Las películas de terror parecen destinadas a transformarse en sagas, cómo esta de la serie ” Insidious” que es la cuarta y que tiene como singular atractivo a la protagonista, la encantadora Lin Shaye como la valiente y sufriente luchadora contra los poderes del demonio y sus aliados. Lo mejor del argumento, es que tiene que ver con la historia personal de su Elise Rainier, con la casa que habitó en su infancia, con su violento padre y su sacrificada (literalmente) madre. Además de una continuidad con el film anterior. Para los amantes de los sobresaltos acá tienen un festín con apariciones, efectos especiales y música perfecta para preparar los momentos de miedito. Nada de otro mundo, nada que hará q esta película se recuerde en la posteridad como un hito del género. Pero entretiene y al lado de muchas otras….. Eso si, en el final ya se preanuncia el esperado “continuará” para los fanáticos.
Es la primera vez que la poderosa Pixar dedica un film a la cultura mexicana, en especial a las creencias del reino de los muertos, pero también es una mirada a las tradiciones familiares más afirmadas. Recibida con un éxito impresionante en México, con las de Gael García Bernal y Marco Antonio Solís. Y ganadora al mejor film de animación de los Golden Globe. Es la historia de un niño de 12 años que decide averiguar porque en su familia no se permite la música, que quiere huir de su destino familiar de zapatero y que sin temor se filtra en esa tierra desconocida del mas allá. Para la cultura mexicana se muere varias veces, cuando deja de latir el corazón y la última y más dolorosa cuando los “vivos” se olvidan de sus antepasados y ellos dejan de existir en ese reino paralelo que Pixar presenta como un parque de diversiones gigante y colorido. El resultado de todo un equipo comandado por su director Lee Unkrich y su co-director (mexicano) Adrián Molina, que investigó por años en distintas regiones del país y sus tradiciones sobre ese “reino”. Lo cierto es que el muchachito desentraña toda una trama policial que implica derribar a un falso ídolo, descubrir un fraude y un asesinato en una verdadera hoguera de vanidades. Pero además atreverse a llevar adelante su vocación contra las férreas reglas familiares. Algunos momentos son un tanto siniestros, no aptos para los más chiquitos. Pero el resultado general es una fiesta colorida, con aventuras, entretenimiento y muchos exotismo.
Un thriller de suspenso con elementos de terror e incursiones en el terreno fantástico. La excusa de una directora interesada en performances extremas, que desea lograr que sus actores no duerman durante varios días para lograr una entrega total en sus trabajos. Una única función que el público espía y sufre. Esa vigilia, en un lugar tan tétrico como un manicomio abandonado provoca confusión en los limites de realidad y alucinación, cordura y locura y no pocas sorpresas de un argumento que por momentos exagera sus vueltas de tuerca complicando porque si una buena trama. El director Gustavo Hernández (“La casa muda”) con el guionista Juma Fodde, la muy buena fotografía y ambientación redondea un film q intriga, asusta y sobresalta al espectador. Para los amantes del género un lujo viendo la cantidad de películas berretas que triunfan en nuestro medio. Aquí los demonios más terribles son los que habitan la cabeza de sus personajes. Belén Rueda siempre brilla con su composición de una mujer amparada en su fama y prestigio para esclavizar a sus actores. Eva de Dominici se luce con su co-protagónico exigente con una entrega que conmueve. Para cada personaje hay momentos de lucimiento como los de Eugenia Tobal y Susana Hornos. Meritos del film: mantener la tensión durante todo el metraje con un relato poblado de planos secuencias y sesgado por realidades distintas que nunca son gratuitas. Un entretenimiento logrado.
