“El último hombre”, de Rodrigo H. Vila Por Jorge Bernárdez El último hombre al que se refiere el título es Kurt Thomas (Hayden Christhensen), que sufre de estrés post traumático y que por eso ha regresado del frente de batalla. Estamos en un futuro no muy lejano en el que el sistema mundial ha estallado en pedazos y todo el mundo vive como puede bajo reglas que cambian a cada rato y que nadie parece saber cómo manejar. En este regreso a casa, Kurt se va a topar con una calle peligrosa habitada por grupos hostiles y hasta un santurrón de discurso apocalíptico interpretado por el gran Harvey Keytel. Vayamos a lo bueno de esta película dirigida por el argentino Rodrigo Vila, que a mediados de los ochenta publicaba la revista “Fierro”, que consiguió producción y distribución de una importante empresa internacional para contar esta historia tan afín al paladar de los fanáticos de la ciencia ficción y de las historietas. El arte y el diseño de la película resultan agobiantes y a la vez ajustados, en ese sentido por momentos es inquietante ver a las torres de Lugano dominando el paisaje exterior. El resto no ayuda mucho, porque la voz en off que se elogió lejos de facilitar entender lo que pasa en la cabeza de Kurt complica todo. No hay casi nada que no se haya visto antes y hay que decirlo, también que no sea subrayado hasta el hartazgo. Se puede pensar todo esto como una oportunidad desperdiciada, pero bajo una mirada piadosa, es preferible decir que esta película es un borrador fallido de un director que a la hora de filmar su primer largo de ficción, puso todo lo que tenia y se olvidó de que muchas veces menos es más. EL ÚLTIMO HOMBRE The Last Man. Argentina/Canadá, 2018. Dirección: Rodrigo H. Vila. Guión: Rodrigo H. Vila, Gustavo Lencina y Dan Bush. Intérpretes: Hayden Christensen, Harvey Keitel, Marco Leonardi, Justin Kelly, Liz Solari, Rafael Spregelburd, Fernán Mirás, Raymond E. Lee, Gabriel Smith Lenton, Federico Aletta. Producción: Rodrigo H. Vila, Gonzalo Vila y Dalila Zaritzky. Distribuidora: UIP. Duración: 101 minutos.
“Yanka”, de Ivan Abello Por Jorge Bernárdez Una leyenda aborigen, una mujer que da su vida al espíritu del volcán para salvar al mundo y la hija de esa mujer que busca la verdad. El planteo no estaba mal pero ya se sabe que una cosa es la teoría y otra la práctica. Yanka es una película con muchas buenas intenciones que básicamente, naufragan por culpa de lo elemental de su realización, que pese a mostrar algunos efectos interesantes a la hora narrar de manera coherente, encuentra vallas insalvables. La presencia de una de las actrices del momento, Maite Lanata, a la que rodearon de un elenco de actores profesionales que hacen lo que pueden, no alcanza para rescatar a esta película dirigida a un público infantil al que les preparan las diferentes franquicias que los grandes estudios, por lo que ya están bastante curtidos para que se los trate de entretener con cuestiones tan elementales como las que pone en pantalla Yanka. YANKA Yanka. Argentina, 2018. Dirección: Ivan Abello. Guion: Ivan Abello, Julieta Ledesma y Fernando Regueira. Intérpretes: Maite Lanata, Juan Palomino, Enrique Dumont, Ezequiel Volpe, Aymará Rovera, Gastón Pauls, Hugo Arana. Producción: Ignacio Rey, Gastón Rothschild, Fernando Sirianni, Manuel Faillace. Distribuidora: Digicine. Duración: 85 minutos.
