Es la opera prima de la cineasta Julieta Ledesma, realizada en Santiago del Estero que habla de los problemas de comunicación entre un padre autoritario y un hijo que regresa después de muchos años distinto, cambiado. Y el rechazo de ese padre será más exacerbado. Claro que una sequía tremenda enloquece supuestamente a los animales pero por sobre todo transforma algunos humanos en animales. Toda la familia es sacudida desde sus cimientos por ese arranque de locura y muerte. Con Osmar Nuñez, Mirella Pascual, Pablo Ríos y elenco, el planteo de la película es ambicioso y solo logra parcialmente dibujar la metáfora de toda una zona en espera de soluciones que no llegan, los mandatos familiares que no se cumplen y desatan conflictos que nunca se resuelven y el hijo rechazado y atacado. El relato se reitera aunque tiene momentos de climas bien logrados.
Pablo Larrain como director y el guionista Guillermo Calderón abordan la figura legendaria de Pablo Neruda desde un punto de vista original. No se trata de una biografía del poeta, sino de un acontecimiento en particular que les permite a los creadores abordar su figura, el momento político como ejemplo de lo que va a ocurrir después en Chile y la creación literaria pura. Y es también una metáfora que enfrenta al poder y la libertad creativa. Parten del momento en que el poder en Chile proscribe al partido comunista y Pablo Neruda como senador de ese partido se transforma en un proscripto. Y tiene un perseguidor, un policía de extrema derecha que solo quiere apresarlo y comienza entonces un juego del gato y del ratón, donde el poeta siempre puede escabullirse en el ultimo minuto, pero a medida que avanza la película el juego es otro y mucho mas atractivo. El personaje Neruda es presentado como un hombre que tiene un apetito desmesurado e inagotable por el placer, con contradicciones, grandilocuente pero también con el talento a flor de piel. Por momentos un niño caprichoso, un seductor incontrolable, dionisíaco, amado y feliz por tanta pleitesía. Encarnado por Luis Gnecco con todos sus claroscuros. Mercedes Moran en un gran trabajo como la pareja del poeta. Y Gael García Bernal, el perseguidor, el verdadero protagonista y relator del film con un personaje presentado como la contrapartida: pequeño, enjuto, corto de inteligencia y de visión de su presente, un lobo con un solo objetivo. Cumple con lo que le exige su personaje. Un film creativo y arriesgado, de belleza formal y contenido complejo e interesante.
Ya se sabe que esta franquicia viene con un público cautivo que se devoró los tres volúmenes que escribió, con gran astucia para su cuenta bancaria, Erika Mitchel conocida con el pseudónimo de E.L. James. En su momento la señalaron como la creadora de un subgénero “pornografía para amas de casa”. Lo cierto es que en esta segunda oportunidad, con guión de su marido Naill Leonard, y con la dirección de James Foley con mas experiencia en grandes series de la tele y videoclips (que ya se aseguró hacer la tercera de la saga). En este caso la pareja formada por los actores Dakota Johnson y Jamie Dorman (recuerden las polémicas interminables con lectores a favor y en contra de estos actores) ya esta aceptada. Luego de la separación en la primera entrega, el busca reconquistarla. Ya sabe que no encontrara en ella la “sumisión” que su sadismo necesita pero asegura que va a cambiar y hasta acepta que “Anastasia” ponga sus reglas. Nada nuevo ya que el personaje como en el famoso bolero (aquí tararear “Tú me acostumbraste…”) ahora quiere visitar la sala roja y probar sus chiches. Lo que parece transgresor en esta relación no deja de ser conservador, aunque ella propone -a veces- solo deja que el funcione como un sex toy para todo servicio. Y al fin de cuentas ella será pronto “la esposa perfecta” según la falsa moral añeja, de apariencia angelical pero muy lanzada en el lecho conyugal. El guión sigue la lógica de la brochette: Escena romántica, una de sexo, escena de peligro, una de sexo, escena de descubrimiento de otras amantes, una sexo y ahí hasta terminar con el plato servido. Las escenas eróticas que siempre se cuidan de no caer en lo porno, y las otras, esta filmadas con la estética romántica, lugares lujosos, ropa de primera línea, modelos a imitar. Dakota Johnson con su refinado erotismo y Jamie Dorman, con mucho mas gimnasio encima, tienen buena química y condimentan este producto previsible, que no tiene ninguna otra pretensión que satisfacer a los lectoras de los libros y de ser posible conquistar a los que se enteraron del fenómeno de oídas y no quieren quedar afuera. Como si se tratara de un teleteatro lujoso, conservador y astutamente picante. Como una audaz señora “Robinson”, que no se resigna, aparece Kim Basinger. Completan el elenco Eric Johnson, Bella Heathcote, Rita Ora Marcia Grey Harden. En definitiva con el éxito asegurado y hecha para satisfacer expectativas.
