Dirigida por Emilio Martínez Lázaro (Las 13 rosas, El otro lado de la cama, La voz de su amo), Ocho apellidos catalanes es la secuela de la exitosa Ocho apellidos vascos. Existe un dicho algo cierto segunda partes no resultan, y esta no es la excepción. Una historia coral, llena de gags, parodias, sus chistes no promueven la risa, no resulta efectiva, en fin: contiene un humor poco convincente.
Esta propuesta cumple con el gusto de sus seguidores, bien proporcionada con un guión sencillo y un buen merchandising. Es divertida, ingeniosa, tierna, muy colorida con una buena banda de sonido, llena de personajes que le resultan atractivos a los niños menores de 10 años. Para el público adulto tiene varias escenas con distintos guiños de otras películas, la van a pasar bien y está llena de mensajes.
Son dos seres que se unen tras un incidente poco convencional pero son bastante parecidos y sufren casi los mismos estados emocionales. Los personajes secundarios acompañan bien y la pareja protagonista son grandes comediantes que intentan sacar a flote un guion algo flojo, que cae en lugares comunes, sin giros argumentales y que logra arrancar pocas sonrisas.
Muchos recordarán cuando se estrenó la primera parte en 2002 donde todos los miembros de la familia Portokalos están preocupados por Toula (Nia Vardalos), a sus treinta años sigue soltera y trabaja en el restaurante, pero se enamora y se casa con Ian Miller (John Corbett), quien es de otra cultura. Ellos ahora viven cerca de toda la familia de Toula Portokalos tienen una hija adolescente Paris (Elena Kampouris). Ellos se dan cuenta que han dejado un poco su vida de lado por vivir pendiente de su hija e intenta reconstruir su situación y por otro lado los padres de Toula descubren que no están casado porque no tienen firmada su acta de casamiento y hay que organizar una nueva boda. Vuelve la lucha por mantener la unión, la felicidad, la cultura griega pero en Norteamérica. Gus Portokalos (Michael Constantine) es gruñón, cabeza dura, muy cerrado en sus ideas relacionadas con sus orígenes griegos y dice que es descendiente de Alejandro Magno y piensa demostrarlo. Un divertido entretenimiento. Ahora resta esperar la tercera parte.
Cuenta con varias secuencias de acción espectaculares dentro del género, además con coreografías de peleas, luchas muy creativas, importantes locaciones y algunas sorpresas. El guión de Christopher Markus y Stephen McFeely, es muy sólido, con buenos diálogos que resultan ingeniosos, divertidos, con temas relacionados familiaridad, amistad, desengaños, miedos y el amor. Consigue darle su momento a cada uno de los personajes: Steve Rogers / Captain America (Chris Evans); Tony Stark / Iron Man (Robert Downey Jr.); Natasha Romanoff / Black Widow (Scarlett Johansson); Lieutenant James Rhodes / War Machine (Don Cheadle); T'Challa / Black Panther (Chadwick Boseman); frenética Pantera Negra/ T'Challa (Chadwick Boseman) ; Ant-Man/ Scott Lang (Paul Rudd) y Spider-Man/ Peter Parker (Tom Holland) en versión adolescente; el villano Barón Zemo interpretado correctamente por Daniel Brühl, entre otros. Hay dos momentos después de los créditos que poseen escenas extras y vale la pena verlas. Resta esperar “Los Vengadores 3: Infinity War” que irá en dos partes también dirigidas por Anthony y Joe Russo, para el 2018 y 2019.
Las imágenes conmueven, horrorizan y con el correr de los minutos el espectador se va sintiendo frente a un grato thriller de suspenso, con un toque psicológico, sin sobresaltos, no contiene grandes actuaciones y cae en lugares comunes, pero tiene un buen ritmo, vuelta de tuerca y uno se mantiene atento a los acontecimientos. En este tipo de historias es mejor no adelantar demasiado. Escrita y dirigida por Mike Flanagan ("Oculus" 2013, "Absentia" 2011).
En este tipo de narraciones puede ocurrir que algún espectador se sienta identificado o conozca alguna persona que lo esté viviendo. El film en algunas escenas tiene una estructura teatral. Cuenta con las buenas actuaciones de: Riccardo Scamarcio y Jasmine Trinca, quienes son los protagonistas dado que la historia gira en torno a ellos, salen a flote distintas situaciones de la pareja y se apoya un poco con los flashbacks. Sergio Castellitto sabe muy bien manejar la cámara y crear buenos climas. Tiene buenas canciones, además del cameo al cantautor Roberto Vecchioni como Vito. Pero le faltó haber explotado alguna subtrama, una vuelta de tuerca y posee varios clichés.
Queda en claro que los hermanos Kevin y Michael Goetz, son los encargados de llevar a la pantalla la remake de “Martyrs” (2008 escrita y dirigida por Pascal Laugier, una coproducción Francia y Canadá). Los primeros minutos del film resultan interesantes porque el espectador no sabe mucho del personaje principal, ve su dolor y los fantasmas que atormentan a la protagonista, quien maneja muy bien los tiempos Troian Bellisario que comparte bien con Bailey Noble, la historia no tienen mucho diálogo, pero con el correr de los minutos todo va decayendo (un guión flojo), uno nota que varios momentos, efectos especiales y la banda sonora, no fueron muy aprovechados.
Contiene una buena narración que nos introduce a conocer mejor a su protagonista la fotógrafa alemana Grete Stern (1904-1999) casada con el fotógrafo argentino Horacio Coppola en 1932 y en 1935 vinieron a vivir a la Argentina, trabajaron juntos, tuvieron una vida intensa con sus dos hijos. Falleció en nuestro país a los 95 años y nos dejo parte de su vida de esto muestra gran parte de este documental, una trabajadora incansable, enamorada de la belleza, la estética y del buen gusto.
Su narración contiene suspenso, tensión, intriga y estética. Cuenta con la actuación de Brody y Sam Neill ofrecen lo que le pide su relato, mantiene al espectador atento, más aquellos que se inician viendo este tipo de historias, pero cerca del final se cae. Resulta una pena y todo termina siendo poco convincente.