Desconocido

Crítica de Pablo Martinez - Qué se puede hacer...

Lo inverosímil como juego de creación y deconstrucción

Amigos y amigas, estamos ante el ascenso de un realizador que, adivinen qué, se anima a jugar con el cine. Sí, porque la realidad no tiene por qué ir de la mano del celuloide, y si uno quiere jugar con los guiones, lo hace: el arte es libre. Jaume Collet-Serra, quien con Orphan (2009) ya nos demostró que sabe crear atmósferas cinematográficas, acude a influencias muy fuertes e importantes (claramente visibles) para contar una historia agarrada de los pelos pero que está buenísima.

Unknown (2011) es la historia súper hollywoodense e industrial de un hombre que pierde su identidad tras quedar en coma por un accidente. Collet-Serra logra que Berlín dé claustrofobia, y que mediante planos bastante interesantes vayamos descubriendo junto al personaje la psiquis del mismo. Influencias, como decíamos, hitchcokianas y polanskianas que tienen ápices de originalidad y algo de actualidad, sobre todo en el constante y recurrente uso de flashbacks.
La fotografía cumple un rol clave en el desarrollo estético de una trama que te deja embobado no sólo por el reparto femenino, sino porque no da respiro a pesar de su ritmo.

¿Por qué es válido un guión tan atado con alambre? Porque en este caso está usado para la finalidad de la trama: si los guionistas quieren que Kruger y Neeson choquen cuarenta veces con el auto, y que no les pase nada, está bien; si los guionistas quieren que Neeson y Quinn se sepan exactamente las líneas de un diálogo dicho al unísono, lo hacen -y queda bien-, porque Unknown tiene un valor agregado que hace mucho no veíamos en el cine de Hollywood (para qué negarlo, lamentablemente, el director español está preso de la industria mainstream): es cine por cine mismo. Su finalidad está sujeta y atada a cualquier escueto intento de modificación de la realidad. Es allí, en ese mínimo pasaje, donde el verosímil queda relegado a un segundo plano y queda a merced de las implicancias tanto del guión como de las intenciones del realizador.

Unknown puede pasar como divertimento, capricho o experimento fructífero. Si hay una cultura popular que se fuma las películas idiotas de Quentin Tarantino, entonces podemos soportar un film serio, sobrio y despelotado a la vez, como lo es el nuevo de Jaume Collet-Serra, un director que va camino a convertirse en un preferido de este blog. Si sigue por este buen sendero, lo seguiremos apoyando.