Tropa de héroes, de Nicolai Fuglsig Por Jorge Bernárdez En una ceremonia más bien anodina y atravesada por el exceso de corrección política, el único momento sorpresivo de los premios Oscar para muchos resultó ser el de un compilado de películas de guerra que terminó con un agradecimiento a las tropas que han sido la salvaguarda de la vida y de la libertad en distintas regiones del planeta. Cuac. No fue eso de manera textual lo que se dijo, pero fue el sentimiento de ese segmento. Unos minutos en los que se juntaron imágenes de distintas películas de guerra de las cuales muchas fueron netamente de propaganda y otras, de feroz crítica a la idea de la presencia imperial en distintos rincones del planeta. Tropa de héroes pertenece a ese grupo de relatos que resalta situaciones de marcada heroísmo que posiblemente provoque la indignación de cierto público, pero digamos que si bien glorifica el espíritu guerrero de los Estados Unidos, aún así está lejos de ser Los boinas verdes o alguno de esos bodrios señeros. Luego del ataque a las Torres Gemelas en 2001, ataque que la película se encarga de aclarar que no fue más que la frutilla del postre de una escalada de Al Queda, el gobierno de los Estados Unidos se lanzó a responder rápidamente aquella agresión. Lo que se ve en Tropa de héroes es ni más ni menos que la primera incursión de un grupo de soldados con el apoyo de la CIA para sacar a Bin Laden y a su gente de Afganistán. Fue una misión casi suicida que terminó siendo una de las acciones de guerra más reconocida por los manuales militares, una derrota que Al Queda tomó como la peor que había sufrido hasta ese momento y terminó por asegurarle a sus participantes un monumento en la zona donde supieron estar la Torres Gemelas. La película tiene una alto nivel de producción y todos están muy bien, aunque algunas cosas suenen a cliché remanido, pero no creo que a quienes les gusta el cine bélico renieguen mucho de los lugares comunes. De todas maneras hay alusiones todo el tiempo a la zona en conflicto como “la tumba de varios imperios” y lo que la película ensalza más que la lucha de los Estados Unidos contra los grupos terroristas es cierta hermandad guerrera de aquellos que se juntan en un frente de batalla y eso es porque la tropa de élite que llevó adelante aquella misión, contó con el apoyo de elementos locales. No es lo que se dice una gran film pero si les gusta la acción y no tienen la indignación flor de piel por los mensajes triunfalista, esta es la historia indicada. Por el contrario, si duda de todo y tiende a sentir cierta empatía por las regiones que parecen que nunca hayan sido otra cosa que territorios devastados, ni se moleste. TROPA DE HÉROES Tropa de Héroes. 12 Strong, Estados Unidos, 2018. Dirección: Nicolai Fuglsig. Guión: Ted Tally y Peter Craig. Intérpretes: Chris Hemsworth, Navid Negahban, Michael Shannon, Michael Peña, Trevante Rhodes, Geoff Stults, Thad Luckinbill, Austin Hébert, Austin Stowell, Ben O’Toole. Producción: Jerry Bruckheimer, Thad Luckinbill, Trent Luckinbill y Molly Smith. Distribuidora: Diamond Films. Duración: 130 minutos.
