El director de cine y televisión argentino Juan Taratuto (44) es un experto a la hora de hablar sobre los vínculos de pareja. Ya lo disfrutamos en: “No sos vos, soy yo” protagonizado por Diego Peretti, Soledad Villamil y Cecilia Dopazo, ¿Quién dice que es fácil? en 2006 y “Un Novio para mi Mujer”, 2008. Ahora elige una historia a la cual le imprime un tono más melancólico, con cuatro amigos que rondan los cuarenta años e intentan adaptarse ante la pérdida de un amigo. Parafraseando a Alberto Cortéz “cuando un amigo se va queda un espacio vacío”, y acá quien ya no esta es “El mono “(Diego Torres), este personaje que a lo largo del film aparece a través del flashback. “El mono” dejó un negocio trunco y quienes quieren remediar esto son: Fernando (Diego Peretti), Mauricio (Pablo Echarri) y El Ruso (Pablo Rago). Como casi todo en la vida esto será una tarea algo difícil, ya que deben recuperar una importante suma de dinero por un jugador de fútbol (un delantero que no mete goles) llamado Pittilanga (Ezequiel Maldonado) y que se encuentra en Santiago del Estero, por lo tanto deberán viajar. Les surgen varios problemas y además ellos no conocen mucho el negocio de fútbol. Como se dice en la jerga de este deporte este jugador es un “pata dura” de aquellos y deben viajar varios kilómetros para charlar con él. Estos tres amigos piensan en el futuro de la hija que dejo “El mono”, Guadalupe (Victoria Parrado), una dulce niña de unos nueve años .Entre otro de los legados que tienen que cumplir y que quizás sea el más importante, se encuentra el de lograr que Guadalupe siga siendo hincha del Club Atlético Independiente. La historia es sencilla, habla del amor, de los compromisos, de los fracasos, los miedos, la soledad, las traiciones, las pasiones y las distintas crisis entre otros temas. El tema fundamental es el valor de la amistad (se ve en la cancha). Los protagonistas se destacan: un profesor de nombre Fernando, el hermano del Mono; El Ruso (Pablo Rago) un comerciante venido a menos y que realiza una buena composición también desde lo físico; Mauricio, un prestigioso abogado bastante ambicioso que salió del barrio y “El Mono” que solo aparece a través del flashback. El relato se encuentra basado en una novela de Eduardo Sacheri (“El secreto de sus ojos” ganadora de un premio Oscar), quien conjuntamente con el director adaptaron el libro (recomiendo leerlo). Posee toques de comedia, enredos, momentos nostálgicos y donde el fútbol es utilizado como una excusa para tocar otros temas. Parte del elenco secundario da los toques adecuados y todos se lucen de alguna manera: Victoria Parrado que en su mirada tiene la dulzura e inocencia; Daniel Rabinovich (del grupo Les Luthiers) es Armando Prieto, un personaje que tiene problemas de pronunciación, increíblemente simpático; Cristian Cardoner es Williams; Cacho Buenaventura es Rodolfo Pittilanga; Paola Barrientos, la esposa de Pablo Rago, Eduardo Sacheri que aparece como mozo y la participación de Juan Pablo Varsky, entre otros.