Ante el prejuicio de que una película de Batman hecha con personajes de LEGO no puede ser más que una excusa comercial de vacaciones sin demasiado que ofrecer, tenemos que decir que la película es una muy grata sorpresa. Más para aquellos que no vieron la primera película de este estilo. Aquí otra vez la creatividad está puesta justamente en burlarse de sí misma. Pero no sólo por guiños a personajes y escenas emblemáticas del cine, como ya estamos acostumbrados a ver durante las últimas décadas en cualquier comedia, sino por las referencias a la propia película, así como la habilidad para elaborar de manera novedosa los personajes que ya conocemos en miles de versiones. En este caso, la originalidad de que sean muñecos LEGO es un plus más que una limitación para las caracterizaciones caricaturescas que maneja el film. Es decir, no hay una pretensión de conseguir la sofisticación estética y dramática de Tim Burton o Christopher Nolan, pero tampoco la inocencia de la serie de los años ’60 o de un dibujo animado infantil. Es, en cambio, la versión de Batman más adecuada para el mundo de hoy donde no falta la ironía, el absurdo y referencias cinéfilas “retro” kitsch acompañado de una estética simpática. La historia muestra a Batman enfrentando al Guasón en medio de una crisis de su lugar como héroe en Ciudad Gótica y de la relación de rivalidad entre ambos. El enfrentamiento toma grandes dimensiones cuando el Guasón reúne a villanos de diversas películas en contra de su archienemigo encapuchado. Entre ellos pueden verse satirizados al ojo de Sauron de “El Señor de los Anillos”, Godzilla, King Kong, Los Gremlins, los velociráptors de Jurassic Park y Lord Voldemort de Harry Potter, entre otros. Los valores de la amistad y la familia terminan de dar el condimento para este Batman divertido y con mucha acción, aunque hay un momento de meseta. Pero en definitiva viene a dar un aire fresco a los superhéroes que copan las pantallas de grandes y pequeños. (A.S.)
En el género del suspenso y el terror suelen presentarse pocas originalidades. En este caso es la historia de una mujer que sufre de agarofobia y ha pasado años de su vida sin salir de su casa. Ni siquiera puede ir al entierro de su hermano, su último vínculo afectivo. Cuando a su casa llegan tres intrusos, despreocupados porque piensan que ella esta en el cementerio, aun teniendo la oportunidad ella no puede escapar. Cuando llega un cuarto cómplice y se siente una vez más traicionado comienza la inversión de papeles., es que ella oculta secretos inconfesables. Entretiene sin elementos fantásticos y con sucesivas vuelta de tuerca, rebuscadas, pero que entretienen al espectador y transforman al personaje más vulnerable en el más temible. Una película sin más pretensiones que dedicarse a fanáticos del género y mantenerlos en vilo. Una pena con en las arista de la historia quedaron temas sin explorar como el pasado de la protagonista.
La película de Federico Sosa es de 2014, fue mostrada en el Festival de Mar del Plata y luego estrenada en el Centro Cultural de la Cooperación. Recién ahora llega al cine Gaumont y en sala del cono urbano bonaerense. Es una agradable comedia que cuenta la historia y la convivencia de tres amigos, uno fanático del heavy metal y del Alejandro Iorio en particular, un aspirante actor y un motoquero. Diferentes e inseparables, son víctimas de distintas obsesiones, el músico de seguir a ultranza sus ideas, y que su banda pueda ser telonera de “Almafuerte”, el actor que idolatra a Marlon Brando y no duda en arriesgar la vida por conseguir seguir en la profesión, y el motoquero que enloquece por la novia de un colega al que vio morir. Fluida y cálida con un buen acercamiento a esa amistad masculina y a arquetipos fácilmente reconocibles.
Albertina Carri nunca fue una directora convencional y aquí reafirma su audacia y sus convicciones en un documental difícil de clasificar pero realmente llamativo por distintas razones. Es un trabajo que relaciona la historia de los hermanos Velazquez, cuatreros y justicieros, un libro escrito por su padre sobre ellos, material periodístico, la búsqueda de una película desaparecida, igual que sus padres, sobre Velazquez, la aparición del guión original, sus conversaciones con la productora Lita Stantic y por sobre todo los interrogantes que marcan su vida, la construcción de su familia, la maternidad, llegar a una edad que superó la de sus padres, sus convicciones, sus angustias y sus verdades. Con todo ese bagaje, con mucho material que ella no filmo, hace del montaje en multipantallas con su relato en off una creación que fascina y por momentos puede irritar y siempre provocara polémica. Como ocurre con los que son verdaderamente originales, en este caso de un lenguaje creativo.