Operación Red Sparrow, de Francis Lawrence Por Jorge Bernárdez En el comienzo de Operación Red Sparrow, una integrante del ballet del Bolshói sufre un horrible accidente que por su gravedad la deja fuera del mundo de la danza. Al mismo tiempo que Dominika (Jennifer Lawrence) queda lesionada de por vida, en el Parque Gorky un agente de la CIA y su topo dentro del servicio secreto soviético escapan a duras penas de una redada de la policía rusa. Tiempo después Dominika recibe información clasificada en donde descubre que su lesión no fue realmente un accidente sino un atentado perpetrado por su pareja de baile junto a una bailarina que esperaba la oportunidad de ocupar su puesto en el ballet. Lo cierto es que las parejitas de conspiradores entenderán de manera violenta que se metieron con la bailarina equivocada y el espectador se entera además del carácter violento de Dominika, que rápidamente es contactada por su tío para que se olvide del ballet y se meta en un programa de espías que funciona desde los días de la Guerra Fría. Hermosos jóvenes rusos de ambos sexos son entrenados para ser armas letales cargadas de sensualidad y capaces de llevar adelante operaciones de infiltración o de seducción de espías o funcionarios del enemigo capitalista. Dominika además de haber perdido la capacidad de bailar, tiene una madre gravemente enferma que necesita tratamiento, así que no duda mucho en aceptar la propuesta y entrar al programa para canalizar el carácter violento que anida en ella. Su primera misión será ubicar al agente de la CIA que aquella noche de su accidente huyó pero que espera en Budapest que su contacto reaparezca. Operación Red Sparrow combina un poco de las clásicas novelas de espías con algo de los cómics ultraviolentos con dosis considerables de sexo. Lawrence asume el papel de Dominika con soltura y se transforma en una máquina de seducción y venganza. No importa demasiado que nunca esté claro en que época se desarrolla, hay extrañas combinaciones tecnológicas cómo que en una escena conviven un teléfono celular de última generación con un grupo de disquetes que contienen información vital para los servicios de inteligencia de Occidente y de Rusia. Pero ni algunos huecos o incongruencias de guión atentan contra la película, que atrapa al espectador con altas dosis de acción, violencia y escenas de sexo de alto voltaje. El “cine que le gusta a la gente” (ja) vuelve a la pantalla de la mano de Jennifer Lawrence y un elenco que se luce jugando el rol que la película necesita para que nunca afloje la acción. OPERACIÓN RED SPARROW Red Sparrow. Estados Unidos, 2018. Dirección: Francis Lawrence. Guión: Justin Haythe. Elenco: Jennifer Lawrence, Joel Edgerton, Matthias Schoenaerts, Charlotte Rampling, Mary-Louise Parker, Ciarán Hinds, Jeremy Irons, Joely Richardson, Bill Camp, Douglas Hodge. Producción: Steven Zaillian, Jenno Topping, David Ready y Peter Chernin. Distribuidora: Fox. Duración: 139 minutos.
Un viaje a la Luna, de Joaquín Cambre Por Jorge Bernárdez Una película sobre ritos de iniciación, sobre lo difícil que es entrar a la adolescencia y sobre cómo es sentirse incómodo todo el tiempo dentro del mundo que te toca vivir. Tomás (Angelo Mutti Spinetta) trata de zafar de los exámenes, tiene un amigo que es la clásica amistad que los padres no quieren para sus hijos y pronto va a tener algunas experiencias típicas de esa edad, cómo una primera fiesta, algo de romance y esas cuestiones típicas de la entrada a la adolescencia. Los padres de Tomás ( Leticia Brédice y Germán Palacios) no saben muy bien cómo manejar la nueva etapa y el psicólogo (Luis Machin) lo trata a su manera. La película es la opera prima de un experimentado director de video clips, que entiende el mundo de esos adolescente que dejan deslizar las horas y que tratan de pasar por los exámenes de la escuela secundaria sin estudiar, porque claro, eso es lo que hace uno a esa edad. Tiene amigos que a los padres no le gustan, es protagonista de transgresiones menores y descubre cosas. El espíritu inocente de la película se agradece. No es perfecta y algunos giros de la historia no se sostienen, pero de todas maneras se ve que hay ideas interesantes y un grupo de actores de que acompañan con entrega las decisiones del director. Hay buena música y la participación de Angela Torres, que le da a Un viaje a la Luna un desparpajo y una frescura que se agradecen. UN VIAJE A LA LUNA Un viaje a la Luna. Argentina, 2017. Dirección: Joaquín Cambre. Intérpretes: Angelo Mutti Spinetta, Leticia Brédice, Germán Palacios, Angela Torres, Luca Tedesco y Luis Machín. Guión: Laura Farhi y Joaquín Cambre. Fotografía: Nicolás Trovato. Música: Emilio Haro y Gabriel Barredo. Edición: Nicolás Goldbart. Dirección de arte: Alejandra Isler. Sonido: Bechen de Loredo. Distribuidora: Cinetren. Duración: 87 minutos.
