Langella. A medida que avance la trama se irá revelando que existe todo un plan detrás del congreso de biotecnología, uno de cuyos sponsors es un jeque de Arabia Saudita, cuya presencia molesta a más de una empresa multinacional. Pero lo más rescatable de “Desconocido” será el buen aprovechamiento de los paisajes berlineses y una definición no del todo previsible, lo que en este típico pasatiempo resulta aceptable si no se es demasiado exigente.
Desapercibido Es bastante gracioso que una película se llame Desconocido y se estrene el mismo día que El cisne negro y El ganador (dos que van al Oscar), Pirañas 3D, y hasta una cosa sospechada de fiasco con el nombre de Soy el número 4 que todo el mundo comparó con Crepúsculo (arte disuasoria, velocidad y economía: basta con que una crítica diga en su primera línea “se parece a la de Robert Pattinson” para que cincuenta millones de seres humanos no vayan ni locos). Quiero decir, a esta película le faltaba llamarse Desapercibido para tener más puntería. Igual, a la hora de armar el programa del día, esta ñoñita echó manó de Imdb, buscó Desconocido y leyó “Jaume Collet-Serra”. ¡Aaaahhh! Decidido. Con el recuerdo fresco y todavía feliz del día en que ¡EEUB! fue en malón a ver La huérfana, y todos la pasamos bien y el público aplaudió como en un estadio cuando la madre le pateó la cabeza a la siniestra nenita devenida siniestra vieja al grito de “I´m not your fucking mother!”, fui entusiasmada a ver la de Collet. O Serra, como se diga. Acá se trata de un caso de identidad usurpada cuya víctima es el siempre durísimo Liam Neeson (perdón, es que me tiene harta, siempre con sus ojitos caídos perfectos para el papel “I lost my wife”). La película empieza con unos planos de Berlín con pretensiones wimwenderianas (porque sí), y eso me tendría que haber dado la pauta de algo porque después hay muchas más torpezas en Desconocido. El Dr. Martin Harris llega con su esposa rubia y amada a Berlín para asistir a una conferencia, toman un taxi al hotel, al bajar se da cuenta que perdió su attaché (¿papi se escribe así?) en el aeropuerto, y sin chiflarle a su señora que está a veinte metros se sube al primer taxi y va corriendo a buscarlo. Todo muy rápido, todo muy de manual, todo dispuesto como para que uno piense “acá va a pasar algo, sobre todo porque Diane Kruger es la taxista, y en realidad este grandulón se lo merece por irse así sin avisar y sin llevar el teléfono, el muy zopenco”. Bueno, accidente, coma por cuatro días, regreso para comprobar que ahora hay otro Dr. Martin Harris, y ahora qué hago con mi vida, y yo quién soy, etc. En fin, desconocido es un batido del Hitchcock de Intriga internacional y Notorious con espasmos y zooms alla Tony Scott con un buen cazabobos (Bruno Ganz+Berlín filmada como lo hizo Wenders, cosa de que el cinéfilo archivista lea “citas”) y varias cosas más, como un par de persecuciones de autos que están buenas. Y después mucha pero mucha torpeza, sobre todo en el personaje de Diane Kruger que es una inmigrante ilegal venida de Bosnia y habla como si estuviera en una de Ben Stiller. El McGuffin es bello: se trata de un choclo (sic) inventado por científicos generosos, que crece en todas partes y podría ayudar a que haya menos hambre en este mundo. Lo que pasa es que un príncipe copado de Arabia Saudita lo quiere regalar y perderse un negocio millonario y entonces bueno, intento de asesinato, etc. Lo mejor es Bruno Ganz, dignísimo en el papel de un ex policía de la Alemania del Este (lástima que algún idiota quiso mechar reflexiones históricas y le hace decir cosas como “los alemanes olvidamos todo, primero olvidamos que fuimos nazis y después olvidamos que fuimos comunistas”, bla, así como para que alguien diga algo sobre el “trasfondo político” de la película), y el maíz, y los accidentes de auto, y lo peor es casi todo lo demás, en esta película tremendamente mal editada en la que no quedan restos de la sobriedad de La huérfana. Ignoto, digo Desconocido, se merece pasar un poco desapercibida entre tantas películas mejores.
Identidad incompleta Creo que esta película no me hubiera interesado en lo más mínimo si no fuera por el hombre detrás de cámara. Me refiero a Jaume Collet-Serra, el realizador catalán responsable de La casa de cera y La huérfana, dos películas mucho más interesantes de lo aparente y que fueron bastante ignoradas por la crítica en general, descartadas como meros productos industriales sin mayor relevancia. Sin embargo, en esos filmes Collet-Serra evidenció un talento inusual en la puesta en escena, una gran pericia para construir climas inquietantes y personajes ambiguos, y hasta delineó un hilo conductor, cimentado en el tema de la identidad, que siempre es distorsionada y problemática. En La casa de cera, la hermandad constituía un factor tanto de conflicto como de unión, en sentido positivo y negativo, con la sangre como vía de fusión, de reconocimiento, de amor y de odio. En La huérfana, el ser de cada persona parecía estar oculto tras una máscara, no sólo en la temible protagonista, sino en toda la familia que la recibía, como si el disfraz fuera una protección de los otros y el mundo exterior, aunque terminaba revelándose como improductiva, hipócrita y finalmente destructiva. Es verdad que el trailer de Desconocido no prometía demasiado, dando la impresión de apuntar más hacia el thriller de acción que hacia el terror o el suspenso, con Liam Neeson repitiendo su papel en Búsqueda implacable (y que tan buenos dividendos le dio). Sin embargo, su primera mitad (donde se va desarrollando con paso lento pero seguro la historia de un hombre que luego de un accidente ve como su identidad le es apropiada por completo, a tal punto que su esposa no lo reconoce) es más que aceptable. Collet-Serra vuelve a transitar por el tópico de la identidad -esta vez como algo perdido, desfigurado y por recuperar- y conduce las acciones con fluidez, sin pretensiones, como si quisiera ocultar todo rastro de su autoría. Su simplicidad le permite lograr escenas inquietantes y excelentemente filmadas, como la de la muerte de una enfermera en una sala de análisis. Es asimismo fructuosa la aparición de Bruno Ganz, trascendiendo la mera figuración vinculada a cuestiones de co-producción. Su personaje parece caminar en una cornisa permanente, provocando inquietud y tranquilidad con segundos de diferencia. Y su sarcasmo tiene el tono justo para no parecer forzado, lo que le permite poner el dedo en la llaga con total parsimonia. Una frase que vierte en un diálogo, donde une la cuestión del olvido a la sociedad alemana mayoritaria, adquiere una relevancia política inesperada en una producción como esta, potenciándose por la figura actoral que la sostiene. Incluso llama a reflexionar sobre los caminos que puede llegar a transitar Ganz como actor, estelarizando en filmes como El embajador del miedo, La caída y ahora éste, donde directa o indirectamente se exploran cuestiones referidas al ser, lo oculto y lo mostrado en una persona o el pasado como constructor de futuro. Collet-Serra aprovecha a este excelente intérprete, no lo fuerza a grandes parlamentos ni deja a la deriva. Incluso maneja con soltura y discreción el encuentro entre el alemán y otro actor de gran talla como Frank Langella, trasladando la equivalencia y el respeto entre los dos actores a los personajes. No es casualidad que así como en El embajador del miedo, cuando desaparecía el personaje de Ganz se diluía la película, aquí suceda exactamente lo mismo. En cuanto este sale de la trama, el filme va en picada, transformándose en un vehículo de acción –correctamente filmado en todo momento, hay que decir- sin nada importante para destacar, con demasiadas resoluciones arbitrarias y un Neeson que por lo que viene haciendo últimamente, va camino a convertirse en el ACTOR IDEAL PARA TRANQUILIZAR AL CIUDADANO MEDIO. Porque lo peor de Desconocido es que durante la primera mitad avanza con inquietante parsimonia, desestabilizando de a poco al espectador, pero termina apresuradamente y buscando la manera más torpe de apaciguar a su público. La casa de cera y La huérfana podían tener finales donde los malos eran derrotados, pero igual primaba una sensación de pérdida permanente, de desestabilización eterna, de que ya nada iba a ser lo mismo. En cambio, en Desconocido ocurre todo lo contrario, y de manera completamente injustificada, como si el filme no se hiciera cargo de su planteo, como si no quisiera ser lo que se propuso ser. Es allí donde definitivamente se constituye en un paso en falso en la carrera del director catalán, quien, a pesar de esta fallida película, todavía tiene crédito abierto.
