Conciencia ecológica Una historia clásica con un claro mensaje ecologista es la propuesta del binomio de directores compuesto por Liliana Romero y Norman Ruiz en Cuentos de la selva (2010). El film, basado muy libremente en el clásico literario de Horacio Quiroga, por momentos peca de una incredulidad demasiado naif para los tiempos que corren. En la selva todo se desarrolla con normalidad. Pero ese día no será un día cualquiera sino que tal vez sea el fin de años de libertad. La mano del hombre va a terminar con todo lo que se le cruce por el camino para saciar su ambición y así construir un imperio. Sin importarle nada, “La bestia” arrasará con años de forestación y los animales ya no tendrán dónde vivir. Pero si se unen, tal vez logren cambiar las cosas o al menos la mentalidad de algunos. Con una línea ideológica bastante clara, cuyo lema es el de sembrar conciencia ecologista, Cuentos de la selva no se permite desviarse de lo políticamente correcto para ironizar sobre la temática planteada y que esto se entienda como un doble discurso. Co lo políticamente correcto es subrayado a rajatabla, el film pierde a la hora de ironizar sobre los planteos ecologistas lo que lo vuelve demasiado formal. Ante un planteo tan esquemático y sin lugar a la utilización del humor, la trama demasiado básica y elemental va destinada a un público demasiado pequeño en edad, un error que le puede llegar a costar caro ya que es muy difícil que el público adulto llegue a disfrutar del film debido a la falta de patrones identificatorios. La animación mantiene el carácter autóctono de los personajes creados por Quiroga y eso le da cierta libertad para evitar la típica y molesta comparación que indudablemente se va a realizar con otros productos en cartel como Shrek para siempre (Shrek Forever After, 2010). Queda en claro que por costos y niveles de producción comparar no sería justo, pero hay que decir que si bien Cuentos de la selva no sorprende, sale airoso en el tratamiento estético de la imagen como en el diseño sonoro, con el agregado de una correcta y pegadiza banda musical. En momentos en donde el 3D y la animación de los grandes estudios como Disney - Pixar baten récords de taquilla, Cuentos de la selva es un producto menor realizado con buenas intenciones, pero nada más que eso. De haberse corrido un poco de la corrección política y jugado un poco más con el humor, el resultado hubiera sido otro. La crítica de quien escribe estas líneas, también.
Papá salió de viaje y no precisamente de negocios En 2005 Argentina se conmovió ante la historia de Avelino, un catamarqueño de escasos recursos que atravesó kilómetros de terreno desértico y escarpado para llevar a si hija moribunda a un centro médico. Esa historia es la que recrea El viaje de Avelino (2009) un documental de Francis Estrada que muestra los hechos a partir de una crudeza desgarradora pero con la delicadeza de no caer en el golpe bajo del que desde su introducción está presente en el tema. Avelino es trabajador y padre de 13 hijos que habita en Río Grande, una población de apenas algunos habitantes en la provincia de Catamarca. Un día su hija cae enferma y la convalecencia se agrava cada vez más. Avelino atravesará su propio vía crucis para salvar la vida de Nelly, su pequeña hija. Mientras en el pueblo la madre de la niña la da por muerta, Avelino luchará contra mares y montañas para salvarla, atravesando el desierto durante cinco días para llegar a que la atienda un médico. Estrada toma los sucesos ocurridos y con los mismos personajes recrea el periplo vivido por Avelino y su familia. El viaje de Avelino es una película simple, de esas que se hacen de manera casera, con escasos recursos técnicos y económicos, pero que tienen el agregado de reflejar un hecho real y no especular con ello. Contrariamente lo que logra es la toma de conciencia de un hecho que en cierta medida afecta a millones de personas, argentinas o no, que carecen de un servicio de salud y un nivel de vida digno. Relatado con una morosidad temporal importante, lo que puede inducir a cierta monotonía de los hechos, la ópera prima de Francis Estrada tiene el agregado de estar construida a partir del suspenso y la ansiedad de saber cómo se desencadenarán los hechos y es ahí en donde radica lo esencial de la trama, más allá del hecho que refleja. El realizador transporta al espectador hacia un estado de desazón que es la misma que atraviesan los personajes en el film. Resulta difícil, a la hora de elegir que ver en cine, que en su mayoría el público opte por este tipo de producciones, realizadas solo como una forma más de manifestarse artísticamente. Pero lo interesante es que para aquellos que gustan de otro tipo de alternativas, puedan apreciarlas en un cine y que el circuito cinematográfico apoye el estreno de este tipo de films, que más allá de que pueden gustar , hoy tienen la posibilidad de ser exhibidos y consumido por un público que busca una opción diferente.