“Mi ex es un espía”, de Susanna Fogel Por Jorge Bernárdez Se llaman Body Movies a esas películas en las que dos personajes llevan adelante una trama que por lo general son comedias de acción o policiales. Las variables son muchas, puede ser un gordo y un flaco, un inteligente y otro medio tonto, un valiente y un cobarde, un delincuente y un policía y así hasta el infinito, Cómo las mujeres van logrando copar lugares que antes les estaban vedados, llegan ahora películas de ese estilo con ellas en los personajes principales. En Mi ex es un espía la personalidad de las protagonistas no es antagónica sino que son amigas que se ven lanzadas a una aventura con espías, tiros, persecuciones y algo de violencia. Audrey (Mila Kunis) cumple años y ese mismo día se entera que su ex novio es un espía y la manera en que se entera no es la mejor. La chica se entera en el medio de una pelea brutal de las actividades de su ex y en el camino de una espectacular huida a su amiga Morgan (Kate McKinnon), así que en menos de cinco minutos empieza una carrera enloquecida por salvar un pendrive con información vital para distintas agencias gubernamentales. No viene al caso arruinar las vueltas de tuerca, pero hay que decir que las dos actrices se entregan absolutamente a la aventura que las lleva desde Estados Unidos a París y otras ciudades europeas. McKinnon demuestra una vez más que no por casualidad es una de las estrellas actuales del histórico Saturday Night Live y Mila Kunis le toca la parte seria del dúo y lo hace con ángel y resolución. No es una gran película pero es simpática y nadie desentona. Y sí, algunos chistes son de trazo grueso como se estila en estas épocas. MI EX ES UN ESPÍA The Spy Who Dumped Me. Estados Unidos/Canadá, 2018. Dirección: Susanna Fogel. Intérpretes: Mila Kunis, Kate McKinnon, Justin Theroux, Sam Heughan, Gillian Anderson, Ivanna Sakhno, Fred Melamed y Paul Reiser. Guión: Susanna Fogel y David Iserson. Fotografía: Barry Peterson. Música: Tyler Bates. Edición: Jonathan Schwartz. Distribuidora: BF París. Duración: 116 minutos.
“¿Quién mató a los Puppets?”, de Brian Henson Por Jorge Bernárdez Si hubo un policial negro que hizo convivir a los dibujos animados con los seres humanos, ahora tenemos un policial negro que combina al mundo de los puppets o títeres con gente. La película de animación ¿Quién engaño a Roger Rabbit? era perfecta, esta de los títeres no lo es pero el camino de los hechos artísticos está lleno de cosas fallidas. ¿Quién mató a los Puppets? es la película de los herederos de los Muppets, detrás de esta película se encuentra el hijo de Jim Henson, uno de los dos creadores de aquellos muñecos legendarios que desde hace un tiempo son propiedad de Disney. Es fácil pensar que para Brian Henson, la Rana René, el Oso Figueredo y Miss Peggy eran muñecos con los que jugaba de manera desenfadada y haciendo con ellos cosas que su padre Jim jamás habría puesto en esas situaciones. Phil Phillips es un puppet que fue policía, pero que lleva años alejado de la fuerza porque cometió un error que le costó la vida a un humano. Phil trabaja ahora de investigador privado y se maneja en un límite escabroso donde humanos y puppets intercambias favores sexuales. En el comienzo de la película, una pelirroja fatal lo contrata para que averigüe quién la está chantajeando. En paralelo, al elenco en pleno de The Happytime Gang -una comedia que fue furor y en la que se planteaba la vida en común de humanos y muñecos-, empieza a ser asesinado. La policía de Los Angeles junta a Phil con su ex compañera Connie (Melissa McCarthy) y les encarga la investigación. La comedia se desmadra cómo no puede ser de otra manera cuando se junta lo que sería el lado oscuro de los títeres y comediantes que han pasado por Saturday Night Live, cómo Maya Rudolph que es la secretaria de Phil. Comedia negra y escatológica a la que claramente no le importa nada la corrección o no de lo que pone en la pantalla, aunque por momentos satura un poco el juego. Pero sí, el juego es sacar una risa o una sonrisa, incluso corriendo el riesgo de irse al pasto. ¿QUIÉN MATÓ A LOS PUPPETS? The Happytime Murders.Estados Unidos, 2018. Dirección: Brian Henson. Intérpretes: Melissa McCarthy, Elizabeth Banks, Maya Rudolph, Joel McHale, Cynthy Wu, Leslie David Baker, Jimmy O. Yang, Colleen Smith, Pamela Mitchell, Mitch Silpa, Brian Palermo, Drew Massey y Dorien Davies. Guion: Todd Berger y Dee Robertson. Fotografía: Mitchell Amundsen. Música: Rupert Gregson-Williams. Distribuidora: Diamond Films. Duración: 91 minutos .