Anexo de crítica: Es una delicia reencontrarse con Liam Neeson en estos roles tan exigentes desde lo físico: el grandote se banca los golpes sin chistar y a su vez reparte los suyos de lo lindo. Lamentablemente, Desconocido no es Búsqueda implacable en la que el guión era apenas una excusa para ver en acción al eximio actor de La lista de Schindler y se despachan una historia que empieza por los carriles esperados pero promediando la proyección se desbanda sin remedio. Las vueltas de tuerca no estarían mal si se hubiesen cuidado un poco más los pequeños detalles. Estos detallecitos son la sal de estos relatos: cuando no son verosímiles se producen los errores garrafales que terminan hundiendo la película en cuestión. Hay muchos de esos –y tan tontos que cuesta creerlo en un guión profesional- en Desconocido y ni el oficio de Jaume Collet-Serra ni las buenas artes de un elenco altamente competente (no hay papeles chicos para Bruno Ganz) alcanzan a remontar el desastroso último acto de este thriller deudor de demasiados títulos parecidos. Cada vez queda más claro lo grandes que le quedan los zapatos de Sir Alfred Hitchcock a estos imitadores serpentinos…
Anexo de crítica: El director catalán Jaume Collet-Serra se disfraza de Alfred Hitchcock pero en la mitad de la fiesta queda al descubierto en este thriller de espionaje protagonizado por un convincente Liam Neeson, que le debe mucho a Intriga internacional y a la trilogía de Jason Bourne. Si partimos de la base de una idea bastante poco creíble, que apela a la aceptación de un verosímil sumamente endeble, es justo reconocer que el realizador de La casa de cera se toma su tiempo para intentar no dejar ningún cabo suelto; imprime tensión a un relato por momentos trepidante que atrapa al espectador pero no logra resolverlo de la mejor manera y en ese punto débil es donde se nota que se trataba de un disfraz del gran maestro del suspenso...
El Hombre que Sabía Demasiado Poco Allá lejos y hace tiempo, a mediados de los ’90 se estrenó VHS directamente, una comedia intrascendente del intrascendente Jon Amiel, llamada El Hombre Demasiado Poco. Protagonizada por Bill Murray contaba las desventuras de un turista estadounidense en Londres, involucrado en una conspiración de espías, mientras que en realidad creía estar participando de un show televisivo con cámaras ocultas. Se trataba de una comedia menor, pero la gracia y presencia de Murray hacía el asunto digerible, además de que había varias referencias al cine de Hitchcock y Blake Edwards. La acción se tomaba en un tono de solfa, de forma tal, que cualquier tipo de inverosimilitud o incoherencia la hacía perdonable. En Desconocido se “respeta” un poco más el tono hitchcoiano. Sin duda, la idea de un hombre amnésico imbuido en una suerte de complot internacional para asesinar a un jeque árabe que desea hacer la paz invirtiendo en un recurso natural que reemplace al petróleo (mag guffin bien tonto, inverosímil, estúpidos si los hay dando vueltas), le hubiese encantado al maestro Alfred. Pero lo cierto, es que Jaume Collet Serra ha olvidado una regla básica que tenía el creador del suspenso en el cine: devela “el argumento” o “trama” de forma dosificada y no todo junto, como sucede acá. Y esto no es nuevo en el director catalán. Si había un “pecado” en La Huérfana, film anterior y muy superior a este seudo-thriller conspirativo, es que develaba el asunto en un abrir y cerrar de ojos, incorporando a un personaje a último momento. Claro, que en una historia con tintes de película de terror clase b inglés setentoso, se puede considerar, que dichar “revelación” es bastante coherente. Más allá de eso, los climas y la vueltas de tuerca de la película de la “niña” asesina era más original, divertida y sensata que la de este complot. Nuevamente, en este caso, incorpora un personaje a último momento para reforzar el argumento risible que ya se venía cayendo hacía rato, y que termina explicando “el asunto”. Claro, que en la piel de Frank Langella, el mismo, es mucho más simpático. El resto es una suma de clisés, lugares comunes, estereotipos y giros previsibles. Además seamos honestos, pareciera que para la estrecha mente industrial de Hollywood, Berlín sin nazis o espías de la Guerra Fría es una ciudad aburrida para filmar. Así que, nuevamente, se pueden escuchar los ecos de la cortina de hierro entre las pintorescas veredas germanas. Solo que esta vez, por suerte, los villanos provienen de Estados Unidos y los alemanes y comunistas olvidados (al igual que en RED, pero con menor ironía) salen al rescate. Si en lo narrativo, Desconocido hace agua, en lo estrictamente cinematográfico hay que reconocer que Collet sabe construir un relato, incorporando tensión, buenas dosis de acción, algunos efectos especiales, sin abusar de ellos, y toda la maquinaria de artificio video clipero que puede “enganchar” al público. Hay una destacable persecución a lo Jason Bourne y Liam Neeson repartiendo tiros, golpes y patadas es más convincente que con las espadas (de hierro o láser). Por suerte, el mayor acierto del veterano Joel Silver, fue encontrar un elenco de notables actores internacionales. La mayoría desperdiciados en personajes acartonados, superfluos, sin carisma ni sorpresas, pero que le aportan un tono de “seriedad” o “calidad” al film: Aidan Quinn, Diane Kruger, Sebastian Koch, Rainer Bock, los ya mencionados Neeson y Langella. Pero sobre todo, vale destacar la naturalidad, sencillez, humildad y profundidad dramática que le aporta el gran Bruno Ganz en cada fotograma que aparece en pantalla. Si hay un solo personaje que no parece un robot en toda la película, ese es el agente Jürgen, que interpreta con gran sobriedad el actor suizo que vino al último Festival de Mar del Plata. Apenas un mero entretenimiento, Desconocido es un film que cumple lo que promete. Sin embargo, habría que avisar en Hollywood que hace más de 20 años que la cortina ha sido rasgada.