Costumbres Argentinas El reflejo de una Argentina diferente es el que propone Lorena García en el documental Esta cajita que toco tiene boca y sabe hablar (2008). Temática que gira alrededor de un grupo de mujeres copleras, dentro de un contexto alejado de la cotidianidad urbana y que no por eso resulta distante o impropio. La copla es una expresión musical que le dio a la cultura popular argentina nombres emblemáticos como el de Leda Valladares. Instalada en el norte del país, la realizadora, nos va conduciendo a través de conjunto de mujeres, que hacen de la copla una forma de vida, para mostrarnos la profundidad de una manera de expresión desconocida por muchos y sin la repercusión que se merece. Como si fuera una road movie o un film iniciático, Esta cajita… comienza con una muchacha que llega a un pueblo desierto del norte a conocer una coplera y así impregnarse de sus conocimientos, en ese recorrido peregrinará por lugares tan remotos como desolados. Durante la primera parte Esta cajita… se concentrará en el retrato de estas mujeres y como hacen de la copla una forma de opinión sobre lo que piensan y sienten. La propuesta es un relato despojado, pero lleno de matices gracias a todo lo que tienen para transmitir. La segunda parte nos ofrece, ya en una ciudad, un encuentro de copleras en medio de una celebración popular con testimonios de "famosas" y anónimas exponentes del género. Mostrado con la simpleza de lo que podría ser un recital de rock o una celebración religiosa, servirá como resolución de la propuesta que el film realiza desde el inicio. Autóctono desde su construcción narrativa hasta en la forma en que la idea se plasma en pantalla, la lograda obra de Lorena García es una aproximación a un terreno tan desconocido como popular. Una historia que gracias a la magia del cine hoy puede llegar a aquellos que desconocían de su existencia o quieran empaparse más del arte popular.
Una opción a lo diferente Tras ser premiada en los Festivales de Cine Inusual y de Cine Latinoamericano, finalmente, se estrena en cines Cabeza de pescado (2009) ópera prima de la realizadora July Massaccesi. Film que se encuadra dentro del género fantástico con una interesante búsqueda melodramática a parir de un estilo único y personal. Las historias apocalípticas de Calvino, un taxidermista cuya familia disfuncional ha hecho de su vida una rutina circular y la de Rosie, una mujer abrumada por la crueldad de su pareja, se unirán en una trama plagada de fantasía, ciencia ficción y romance. Con una puesta minimalista, sin grandes recursos estéticos y mediante la utilización de una fotografía en blanco y negro, la realizadora se permite varias licencias estilísticas como muy pocas veces se ha podido ver en el cine de género argentino. Uno de esos aciertos es el viraje de la trama hacia el melodrama, en dónde se denota cierta influencia del cine de década del 50. Resulta casi imposible imaginar una historia fantástica y que a la vez explote el melodrama con tanto ímpetu. La mano de Massaccesi supo combinar ambos géneros con la precisión acertada y sin provocar una ruptura narrativa. Las actuaciones que en otros films pueden resultar desmedidas o exacerbadas, son acertadas ante la búsqueda realizada. Ingrid Pelicori y Martín Pavlovsky le aportan a la historia cierto dejo de teatralidad acorde a los lineamientos que la realizadora plantea. El mundo onírico que se esboza debe ir acompañado de personajes que cuyos matices se asemejen más a la artificialidad que al mundo real. Cabeza de pescado no es un film fácil de digerir, su naturaleza remite a los cánones del cine experimental en el que todo puede ser posible y en el que las limitaciones no existen. Dentro de un cine sin opción a lo diferente, Cabeza de pescado es una alternativa más para aquellos que quieran descubrir lo diferente.