“Charco: Canciones del Río de la Plata”, de Julián Chalde Por Jorge Bernárdez Alguna vez el escritor Abelardo Castillo dijo que Buenos aires y Montevideo son una misma ciudad atravesada por un río y bajo esa misma idea Charco es el viaje de Pablo Dacal, un poco en busca de la genealogía de la canción y otro poco por el puro disfrute de juntarse con músicos de los dos lados del río para charlara sobre los que une a este territorio vasto, plano y tristón. El documental además de mostrar una variedad infinita de bares y del territorio de la bohemia, está atravesado por ideas, frases, por historias que unen más allá de los límites geográficos. Y es que tanto los montevideanos como los porteños parecemos tener bien presente a los de la orilla contraria, tanto para compadrear como para unir las poesías y los ritmos. No es difícil reconocer en la locura de los argentinos Tanguito o de Miguel Abuelo, algo de los uruguayos Eduardo Mateo o de la de Fernando Cabrera. El relato está atravesado todo el tiempo por cruces, ideas y canciones de Buenos aires y de Montevideo pero no solo de la bohemia oficial, porque la cámara lo sigue a Dacal hasta los márgenes de Buenos aires para encontrarse con Pablo Lescano y su cumbia que el músico interpreta porque “Qué otra cosa iba a tocar habiendo crecido donde lo hice”. Las historias están entrelazadas, no sólo sólo porque el folclore entrecano se parezca a algunas cosas de la campiña oriental, sino porque mientras acá en La perla del Once se comenzaba a gestar lo que después se conoció como rock nacional, en Montevideo los hermano Fattoruso creaban el candombe beat. Las canciones brotan en cada encuentro y así se ve en pantalla a Jorge Serrano con Onda Vaga y Fito Páez toca ¨No soy un extraño” de Charly García, junto a Pablo Dacal también alguien toca un tema de Gilda y una orquesta de tango se atreve a una versión instrumental de “El día que me quieras”, mientas alguien propone una materia en las escuelas que se llame “Luis Alberto Spinetta”. Todo tiene un tono a llanura, a tango, a blues de acá y de paso Dacal y Buscaglia se trenzan en una payada como podría haber imaginado José Hernández entre el personaje de Martín Fierro y algún uruguayo igual de mal trazado. Charco es un documental financiado por la plataforma de financiamiento colectivo vía Ideame, es decir, que recibió aportes de gente que además de ser productores era público interesado. Dura apenas una hora y cuarto, como para dejar con ganas de más, pero por suerte la banda de sonido está en las redes y en los sistemas donde se pueden comprar temas online. Se puede ver desde el jueves pasado en el Gaumont, una de las tantas cosas por las que valen los espacios INCAA, en donde se puede disfrutar de esta clase de películas. CHARCO: CANCIONES DEL RÍO DE LA PLATA Charco: Canciones del Río de la Plata. Argentina, 2017. Dirección: Julián Chalde. Guión: Martín Graziano. Participan: Pablo Dacal, Gustavo Santaolalla, Jorge Drexler, Fito Páez, Ana Prada, Hugo Fattoruso, Fernando Cabrera, Sofía Viola, Palo Pandolfo, Miguel Grinberg, Pipo Lernoud, Daniel Melingo, Pedro Aznar. Producción: Andrés Mayo. Distribuidora: Independiente. Duración: 77 minutos.