La forma del agua, de Guillermo del Toro Por Jorge Barnárdez Guillermo del Toro es un experto en historias fantásticas, de terror, en cuentos para chicos (Cronos, Mimic, El espinazo del diablo, El laberinto del fauno, la saga de Hellboy), esa experiencia fue puesta en evidencia en más de una película y se podría decir que en esta obra transita todos esos conocimientos. Lo cierto es que La forma del agua es un relato extremo no apto para cínicos, para aquellos que les gusta mostrar el truco del mago o el hilo de la marioneta. Durante la Guerra Fría un sector de la inteligencia norteamericana dedica su tiempo a investigaciones poco ortodoxas, por decirlo de alguna manera y a ese sector llega una bicho bastante raro aunque los que saben de cine de terror clásico rápidamente pueden reconocer cómo ‘El monstruo de la laguna’. Una de las empleadas se cruza con él y establece una fuerte conexión que a medida que avanza el relato, deriva en una historia de amor que cómo corresponde a toda historia de un relato clásico de terror, derivara en tragedia, si después de todo qué otra cosa que historias de amor son Dracula y Frankenstein, ambas considerada como clásicos de este tipo de relatos. Elisa (Sally Hawkins) es la chica de a limpieza que entra en relación con loa criatura, se comunica con ella a través del lenguaje de señas que conoce en tanto quedó muda por un accidente cuando era una niña. Cuando se entera de cuál es el destino que el gobierno de los Estados Unidos tiene pensado para el monstruo, Elisa decide intervenir y tratar de salvarlo. El amor se instala entre ellos pero también empiezan a desarrollarse una serie de intrigas que van a terminar ahogando al amor y finalmente estallará la tragedia, cuando los espías soviéticos y americanos terminen a los tiros. La forma del agua no ahorra truculencias ni situaciones violentas y si la trama está llena de momentos extremos, Del Toro se luce haciendo de la película un verdadero lujo y un derroche de belleza. Es por eso que está nominada a 13 premios Oscar y es firma candidata a llevarse varias estatuillas el próximo 4 de marzo, solo precisa que los votantes de la Academia se jueguen a premiar a un relato fantástico-romántico no apto para cínicos. LA FORMA DEL AGUA The Shape of Water. Estados Unidos, 2017. Dirección: Guillermo del Toro. Guión: Guillermo del Toro y Vanessa Taylor. Intérpretes: Sally Hawkins, Doug Jones, Michael Shannon, Richard Jenkins, Octavia Spencer, Michael Stuhlbarg, David Hewlett, Nick Searcy, Stewart Arnott, Nigel Bennett. Producción: Guillermo del Toro y J. Miles Dale. Distribuidora: Fox. Duración: 119 minutos.
El robo perfecto, de Christian Gudegast Por Jorge Barnárdez Gerard Butler es hoy la garantía de la acción y la violencia en el cine. Cueva de ladrones es el título original de El robo perfecto y no nos preocupa tanto lo pedestre del título cómo que cumple la función de spoiler. Butler es ‘Big Nick’ O’Brien, un policía duro que comanda una brigada especializada en bandas importantes, lo que acá sería una súper banda comandada por el gordo Valor. Lo que la película narra es la persecución de ese grupo especial sobre una banda que empieza a dar golpes -que claramente tienen una finalidad superior-, delincuentes que roban un camión de caudales y cometen tropelías que van dejando pistas que a Big Nick le dan mala entraña, así que con sus muchachos comienzan a hostigar en los lugares conocidos a los sospechosos de siempre tratando de adelantarse a lo que entienden que será el golpe mayor. Y el golpe que planea la súper banda es efectivamente importante, nada menos que la Reserva Federal, de donde piensan llevarse 120 millones de dólares. La película, por muchas razones trae a la memoria otros relatos de robos, sobre todo Fuego contra fuego en donde el gran Michael Mann reunió a Robert De Niro y Al Pacino. Dicho esto, si bien el elenco de El gran robo no es tan estelar, Butler está acompañado por es el otro protagonista es 50 Cent y las escenas de acción no tienen nada que envidiarle al film de Mann. Para muchos El gran robo les parecerá un enorme cliché, pero la verdad es que tanto el personaje de Butler que está absolutamente pasado de rosca y testosterona, como el clima general de la película, es una gran trampa para narrar una historia que tiene mas vueltas de las que uno se espera y que conviene seguir con atención. Definitivamente es un plan fuerte para aquellos a los que les gustan las películas con tiros y acción, aunque nada es tan simple en esta cueva de ladrones. EL ROBO PERFECTO Den of Thieves. Estados Unidos, 2018. Dirección y Guión: Christian Gudegast. Intérpretes: Gerard Butler, Pablo Schreiber, O’Shea Jackson, Curtis Jackson, Meadow Williams, Maurice Compte, Brian Van Holt, Evan Jones, Kaiwi Lyman, Dawn Olivieri. Producción: Gerard Butler, Mark Canton, Alan Siegel y Tucker Tooley. Distribuidora: Diamond Films. Duración: 140 minutos.