Natalia, siempre Natalia Dentro de un cine carente de ideas, estéticas y estilos narrativos aparece la chispa renovadora que desde años luz no se percibía por estos lados del universo. El uruguayo Martín Sastre, toma lo mejor de los grandes maestros del cine moderno para crear una de las mejores películas que ha dado la industria en mucho tiempo. Miss Tacuarembó (2010), basada en el libro homónimo de Dani Umpi, es una bocanada de aire puro dentro de un circuito donde el riesgo parecía no existir. Natalia vive en Tacuarembó (Uruguay) y tiene un sueño: cantar y ser famosa. La vida transcurre y ese sueño que la acompaña desde niña parece cada vez más lejano. Pero como decía Berugo Carámbula los sueños sueños son y si uno lucha por lo que desea se harán realidad. Miss Tacuarembó es una extraña miscelánea que resulta imposible de no asociar con grandes artistas que han sabido ofrecerle al cine un estilo propio. Cineastas que con sólo ver unos minutos de sus films se puede llegar a distinguir claramente su firma, sin la necesidad de un intertítulo aclaratorio. La primera etapa de Pedro Almodóvar, el Woody Allen de Todos dicen te quiero (Everyone Says I Love You, 1996), algunos elementos referenciales de lo más experimental de Federico Fellini, Michel Gondry, el Spike Jonze de ¿Quieres ser John Malkovich? (Being John Malkovich, 1999), la factoría de Andy Warhol, creadores a los que Martín Sastre, sin duda, supo extraerles lo mejor de sí para proporcionarle su toque personal y lograr un híbrido que a pesar de las asociaciones y las claras referencias es único e inconfundible dentro de su género. Concebida como una comedia musical Miss Tacuarembó es un desliz de alegría y colorido que se manifiesta a través de la estética ochentosa que se le imprime, pero que a la vez nos brinda diálogos ácidos cargados de una crítica feroz hacia los preceptos de la iglesia, cuya negación de la realidad y los cambios impuestos por el avance del tiempo la hacen retrocer en el tiempo. Mientras en Argentina se debate el matrimonio igualitario entre personas del mismo sexo, Miss Tacuarembó aterriza como anillo al dedo cuestionando desde el absurdo la falta de tolerancia de quienes se dicen enviados de Dios en la tierra y que en realidad no son más que fanáticos religiosos cegados por el poder que pierden día a día. Desde lo técnico, el film plantea una estética pop inspirada en los años 80 que abarca desde canciones retro -compuestas por el líder del grupo musical Miranda Ale Sergi- hasta un vestuario sobrecargado de colores y accesorios, acompañado por una puesta de cámaras asociada al videoclip y a ciertas formas de encuadrar características de los teleteatros latinoamericanos. Para iluminar las dos épocas en las que está narrado el film, que abarcan la infancia de la protagonista y el presente, Sastre utilizó una luz que en el pasado se aprecia como si fueran viejas fotografías mientras que en el presente la tonalidad irradia brillo y un fuerte contraste. Natalia Oreiro halló la horma para su zapato y si quedaba alguna duda de su talento actoral llegó el momento de rebatirlo. No es uno sino dos personajes los que interpreta en el film, y mientras uno puede ser asociado a su personalidad, el otro está concebido desde su antítesis. Natalia es "Cristal" pero a la vez es Cándida López, una fanática religiosa con delirios místicos capaz de concebir los peores actos en nombre de Dios -alguna similitud con la realidad es pura coincidencia-. Mientras uno de los personajes derrapa naturalidad, el otro se construye desde el límite del absurdo pero sin por eso no resultar creíble. El elenco también lo conforman Mike Amigorena como un Dios cercano a la lejanía que nos quieren imponer, la española Rossy de Palma – ¿un guiño almodovariano?-, la venezolana Jeanette Rodríguez, Mirella Pascual, Melina Petriella junto a los niños Mateo Capo y Sofía Silveira, pero sin duda la gran revelación del casting es el genial Diego Reinhold, quien demuestra todo lo histriónico que puede ser un actor atribuyendo a su personaje los más diversos matices sin por eso caer en el estereotipo y el cliché. Uno nunca sabe lo que el espectador quiere y busca en el cine, pero lo cierto es que si lo quiere es pasarla bien, Miss Tacuarembó es una gran película que lo va a divertir, lo va emocionar y va a conseguir que al menos se vaya a su casa con una sonrisa. Para cantar y bailar, para reír y llorar, una historia que lo hará sentir vivo.
