Esteban Tabacznik y Juan Manuel Bramuglia son los directores de este interesante documental que refleja la amistad de dos jóvenes inmigrantes senegaleses que se conocieron en Buenos Aires, con visiones muy distintas sobre cómo y porque se manejan frente a las tradiciones familiares y sus mandatos y como ese deber ser puede quebrarse para iniciar una búsqueda personal tan válida como necesaria. Ababacar y Nbaye llegaron sin perspectivas de un futuro, con el objetivo de ayudar a los suyos, casi sin saber el idioma, con lo puesto y se cuentan las experiencias, la discriminación, los sueños, las ganas de quedarse o el regreso, las cuitas familiares, lo que extrañan de un país donde se sintieron expulsados por la necesidad, las características de una cultura tan distinta a la nuestra. Un registro interesante, cálido, que no juzga, que nos hace comprender, necesario. Los directores fueron premiados por la DAC en el Festival Internacional de Mar del Plata, también recibieron el premio a la Mejor película Iberoamericana en el) Festival de Cine migrante. Filmada en nuestro país y en Senegal es un trabajo que alumbrar la presencia de una inmigración cada vez más numerosa. Y su registro no convencional ayuda y nos hace empatizar con sus protagonistas.
Un documental realizado por Guillermo Guevara y Jonathan Dizeo producido por Grupos Culturales Corralón de Floresta. Es un atractivo y único ritual de celebración registrado en un largo plano secuencia de todos los participantes con puntos festivos únicos y regocijantes, con la muestra de las distintas actividades que se desarrollan en el lugar. Una muestra de la escuela de mimos y payasos, la biblioteca, la huerta, las distintas comunidades étnicas, las mas diversas expresiones artísticas, desde la acrobacia a la fotografía, la pintura, la música, el funcionamiento del aprendizaje. Con testimonios que muestran como es la organización autónoma, horizontal y autogestiva. Recuperado por vecinos en el 2005, Un espacio para conocer y admirar.
Carlos Sorín esta de regreso y es una buena noticia para el cine de autor. Con su estilo que se nutre de la sencillez, de las situaciones pequeñas, de la delicadeza, se mete en un tema muy fuerte. Nada menos que la adopción legal de un niño que finalmente es un poco más grande que el rango de edad que deseaban sus futuros padres. Tiene 9 años. Pertenece al grupo de los que nadie quiere. Los que suelen vivir hasta la mayoría de edad en instituciones y luego son libres, generalmente con un destino marcado. Pero la película también se centra en la mama adoptiva, sus dudas, el crecimiento y fortalecimiento del instinto maternal, el aprendizaje acelerado de una nueva vida. Y finalmente la plena conciencia de sus derechos y convicciones. Y además una situación donde el bullyng lo ejercen los adultos sobre un niño. Como es el estilo de Sorín no existen discursos ni moralinas. Sin juzgar a nadie en un mundo sin malos ni buenos. Una protagonista encarnada por Victoria Almeida que lo tiene todo: un aspecto menudo y frágil, la emoción a flor de piel y la contención sabiamente medida de sus reacciones. Diego Gentile y Ana Katz aportan su solidez. El resto, el niño incluido, son vecinos del lugar que bajo las premisas del director se entregan a un juego de verdades dolorosas. los profundos pliegues de la complejidad humana. Las caras ocultas del conformismo, las hipocresías ocultas, los miedos que siempre buscan soluciones en el otro. No se pierda esta película tan interesante y profunda.
Cuando la serie de Ocean no tuvo más jugo a Steven Soderberg y a George Clooney (director y protagonista de las tres anteriores) se les ocurrió que ya erael turno de ellas. Y la produjeron. Pensaron en un elenco soñado encabezado por Sandra Bullock, Cate Blanchett, Elena Bonham Carter, Anne Hathaway, Rihanna y siguen los nombres. Se les dio el marco perfecto: una gala de moda y joyas valiosas en el MET, cuestión de mostrarlas de fajina y con todo el glamour de vestidos de grandes firmas. El resto es un robo fantástico que necesita un mecanismo de relojería apenas verosímil y sumamente entretenido para pasar casi dos horas amables. Es que los personajes están apenas dibujados y se apoya esencialmente en el carisma y la presencia de cada una de las protagonistas. Con un plus de James Corden como detective y una venganza para un amante que no se porto bien. ¿Con eso alcanza? Si uno tiene cierto corazón de fan y poca exigencia para un divertimento liviano. Es inevitable sentir que deja sabor a poco, con una realización de parte de Gary Ross (hizo la primera de “Los juegos del hambre”) que no levanta mucho vuelo, a pesar del ingenio puesto en el robo y la gran producción.