Es una película sobre el dolor, mostrado de tal manera que se hunde en el espectador, pero también conmueve con las mejores armas de la empatía, sin golpes bajos, con un lirismo que llega, por capas, al mejor entendimiento. Básicamente es la historia de un niño negro que vive en un barrio pobre, con una madre adicta y sufre la persecución, el bullyng, de sus compañeros. Una situación que se agrava en su adolescencia donde toma conciencia de su sexualidad y lo oculta en el mayor de los secretos, luego llegara el estallido de violencia y por fin la adultez, su cuerpo transformado, es un vendedor de drogas como su protector, pero con sus llagas intactas hasta la posibilidad de una redención. Pero la película dirigida y co-escrita por Barry Jenkins basada en la obra de Tarell McCraney va mucho más allá de estos temas tan terribles, de ese camino de profundo sufrimiento, del desamor, de la desesperación, de pocos destinos que cumplir. Crea climas, texturas, momentos únicos, algunos tan sensibles que incomodan al espectador, y además es técnicamente muy lograda. La película tiene tres capítulos, interpretados por distintos actores, que ni se parecen, pero que logran tal sintonía con el personaje que uno puede creerles de inmediato. Con ocho nominaciones para los Oscar 2017, dos grandes actores Mahershala Ali y Naomi Harris, el director, la película, el guión, la fotografía, el montaje y la banda sonora, además de un recorrido de premios impresionante, el film llega precedido de elogios merecidos. Con un lirismo único hecho de situaciones delicadas y puro sentimiento, su contenido perdurará hondamente en cada espectador, mucho después de terminada su visión.
La historia de dos ladrones de bancos, en Texas en una época donde nadie asalta bancos, porque los verdaderos ladrones son las instituciones bancarias que ejecutan las hipotecas para quedarse con las tierras que son ricas en petróleo. Entonces estos dos hermanos, uno divorciado con dos hijos, otro un ex convicto en libertad condicional se ponen de acuerdo en un plan perfecto: robar muchas y pequeñas sucursales llevándose poco dinero chico, imposible de rastrear, con el objetivo de reunir solo lo justo para pagar la hipoteca que amenaza la propiedad familiar. Luego blanquean esa plata en los casinos, y ese cheque lo depositan en el banco acreedor. La belleza, la ironía de la jugada es única, captada sabiamente por su director David Mackenzie y con un gran guión de Taylor Sheridan. Todo el tiempo se ven lugares abandonados, pueblos muertos, carteles de remate, y también testigos reacios a delatar a los delincuentes. De lado de la ley el comisario compuesto por Jeff Bridges que da lecciones de actuación junto a los buenos trabajos de Cris Pine, Ben Foster y Gil Birminham. Con la aparición de los Rangers la acción se multiplica, la tensión y el suspenso mantienen en vilo al espectador, y la trama inteligente entretiene al máximo. Esta nominada para los Oscar por mejor película, guión, montaje y la actuación en rol secundario del gran Bridges. Es un western pero también un thriller endemoniado e inteligente. No se la pierda.
La historia de estas computadoras humanas, matemáticas geniales, mujeres negras que fueron fundamentales para la carrera espacial de EEUU es de tal fuerza que uno puede obviar la manera convencional de contarla del director y su guionista. Es que estas tres historias, en un medio ambiente hostil, de segregación racial, de injusticia constante, donde la discriminación se toma como ley, unido al talento singular de estas tres mujeres, tiene la fuerza de un torbellino en la época en que EEUU se embarco en la carrera espacial donde los rusos dieron el primer éxito con su Spútnik. Las hasta ahora “desconocidas” Katherine Johnson, Dorothy Vaughn y Mary Jackson. Un trío de formidables actrices: Taraji Henson, Octavia Spencer (nominada al Oscar por esta labor) y Janelle Monáe (famosa cantante con gran futuro como actriz) le dan vida a estas mujeres que según la peli- que casi las muestra como santas- lo soportaron todo (ganar menos, ser ignoradas, baños para gente de color, cafeteras separadas, no poder estudiar en la universidad) pero ganaron su lugar en un momento en que los movimientos por la igualdad estaban en plena ebullición. Da escalofríos pensar que en plena era espacial EEUU era un país tan retrogrado en materia de discriminación. Estas heroínas merecen la admiración, verdaderas computadoras humanas cuando todos los cálculos se hacían a mano, que fueron pioneras con las primeras computadoras y se transformaron en programadoras lograron sin dudas pasos de gigantes. Por eso no importan tanto que la película tenga un relato tan previsible porque la historia contada es excepcional. Con gran elenco: Kevin Costner, Kristen Dunst, Jim Parsons, Mahershala Ali y siguen los nombres. Vestuario y ambientación perfectos. Para la emoción y el descubrimiento.