Tras su exitosa incursión en el cine de acción con el film "Taken", llega este nuevo thriller de acción protagonizado por Liam Neeson que inevitablemente será comparado con ese reciente trabajo de Pierre Morel (basta con ver los posters de ambas producciones). Esta coproducción entre varios países dirigida por Jaume Collet-Serra ("Orphan") es un interesante producto de intriga y suspenso con elementos de otros títulos como "Frantic", "North by Northwest" y la saga "Bourne". Rodada en la imponente ciudad de Berlín, "Unknown" plantea la incógnita acerca de la identidad de su protagonista (¿quién es realmente? o ¿qué le han hecho?) logrando construir un relato atrapante y entretenido (hasta que se descubre el misterio, luego descarrila un poco sobre el final), acompañado por varias secuencias de acción (persecuciones de autos, peleas, tiros) y guiado por la actuación del siempre efectivo Liam Neeson, junto a un destacado elenco secundario conformado por los talentosos Bruno Ganz y Frank Langella, y las hermosas Diane Kruger y January Jones.
Una de acción con Liam Neeson … Luego de Busqueda Implacable (2008) pasando por Chloe ( 2009) y Furia de Titanes (2010) entre otras,: Liam Neeson vuelve con toda la fuerza que solo parece que puede dar un film de acción rodado en Alemania. Dirgida por el español Jaume Collet-Serra, un ambiguo director de films como el thriller de terror La Casa de Cera, allá por el año 2005, remake de la original El Misterio del Museo de Cera (1939), (film más recordado porque formaba parte de su elenco Paris Hilton, que por otra cosa) y La Huerfana (2009), hoy apuesta por esta historia que presenta una trama aparentemente complicada pero que por el final resulta bastante soft dentro del género, pero si el espectador llega a la sala ávido de choques, persecuciones, corridas y alguna que otra pelea : no se va a decepcionar ya que están muy bien logradas y las secuencias de acción mantienen el interés durante gran parte del film, aunque la historia es bastante pobre y primitiva: El doctor Martin Harris (Neeson) llega a la fría ciudad de Berlin junto con su esposa para dar una presentación en un importante congreso , pero sufre un accidente luego del cual pierde el conocimiento y con ello su identidad. Sin papeles, desorientado y sin ese reconocimiento al que se había acostumbrado, intenta recuperar poco a poco su pasado. Solitario durante gran parte del film, ya que su esposa (January Jones) , no lo reconoce porque que es otro ahora quien ocupa su lugar, interpretado por Aidan Quinn, quien le hace dudar acerca de si mismo y mirar más a su alrededor. En paralelo a la explosión hollywodense, las participaciones de Diane Kruger (Troya) como la bella inmigrante ilegal y Bruno Ganz (Las Alas del Deseo, La Caida) como el viejo ex espia de la Stasi brindan momentos interesantes, Ganz especialmente, que permiten un respiro y distraen de algunos aspectos algo dudosos. Si bien Neeson ya desmostró que el cine de super acción también es un campo en el cual puede manejarse, quien redacta se pone un tanto nostálgica y lo extraña en papeles como el del Doctor Jerry Lovell en Una Mujer Llamada Nell (1994).
Un juego conocido Como en esos juegos de suspenso, donde cada carta que se saca es una pista que dilucida nuestras dudas y nos permite resolver el caso, Desconocido dosifica muy bien el suspenso y la acción construyendo un relato que entretiene y sostiene la intriga casi hasta el final, cuando recordamos que con esas cartas ya jugamos. Liam Nelson, de excelente interpretación, es un científico que llega a Berlín con su esposa para una conferencia, pero su realidad cambiara abruptamente cuando se de cuenta que olvidó su maletín en el aeropuerto y regrese a buscarlo.Foto1 Tal vez esta breve sinopsis esta orientada a destacar lo que considero el elemento mas atractivo del film, que el espectador sabe lo mismo que el personaje y solo el suceder de los hechos develara el misterio. La perdida de la memoria y la identidad son meros disparadores en un relato que privilegia la acción, con persecuciones de autos, accidentes y explosiones, sosteniendo el suspenso con giros y vueltas de tuerca que cumplen con los cánones estándares de este genero, pero que sus personajes explican demasiado alterando por momentos la atención del espectador. “No arrojar al espectador información constantemente” Algo que en los manuales de guión no se recomienda y viene destacado en negrita, ya que el cerebro actúa por ciclos y no puede al mismo tiempo recibir la información, procesarla y pretender seguir con fluidez el hilo de la historia. A no ser que se valga de ingeniosos recursos expresivos como lo hiciera P. Greengrass en Identidad desconocida (2002), donde la cámara en mano y el re-encuadre dentro de los mismos planos potenciaban el relato. Foto2Pero lejos está este film de innovar expresivamente, aunque es de destacar la muy buena fotografía, en una fría Berlín que tiene su homenaje en el detective privado y ex agente de la Stasi (Bruno Ganz), orgulloso de sus recuerdos y tan eficiente como antes. Así es como la paranoia y conspiración solo son motivos temáticos desaprovechados en este film que lo alejan del thriller psicológico para reconocer cada vez más sobre el final la contundente influencia de Identidad desconocida, que renovaba en cierto sentido el cine de espías.
En la vertiente de las películas de acción actuales, con los ingredientes necesarios como para atrapar al espectador, es que se instala esta producción dirigida `por el catalán Jaume Collet Serra. Responsable También de la olvidable “La Huérfana” (2009). Esto no va en desmedro de ser una película de formula, tanto en estructura narrativa, como en montaje, como en el diseño de arte, incluyendo la banda de sonido, clásico todo hasta el agobio, no se cae una gota de originalidad. Pero ¿cuales son estos ingredientes?, el más clásico de todos, personaje principal típico hombre común envuelto en una situación extraordinaria, le agregamos accidente de auto, internación, estado comatoso, (lo sufre el personaje y el texto) durante cuatro días, para despertar sufriendo una amnesia traumática. Amnesia que conlleva a las dudas por su identidad, rápidamente resuelta, pero a pesar de su esfuerzo por reencauzarse en la vida, descubre que nadie le cree que es quien dice ser que es. El es Martin Harris (Liam Neeson), un doctor yankee, que sólo justifica su presencia en esa ciudad alemana por participar de un congreso científico. Pero al empezar a recobrar su memoria, se da cuenta que su esposa (January Jones) no lo reconoce como tal, otro hombre ocupa su lugar (Aidan Quin). Nadie más queda en Europa que lo conozca y pueda testificar en su favor. ¿Se consumó la conspiración? ¿Cuál es la razón de la misma? ¿Quién es realmente el Dr. Martin Harris? Este estado psíquico confucional del personaje (también del texto) al que se le agregan otras tantas vueltas de tuerca, creíbles algunas (las menos) e inverosímiles la mayoría, que dan cuenta de la mezcla de filmes que se pueden reconocer. Empezando por “Búsqueda Frenética” (1988) de Roman Polansky, en el que se repite la del médico en una situación extraordinaria, pero en Paris, pasando por “Identidad Desconocida” (2002) en el cual un hombre despierta en un barco baleado por la espalda y sin memoria, hasta algunos elementos de “El santo” (1997) en donde una científica descubre la forma de generar energía limpia y gratuita, llamada fusión en frió. En esta película los médicos de una organización científica, financiada por un príncipe árabe, inventan el “maíz mágico”, elemento que se podría plantar y crecería en cualquier parte del mundo, como para empezar a resolver el problema del hambre en el mundo, y entregarían gratis la formula. Razón del congreso en Berlín. A la cual se oponen los malos, muy malos, de las compañías alimenticias. Este elemento, que parece menor, en realidad no lo es, ya que intenta equivocadamente acercarse directamente y/u homenajear al gran Alfred Hitchcock. Si bien, este “choclo extraordinario” cumple con el fin del elemento que justifica la acción, no participa del “suspense”. El suspense intenta estar dado por esa maraña de personajes y acciones injustificadas e increíbles. El Dr. Martín Harris en su búsqueda por recobrar su lugar en el mundo, cuenta con el apoyo de Gina (Dianne Kruger), una inmigrante ilegal que trabaja de taxista y era quien manejaba cuando se produjo el accidente, por un lado, y Ernst Jurgen (Bruno Ganz) un detective privado, sin demasiadas razones para vivir, ex agente de la Stassi . Posiblemente esto sea lo mejor del filme, no sólo las actuaciones, sino el casting propiamente dicho. La diversidad del origen de los actores y el juego que los espectadores que juegan en reconocerlos. La pregunta como si fuese un gran Deja Vu ¿De dónde lo conozco?