Una película de terror que encantará a los amantes del género, que hace recuperar la confianza en un rubro tan bastardeado por films de cuarta que repiten situaciones hasta el hartazgo. En este el primer filme del escritor y director Ari Aster, que realizó una serie de cortos muy bien recibidos por la critica, basados en rituales y traumas domésticos, basado ligeramente en su propia historia familiar, con una sucesión de desgracias parecidas a una maldición. Este film fue definido por el realizador como “Ésta es una historia sobre personas que no tienen voluntad propia, ellos son como figuritas en una casa de muñecas maligna manipuladas por fuerzas externas”. Precisamente la madre de la familia se expresa artísticamente con esas casas de juguete y sus miniaturas, donde también representa a cada situación dolorosa. Un trabajo artesanal realizado por Steve Newborn. Es que el director supo rodearse de un gran equipo, como su director de fotografía Pawel Pogorzelski y un gran elenco encabezado por una actriz de grandes recursos. El resultado es un film hipnótico, atractivo que juega con una lógica interna de una familia que se enfrenta a hechos que no puede manejar pero intenta hasta el último momento encontrar una explicación racional, un costado que maneja el padre de familia (David Byrne). Pero su esposa tiene una historia impiadosa, un padre que se dejo morir, un hermano que se suicidó y una madre que acaba de morir con una historia oculta que comienza a aparecer. Una primera hora con esas historias que se emparentan con el dolor y el terror psicológico donde lo sobrenatural comienza a aparecer pero nunca de manera convencional. Con recuerdos de “El bebe de Rosemary” y “El resplandor”. Una madre que busca sobrevivir a dolores insoportables, pero que de a poco será no solo la victima, sino la victimaria. Hay como un desfasaje de una primera hora minuciosa a la segunda operística y desencadenada. La película duraba tres horas y se redujo a casi dos. Pero eso no significa que no funcione en su totalidad, aunque el final es discutible.
Con ese titulo es fácil imaginar que el productor y director Rob Cohen (el primer “Rápido y furioso”, “xXx”) nos dará un film de catástrofe con muchos efectos especiales hacia el final de la peli, como marcan las reglas del juego. Pero aquí todo se acumula con un robo de 600 millones de dólares, destinados a ser triturados por muy usados, en una sede de la reserva federal en un pequeño pueblo costero de Alabama. Justo ahí es donde el huracán de todos los huracanes está por desatarse. Entonces entre el mal tiempo de lluvias y vientos imposibles se desarrolla este robo con un pequeño ejército de maleantes que incluyen a la policía, hackers y otras yerbas. Claro que no contaron con que una empleada honesta Maggie Grace se aliara con dos hermanitos a punto de reconciliarse, un meteorólogo y un empresario de arreglos y grúas. Entre los tres les escupirán el asado a los asaltantes. ¿Y el huracán? Ser viene con todos los efectos que por supuesto renuncian a toda lógica y verosimilitud, con carreras de camiones poderosos, ruedas usadas como frisbees, un ojo de tormenta que parece las aguas del mar rojo abriéndose para Moisés en “Los diez mandamientos” y otras lindezas fuera de toda lógica. Se puede ver como un divertimento enloquecido de efectos, que doblan constantemente la apuesta, de tono liviano y delirante. En ese aspecto es posible que tanta acción y efectos pasados de rosca compongan un pastiche hiperpochoclero.
