Después del éxito de la primera, una invitación a la acción y la diversión de alto nivel, para el director Matthew Vaughn coguionista con Jane Goldman, el desafío de la secuela fue grande y respondió doblando la apuesta. Ahora el personaje de Taron Egerton con novia princesa, debe afrontar con solo un sobreviviente la destrucción de la sede de los Kingsman y recurrir amigos norteamericanos para combatir el mal. Se trata de los Statesman liderados por Jeff Bridges, con Channing Tatum, Halle Berry y Pedro Pascal unos vaqueros muy ricos que le brindan sus recursos. Como villana Julianne Moore es una Poppy increíble en un reino especial que concentra toda la distribución de droga del mundo. Claro que además de la acción, los giros cómicos, los efectos especiales, el argumento tiene una terrible ironía sobre el presidente de EEUU, un pragmático siniestro que toma las oportunidades sin medir consecuencias. Para los seguidores de esta saga, ¿alguien duda que habrá una tercera?, el entretenimiento de peleas, huidas, efectos especiales tiene su cuota grandilocuente. Ya el reino de la villana, una especie de mundo a lo Martha Stewart, es un prodigio de creatividad con su maquina de picar carne incluida. Pero además esta el humor inglés, el choque de culturas con sus aliados norteamericanos y vueltas de tuerca para poner todo en su lugar. Son dos horas cuarenta que pasan rápido. La diversión es redonda y en 3D.
Para quienes vieron la primera dirigida por Joel Schumager, con la creatividad de Eugenio Zanetti, y con estrellas en ese momento en ascenso como Julia Roberts, Kiefer Sutheland, Kevin Bacon y William Baldwin, esta será una secuela innecesaria. Es mas, Sutheland en el elenco que al principio convoca a la nostalgia y una esperable participación mayor en el argumento, es apenas una aparición. La historia se repite casi literalmente. Fingir una muerte corta para saber que hay después de la muerte. Provocarse un ataque al corazón y ser revividos por sus aliados. Aquí Ellen Page toma el papel de Sutheland y es la primera en experimentar con la ayuda de sus compañeros estudiantes de medicina, en ejercicio de su residencia. La única que tiene un objetivo claro, una hermanita se mata en un accidente donde ella es la culpable. Se quiere comunicar con ella de alguna manera. Al principio la visita al otro lado despierta sus potenciales neurológicos, recuerda recetas, como tocar el piano y detalles de sus estudios. Sus compañeros la envidian y quieren seguirla. Para ellos y para Ellen llegan las recriminaciones y culpas, con apariciones, acusaciones, restos del más allá que los acompañan en el más acá, pésimo intercambio. Aquí la peli oscila entre el terror, el misterio, el famoso túnel y las luces, lo diabólico y lineas de autoayuda. Un poco de cada género alternado con momentos de bailes, seducción y euforia. No aburre y aunque el director, los guionistas y productores no arriesgan ninguna idea nueva con respecto al original, quienes no vieron la primera no la pasaran mal.
Un best seller de Jo Nesbo. Lugares maravillosos en nevados inviernos: Oslo, Bergen y Rjukan. Un policía adicto al alcohol que se desmaya en la calles y se despierta a la intemperie, que tiene una enorme pena de amor y está castigado en su trabajo, pero es un genio legendarios en raros casos de asesinatos. Una nueva compañera que investiga demasiado, sospechosa de estar involucrada en casos de mujeres mutiladas que comienzan a descubrirse. Una ex que extraña al policía que compone con elegancia y precisión Michael Fassbender. Y unos muñecos de nieve que aparecen de la mano de un implacable asesino serial. El clima, los buenos actores (Rebecca Fergusson, Charlote Gainsbourg, J.K. Simmons), y una trama que no permite adivinar quien es el que mata y se divierte con escenas del crimen creativas del terror. Algunos desvíos laterales, y un rompecabezas donde encajan todas las piezas y el espectador amante de los policiales con homicidas insistentes que dejan su estampa en el orillo sangriento estarán de parabienes. En la impecable producción figura Martín Scorsese en muchos otros. Una cita con la intriga, el entretenimiento y un detective que hacia el final reclama otro caso, Fassbinder quiere otra película como el detective Harry Hole. Lo merece.