La fiesta de la vida, de Olivier Nakache y Eric Toledano Por Jorge Barnárdez Max (Jean Pierre Bacri) está en crisis, no es una crisis personal aunque su vida en ese aspecto no es fácil y cuando empieza la película da rienda suelta de su mal humor y su capacidad de daño con su lengua filosa ante una pareja que trata de bajar todo lo que se pueda el presupuesto de la fiesta de casamiento que están arreglando. La fiesta de la vida es una comedia sobre el mundo de hoy y centra su historia en la que todo hace pensar que sería la última fiesta que Max organizará, así de grave es la crisis del personaje principal. El servicio que se aprestan a brindar Max y los suyos es una fiesta de casamiento en un castillo, una fiesta temática, llena de complejidades, en la que los camareros deben usar uniformes de época, lo que en este caso incluye unas molestas pelucas. El equipo de Max es profesional pero está atravesado por una serie de conflictos que son presentados en los primeros minutos y que explotarán uno a uno a lo largo de la película. La fiesta de la vida es una comedia sobre el mundo de hoy, un mundo complejo, embarullado, que pone a prueba todo el tiempo la capacidad de sortear situaciones y donde lo que parece estar a prueba es la capacidad de adaptación de los seres humanos ante cada nuevo problema que aparece. hay que decir que la película no elude casi ninguna de las temáticas mas conflictivas, desde la inmigración ilegal hasta la desaparición de algunos trabajos. Mientras el protagonista trata de lidiar con su crisis personal de trabajo a la vez se encarga de liderar a su variopinto equipo de trabajo. Nakache y Toledano dirigen con solvencia un guión generoso con los personajes y ponen en juego cierta pericia incluso en el manejo de la cámara y en la puesta en escena. No importa la ligereza en la forma de encarar los temas y que cierta mirada sobre el tema de la adaptación, Max dice más de lo necesario la frase “nos adaptamos”, pero esa mirada un poco inocentona no empaña el resultado final. Una comedia sobre el mundo de hoy que no se excede ni en lo cómico ni en lo melodramático es una especie de bálsamo para estos días, después de todo no hay nada de malo en entrar al cine para gratificarse con un buen elenco y una reflexión sobre la vida de hoy que no nos induzca al corchazo, métanse en el cine, disfruten de la película y del aire acondicionado de la sala, que para amargarse ya está la vida. LA FIESTA DE LA VIDA Le sens de la fête. Drancia, 2017. Dirección y guión: Olivier Nakache y Eric Toledano. Intérpretes: Jean-Pierre Bacri, Vincent Macaigne, Kévin Azaïs, Eye Haidara, Suzanne Clément, Gilles Lellouche, Judith Chemla, Jean-Paul Rouve, Benjamin LavernheMúsica: Avishai Cohen. Fotografía: David Chizallet. Duración: 115 minutos.