Una historia verdadera, que en l968 conmovió especialmente a Europa que originó documentales y programas especiales de televisión. La historia de un fabricante de instrumentos de navegación con problemas financieros, un navegante de yates aficionado de fines de semana, que decide embarcarse en una aventura que lo excedía totalmente. Nada menos que participar de una carrera auspiciada por el Sunday Times que consistía en dar la vuelta al mundo sin escalas, en soledad, con terribles consecuencias. Fabrica un barco especialmente, se equipa con un buscador direccional, que supuestamente le traería fortuna y con una obstinación inexplicable, se endeuda, hipoteca su casa, se lanza a una “hazana” para la que ni remotamente esta preparado. Colin Firth entrega su talento, pero no brilla. El film no aprovecho una indagación psicológica mas profunda para aventurar una hipótesis de lo que realmente ocurrió en la cabeza del protagonista. Por eso, la película no llega a la empatía del espectador y por momentos aburre y en otros remonta.
Dirigida por Erin Kolirin, un hombre que dice amar y odiar a su país con igual intensidad, pero que siente que es su lugar en el mundo. Su guión se centra en una familia que simboliza las nuevas y viejas generaciones de un Israel pujante, cada vez mas preocupada por el éxito. Un hombre que estuvo 27 años sirviendo en el ejército intenta una vida de civil, como un empresario, sin entender las reglas, con cursos inútiles. Cuando necesita descargarse dispara su pistola mirando una colina donde están los otros, los palestinos. Su hija simboliza las nuevas generaciones, con militancia antibélica y amigos árabes con quienes no se sentirá cómoda y muchas veces en peligro. Su madre es una “milf” (mujer madura, sexualmente atractiva) que se mezcla con una aventura con un alumno. El otro hijo del matrimonio, un observador lejano interviene obligado de manera violenta. Toda esa familia, como la sociedad apunta el director, navega entre la culpa, la violencia, la necesidad de convivencia, la necesidad de perdonarse todo. En un camino que no se sabe donde terminara. Inquietante visión personal, con apuntes osados de actitudes y filosofía de vida. Interesante de ver.
Ea una impresionante película colombiana coproducida con nuestro país, dirigida por Laura Mora Ortega, conocida por la miniserie “Escobar el patrón del mal”. Aquí con un guión escrito por Alonso Torre y ella, describe una relación particular. Una chica joven, llena de ideales, militante de la universidad, ve asesinara su padre, un conocido profesor, por un sicario. Meses después se lo cruza en un boliche y decide conquistarlo para después vengarse. Ese sicario es el Jesús del sugerente titulo. La gran habilidad de la directora y el guión es mostrar a medida que avanza la relación de victima y victimario los dos mundos distintos separados socialmente como por un tajo impuesto por una sociedad injusta y violenta, que digita esos destinos. Con un lenguaje llenos de modismos no entendibles, esa relación avanza, inquietante siempre, hipnótica, moviéndose en los márgenes de un mundo donde vivir y morir se dan la mano todos los días con una naturalidad escalofriante. Muy bien actuada, irreverente y cruda, la película muchas veces nos deja sin aliento.
Agustín Toscano conoció premios y halagos internacionales con esta película que escribió y dirigió. Que tuvo su origen en un lejano hecho violento que sufrió su madre, que fue arrastrada por un motoarrebatador que intentaron robarle su cartera. Años después, cuando ese tipo de delincuentes se transformaron en la “encarnación del mal” en su Tucumán, y proliferaron los vecinos que ejercen la justicia por mano propia, con igual violencia, decidió realizar su obra, con una visión personal y profunda. El florecer de una relación políticamente incorrecta entre un delincuente arrepentido, padre de un hijo, en situación de calle y una victima del atraco que resultó mal herida y con pérdida de la memoria. Y lo que nace como un aprovechamiento de una situación que le permite al ladrón, a cambio de cuidados para una mujer herida y muy solitaria, instalarse en su casa y gozar de una vida a la que no tiene acceso, tener una relación especial. Una que crece con humor, sentimientos, culpa y un pasado violento que lo acosa y pone en peligro. El director contó con dos grandes actores Sergio Prina y Liliana Juárez, capaces de dar vida, con muchos matices a estos dos desvalidos personajes, perdidos en sus soledades.