Perdido en Berlín Nieva sobre Berlín cuando aterriza el avión. El doctor Martin Harris y su esposa se preparan para disfrutar del Día de Acción de Gracias y el congreso de biogenética. Un descuido se convierte en drama. Harris sufre un accidente y al despertar comienza la pesadilla. Desconocido, del catalán Jaume Collet Serra, mete al personaje en el juego de apariencias y en el laberinto de la pérdida de la propia identidad. Alguien (Aidan Quinn) ocupa su lugar en la pareja y desempaña su rol como profesional. La película funciona como un thriller que apunta en distintas direcciones, deliberadamente, para que el espectador se encuentre tan perdido como Harris en Berlín. Liam Neeson logra un personaje dramático e intenso. Recuerda al que interpretó en Venganza (2008), en la piel del padre que busca a su hija secuestrada. Esa línea de actuación le sienta bien. Harris, científico de prestigio, se convierte en un fugitivo. Paulatinamente, la trama va abriendo distintas posibilidades, a medida que el espectador imagina explicaciones para la odisea de ese hombre que no es reconocido ni siquiera por su esposa (January Jones). “Una guerra entre lo que dicen que eres y lo que sabes que eres”, reflexiona Harris que a esa altura tiene un par de nuevos amigos: la ex taxista ilegal, una chica bosnia (Diane Kruger) a la que ya nada la asombra demasiado, y un ex agente de la Stasi, policía del Este, un rol clásico para Bruno Ganz que siempre resulta convincente. Con la joven por guía y varios perseguidores, Harris mete barullo en las coordenadas impecables de la ciudad de Berlín. El director nacido en Barcelona y formado en Estados Unidos resuelve las persecuciones con las reglas de juego del cine de acción que colonizó el planeta. La cámara es hábil en multiplicar engaños y sospechas. En esas escenas molesta la utilización de la música incidental, estentórea subrayando la acción. Desconocido es una película bien contada, con Neeson convincente en el juego psicológico y un tema que puede alimentar muchas otras ficciones, por la actualidad del planteo en cuanto a la manipulación científica sin límite. La fábula en el umbral del futuro entretiene al espectador que sufre porque un avance revolucionario puede caer en las manos equivocadas.
La promesa de Desconocido no es otra que hacernos pasar un buen rato. Dirige el catalán Jaume Collet-Serra, cuyo mejor antecedente de los pocos que tiene es la divertidísima La huérfana. Protagoniza Liam Neeson, que ya se probó con éxito el traje de héroe de acción en Búsqueda implacable y además es un actor de la hostia. Lo secunda un elenco internacional que combina estrellas jóvenes con dinosaurios consagrados y, como si fuera poco, la acción transcurre en una nevada y suntuosa Berlín. Que Intriga internacional, que El hombre que sabía demasiado, que Búsqueda frenética, que la trilogía de Bourne. Sí, todas estas películas pueden ser tomadas como referencias fáciles y certeras. Cine de género en estado puro ¿Qué puede salir mal? Bueno, a decir verdad, varias cosas. El doctor Martin Harris (Neeson) llega a la capital alemana con su esposa (January Jones) para hablar en un importante congreso de biotecnología. Al llegar al hotel, descubre que falta un maletín, por lo que súbitamente decide tomar un taxi de regreso al aeropuerto. En el camino es víctima de un tremendo accidente de tránsito. Luego de pasar cuatro días en coma en el hospital, vuelve al hotel, donde descubre que su mujer no sólo no lo reconoce sino que está junto a un impostor (Aidan Quinn) que tomó su lugar. Solo en esa ciudad extraña, perseguido por una pandilla de asesinos e incapaz de recordar enteramente lo ocurrido, Martin debe averiguar quiénes están detrás del complot, algo que, en última instancia, lo llevará a descubrir quién es él. Si por un lado Desconocido repite todos los clichés de las películas de acción al pie de la letra (explosiones, piñas, persecuciones de autos) por el otro parece intentar, quizá involuntariamente, un quiebre de cierta verosimilitud genérica, lo cual en este caso dista bastante de ser un rasgo positivo. Al revés de lo que ocurría en Búsqueda implacable, acá los yanquis terminan siendo los malos mientras que para el bando de los buenos juegan una inmigrante rusa ilegal (Diane Kruger), un ex espía de la Stasi (Bruno Ganz) y ¡un príncipe árabe ecologista! De esta manera el guión logra hacerle decir al pobre Ganz frases medio pavotas como “En Alemania nos olvidamos rápido, incluso de que fuimos nazis”. Por suerte él y Frank Langella nos regalan una escena fabulosa cuya calidad excede notablemente la del resto del film. En esta el personaje del segundo se revela como miembro de una especie de organización asesina cuyas actividades se remontan a la Segunda Guerra Mundial. Y sí, pese a todo, hay cosas que nunca cambian en Hollywood. Cuando se trata de Berlín, la nostalgia por la guerra fría resulta inevitable. Los puntos débiles del relato son numerosos. La memoria del personaje principal parece ser demasiado selectiva –no recuerda bien quién es ni cómo agarrarse a trompadas, pero sí la combinación de un candado–. Por su parte, aquellos que conspiran contra él se quedan con todo lo que le pertenece excepto… el maletín olvidado que contiene su pasaporte y sus documentos personales. No obstante, si se dejan de lado tales inconsistencias, Desconocido tiene sus momentos, y ello se debe principalmente a las sólidas interpretaciones de Neeson y Ganz, a la bella fotografía de Flavio Labiano y a ese increíble plano hitchcockiano de Langella llegando al aeropuerto. En definitiva, queda la sensación de que si se hubiera pulido un poco más, el resultado habría sido otro. Hasta podríamos estar hablando de una muy buena película de acción. No pudo ser.
