El legado del diablo

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Una película de terror que encantará a los amantes del género, que hace recuperar la confianza en un rubro tan bastardeado por films de cuarta que repiten situaciones hasta el hartazgo. En este el primer filme del escritor y director Ari Aster, que realizó una serie de cortos muy bien recibidos por la critica, basados en rituales y traumas domésticos, basado ligeramente en su propia historia familiar, con una sucesión de desgracias parecidas a una maldición. Este film fue definido por el realizador como “Ésta es una historia sobre personas que no tienen voluntad propia, ellos son como figuritas en una casa de muñecas maligna manipuladas por fuerzas externas”. Precisamente la madre de la familia se expresa artísticamente con esas casas de juguete y sus miniaturas, donde también representa a cada situación dolorosa. Un trabajo artesanal realizado por Steve Newborn. Es que el director supo rodearse de un gran equipo, como su director de fotografía Pawel Pogorzelski y un gran elenco encabezado por una actriz de grandes recursos. El resultado es un film hipnótico, atractivo que juega con una lógica interna de una familia que se enfrenta a hechos que no puede manejar pero intenta hasta el último momento encontrar una explicación racional, un costado que maneja el padre de familia (David Byrne). Pero su esposa tiene una historia impiadosa, un padre que se dejo morir, un hermano que se suicidó y una madre que acaba de morir con una historia oculta que comienza a aparecer. Una primera hora con esas historias que se emparentan con el dolor y el terror psicológico donde lo sobrenatural comienza a aparecer pero nunca de manera convencional. Con recuerdos de “El bebe de Rosemary” y “El resplandor”. Una madre que busca sobrevivir a dolores insoportables, pero que de a poco será no solo la victima, sino la victimaria. Hay como un desfasaje de una primera hora minuciosa a la segunda operística y desencadenada. La película duraba tres horas y se redujo a casi dos. Pero eso no significa que no funcione en su totalidad, aunque el final es discutible.