Pura Cepa El circuito alternativo presenta cada vez más opciones para que cineastas independientes puedan presentar sus trabajos que de otra forma no tendrían llegada al público. Durante los miércoles de julio y agosto a las 21.00 hs, podrá verse en El Camarín de las Musas (Mario Bravo 960- Capital) Vino (2010) de Diego Fried, cuya eje temático gira alrededor de una cita amorosa entre un hombre y una mujer. El departamento de él será el lugar elegido para el encuentro con ella. Entre copas de vino, palabras y silencios los minutos correrán mientras las fantasías van descubriendo la luz y que es en ese instante en el que dejaran de serlo. Dice la Real Academia Española acerca de la definición de vino. (Del lat. vinum). 1. m. Licor alcohólico que se hace del zumo de las uvas exprimido, y cocido naturalmente por la fermentación. 2. m. Zumo de otras plantas o frutos que se cuece y fermenta al modo del de las uvas. Y ese es el axioma perfecto para Vino, metáfora de un encuentro donde se cuece y fermenta una posible relación. Con una puesta que asemeja en muchos aspectos a los teatral, filmada en solo una locación y en donde la cinematografía radica en el movimiento de la cámara, la segunda película experimental de Fried toma elementos del dogma –movimiento cinematográfico surgido en Dinamarca en la década del 90- para reinterpretarlo a su manera y de esa forma crear un estilo narrativo personal que lo diferencia de lo ya visto hasta la actualidad. Solo dos personajes serán los encargados de llevar a cabo un relato intimista, de diálogos simples, donde todo radicará en los climas que ambos personajes crearán para jugar cada una de las escenas con total naturalidad y sin ningún tipo de prejuicio. Tanto Diego Fried, que además de dirigir se jugó por el protagónico y la española Marta Hermida salen airosos de sus personajes por la simplicidad con la que decidieron retratarlos y la frescura que les aplican. Vino no es más que un encuentro azaroso entre dos seres desconocidos que en tiempo real desnudaran su interior para mostrarnos como a medida que la cepa fermenta que todo lo impensado puede suceder. O no.
Relaciones Peligrosas Llega a malba.cine tras su paso por los festivales de Roma, Londres y La Habana, entre otros, la ópera prima de Marco Berger Plan B (2009), film que provoca un quiebre, desde la ambiguedad, de los límites sexuales pero abarcando un abanico de temas como lo son la amistad, las relaciones de pareja, el machismo y los prejuicios, tanto propios como ajenos. Bruno (Manuel Vignau) descubre que su ex novia –con la que se sigue viendo- sale con Pablo (Lucas Ferraro), para él un desconocido. Bruno debe pensar en un plan b para recuperarla. El único plan posible, a partir de un comentario de ella, es no volver a conquistarla, contrariamente, y porqué no sorpresivamente, el plan será enamorar a Pablo. Lo que empieza siendo un juego terminará por convertirse en un viaje sin retorno. Plan B pone en riesgo de manera contínua los límites entre la sexualidad y la amistad masculina. De repente ambos personajes se sienten atraídos, pero esa atracción no solo es física, también se cruza con un apego en el que se comparten gustos, charlas, recuerdos, comidas, salidas, sentimientos y una ex novia. El amor que sienten Bruno y Pablo comienza siendo un juego, que poco a poco irá transitando por los senderos del peligro, un peligro que tiene mucho más que ver con lo social que lo que interiormente les sucede. “Lo que suceda en este cuarto no tiene porque salir a la luz”- plantea uno de los personajes. Esa es la barrera que atraviesa todo el film, una barrera entre lo cerebral y lo visceral. Ambos