Los recuerdos de tiempos fríos "En Alemania nos olvidamos rápido", se queja el detective Bruno Ganz, "incluso de que hemos sido nazis". Qué gran actor. Su sola presencia, enmarcada por escenas contadas, más el cara a cara que mantiene con el no menos venerable Frank Langella, justifican todo el film. Ganz, de nuevo: "¿Qué pasaría si Martin Harris recordara?". Desconocido juega su devenir, o deconstruir, desde la ciudad de Berlín. Allí van a parar el doctor Harris (Liam Neeson) con su esposa (January Jones), a participar de una conferencia sobre adelantos científicos en agronomía. Todo muy frío, con nieve en todas partes y, allí donde el lujo del hotel no llega, pleno de inmigrantes: en los taxis, en los bares, en talleres mecánicos. Lo peor de todo - se queja el dueño de la compañía taxista- , es que son ilegales y están arruinando a Alemania. Harris escucha esto mientras procura el paradero de la taxista que le salvara la vida, luego de un accidente casi fatal. Tras unos días en coma, busca dar con su esposa mientras reordena sus recuerdos. Pero lo que le espera no es lo que cree: nadie le reconoce. Al borde de la locura, trata entonces de hilvanar alguna pista, de reencontrarse consigo, y es por eso que el detective Ernst (Ganz), antiguo integrante de la Stasi, lo ayuda en la tarea. A partir de aquí, son varias las idas y vueltas cinéfilas que puede sugerir el film de Collet Serra. Desde El hombre equivocado hitchcockiano, pasando por el desequilibrio frankenheimeriano de El embajador del miedo y Seconds, más la dualidad paranoide literaria de Philip K. Dick, y la alusión --por escrito- al mundo de Oz. Una larga estela de referencias que en Desconocido encuentran como enclave la Guerra Fría y la puesta en juego de viejas piezas de ajedrez, en un contexto diferente y con artimañas tecnológicas nuevas. El juego con el recuerdo que el film propone podría, en este sentido, ser entendido como la remembranza de un orden ido que, si bien vetusto y de nostalgia para varios, sirve de matriz ideológica y económica para quienes continúan en el ruedo. Casi sin proponérselo, Harris desempolvará lo que no debe, lo que no se dice. Hasta aquí, todo muy bien. Pero, en verdad, el interés de la temática conoce vaivenes que hacen de Desconocido, por momentos, un film de acción más. Cuando la redundancia desaparece, es cuando más se disfruta del film pero, parece, es la adrenalina desenfrenada, por lo general decorativa, la que dicta los caminos actuales en este tipo de propuestas. Por último, y luego del descubrimiento agrícola (ver el film, claro), algo se agrega acerca del descontento de la gente del campo. Imposible no ironizar con el contexto argentino, cuyos baluartes del agro serían justos protagonistas.
Buen thriller a cargo de un director que está para más. Para los cultores del cine de terror -entre los que no me incluyo, más por impresionable que por otra cosa- el nombre de Jaume Collet-Serra ha sido una de las más rutilantes apariciones de los últimos años, donde el género ha encontrado una suerte de límite del cual no parece poder pasar. Sin embargo tanto La casa de cera como La huérfana, dicen, son dos productos rigurosos, interesantes, originales, que transitando temas ya abordados encuentran nuevos puntos de vista, incluso generando un clima de intranquilidad continuo. En Desconocido, una suerte de euro-thriller sostenido en la memoria del espectador que recuerda al Liam Neeson de Búsqueda implacable -aunque tal vez desconozca al Harrison Ford de Búsqueda frenética- prueba durante algo más de una hora su capacidad para sacarle las telarañas a viejas fórmulas y construye, por más que su final se desbarranque, un entretenimiento aceptable en estos tiempos de cine-chorizo. Neeson es Martin Harris, un especialista en botánica que llega a Berlín para participar de una conferencia, en la que un científico alemán informará al mundo sobre la aparición de un cultivo que puede salvar a millones de habitantes de la hambruna global. Pero el bueno de Harris sufre un accidente, queda cuatro días en coma y cuando despierta, nadie parece reconocerlo, ni su mujer ni mucho menos el que ahora está con su esposa y se hace llamar… Martin Harris. El misterio inicial, sobre el que desandará la trama, está bien trabajado por el director, quien va aportando pistas lenta y progresivamente, encerrando a su protagonista en una especie de callejón sin salida en una enseñanza bien aprendida de Hitchcock. Es que tarde o temprano, todos los realizadores cercanos al cine de suspenso sienten esa necesidad de desplegar los preceptos aprendidos del genio británico. Los elementos de acción y entretenimiento se van ensamblando adecuadamente, incluso sosteniéndose en la efectividad de un actor como Neeson, quien aporta su habitual aplomo por más que no tenga el encanto necesario que, por ejemplo, un Clive Owen sabe aportarle a estos papeles. Collet-Serra se da el lujo de algunos planos virtuosos, como aquel que revela la muerte de una enfermera y también de dejar aquí y allá interesantes apuntes políticos, que salpican con mucho de picardía y dejan flotando la sensación de que este thriller quiere dialogar con la realidad mucho más de lo que su función de cotillón hollywoodense le permite: hay una inmigrante ilegal que se transforma en heroína (Diane Kruger), un jeque árabe que aparece como un amable filántropo y dos personajes fundamentales, interpretados por Bruno Ganz y Frank Langella, que además de permitir un par de secuencias lujosamente actuadas dejan vislumbrar que algunos fantasmas del pasado andan dando vueltas por ahí. El problema de Desconocido, como la mayoría de estas películas basadas en un misterio inicial, es la efectividad de su desenlace. Es decir, aquello que ocurre una vez que se conoce la conspiración o se da el giro final. Y si bien la vuelta de tuerca que se le encuentra no es del todo mala, hay que aceptar que el giro del personaje de Neeson, las decisiones que toma, no son del todo coherentes y apuntan a tranquilizar y a inmovilizar el universo retratado. Allí donde Hitchcock -o el Polanski de Búsqueda frenética, con la que esta película dialoga bastante- abandonaba lo político para centrarse en el cuento, a pura narración, Desconocido quiere avanzar dejando una suerte de denuncia, sin dar acuse de recibo del absurdo de todo el planteo. Desconocido pedía a gritos cierta ligereza y seguir el juego, pero Collet-Serra, tal vez por sentirse algo más que un director de entretenimiento, redobló la apuesta. Y lo ridículo del final, además de estirado, suena a tontería bien pensante. Apenas un buen thriller a cargo de un director que, a juzgar por su férrea narración y su sapiencia para poner la cámara o generar climas, está para más.
Jaume Collet-Serra, director de La huérfana, pieza de terror que guarda una de las mejores sorpresas dentro del género en los últimos tiempos, arremete aquí con Desconocido, un atrayente relato de suspenso en formato de thriller clásico. El cineasta barcelonés afincado en Hollywood demuestra nuevamente su destreza en films de género, aunque el arranque de la historia no resulte novedoso (un hombre que luego de un accidente descubre que ha sido despojado de su identidad y su memoria). Pero con el auxilio de un estupendo guión, Collet-Serra alcanza un desbordante momento de tensión, acción y vueltas de tuerca, un disfrutable rompecabezas para armar a medida que transcurren las muy bien empleadas casi dos horas de metraje. En las peripecias del tal Dr. Harris, que tras ese incidente deberá lidiar con confusos recuerdos y persecuciones, asoman toques hitchcockianos, acaso la memorable Frantic de Polansky y también la reciente Búsqueda implacable, más que nada por la participación del mismo intérprete, el siempre intenso y creíble Liam Neeson. Más allá de algún cabo suelto, Desconocido cumple con los preceptos de un género aún más gratificante en su formato europeizado, apoyado por un elenco impecable y cosmopolita que incluye a Bruno Ganz, Frank Langella, Sebastian Koch y Aidan Quinn.