Es la historia esta sacada de un best seller, que escribió una ex periodista especializada en chismes en New York que decidió contar como fue y como es su familia disfuncional. Con grandes actores para una visión edulcorada de un constante maltrato infantil de parte de una madre abandónica que no cuida ni cocina para sus chicos que suelen pasar hambre, porque el poco dinero que tienen se lo gasta su padre alcohólico que además suele ser violento. Estos adultos que se presentan como antisistema, en realidad son terribles como padres: no son responsables de sus hijos, no les dan educación, salvo las explicaciones de un padre que cuando no esta borracho derrocha conocimientos de aparentemente todo, no les dan cuidados médicos salvo cuando están graves. La madre pinta y cuando esta inspirada no se molesta aun cuando los chicos pequeños reclaman comida muertos de hambre. El padre trabaja poco, tima mucho, se toma todo. Viven en casa tomadas, sin agua, sin cloacas, rodeados de basura. Con todo eso, la autora no quiere hacer creer que es posible el perdón, que valen algunas palabras inspiradas, con situaciones como cuando les regalaba estrellas y que un padre así puede ser perdonado porque fue abusado de pequeño. Y una madre que tenía dinero, prefirió no usarlo porque la tierra no se vende y es mejor vivir como lo hicieron. En fin. ¿Todo vale para tener a una familia unida? Grandes actores al servicio de una historia durísima que no convence con sus indulgencias: Dirigió Daniel Cretton que escribió el guión con Andrew Lanham.
La primera adaptación al cine de la famosa historieta chilena cuenta las aventuras del plumífero Condorito, quien se dispone rescatar a su malhumorada suegra Tremebunda de la nave alienígena en que se encuentra luego de haber sido secuestrada por el poco respetado Moloco, líder de los extraterrestres La historia se desarrolla en Pelotillehue, pueblo como ninguno y como todos en Latinoamérica. La vida del protagonista transcurre como jugador de futbol del equipo en el cual es ídolo, el amor (incondicional?) de su novia Yayita, la seducción tenaz hacia ella de Pepe Cortisona, y el encuentro con amigos a toda hora en el bar. Así, no faltan en el film aquellos personajes entrañables que desde el comienzo rodearon a Condorito: el siempre fiel compañero Don Chuma, el amable Huevoduro, el borrachín Garganta de Lata, el torpe Ungenio Gonzáles. El desplazamiento del papel a la pantalla se produce no sin ciertas debilidades. Es decir, lo que originalmente eran pequeños momentos, sutiles fragmentos de humor absurdo (donde Condorito podía adoptar indistintamente el papel de un rico mercader, en la página siguiente ser un astronauta, y en la próxima, un caníbal) aquí, ese tono errático acaba siendo confuso e inconsistente. Por otro lado, aunque asoman eficazmente ciertas postales memorables del mundo condoriteano, como el bar “El tufo”, los sonámbulos caminando por la calle, el restaurante “El pollo farsante”, el Plop!, hay escenas que resultan realmente anacrónicas para el siglo XXI. A diferencia de lo usual en las películas para niños, no hay mensajes ejemplificadores. . Sí hay algo que tiene la voluntad de destacarse en Condorito es el valor del ser auténtico, con los errores y tropiezos que pueda traer consigo, por sobre el pomposo andamiaje del simulacro. (M.S)
De los directores Kristina Grozeva y Peter Valchanov, los mismos de la “La lección”, otra vez se basan en un hecho real para retratar las reacciones humanas y las relaciones con el poder, donde la línea ética se transgrede siempre. En este caso un solitario trabajador del ferrocarril, testigo de la corrupción chica de sus compañeros, encuentra en un paraje solitario un bolsón lleno de dinero. Y decide devolverlo. Justo en ese momento un caso de corrupción mayor es investigado y la jefa de relaciones públicas del ministro de Transporte decide que hay que utilizar a ese héroe para lavar la imagen pública del funcionario. Comienza ahí una trama kafkiana, donde al pobre trabajador lo obligan a una exposición pública, lo utilizan sin compasión a su tartamudez, y le sacan su reloj (un regalo de su padre con inscripción incluida) para que el ministro le regale uno trucho que no entiende. Su reclamo por la reliquia familiar pone en evidencia como los medios son tan utilitarios como esa despiadada funcionaria que no se detiene ante nada para lograr sus objetivos. Es una maquinaria siniestra que pone al descubierto la corrupción, la indiferencia a lo humano, la violencia. Y describe como un verdadero descenso a los infiernos como un decente y bienintencionado humano es destruido meticulosamente por los que tienen alguna porción de poder. Una visión durísima, con grandes actores, un lenguaje cinematográfico muy logrado, que se asemeja al periodístico.