Llega la última parte de la saga. Imágenes impactantes, un gran despliegue y mucha adrenalina. Esta es la precuela de “El Señor de los Anillos” (The Lord of the Rings), se encuentra dirigida con maestría y magníficamente por Peter Jackson (53). Las dos primeras partes, ya estrenadas y tituladas: “El hobbit: un viaje inesperado” (2012) y “El hobbit: la desolación de Smaug” (2013). Comienza con una gran apertura: el ataque de un enorme dragón que escupe fuego y lleva como nombre Smaug (la voz de Benedict Cumberbatch), todo está en llamas al rojo vivo, varios habitantes viven momentos aterradores, la vida de todos se encuentran en un caos total en la “Ciudad del Lago”. Lo que siguen son escenas espectaculares donde Bardo (Luke Evans), con la ayuda de su hijo Bain (John Bell), logra matar al dragón con la última Flecha Negra, este impresionante animal cae en la embarcación del Gobernador quien se encontraba escapando con todo el oro y de ahora en más nace un nuevo líder. Nos introducimos en una apasionante historia y conocemos como Bilbo Bolsón (Martin Freeman) encuentra y esconde la poderosa “Piedra del Arca” que ha descubierto. Asistimos al viaje de Gandalf y los enanos desterrados de Erebor para recuperar su reino perdido de la Montaña Solitaria. Llega la ambición por el oro, la codicia y el poder, se enfrentan los buenos y malos, cada uno de los personajes buscan su lugar. Existen algunas secuencias emocionantes puntualizando importantes climas, como así también algún toque dramático. Otro de los personajes son: Legolas (Orlando Bloom); Erebor heredero Thorin (Richard Armitage) obsesionado por la riqueza incalculable; Gandalf (Ian McKellen, estupendo con sus 75 años) con el sombrero puntiagudo, Galadriel (Cate Blanchett), el mago Saruman (Christopher Lee, a sus 92 años se luce), la encantadora elfo Tauriel (Evangeline Lilly) y su enamorado el enano Kili (Aidan Turner). Impresionantes coreografía, la guerra con los enanos, elfos, un dragón que escupe fuego, orcos y hombres, increíbles criaturas, asombrosas batallas: varias con un gran despliegue que no dan respiro. La más épica de todas, con imágenes similares a las de los videojuegos, un importante vestuario, una fotografía impactante; excelente música, edición, montaje y un buen uso de la tecnología en 3 D. Contó con un presupuesto de $250 millones de dólares. Las actuaciones de los actores son correctas y fieles a su estilo.
Una vez más, la tabla que convoca espíritus y puede desatar terribles sucesos. El director de efectos especiales y guionista, Stiles White (“Cuenta Regresiva"; "Posesión Satánica") se pone a dirigir en esta oportunidad su ópera prima para contarnos una de las tantas leyendas urbanas, en este caso el conocido como “El juego de la copa” o “Ouija”. Muchas historias y misterios la rodean, existen una gran diversidad de escritos, películas, etcétera, se habla de supuestas posesiones, desgracias, espíritus que aparecen y se hacen contactos con el más allá, entre otros enigmas. Llega a nuestra cartelera “Ouija”, de los productores de “La Masacre de Texas” e “Insidious”. Unas niñas juegan con esta tabla, tiempo más tarde siendo adolescentes, una de ellas sola y en una enorme casa juega al “Juego”, luego suceden una sucesión de situaciones raras y Debbie Galardi (Shelley Hennig, "Teen wolf" serie de TV) termina suicidándose. Pasan algunos días y Laine Morris (Olivia Cooke, "The quiet ones"), extraña mucho a Debbie y convence a sus amigos y al novio de esta para comunicarse a través de esta tabla de “Ouija” (casualmente encontrada) para descubrir los motivos de su muerte. Entre algunas negativas finalmente se reúnen: su amiga Laine, el novio de Debbie, Pete (Douglas Smith), Sarah Morris hermana de Laine (Ana Coto), Isabelle (Bianca A. Santos) y Trevor (Daren Kagasoff) y como suele suceder el espíritu invocado no es el deseado. Se explotan todos los recursos conocidos dentro del género de terror: Corte de luz, muertes misteriosas, un sótano y altillo, pasadizos, pasillos, ruidos extraños, fantasmas y espíritus, entre otros. Ya se realizaron varios films que abordan este tema y el juego de la copa y sus consecuencias, no ofrece nada nuevo y no sorprende. Cuenta con muy buena fotografía, la buena música de Anton Sanko, ("El laberinto"), algunos pocos climas logrados y actuaciones flojas, al igual que su maquillaje. Tal vez resulte para aquel espectador poco exigente o aquellas nuevas generaciones que ingresan en este tipo de historias.
Se presentó recientemente en el Festival de San Sebastián y obtuvo el Premio “Golden Eye” en el Festival Internacional de Zúrich a mejor película. Esta es la ópera prima de Germán Tejeira y se divide en tres episodios donde muestra a tres personajes melancólicos que tienen la posibilidad de cambiar su destino y sus historias se van entrelazando. Se van creando interesantes climas, a través de la iluminación, la música y los colores, habla sobre el amor, la soledad, de las segundas oportunidades y el paso del tiempo. Ideal para esta época porque se desarrolla casualmente durante la noche de año nuevo. En algún punto recordé esas historias de Carlos Sorín.