El final va a sorprender a más de uno, ya que no tiene el típico desenlace predecible que ya se olfatea a los primeros minutos. Pero lamentablemete tiene varias situaciones poco creíbles, como cuando lo inyectan en la camilla y Neeson hace una gran actuación mostrando que apenas se puede mover, pero...
La identidad en crisis El director catalán Jaume Collet-Serra encuentra los mejores momentos de su película en la angustiosa situación en la que coloca a su protagonista: está en un país extraño, nadie lo reconoce, no le creen cuando afirma ser quien es y él mismo empieza a dudar de su cordura. Su esposa, lejos de aclarar las cosas, no sólo lo desconoce sino que está acompañada por otra persona, a la que presenta como su verdadero marido. Las cosas se complican cuando comienza a ser perseguido, y entonces queda bastante claro que lo que pretenden quienes lo acechan es eliminarlo. Promediando el filme, el tono se vuelca claramente hacia la acción y entonces, la película se vuelve un tanto más previsible y rutinaria, pero sin perder atractivo ni tensión dramática en el relato. El realizador apela a partir de ese momento a espectaculares escenas de persecuciones, choques y explosiones que, por cierto, están técnicamente muy bien realizadas. Queda claro que el director eligió relegar el dilema existencial del protagonista en beneficio de una trama más dinámica y convencional, con el acento puesto en la intriga y el suspenso. La trama es sólida, y el espectador va recibiendo información al mismo tiempo que el propio protagonista. Es cierto que algunos giros de la trama suenan inverosímiles, pero no lo es menos que esta es una característica de este tipo de realizaciones. También debe apuntarse que el desenlace explica y justifica muchas aparentes arbitrariedades de la narración, con lo que quedan firmes algunos cabos sueltos del relato; de esta manera, el director consigue redondear una propuesta ágil que, sin dudas, resultará atractiva para un gran número de espectadores. Liam Neeson cubre con su habitual eficacia el rol central; su interpretación resulta convincente, y está bien secundado por January Jones, Aidan Quinn y Diane Kruger. Las apariciones de Bruno Ganz y de Frank Langella sirven para confirmar una vez más la enorme calidad de los veteranos intérpretes.
Lo inverosímil como juego de creación y deconstrucción Amigos y amigas, estamos ante el ascenso de un realizador que, adivinen qué, se anima a jugar con el cine. Sí, porque la realidad no tiene por qué ir de la mano del celuloide, y si uno quiere jugar con los guiones, lo hace: el arte es libre. Jaume Collet-Serra, quien con Orphan (2009) ya nos demostró que sabe crear atmósferas cinematográficas, acude a influencias muy fuertes e importantes (claramente visibles) para contar una historia agarrada de los pelos pero que está buenísima. Unknown (2011) es la historia súper hollywoodense e industrial de un hombre que pierde su identidad tras quedar en coma por un accidente. Collet-Serra logra que Berlín dé claustrofobia, y que mediante planos bastante interesantes vayamos descubriendo junto al personaje la psiquis del mismo. Influencias, como decíamos, hitchcokianas y polanskianas que tienen ápices de originalidad y algo de actualidad, sobre todo en el constante y recurrente uso de flashbacks. La fotografía cumple un rol clave en el desarrollo estético de una trama que te deja embobado no sólo por el reparto femenino, sino porque no da respiro a pesar de su ritmo. ¿Por qué es válido un guión tan atado con alambre? Porque en este caso está usado para la finalidad de la trama: si los guionistas quieren que Kruger y Neeson choquen cuarenta veces con el auto, y que no les pase nada, está bien; si los guionistas quieren que Neeson y Quinn se sepan exactamente las líneas de un diálogo dicho al unísono, lo hacen -y queda bien-, porque Unknown tiene un valor agregado que hace mucho no veíamos en el cine de Hollywood (para qué negarlo, lamentablemente, el director español está preso de la industria mainstream): es cine por cine mismo. Su finalidad está sujeta y atada a cualquier escueto intento de modificación de la realidad. Es allí, en ese mínimo pasaje, donde el verosímil queda relegado a un segundo plano y queda a merced de las implicancias tanto del guión como de las intenciones del realizador. Unknown puede pasar como divertimento, capricho o experimento fructífero. Si hay una cultura popular que se fuma las películas idiotas de Quentin Tarantino, entonces podemos soportar un film serio, sobrio y despelotado a la vez, como lo es el nuevo de Jaume Collet-Serra, un director que va camino a convertirse en un preferido de este blog. Si sigue por este buen sendero, lo seguiremos apoyando.
Un científico estadounidense llega a Berlín junto a su esposa para presentar el descubrimiento de un colega que salvará del hambre a la Humanidad. Pero un accidente automovilístico lo sume en la oscuridad del coma y, cuando reacciona, descubre que nadie lo reconoce. Con Liam Neeson encarnando con demasiada rigidez al científico desorientado y con el telón de fondo de la ciudad alemana que soporta una nevada interminable, comienza a desarrollarse una historia que, por momentos, cobra un vértigo desproporcionado. El personaje encuentra en una inmigrante bosnia su contrafigura y ambos inician una carrera por las calles berlinesas, tan vertiginosa como de final inverosímil. Nadie es quien dice ser, ni nada es lo que aparenta. Una buena actuación de Bruno Ganz y la belleza de Diane Kruger justifican el divertimento.
Debo reconocer que no soy un fanático del rumbo que ha tomando en los últimos años la carrera de Liam Neeson, quien devino en héroe apto para cualquier película de acción. Cuando se estrenó Búsqueda Implacable mi razonamiento fue que de haber sido protagonizada por alguna musculosa estrella del cine de los ’80 y principios de los ’90, habría sido lanzada directo en DVD, pero como el papel principal lo obtuvo un actor “serio”, se la consideró equivocadamente de lo mejor del 2008. Con semejante mochila de prejuicios a cuestas es difícil ver una película como Desconocido sin tratar de encontrar el error que confirme que estamos ante una más del montón. Es grata la sorpresa al comprobar que uno se halla frente a un thriller entretenido y cautivador, que no sólo no fracasa como se esperaba sino que sale muy bien parado. Tras la llegada a Berlín, Martin Harris y su esposa (January Jones) toman un taxi hasta el hotel en donde él participará de una conferencia médica, sólo para notar que debe volver hasta el aeropuerto porque olvidó su portafolio. El auto que lo lleva de regreso sufre un accidente que lleva al protagonista a un profundo coma de cuatro días. Sin pasaporte o documentos que verifiquen su identidad, el doctor comprobará que ha sido sustituido por otro hombre que afirma ser el verdadero señor Harris. Lo destacable de esta realización es que el protagonista irá conociendo el estado de su situación al mismo tiempo que lo haga el espectador, generando así que los elementos flojos sean aquellas conclusiones sobre aspectos de los que no se había hecho mención alguna. Tanto Harris como quien mira desde afuera entienden que las alternativas son dos en igualdad de condiciones, locura o conspiración, optando por la segunda sólo cuando un intento de asesinato la vuelven evidente. Este tipo de sorpresas favorecen a una trama que se ve empañada cuando se hace referencias a agencias de espías o adelantos tecnológicos cuyas menciones buscan explicar lo sucedido a falta de imágenes que puedan hacerlo. En la medida en que la historia se vaya desarrollando será sencillo pensar en que se trata de demasiadas coincidencias, es decir la sustitución de identidad se produce recién a partir de un aleatorio choque automovilístico. Estas ideas quedan clausuradas cuando el detective Jürgen (Bruno Ganz) plantee lo mismo en forma explícita, abriendo la posibilidad de que haya otra explicación con mayor lógica. Así, con una inesperada vuelta de tuerca, la película encuentra su justificación, convirtiendo al accidente en causa y no efecto de lo que ocurre con el protagonista. Nuevamente Jaume Collet-Serra logra sorprender con una propuesta diferente, como hiciera en el 2009 con Orphan, redimiéndose por haber realizado House of wax años atrás. Con un buen elenco encabezado por Liam Neeson y Diane Kruger, el realizador se da el lujo de que dos roles secundarios como los de Frank Langella y Bruno Ganz puedan lucirse y tengan su propio duelo como veteranos de guerra, armados sólo con convicciones y palabras. Con algunos interesantes momentos de tensión e infaltables persecuciones a toda velocidad por calles desconocidas, el director toma los pedazos dejados por Búsqueda implacable dos años atrás y rearma una mejor película, con un protagonista que no es una máquina de matar y, principalmente, con un guión detrás.