“Megalodón”, de Jon Turteltaub Por Jorge Bernárdez Alguien puede haber pensado que no podía ser mejor la propuesta de esta coproducción china-norteamericana, pero la realidad es que periódicamente Hollywood produce más o menos la misma película y el resultado suele ser igualmente frustrante. ¿¡Jason Stathamy un mega tiburón, qué podía salir mal?! Bueno, la respuesta es que sin un guión interesante, ni Statham ni el gigantesco escualo pueden hacer mucho. En el comienzo de Megalodón, una expedición de rescate escapa de algo que nunca supieron que fue. Bueno, alguien supo de qué se trataba, Jonas Taylor (Statham) sí vio lo que produjo esa catástrofe pero nadie le quiso creer. Cinco años después, en lo profundo de lo más profundo del océano, una misión científica trata de descubrir qué pasa más allá de donde nunca nadie pudo descender y al hacerlo, descubren un mundo que hasta ese momento estuvo oculto. Pero todo sale muy mal, hay que rescatar a parte de ese equipo y claro, sólo hay una persona capaz de hacerlo, el mismo que cinco años atrás perdió a una serie de expedicionarios y que como nadie le creyó lo que había visto, ahora vive retirado en Tailandia manejando un barco y tomando cerveza todo el tiempo. Así que un viaje relámpago el científico encargado el proyecto va a buscarlo a Jonas, que por supuesto de entrada se niega, pero que al saber que atrapada en lo profundo está su ex mujer, acepta. La película tiene casi todos los lugares comunes de esta clase de relatos, un millonario rapaz, una joven científica y su hija, los viejos compañeros del protagonista y por supuesto, el Megalodón del título, que se quiere comer a todos. El artefacto no es totalmente desastroso e incluso podría decirse que sobre el final, cuando el tiburón gigante ataca una playa con miles de bañistas, algunos planos están bastante bien. Pero de todas maneras una vez que se sale de la sala y se camina apenas unos metros, probablemente el espectador difícilmente recuerde buena parte de lo que acaba de ver, porque no les espera un megalodón sino la vida real, mucho más real y temible que un bicho de la prehistoria. MEGALODÓN The Meg, Estados Unidos/China, 2018. Dirección: Jon Turteltaub. Guión: Dean Georgaris, Jon Hoeber y Erich Hoeber. Intérpretes:Jason Statham, Bingbing Li, Rainn Wilson, Cliff Curtis, Winston Chao, Shuya Sophia Cai, Ruby Rose, Page Kennedy, Robert Taylor, Ólafur Darri Ólafsson. Producción: Lorenzo di Bonaventura, Belle Avery y Colin Wilson. Distribuidora: Warner Bros. Duración: 113 minutos.
“El Ángel”, de Luis Ortega Por Jorge Bernárdez El mayor asesino de la historia, el chacal, el Ángel de la muerte, el desviado, Carlos Robledo Puch es el personaje más fascinante de las crónicas policiales. El joven que entre 1971 y 1972 asesinó por lo menos a once personas de manera cruel, ha sido objeto de estudio y de fascinación. Desde el famoso artículo que a modo de crónica escribió Osvaldo Soriano para el diario La opinión de Jacobo Timerman, pasando por las múltiples tapas que le dedicó Crónica, hasta llegar a la versión de Rodolfo Ledo en Sin Condena para el Canal 9 de la época de Alejandro Romay, muchos han abordado esa historia y sólo faltaba el cine pero llegó el momento. (Aquí la conferencia de prensa) Carlitos (Lorenzo Ferro) es apenas un adolescente y vive rompiendo las reglas que le imponen tanto en su casa cómo en el colegio secundario. Es provocador, su gestualidad puede parecer algo andrógina y esa cualidad se irá acentuando, pero por lo pronto en el comienzo de la película el joven pasa los días consiguiendo cosas que lo satisfagan. Hay un hedonismo desatado que lo lleva a conseguir desde ropa y discos de moda que lleva a su casa ente la mirada algo atónita de sus progenitores, que ya tuvieron que cambiarlo de colegio y que se encuentran un poco desconcertados ante su conducta aunque no imaginan que su hijo está por hacerlos vivir un infierno. Carlitos es inmanejable y tiene una novia, lo que no evita en que en el colegio coquetee un poco descaradamente con uno de sus compañeros que de entrada se enoja y lo maltrata, pero lentamente Ramón Peralta (El Chino Darín) va cediendo a los encantos de Carlitos que lo enreda y lo confunde. El padre de Ramón es un criminal de avería, un hombre del hampa que rápidamente advierte que ese adolescente rubio, al que su hijo Ramón llama “Rubia”, tiene un indudable talento para el delito. Rápidamente se arma una banda de ladrones con Carltos casi como eje del asunto, al que el padre de Ramón le enseña a disparar. Carlitos es mucho más que un aprendiz y José Peralta (Daniel Fanego) el padre de Ramón, lo califica de “genio” y acepta las ideas de lugares para asaltar que Carlitos