Es una comedia negra, con personajes muy oscuros y las protagonistas son tres hermanas (Ellen Wolf, Nélida Augustoni y René Regina).Todo sucede en un “Pueblo chico, infierno grande”, secretos y mentiras, con toques de: siniestros, tiros, persecuciones, situaciones delirantes, violentas y bizarras. Previsible, con algún giro que no convence, es difícil trabajar con personas que no son actores, resultando poco convincente.
Es una historia atractiva que sabe mezclar el drama y el humor negro (es bien negra), resulta vibrante e intensa, con cuatro protagonistas sólidos en sus interpretaciones, sangrienta, audaz, mostrando lo peor del ser humano, donde todo es vendible, está a sus anchas el capitalismo por sobre todas las cosas, la música estridente, las ambientaciones con colores y luces y el buen manejo de la cámara son esenciales para cada situación. No es recomendable para aquellas personas sensibles.
Una soberbia interpretación de Benicio del Toro. Esta historia llega a la cartelera de la mano del director y actor italiano Andrea di Stefano (42) quien trabajo como actor en “Una aventura extraordinaria “y "Comer Rezar Amar", entre otros.En este film se da ciertos lujos, como tener a Benicio Del Toro y tomar como principal protagonista al joven actor de 22 años Josh Hutcherson (la saga “Los juegos del hambre”, entre otras). Comienza en 1991 y va girando en torno a un joven surfista canadiense de nombre Nick (Josh Hutcherson) quien cree que todos sus sueños se han hecho realidad cuando va a visitar a su hermano Dylan (Brady Corbet,"Melancholia") en Colombia. Se desarrolla bajo un paisaje sublime, paradisiaco de aguas azules y hermosas playas. Nick conoce a la joven atractiva María (la bella actriz española Claudia Traisac), ella realiza trabajos comunitarios, ambos se enamoran y vivirán un idílico romance, pero María es la sobrina preferida del poderoso narcotraficante colombiano Pablo Emilio Escobar Gaviria (Benicio Del Toro) fundador y líder del Cartel de Medellín, y Nick lentamente se encuentra envuelto en sus negocios, trabajando para él y transformándose en su mano derecha. Todo lo que va sucediendo se ve a través de la mirada del joven Nick, desde sus penurias, su cambio en la forma de vida, y el peligro de muerte que corren: su hermano, su cuñada, su futuro sobrino, su novia y él mismo. Llega a encontrarse en un callejón sin salida, cuando quiere abrirse ya es demasiado tarde. Escobar Gaviria es un hombre muy rico y poderoso, compraba lo que quería, era un asesino temible y para tener parte del pueblo a su lado repartía dinero. Su relato atrae, se va mezclando la personalidad de este hombre con el romance entre María y Nick. Hay una escena bastante tensa, Escobar Gaviria le está leyendo un cuento a sus hijos y sus hombres respondiendo a sus ordenas están por matar a varias personas (en otro contexto algo similar sucedía cuando el Presidente George W. Bush "Fahrenheit 9/11" también leía un cuento a niños pero en un colegio). Buenas escenas de: acción, intriga, tensión, suspenso, un buen montaje; entretiene y posee una cautivante fotografía, la interpretación de Benicio Del Toro está muy lograda, puede llegar a ser admirado y odiado, sus sonrisas, gestos, etcétera. Lo que se podría señalar como negativo es que algunos actores secundarios están mal aprovechados y es un poco floja una parte de su narración.