Pantera negra, de Ryan Coogler Por Jorge Barnárdez Cuando Stan Lee y Jack Kirby crearon al primer superhéroe negro, el mundo apenas estaba preparado para semejante audacia, se escuchaban los estruendos de las luchas por los derechos civiles pero la realidad es que al salir Black Panther ni siquiera existía el movimiento político conocido como Las panteras negras, que serían la expresión extrema de ese movimiento social que esperaba correr los límites que imponía la sociedad estadounidense. La película que viene a sumarse a lo que hoy se conoce como Universo Marvel toma esa historia, la inserta en ese universo cinematográfico y crea un personaje con sus propias reglas. Lo que está pasando en ese universo es novedoso, parece no tener limites y ya se conocen estrenos que se producirán en 2020. Lentamente la avanzada de los Avengers se va apagando, todavía falta una película para definir la guerra civil que agita el mundo de los superhéroes de Marvel y mientras tanto, vamos conociendo propuestas nuevas como Pantera negra. No crean que Marvel ha tomado un camino, más bien piensen qie este desarrollo de personajes es algo así como la ampliación del horizonte. Wakanda es un país africano que esconde en su interior, un territorio oculto que fue bendecido con la caída de un mineral desde el espacio que le proporcionó la posibilidad de desarrollar una tecnología diferente. El lugar fue mítico y debió ocultarse todo lo que pudo pero un mercenario de nombre Ulysses Klaue (Andy Serkis, por fin a cara lavada), enterado del mineral que hacía distinto a ese territorio africano, entró y robo una porción de esa riqueza. Wakanda entonces se mostró ante el mundo pero como una república emergente del tercer mundo, mientras a los ojos del mundo era un país africano en donde las ventajas de una tecnología autónoma y diferente llegaba hasta el último de los habitantes del reino. Pero esa existencia idílica escondía una interna familiar intensa y una intrincada política de alianza con otras tribus y la disputa sobre si Wakanda debía permanecer en el semi anonimato o el mundo merecía conocer todo lo que se había desarrollado gracias al Vibranium, el mineral del que el reino sacaba los avances de los que se podía jactar. La película arranca en 1971 con una lucha entre hermanos y de ahí vuelve al momento en que el rey muere en el atentado -que se ve en Capitán América: Guerra civil- para después pasar a Wakanda y desarrollar una historia al estilo de la serie Game of Thrones. Una característica del país africano es la fuerte presencia femenina y en ese sentido en el elenco brillan Lupita Nyong’o y sobre todo Letitia Wright cono la hermana de Black Panther. Pantera negra tiene la belleza visual de todas las películas de Marvel, una banda de sonido extraordinaria y no tiene casi nada del extravagante sentido del humor del que por caso, hace gala Thor, que fue la última película que conocimos de Marvel. Queda mucho por desarrollar si es que el camino elegido es seguir la línea argumental de la historieta, pero lo que queda por ahora es esperar la próxima película de los Avenger y ver como se van acomodando los planetas en esta galaxia paralela en que se ha convertido el Universo Marvel. PANTERA NEGRA Black Panther. Estados Unidos, 2018. Dirección: Ryan Coogler. Guión: Ryan Coogler y Joe Robert Cole. Intérpretes: Chadwick Boseman, Michael B. Jordan, Lupita Nyong’o, Danai Gurira, Martin Freeman, Daniel Kaluuya, Letitia Wright, Winston Duke, Sterling K. Brown, Angela Bassett. Producción: Kevin Feige y David J. Grant. Distribuidora: Buena Vista. Duración: 134 minutos.