propone. La carrera delictiva lleva a que Carlitos se escape de su casa y a que comience a vivir en hoteles de baja categoría junto con Ramón. Luis Ortega, un director que ya desde su primera película logró llamar la atención, es el director de El Ángel y demuestra que puede tomar la viuda de un criminal y contar su carrera criminal creando un mundo particular. El Ángel es una versión estilizada de la cruenta historia real de Carlos Robledo Puch. Ortega juega con la ambivalencia sexual de Puch, muestra como lentamente lo va envolviendo a su amigo y con el tiempo cómplice para meterse en la banda familiar, seducir a la madre de su amigo y finalmente dejándolos a tres para encarar una vida dentro del crimen de manera independiente. La película muestra una versión del raid delictivo de Robledo Puch y traza una especie de panorama de la época. La interpretación de Ortega es un poco libre y no se ata estrictamente a los hechos, pero logra transmitir una mirada de todo aquello. Algunas cosas se cuentan tal cual fueron y otras han sido adaptadas al mundo de Ortega. El flirteo de Carlitos y Román es evidente y los hechos que viven sirven para que el espectador se sienta también fascinado por ese joven de sexualidad ambivalente y dueño de un desparpajo, lo que hace que se sienta una cierta empatía por ese joven que se va convirtiendo en un frío asesino, un asesino al que su familia no puede contener y al que la familia de criminales que lo adopta termina abandonando. El Robledo Puch de la película de Ortega fascina y seduce a todos a su alrededor, enreda a medio mundo y ejecuta a sus víctimas sin sentir el menor remordimiento. Para contar esta versión de la historia el realizador reclutó un elenco ejemplar donde todos tienen momentos de lucimiento cómo Cecilia Roth en el papel de la sufrida madre de Robledo Pucho o Peter Lanzani, como otro de los cómplices de Puch. Ortega sumó una banda de sonido donde conviven desde un hit de Palito Ortega en los sesenta hasta Manal junto a Pappo y se dio el gusto de no volver excesivamente truculento todo lo que pasa, sin por eso profundizar en el perfil de un personaje fascinante. La ambientación es perfecta y la mirada de Ortega hace que el espectador en la butaca se deje fascinar por el mal y por la mirada sobre Carlitos, que pasa por encima de convenciones sociales y muestra que Cesare Lombroso definitivamente no estaba equivocado caracterizando a los asesinos como sujetos estéticamente desagradables y que el mal puede habitar en un joven rubio y bello, que apenas está saliendo de la adolescencia. EL ÁNGEL El Ángel, de Luis Ortega. Argentina/España, 2018. Dirección: Luis Ortega. Intérpretes: Lorenzo Ferro, Chino Darín, Peter Lanzani, Daniel Fanego, Mercedes Morán, Luis Gnecco, Cecilia Roth, William Prociuk y Malena Villa. Guión: Sergio Olguín, Luis Ortega y Rodolfo Palacios. Fotografía: Julián Apezteguía. Edición: Guillermo Gatti. Dirección de arte: Julia Freid. Sonido: José Luis Díaz. Distribuidora: Fox. Duración: 117 minutos.
“El amor menos pensado”, de Juan Vera Por Jorge Bernárdez - 1 agosto, 2018 Compartir Facebook Twitter Ana y Marcos (Mercedes Morán y Ricardo Darín) llevan más de veinte años juntos y cuando empieza la película, se encuentran despidiendo a Luciano, el hijo de ambos, que se va a estudiar a España. La pareja se enfrenta a partir de ese momento con algo que la psicología cataloga como “síndrome del nido vacío”: Marcos, que es profesor de literatura, le dice en un momento a su esposa que sabían que después de veinte años dedicados al armado al sostenimiento de la familia y la crianza del hijo, este momento no iba a ser fácil. Ana trabaja en marketing realizando encuestas le dice frente a esa realidad que no hay problema, que ya se le va a pasar. Lejos de superar el trance, el día a día de la pareja se vuelve moroso, repetitivo y claramente ninguno encuentra una zanahoria que lo incentive. Un domingo al atardecer, horario nefasto para todo ser humano, se ponen a hablar de lo que les pasa y una cosa lleva a la otra -todos sabemos que esa clase de charlas terminan con una terapia de pareja y finalmente en la separación- y Ana y Marcos llegan a la conclusión de que ya no están enamorados y que no tiene mucho sentido seguir atados. “Así fue como decidimos separarnos, de común acuerdo y sin conflictos”, le dice Ana a su amiga Lili (Claudia Fontán) y Marcos también enuncia casi la misma frase cuando tiene que explicarle a su mejor amigo y esposo de Lili la situación. El amor menos pensado es lo que se llama una comedia de “re-matrimonio” que se toma la libertad de violar casi todas la características del genero, excepto que la pareja central cumpla su cometido. Juan