personajes se debaten constantemente entre el hacer lo que sienten o lo que sería lo correcto. La utilización de separadores con medianeras de edificios podría considerarse como una metáfora acerca de la separación y los límites. Marco Berger nos presenta un mundo homo erótico desde una mirada diferente al cliché que se utiliza para retratar el universo gay. Ni Bruno ni Pablo son amanerados, no son promiscuos, tienen novias, amigos de su propio hombres. No buscan sexo casual, no frecuentan lugares gay, no se visten a la moda, ni siquiera aparentan ser ambiguos. Ellos no gustan de otros hombres, solamente se enamoran el uno del otro, no hay un mundo más allá de éste, solo un amor que pese a reprimirlo tarde o temprano saldrá a la luz. Solo el amor de dos personas, sin sexos, sin nombres, sin letreros luminosos. A través del uso de planos morosos, separadores en tiempos muertos y cierta forma de narración naturalista se mantiene al espectador en un estado de tensión a lo largo de toda la realización. Esa tensión es la misma que sufren los personajes y que el espectador recibe literalmente a través de la pantalla. El momento en que el impulso prime sobre la racionalidad será tan esperada por los que están dentro como los del otro lado de la pantalla. La exploración que hace Plan B sobre la sexualidad es una de las más atractivas que ha dado el cine en mucho tiempo, con madurez, sin resquemores, y con mucha más realidad que fantasía. Una historia que romperá nuestros propios límites internos y externos. El "Plan" para este fin de semana es el "B".
Rebelde con causa Raya Martin es uno de los realizadores filipinos que con tan solo 26 años más reacciones contrarias ha provocado en los espectadores, atravesando la delgada línea que divide el amor del odio. Independencia (2009) última realización del controversial director, cuyo estreno se realizó en la sección Un Certain Régard del Festival de Cannes 2009, será proyectada junto a una retrospectiva integral de su obra en la Sala Lugones del Teatro San Martín de Buenos Aires. El siglo XX llega a su fin y la invasión de Estados Unidos a Filipinas ya es un hecho. Una madre y su hijo deciden huir en busca de un lugar seguro en la montaña. El tiempo y la vida transcurren y un tercero irrumpirá en sus vidas. Mientras el aislamiento continúa, un hecho inesperado los volverá a poner en contacto con la realidad. Martin confiesa que en su films quiere contar la propia historia del país y como la del cine, concepto que en Independencia queda más que claro ya que ambas propuestas están claramente definidas. Filmada en un rotundo blanco y negro, con claras influencias de la época dorada del cine mudo apoyado con una cámara estática y actuaciones que remiten al neorralismo, el film es una apuesta netamente radical a lo que uno como espectador está acostumbrado a vislumbrar. Un pequeño cuadrado en el medio de una pantalla bordeada de negro será la forma que eligió el realizador para contar la historia. El niño terrible del cine filipino nos presenta un relato abrumador sobre la guerra, aunque no por eso Independencia es una película bélica, sino que va mucho más allá. La invasión es solo una excusa para mostrar la historia de un país y la idiosincrasia de su gente, poniendo en crisis dos términos muy en boga en los últimos tiempos: Invasión e Independencia. Con reminiscencia y confesas influencas del cine de Tarkovsky, Sokurov, Griffith y Murnau, el autor nos presenta una de las obras más originales, radicales y rigurosas del cine contemporáneo capaz de despertar las más dispares reacciones. Tómelo o déjelo pero seguro no le va a resultar indiferente.