Intriga en Berlín Dentro de la catarata de films que han sido nominados al Oscar y que se están presentando en estos días en cartelera, hoy se estrena "Unknown white male", film que permite descomprimir un poco la línea de estrenos, "formales" que pueblan las salas en estas horas. "Desconocido" es la última película de Jamie Collet Serra (realizador de la excelente "La huérfana"), un sujeto que tiene ideas claras de como generar suspenso y como caracterizar atmósferas adversas y oscuras. Una buena elección de guión era todo lo que necesitaba para hacer un buen thriller, y eso es lo que nos trae. La historia nos presenta al Dr Martin Harris (Liam Neeson), quien arriba a Berlín para participar en una Conferencia Internacional de Biotecnología. Lo hace en compañía de su esposa, Elizabeth (January Jones), su llegada es normal hasta que al registrarse en el hotel, descubre que se había olvidado el maletín en el aeropuerto. Al regresar en el taxi, sufre un accidente y debe ser hospitalizado. Los médicos creen que su cuadro es complicado ya que él no recuerda bien quién es, ni tiene papeles que acrediten su identidad. Cuando Martin despierta y va al encuentro de su esposa, habrá alguien en su lugar. De repente, su vida se desvanece, se encuentra solo, su propia mujer lo desconoce, las autoridades no saben quien es y todo lo que representaba su mundo se derrumba inexorablemente. Sin poder anticipar más de la trama, debemos decir que sigue los lineamientos del thriller clásico, con intriga a lo Hitchcock, cartas visibles pero desconcertantes para el espectador. Nos situamos desde la visión del doctor Harris, la cual nos conecta con sus miedos más primarios al verse totalmente abandonado en dicha circunstancia. El marco donde transcurre la historia ayuda a crear este clima: Berlín en invierno, el protagonista en una ciudad que nunca abordó, ???sin saber hablar ni leer alemán, indocumentado y sin poder reconstruir sus recuerdos. El reparto se destaca y su ensamble es notable, sin hacer grandes trabajos, todos lucen creíbles y se complementan a la perfección, con especial lucimiento para Bruno Ganz (que hace de un ex-oficial de la Stasi) y Diane Kruger como la taxista que ayudará a Martin a armar las piezas del rompecabezas. El clima de tensión está muy bien logrado y "Unknown" se disfruta desde principio a fin. Algunos críticos dicen que el final es muy previsible. Quizás. Los veteranos del género encontrarán rápidamente las pistas que conducen a la solución del enigma, pero el recorrido, que es lo que realmente vale, es sumamente placentero. Un muy buen thriller, sólido por donde se lo mire, de un actor que viene encontrando la veta inclinado hacia roles de acción (recordar a Neeson en "Taken"). No encontrarán historias de vida emocionantes en esta película, pero pasarán un rato muy agradable, de puro y valioso entretenimiento.
RECURDOS PARADOJICOS Thriller que presenta una historia muchas veces vista en el cine, pero que aquí triunfa por la manera en la que fue contada y por el giro narrativo desarrollado en los primeros diez minutos de duración. Con muy buenas actuaciones protagónicas y un despliegue visual muy acorde al estilo argumental que aquí se impone. Martin Harris y su esposa viajan a Berlín para formar parte de una importante conferencia científica. Luego llegar al hotel y de darse cuenta de que se olvidó una de sus valijas en el aeropuerto, él decide regresar en taxi para recuperarla. En el camino tiene un accidente, el cual le ocasiona entrar en coma por cuatro días, perdiendo la memoria temporalmente. En la ciudad nadie lo reconoce, nadie sabe quién es y todas las personas a su alrededor, incluida su esposa y compañeros de trabajo, están seguros de que él no es quien dice ser. Es momento de tratar de recodar su pasado y de hacer justicia por un hecho que lo está volviendo loco. La película da comienzo con un planteamiento muy bien logrado, que no se aleja de muchas otras cintas del género, pero que mantiene e introduce el suspenso con autenticidad y mucho ritmo. El espectador aquí es testigo y cómplice de lo que al protagonista le está sucediendo, por lo tanto van descubriendo qué pasa al mismo tiempo. Esto le proporcionó un dramatismo muy bien expuesto en escena y una presentación innumerable de preguntas sin responder que, llegando al final, todas son justificadas de golpe. No se dejan cuestiones abiertas ni a la libre interpretación, todo se cierra, aunque de manera muy apresurada, completamente. El suspenso por lo que está pasando y por la falta de razones sobre lo que sucede, está presente desde que el protagonista tiene el accidente, y en todo momento se mantiene la intriga y el ritmo veloz para contar la historia. La acción aparece y, siguiendo un estilo muy similar al de "Taken", cinta en la que también trabajó Liam Nesson, cobra el protagonismo necesario y justo en cada momento. Hay una persecución que dura casi cinco minutos, que está muy bien lograda visual, dramática y sonoramente, con efectos especiales bien logrados y un manejo de la cámara vertiginoso y muy movido, mostrando, desde diferentes encuadres, lo que está pasando. A su vez, hay explosiones, choques, fuego y un toque mínimo de sangre, todo muy bien impuesto en la historia. Sin duda alguna, lo que aquí mas se destaca, aparte de la importancia que se le da al guión y a las diferentes vueltas de tuerca que se hacen sobre la historia, es la calidad de las actuaciones. Liam Nesson vuelve a demostrar que su áspera voz, su encarnación que hace de cada uno de los personajes que tiene que interpretar y los diferentes matices que les aporta, en especial al expresar honestamente los sentimientos que su rol tiene, son los principales dotes que lo hacen destacable y lucirse en cada una de las producciones en las que participa. Aquí se siente su agonía, su paranoia y su necesidad por encontrar la verdad. Muy buena actuacion. Quienes lo acompañan también están muy bien: Bruno Ganz es quien más se destaca del elenco secundario, esa escena con el cianuro está perfectamente interpretada, le aporta talento, seriedad y mucho realismo a su personaje; Diane Kruger, la taxista, está muy correcta y brilla en sus primeras apariciones, cuando esconde sus conocimientos; Frank Langella, en un personaje menor, también está muy bien y sorprende al darle vida a una extraña figura que no es quien dice ser. "Unknown" es una película que está muy bien lograda visual y estéticamente, con muy buenas actuaciones y una historia que, pese a los innecesarios giros del final, se luce y mantiene un suspenso muy bien impuesto durante toda la duración. Un thriller bien logrado, que no deja puertas abiertas y que responde, rápidamente al final, todas las preguntas que van apareciendo minuto a minuto y que parecen no tener respuesta aparente. Una buena propuesta, rebuscada, con un argumento repetido, pero presentado de manera distinta y muy interesante. UNA ESCENA A DESTACAR: persecución.