Vera, director debutante pero productor de larga trayectoria, se aseguró desde el casting que el público se sintiera atraído hacia los personajes principales, así que de entrada la película tiene ganado el favor de quienes se sienten en la butaca para ver a esa pareja separarse y cada uno de los integrantes meterse de nuevo en el “mercado del usado” como pueden y con su estilo. A partir de ese momento, el de la separación, cobra vida y cada encuentro de Ana y Marcos con gente nueva deja momentos hilarantes y experiencias a cada uno de ellos. Morán y Darín son un dúo que funciona de maravillas y se nota el trabajo de ensayo previo en que todo se mueve alrededor de esa pareja, cuando están juntos tiene el timing justo de la comedia que como género exige mucho ritmo y que los diálogos sean interesantes. Todo lo que pasa alrededor de la pareja central funciona muy bien, desde Luis Rubio que es el amigo del personaje de Darin hasta Claudia Lapacó, la madre de ochenta años de Ana, pasando por Andrea Politti y Jean Pierre Noher, hasta llegar al personaje de Juan Minujín y a Norman Brisky que hace de padre de Marcos. Hay sin embargo cierta morosidad con la que arranca la película que quizás no sea la ideal y que se buscó seguramente adrede, para no caer en esa cosa del ritmo con el que la comedia americana ha acostumbrado a todos y que le impone a la película un rasgo particular pero que hace que sus 135 minutos se sientan en cierto momento de deriva en las historias de cada uno. Pero el resultado final es satisfactorio y seguramente muchos espectadores se irán del cine con la sensación de que Ana y Marcos encuentraron lo que buscaban cuando una tarde domingo una charla los llevó a pensar que ya no valía la pena estar juntos. EL AMOR MENOS PENSADO El amor menos pensado (Argentina/2018). Dirección: Juan Vera. Intérpretes: Ricardo Darín, Mercedes Morán, Claudia Fontán, Luis Rubio, Andrea Pietra, Jean Pierre Noher, Claudia Lapacó, Chico Novarro, Gabriel Corrado, Andrea Politti, Andrés Gil, Mariú Fernández, Norman Briski y Juan Minujín. Guión: Juan Vera y Daniel Cúparo. Fotografía: Rodrigo Pulpeiro. Música: Iván Wyszogrod. Edición: Pablo Barbieri. Dirección de arte: Mercedes Alfonsín. Sonido: José Luis Díaz. Distribuidora: Buena Vista International. Duración: 136 minutos.
“Mentes poderosas”, de Jennifer Yuh Nelson Por Jorge Bernárdez Nueva distopía protagonizada por adolescentes de carácter apocalíptico. Terminados Los juegos del hambre y la saga Divergente, es hora de entrar en este otro éxito de ventas llamado “Mentes poderosas”, el proyecto literario de Alexandra Bracken que terminó siendo un trilogía de gran impacto, así que Hollywood tomó esos libros y los convirtió en película. Alto nivel de producción un elenco juvenil multiétnico y una historia que atrapa es la promesa de esta primera producción de la saga. Una enfermedad acaba con la vida de los niños en los Estados Unidos y este es apenas el comienzo de la historia. La epidemia se transforma rápidamente en algo más raro, los niños sobrevivientes lejos de ser protegidos son aislados y etiquetados según el grado de peligrosidad que representan para las adultos. Es que las nuevas generaciones presentan poderes extraordinarios, algunos manejan la electricidad, otros tienen capacidad de manejar elementos de la naturaleza y unos pocos son capaces de meterse en la cabeza de los humanos comunes. La protagonista central es Ruby, que siendo niña esquivó los rígidos controles que el estado impuso y utilizando sus poderes logra que no la aniquilen y que la manden a uno de los campos donde tienen prisioneros a los sobrevivientes de la epidemia. Años después Ruby es descubierta y es ayudada a escapar por una médica que dice pertenecer a algo llamado “La Liga” que rescata prisioneros del Estado y los recluta para luchar contra ese trato. Pero nada es tan sencillo y Ruby termina huyendo no solo del Estado sino también de la liga. En esa huida conoce tres amigos: Liam. Zu y Chubs con los cuales recorrerá América buscando a un líder rebelde que agrupa a los fugitivos y que no responde ni al gobierno ni a “La liga”. Con esta línea argumental, algo de acción, de romance y de mensaje bien intencionada se llega a un final que pos supuesto deja la puerta abierta para la segunda parte, porque lo que contamos hasta acá es apenas la superficie de una historia que recién empieza. MENTES PODEROSAS The Darkest Minds. Estados Unidos, 2018. Dirección: Jennifer Yuh Nelson. Guion: Chad Hodge, basado en la novela de Alexandra Bracken. Fotografía: Kramer Morgenthau. Música: Benjamin Wallfisch. Int{erpretes: Amandla Stenberg, Mandy Moore, Bradley Whitford, Harris Dickinson. Duración: 104 minutos.