La representación del patetismo o cómo burlarse de los desaparecidos Dirigida por Stefano Incerti y protagonizada por el italiano Alessio Boni (La mejor juventud, 2003) junto a los argentinos Florencia Raggi, Tomás Fonzi, Juan Leyrado, Jorge Marrale y Rita Terranova, Cómplices del silencio (2009) es una sucesión errores constantes y desaciertos que llegan a que el espectador se pregunte si está ante la peor película de todos los tiempos. Dos periodistas italianos vienen a Argentina a cubrir el Mundial de Fútbol del '78. Uno de ellos tiene sus tíos viviendo en el país. Lo que comienza siendo un reencuentro familiar y una simple fiesta deportiva desembocará en una trágica historia de amor en la que lo peor de la dictadura militar se apoderará de los protagonistas de la historia. Antes de comenzar la proyección durante el preestreno en Pantalla Pinamar 2010 uno de los productores aclaró que "es una historia argentina pero vista con los ojos extranjeros", como previniéndonos de lo que veríamos a continuación. Ya si de antemano alguien tiene que justificar una película es porque el resultado final no es de lo mejor. Luego de la secuencia inicial, con una música insoportable que atravesará toda la historia de manera innecesaria apelando al golpe bajo y la intensificación dramática sin justificación alguna, un soldado le grita a uno de los periodistas recién llegados al país y en pleno aeropuerto: “A ver si escriben bien de la Argentina”. Frase hecha si las hay, adelanta que lo lo que veremos será una desacertada historia que nada tendrá que ver con lo real, pero además que mostrará todo lo que en cine nunca debe hacerse. Diálogos inverosímiles, abuso de la música, problemas de continuidad, sobreactuaciones desmedidas, uso del travelling de manera injustificada y reiterada, una sucesión de clichés utilizados para retratar una época trágica -aunque en el film suenen cómicos-. Por ejemplo: en una secuencia vemos al personaje de Tomás Fonzi en un bar con sus amigos, llegan los militares y se llevan a dos de ellos; él queda consternado. En la escena siguiente lo vemos que sale de joda con un amigo y algunas “putas”, para que en la tercera y última escena se vuelva sobre el primer hecho y él regresa a su status de "joven comprometido políticamente" que lucha por los derechos humanos y sufre por los desaparecidos. Formalmente estas tres escenas se contradicen entre sí, pero parece que el director no se dio o no quiso darse cuenta. Cómplices del silencio no sólo es una falta de respeto a la Argentina sino al cine como institución. Sin duda, una película intrascendente que lleva a preguntarnos por qué fue elegida como la primera coproducción entre el INCAA e Italia. Nefasta de principio a fin y no solo por lo que trata, sino por cómo se realizó. Esto no es cine, ni lo será.
Retrato de un tipo "Macanudo" El documental de Franca González Serra retrata de manera acertada la obra de Liniers, reconocido dibujante e historietista argentino autor de Macanudo o de Cosas que te pasan si estás vivo. Una beca en Quebec (Canadá) para la realización de un proyecto une a Franca González Serra y Liniers en una misma vivienda de la ciudad del norte de América, única condición para acceder a dicho beneficio. De esa convivencia, producto de la casualidad o de la causalidad nace Liniers, el trazo simple de las cosas (2010). Lo que empieza siendo solo un raconto imágenes casuales de los momentos compartidos durante algunas semanas en Quebec, terminará por convertirse en un material único que permitirá reconstruir la obra de un gran autor que como sus personajes derrocha talento y humildad. Con las primeras filmaciones, realizadas como al descuido, Franca González Serra regresa a Buenos Aires y se choca con lo que puede dar inicio a una película, un material interesantísimo sobre un hombre que trasciende por sobre su obra. Se reencuentra con Liniers y le cuenta sobre su proyecto: hacer una película sobre su vida. Él no parece muy convencido y rechaza la idea, pero días después le hace una contrapropuesta “si el documental no es sobre su vida sino sobre su obra el aceptará”. Y así comienza la historia. La cámara sigue durante días al artista capaz de generar en segundos una historieta, mientras se intercalan las imágenes con animaciones que reflejan la obra completa del autor. Así durante más de 70 minutos vamos conociendo al hombre detrás de los dibujos por más que este no haya accedido a mostrar su vida, ya que en este caso vida y obra van de la mano, complementándose y no por separado. Pese a la reticencia inicial, como el trazo de un lápiz, la cámara va dibujando los momentos de la rutina de este hombrecito para presentarnos un retrato simplista pero no por eso incompleto. El trabajo, la tecnología, las ideas, los conciertos con Kevin Johansen, nos van mostrando a un Liniers que -como dice la directora- "se enciende junto a la luz roja de la cámara" para abrirnos su alma como la del mismo Macanudo. Y así con sencillez, como la misma que derrocha nuestro personaje retratado Liniers, el trazo simple de las cosas nos sumerge en un mundo que como sus historietas tiene la dosis necesaria de todo lo que hay que tener, nada le sobra, nada le falta. Descubra el alma del artista detrás del papel.