Las horas más oscuras, de Joe Wright Por Jorge Barnárdez En 1940 Europa se debatía entre sumarse a Hitler o ponerse en contra y de esa manera afrontar la guerra subsiguiente contra un maquinaria que llevaba años preparándose para saltar sobre sus vecinos primero, para después establecer un imperio mundial que sobrepasara el continente. Por aquellos días Inglaterra tenía cómo primer ministro a Neville Chamberlain que desde 1939 venía aceptando situaciones humillantes y concediéndole a Hitler cuanto capricho presentaba ante la corona británica. Gran Bretaña tenía un problema de origen, cuando en 1917 se habían instalado los Windsor se hizo toda una operación para limpiar del nombre de la casa gobernante que pertenecía a los Hannover (Sachsen-Coburg und Gotha era su denominación original), así que necesitaba mostrar que no tenía ninguna simpatía por lo que representaba Alemania, pero por otro lado no estaban tan convencidos o al menos públicamente no terminaban de mostrarle los dientes al III Reich. Inglaterra veía al ejército alemán tomar los países vecinos y recibía el pedido de Francia de que no la dejaran caer -aunque hay que decir que la oposición real de Francia a Hitler también ha sido tema de debate-. El director de Las horas más oscuras, Joe Writh, dice que “lo más difícil que tenía que afrontar era la estructura de la historia que se sostenía sobre varias discusiones en habitaciones oscuras”, pero aunque no lo menciona, para sortear ese problema, tenía en la manga un as difícil de empardar: Gary Oldman. Frente al momento más oscuro Inglaterra necesitaba que alguien tomara una decisión y era un camino difícil y doloroso pero más problemático era para una isla que desde su situación insular había gobernado buena parte del globo terráqueo, hubiera sido entregarse al poder alemán. El único político capaz de guiar esa etapa era Winston Churchill, que ya estaba mayor, que venía golpeado por algunas decisiones políticas en las que no había acertado y que sentía que su momento político ya había pasado. Las horas más oscuras toma esos momentos decisivos y los pone sobre las espaldas de Churchill, porque Gary Oldman no interpreta al primer ministro sino que directamente se transforma en él. Nadie va a discutir acá las habilidades de Joe Writh (Anna Karenina, Hanna, Expiación, deseo y pecado, Orgullo y prejuicio, la serie Black Mirror) a la hora de armar una puesta en escena que pueda hacer interesante una serie de momentos en que los protagonistas discuten de política y de historia. Lo que no hace que la película sea algo más que una ilustración correcta y algo académica de ese momento histórico que, dicho sea de paso, es el mismo que cuenta Christopher Nolan en Dunkerque, sólo que uno elige contarlo desde los pasillos del poder y jugándose a una actuación que terminará haciéndole ganar el Oscar a Gary Oldman y el otro registrar el heroísmo de la gente que le puso el cuerpo a la lucha contra el fascismo. LAS HORAS MÁS OSCURAS Darkest Hour. Reino Unido, 2017. Dirección: Joe Wright. Guión: Anthony McCarten. Intérpretes: Gary Oldman, Kristin Scott Thomas, Ben Mendelsohn, Lily James, Ronald Pickup, Stephen Dillane, Nicholas Jones, Samuel West, David Schofield, Richard Lumsden. Producción: Tim Bevan, Lisa Bruce, Eric Fellner, Anthony McCarten y Douglas Urbanski. Distribuidora: UIP. Duración: 125 minutos.
Cincuenta sombras liberadas, de James Foley Por Jorge Barnárdez Cincuenta sombras liberadas es el desenlace de la historia de amor entre Anastasia Steel (Dakota Johnson, la hija de Don Johnson y Melannie Griffith) y Christian Grey (Jamie Dorman), la pareja del sexo sadomasoquista compartido. Los libros fueron un éxito editorial y las películas hasta el momento de estrenarse esta tercera parte llevan recaudados casi mil millones de dólares. Los números y la historia del proyecto demuestran lo fútil que puede ser la labor del critico, puesto a examinar una historia que millones de lectores han adoptado como objeto de interés. La venta de los libros empujó en su momento la venta de juguetes para adultos y más de uno habrá querido armarse en la casa un cuarto lleno de espejos y adminículos para esos juegos arriesgados, al estilo del que tiene el personaje masculino. La tercera parte de la historia arranca nada menos que con el casamiento de la pareja, lo cual de por sí es anticlimático en términos de romanticismo, pero bueno, allá van Anastasia y el millonario rumbo al altar y a una nueva vida. ¿Cómo se remonta semejante comienzo? El autor se las ingenió y entonces aparecen fantasmas del lado de ambas vida, hay un poco de acción, algo de trama policial, el conocimiento de los amigos y las familias y la verdad es que la película avanza, un poco a los tumbos, si, metiendo en el medio de todas esas tramas algunos momentos de sexo todo lo audaces que se puede permitir una película que es un poco menos que porno soft hecha por una productora importante. Si, Anastasia es ideológicamente una especie de Susanita, el personaje de Mafalda, y él es el hijo adoptado y tristón de una familia millonaria pero ese conjunto parece impactar a una gran parte del público, por más que la película tenga la intensidad de esos discos de “bossa y algo” que son capaces de hacer aburrido hasta al repertorio de los Rolling Stones. CINCUENTA SOMBRAS Fifty Shades Freed. Estados Unidos, 2017. Dirección: James Foley. Intérpretes: Dakota Johnson, Jamie Dornan y Kim Basinger. Distribuidora: UIP. Duración: 95 minutos.