“Misión Imposible: Repercusión”, de Christopher McQuarrie Por Jorge Bernárdez Hace un tiempo un fan se preguntaba en un foro de cinéfilos si sería posible que se produjera una película que juntara a James Bond con Ethan Hunt: cuando vi el trailer de la nueva película de la saga de Misión imposible me hizo pensar en una respuesta posible, en tanto la firmeza de James Bond por un lado y la fortaleza de las películas que protagoniza y produce Tom Cruise basada en una vieja serie televisiva. Cuando se hizo la primera de las películas de la versión cinematográfica, Cruise llamó a Brian de Palma, uno de los miembros del grupo de cineastas que en los setenta re definió el negocio del cine, así que De Palma le imprimió a la película su estilo pero a la vez dio el primer paso para que Cruise pudiera afirmarse y seguir haciendo películas con la franquicia de Misión imposible. De allí en más Cruise acertó una y otra vez en la elección del director para cada una de las películas. Esta nueva entrega lo encuentra a Christopher McQuarrie como director por segunda vez y al igual que en la anterior, es una especie de tren expreso que arranca de la estación y no para hasta llegar a su meta. McQuarrie y Cruise toman impulso de entrada y se mandan sin pensar podría decirse sin pensar aunque por supuesto todo está muy pensado y calculado, así rescatan personajes del pasado, aprovechan el clima de paranoia con la que las películas cargan desde la primera entrega -en la que de entrada Ethan Hunt queda solo porque todo su equipo es eliminado- para descubrir después que el cerebro detrás de aquella matanza estaba su jefe directo el Sr. Phelps. No viene al caso espoilear lo que ocurre en pantalla porque le quitaríamos sorpresas a cada una de las vueltas de guión, pero sí está bien avisar que el nuevo equipo de Ethan Hunt que viene desde hace un par de película se luce cada vez de manera más pareja y que esta quizás sea la película en la que Tom Cruise se la pasa corriendo más tiempo. Corre de mil maneras diferentes, se hace cargo del papel principal y pone esta vez a una segunda estrella Henry Cavill, el Superman de la polémica serie de películas de DC y Warner y el resultado es altamente satisfactorio. Misión imposible está de vuelta, Ethan Hunt salta y corre de continente en continente, de París a Cachemira persiguiendo varias cargas de plutonio porque una más tiene que salvar al mundo y cuidar a quienes lo rodean. Los 144 minutos que le lleva a Cruise contar esa historia se pasan volando y ya estamos esperando la próxima. MISIÓN IMPOSIBLE: REPERCUSIÓN Mission Impossible: Fallout. Estados Unidos, 2018. Dirección y Guión: Christopher McQuarrie. Intérpretes: Tom Cruise, Henry Cavill, Ving Rhames, Simon Pegg, Rebecca Ferguson, Sean Harris, Angela Bassett, Vanessa Kirby, Michelle Monaghan, Alec Baldwin. Producción: Tom Cruise, Christopher McQuarrie, J.J. Abrams, Raphaël Benoliel, David Ellison, Dana Goldberg, Don Granger y Jake Myers. Distribuidora: UIP. Duración: 147 minutos.