El hombre que nunca estuvo Evidentemente Liam Neeson tiene una máscara tan particular que le ha permitido darse varios lujos. En los inicios de su carrera fue una especie de vengador anónimo en "Darkman, el rostro de la venganza" junto a una jóven Frances Mc. Dormand y poco tiempo después se lució en un exquisito thriller donde el gran secreto le era susurrado al oido por una sensual y jóven Laura San Giacomo en "Bajo Sospecha". Puede aparecer tanto en "Los Miserables" "La lista de Schindler" "Rob Roy" y "Michael Collins" jugando roles importantes en películas épicas y de época como saltar a las grandes superproducciones del género y "jugar" como lo hace en "La guerra de las Galaxias" o "Batman Begins". No por eso deja de darse el gusto de desplegar una veta más romántica como lo hace en "Love Actually" o recientemente en "Chloe" de Atom Egoyan, sin olvidar un gran papel, cuando fue dirigido por Woody Allen en "Maridos y Esposas". Pero fue desde su papel en "Búsqueda Implacable - Taken" donde aparece la posibilidad de que los productores hayan encontrado en él un nuevo rostro para el héroe de acción. Es así como llegamos a "Desconocido" una película basada en el libro "La doble vida de Martin Harris" del novelista suizo Didier van Cauwelaert (de quien ya se había adaptado otra de sus novelas "La educación de un hada", film con Ricardo Darín e Irene Jacob) donde un hombre de apareciencia común se ve envuelto en una situación sumamente particular, en este caso, una trama secreta que va develando a medida que tratar de recuperar su verdadera identidad, que él supone sustituida. El Dr. Martin Harris (Neeson) asiste con su esposa (January Jones -hermosa!, pero de lo más flojo del elenco-) a participar de una conferencia mundial de bio-tecnología que se lleva a cabo en Berlín. Al llegar al hotel, se da cuenta de que una de sus valijas ha sido olvidada en el aeropuerto. Mientras está volviendo a rescatarla sufre un accidente automovilístico que lo deja cuatro días en coma. Cuando despierte, ni su esposa lo reconoce y otro Martin Harris está ocupando su lugar... Para intentar la reconstrucción de lo que ha sucedido mientras él estuvo en coma, cuenta solamente con la ayuda de la taxista que había llevado al aeropuerto en el momento del accidente y a partir de alli, con los pocos datos que tiene, comienza a desenmarañar una trama de espionaje, intriga y doble juego de roles que parece tenerlo en el centro de la escena. Y justamente Liam Neeson parece ser ideal para este papel protagónico que es una mezcla de James Bond, entrenado asesino, investigador tecnológico y dulce esposo. Neeson penetra la pantalla con su mirada gélida y su rostro particular, y puede darse el gusto de jugar todas y cada una de las facetas por las que "Desconocido" lo hace transitar. El director Jaume Collet - Serra, de quien vimos "Museo de Cera" y más recientemente "La Huérfana" maneja perfectamente los distintos resortes del thriller y de las escenas de acción, de forma tal que hasta las situaciones más increibles por las que atraviesan los personajes terminan tornándose verosímiles dentro de una trama que jamás decae. Collet-Serra sabe mezclar las dosis exactas para que la receta vuelva a dar como resultado un producto técnicamente interesante, confiable y finalmente el guión logra darle marco y cerrar con una explicación convincente, las distintas capas en las que se habia ido diversificando el relato-el que necesita, además, del ojo atento del espectador-. Es obvio que los cánones casi preestablecidos de una buena película del género están casi claramente delineados desde el inicio, razón por la cual sabemos a ciencia cierta que Liam Neeson y su Dr. Martin Harris no solamente tendrán que sobrevivir a intensas persecusiones a toda velocidad sino también "zafar" de peligrosos guardaespaldas, escaparse por los tejados, tratar de que no logren darle la inyeccion que no corresponde, salir airoso de astillas de vidrio, explosivos, cámaras de seguridad y tantos otros elementos a los cuales Liam/Dr. Harris no parece tenerle miedo y situaciones para las cuales aparenta estar plenamente adiestrado. (Bueno, los que somos más racionales tenemos que intentar no caer en la tentación de explicar lógicamente todo porque si no cualquiera de estos filmes puede ser una insoportable tortura... son las conveciones a las que nos invita este tipo de cine) De todas maneras, Neeson logra convencer en todo momento -no así el guión que tiene algunos momentos un poco difícile de seguir bajo cualquier lógica, como ya apunté anterriomente-, y está acompañado por un elenco en el que Diane Kruger vuelve a lucir hermosa y sensual -sin olvidar que es mujer de armas tomar- y se destacan en roles secundarios el excelente Bruno Ganz y un rostro clásico para la maldad solapada como el de Frank Langella. La velocidad del relato se sostiene en todo momento y el planteo del hombre con su identidad confundida que a medida que intenta rearmar su rompecabezas encuentra cada vez más dificultades y trampas que complican su situación, interesa por parecer el típico caso del hombre común en problemas que ya el gran Hitch había utilizado en grandes películas como "El hombre que sabía demasiado" o "La sospecha". Neeson permite que uno no sepa bien en qué nos están encerrando hasta muy por sobre el final de la película, lo que la torna interesante y efectiva. Y evidentemente no es como Bruce Willis en "Duro de Matar" ni como Schwarzenegger en "Terminator" pero les puedo asegurar que Liam está cada vez más cerca de James Bond que de Oscar Schindler.
Recién llegado a Berlín en compañía de su esposa y listo para ser parte de un simposio de novedades biotecnológicas, el Dr. Martin Harris (Liam Neeson) sufre un accidente automovilístico que lo deja en estado de coma durante cuatro días. Perturbado, cuando abre los ojos nuevamente descubre que nadie ha hecho la denuncia por su desaparición y que su mujer no está a su lado en el hospital. A medida que recuerda retazos de información, los hechos previos al choque van tomando forma y sabe con certeza en qué hotel se encontraba hospedado. Sin embargo, cuando informa de lo sucedido en la recepción del lujoso establecimiento, el equipo de seguridad le comunica que el Dr. Martin Harris no ha desaparecido y que se encuentra en perfectas condiciones de salud. Otro hombre ha adoptado su identidad y con la única y renuente ayuda de su taxista (Diane Kruger) se mete de lleno en este misterio que le hará cuestionarse su cordura y su verdadero propósito en la capital germana. Poco inspiradas persecuciones automovilísticas, un deslucido Neeson y una historia plagada de interminables giros "supuestamente sorprendentes", terminan de conformar una historia de suspenso, terrorismo y acción a medio camino de cualquier lugar.