Todo el dinero del mundo, de Ridley Scott Por Hugo F. Sanchez En los setenta, antes de que los ranking de millonarios se pusieran de moda en los medios, Jean Paul Getty era considerado el hombre más rico del mundo gracias a sus inversiones en el negocio del petróleo, que se remontaban a la época en que tejió vínculos con los países árabes. Lo cierto es que la excentricidad de Getty superaba los límites de su mansión en Inglaterra y se sabía que coleccionaba obras de arte solo para ser disfrutadas por él y además, que cuidaba cada petro-dolar de sus cuentas bancarias con fiereza. Es decir, que era un avaro de proporciones míticas. Lo cierto es que el secuestro en Roma de uno de los nietos de este señor en 1973, fue la noticia de tapa de los diarios del mundo, primero por el hecho en si pero después, porque el magnate se negaba a ceder ni un dólar de los 17 millones que pedían los secuestradores. La película de Ridley Scott es un artefacto raro. En principio por todo lo que se supo del rodaje, que concluyó y que estaba lista justo para el momento en que estalló el escándalo Weinstein, apenas el iceberg de numerosas estrellas denunciadas por acoso sexual, entre ellas Kevin Spacey…, la estrella de Todo el dinero del mundo. Rápido de reflejos, Scott cortó (literalmente) por lo sano eliminando a Spacey del film (¡al protagonista!) y reemplazándolo por Christopher Plummer. Ahora bien, más allá de lo arriesgado de la apuesta y que la jugada da cuenta de los parámetros despiadados con que se maneja el negocio del cine a gran escala, el relato transita el trhiller, el biopic oblicuo, un estudio sobre el poder, el drama familiar y la política. La enumeración de estos elementos -enraizadas en las diferentes líneas narrativas- en general sirven para demoler alguna película que peca de dispersa, demasiado ambiciosa y hasta confusa. Pero el director británico logra sostener y encauzar todas las variables, aunque no deja de ser una producción industrial manejada con todo el oficio de que es capaz el veterano y prolífico Ridley Scott. El relato se estructura sobre tres personajes: Getty (Plummer), la madre del joven secuestrado (Michelle Williams) y un ex CIA en tareas de negociador con los secuestradores (Mark Wahlberg), más el nieto cautivo (Charlie Plummer) y el principal secruestrador (Romain Duris). Más allá del buen elenco, es indudable que el trabajo de Christopher Plummer es el que concentra los mejores momentos de la película dándole vida a un millonario desalmado, feroz y a la vez humano, una labor que sin la posibilidad de ver la primera versión del film -¿algún día se filtrará?-, deja rápidamente en el olvido que originalmente el papel estuvo a cargo de Spacey. TODO EL DINERO DEL MUNDO All the Money in the World. Estados Unidos, 2017. Dirección: Ridley Scott. Intérpretes: Michelle Williams, Christopher Plummer, Mark Wahlberg, Charlie Plummer, Timothy Hutton y Romain Duris. Guión: David Scarpa, basado en el libro de John Pearson. Fotografía: Dariusz Wolski. Música: Daniel Pemberton. Edición: Claire Simpson. Distribuidora: Diamond Films. Duración: 132 minutos.