Es una muy agradable comedia francesa sobre como es el papel de las mujeres cuando llegan a su madurez, pasan sus cincuenta, sufren el destrato de la sociedad, de sus hijos, de los médicos que en nada ayudan con sus sofocones menopáusico, de los empleadores que las relegan, el desempleo, las oportunidades cada vez mas chicas. Pero además la protagonista esta sola, su hija la transformará en abuela, regresan amores que fueron traicionados en la juventud. Con esa realidad la directora Blandine Lenoir, también coguionista, y la protagonista Agnés Jaoni, muestran las tragicómicas experiencias de una historia, que con amabilidad pero sin perder el ojo en a observación aguda de la realidad, redondean una comedia muy efectiva. Temas como la sexualidad, la transformación de mundos individuales, la necesidad de muchos hombres de buscar solo mujeres más jóvenes, la necesidad de la aceptación y la búsqueda de soluciones creativas. Amen de enredos, lugares comunes y un gran elenco para acompañar a Jaoni que es de un talento reconocido.
Una historia de amor entre adultos, seres que ya no guardan ninguna esperanza de cambiar sus vidas. Ella es una mujer que llega para trabajar a una pequeña ciudad donde todos se conocen. Ella es un misterio, la única razón que le da al director del hospital donde será enfermera es que necesita un cambio en su vida. Ella tiene una leve renguera. El dueño de la casa donde se hospeda es un señor hosco, encerrado en si mismo, que no nació ciego, pero perdió la visión. Lo que parece imposible sucede. Mas que por las vueltas de guión que no son apegadas a la lógica, por el empeño, el talento y la ternura que transmiten esos dos grandes actores que son Hugo Arana y Beatriz Spelzini. Ese entendimiento, esa química es lo que perdura en el espectador, más que la historia. Dirige Marcelo Mangone.
La amistad femenina mostrada con profundidad, con los vaivenes intensos de complicidad y enojos, traiciones y lealtades, choque de emociones, pero siempre indisoluble. La directora y guionista imaginó la vida de estas dos mujeres en tres actos. Una infancia de la época de Los Parchís, de mucha tele, del enamoramiento del mismo chico, de sentir que no quieren separarse nunca, del descubrimiento del sexo. Una segunda etapa donde una de ellas es una escritora famosa, la que no pintaba para tal, esta separada mal y llega desde México a instalarse en la casa de la otra ya casada y con una nena. En la tercera las dos son madres, sus hijas son tan amigas como ellas lo fueron en la infancia, una pelea parece cortar la relación pero se sabe que no es así. Entre los personajes intensos de Pilar Gamboa y Dolores Fonzi pasan todos los temas, el amor, el sexo, la maternidad, las verdades ocultas, las revelaciones escupidas a destiempo. Una película inteligente, bien armada, escrita y dirigida por Constanza Novik que llega hasta el hueso en eso de mostrar la trama de pasado compartido y futuro con encuentros inevitables que sostienen estas dos amigas. Las actrices estupendas, una intensa, que dice lo primero que se le viene a la cabeza sin medir consecuencias, la otra mas calma, pero muy sincera. Bien elegidas, su entrega es total.
Es el primer largometraje de ficción de Pablo D´Alo Abba, que escribió el guión basándose en la obra de teatro “El viento en un violín” de Claudio Tolcachir. Una historia de un hombre que a los 32 años todavía vive con su madre, una abogada sin límites morales, manipuladora y castradora. A ese hombre lo violan una pareja de lesbianas que están desesperadas por conseguir que una de ellas quede embarazada. La futura mama resulta ser la hija de alguien muy cercano a la familia. Y cuando todo parece desbarrancar ese hombre descubre que por fin, lejos de su parálisis para manejar su vida, sus ataques de pánico y sus adicciones, encontrará su lugar y su responsabilidad en el mundo. Una familia disfuncional que se encamina en armonia. Con su base teatral visible, el director logro airear la historia y contó con buenos actores para lograr una película atractiva. En el elenco se destacan Lautaro Perotti, Tamara Kiper, Inda Lavalle y Mriam Odorico.