Una película basada en la fe con momentos bastantes delirantes. Esta es un remake de una versión de "Left Behind: The Movie" ("Dejados atrás" o "Lo que quedó atrás" o “Desaparecidos”), protagonizada por Kirk Cameron y que pasó por los cines en el año 2000 de forma rápida, seguido de un par de secuelas que fueron directo a DVD. Esta fue la primera película de la trilogía, es seguida por “Left behind II: Tribulation forcé”, y luego por “Left behind III: World at war”. Todos se basan en las novelas apocalípticas escritas por Jerry B. Jenkins y Tim LaHaye. Todo comienza cuando la hija de Rayford Steele (Nicolas Cage), Chloe Steele (Cassi Thomson) que estudia en la Universidad viaja para encontrarse con su padre que cumpleaños, pero no podrán pasarla juntos porque él recibió un mensaje de su trabajo (es piloto de una línea aérea) y debe volar de Nueva York a Londres en la noche. Su hija va hasta el aeropuerto donde trabaja su papá y allí lo ve en una situación dudosa con su compañera y azafata, una rubia y seductora mujer cuyo nombre es Hattie Durham (Nicky Whelan); a su vez Chloe conoce a un atractivo periodista en un bar del aeropuerto. En el encuentro entre padre e hija existen algunos diálogos relacionados con la religión, en los cuales él se demuestra bastante al margen y escéptico, ella tiene alguna confrontación con estos temas, y luego cada uno toma su destino: su padre y su joven amante, y el periodista Buck Williams (Chad Michael Murray) viajan mientras aquí se quedan Chloe y su madre Irene (Lea Thompson) quien se encuentra en su casa feliz porque en la biblia ha encontrado tranquilidad y felicidad. Después todo esto sigue una temática típica de un fanático religioso, donde la gente desaparece dejando su ropa y pertenencias, porque Dios se lleva a los puros de corazón que han sido llamados, llega el caos en todas partes, con impactantes efectos especiales, secuencias de pánico, destrozos y violencia. Se encuentra llena de diálogos ilógicos, vulgares, un mamarracho, con la peor actuación de Cage, que no se sabe porque acepto esta historia; los actores secundarios no aportan nada, posee momentos ridículos que dan risa, con un guión fallido y para el olvido. Si prestan atención el final queda abierto para una secuela. ¡Por favor no! Eso sí: llega con un tráiler bien editado y vendible.
En su debut cinematográfico, el director Paolo Zucca muestra un film que gira en tono de comedia y se mezcla con el grotesco y la sátira. Todo va girando en tono de comedia y se mezcla con el grotesco y la sátira. El Atlético Pabarile, es un equipo de fútbol encabezado por Próspero (Benito Urgu) un entrenador ciego y muy sabio; es el peor equipo y el más pobre en todo sentido del pueblo de Cerdeña. El Atlético Pabarile es humillado como cada año por el Montecrastu, equipo dirigido por Brai (Alessio Di Clmenete), un ser arrogante y soberbio que trata a todos como esclavos, ingresa a los bares montado en su caballo (una muestra de superioridad) y tiene un alto nivel adquisitivo. El regreso del joven crack Matzutzi (Jacopo Cullin) proveniente de Argentina, renueva las esperanzas. Su presencia revoluciona el equilibrio de la liga y el Atlético Pabarile comienza a ganar un partido tras otro, gracias a las hazañas de su nuevo campeón. Pero al igual que en otros ámbitos existe la corrupción que se encuentra presente en todo momento. En paralelo al desarrollo de la historia se encuentra retratado el personaje ambicioso del árbitro Cruciani (Steffano Accorsi) que sólo quiere dirigir la final y hará lo imposible para conseguir su objetivo, al igual que cada uno de los personajes que componen la trama. Existe otra subtrama con dos primos futbolistas del Montecrastu, involucrados en una venganza familiar vinculada con los arcaicos códigos del mundo rural. La historia se va entretejiendo con un árbitro internacional, un entrenador ciego, una gruñona indómita, un pastor vengativo y un goleador improbable, quienes comparten sus destinos en el campeonato de fútbol más desordenado del mundo, que además muestra el negocio del fútbol y aquello que hay de cierto o mentira quedará para que lo descubrirá el espectador. Tiene mucho de sátira, con toques cómicos y grotescos, con escenas coreografiadas que corresponden a los entrenamientos. Por otra parte denota un humor sano, constituyendo un hábil entretenimiento. Se encuentra rodada en su totalidad en blanco y negro, y aporta su música Andrea Guerra. Se la puede relacionar con alguno de los cuentos de: Eduardo Sacheri, Osvaldo Soriano o Roberto Fontanarrosa. Resulta un sentido homenaje al futbol amateur. Anteriormente se hizo en el formato de cortometraje y el director obtuvo el premio “David di Donatello” en 2009.
Nos encontramos frente a un triángulo amoroso lleno de: violencia, marginalidad y corrupción. Se desarrolla en un pueblo y hace honor al refrán “pueblo chico infierno grande”. Tiros y muy buena fotografía. Sus diálogos son solemnes, poco creíbles, contiene varias situaciones absurdas y por momentos parece un culebrón de telenovela, las actuaciones resultan desparejas y el guión es flojo