Del director Alexander Payne (“Los descendientes”) con guión propio y de Jim Taylor es un film extraño que arranca bien con una distopia extraña e intrigante, pero luego navega otras aguas que hacen perder el interés. En un mundo que agota sus recursos, un científico logra algo insólito, achicar primero animales y luego humanos hasta que tengan 12 centímetros de altura. Con el tiempo ese adelanto deriva en empresas que administran ese mundo mínimo, donde con la venta de los bienes de una clase media se pasa a ser millonario en ese contexto mini. Un mundo paralelo que muestra a todos una felicidad extrema y tentadora. Por eso el personaje de Matt Damon decide con su esposa afrontar el “achicamiento drástico”, para salir de sus deudas, para convertirse en humanos con nivel alto y que pueden permitirse vivir sin trabajar. Pero cuando llega el momento, ya nada es como parece ni se esperaba. En un primer momento el film aborda lo insólito y lo gracioso con efectos especiales y preparativos sorprendes. El humor y la ironía siempre presentes. Luego llega la mirada crítica a ese mundo, la utilización de reducir literalmente a los humanos usado por poderosos para “minimizar” enemigos, y el descubrimiento de un mundo marginal y sin esperanzas en esa sociedad mini que replica el tamaño natural con todos sus problemas. Y el descubrimiento de los grandes negocios y las trampas posibles. Pero luego el film se olvida del enfrentamiento de los tamaños y se interna en una mística búsqueda de una solución para que sirva al homo sapiens a sobrevivir al supuesto cercano colapso de los humanos en este mundo. El argumento pierde fuerza y en sus dos horas quince comete el peor de los pecados: aburrir.
Un policial ambientado en las playa, con la dirección de José Glusman, el guión del propio director e Iván Tokman y un elenco encabezado por Darío Grandinetti, con Jazmín Esquivel, Emilio Bardi, Gigi Rua, Juan Grandinetti entre otros. Un film que comienza bucólico alrededor de solitario pescador que vive en una pequeña cabaña y un grupo de amigos que llega para instalar un parador. Ellos son: una enigmática chica que de inmediato congenia con el hombre de mar y dos amigos. Sin embargo la trama se espesa lentamente para un vertiginoso desenlace. Con cultivos de marihuana ocultos, con situaciones tensas, con secretos que solo se conocerán hacia el final, con personajes corruptos y enigmáticos. Pero por sobre todo con una historia del pasado que incluye a una abogada distinguida y sin remilgos morales, un excarcelado y policías que solo quieren su tajada aunque que tengan que esperar pacientemente. Bien llevada y bien actuada con una vuelta de tuerca final acorde. Gran trabajo de Darío Grandinetti y Gigi Rua.
Cada nueva película de Woody Allen despierta entre sus seguidores argentinos una expectativa especial porque aun sus películas consideradas menores- esta no lo es- o aquellos imperfectos siempre están por arriba de la media y tienen su porción de encanto que solo él sabe lograr. Este film no llega a las alturas de “Blue Jazmin” pero tiene un homenaje a lo Eugene O Neil, con sus criaturas sin esperanza, llenas de amargura que transitan su largo viaje hacia la noche. Es lo que le pasa al personaje de Kate Winslet que ya de por si justifica con creces ver la película. Una mujer con un hijo piromaniaco, con sueños de actriz casi olvidados, con un marido que cuando toma es un peligro violento y su cura es inestable. Es una empleada en un restorán de almejas que vive con migrañas y con una disconformidad profunda por su presente, que apenas puede soportar. Un equilibrio delicado que se rompe con la llegada de la hija de su marido, una vampiresa que fue esposa de un gangster que se la tiene jurada por colaborar con el FBI, que se instala en su casa. Ella se aferra a un amante que sueña con ser dramaturgo, que estudia para ello, y que se gana la vida como guardavida. Ese amor que para el es una “experiencia” y para ella la última tabla de salvación, entra en zona de riesgo por la joven hija de su marido. Y en ese triángulo, Ginny el personaje de Kate, sacará afuera toda su oscuridad y locura. Este drama esta ambientado en Coney Island, en el parque de diversiones abierto todo el año, donde la familia vive mirando el esa festival de ruidos y colores estridentes que le permiten los lujos de iluminación al mítico Vittorio Storaro, mas un efecto dramático un momento clave. Además de la entrega conmovedora y rotunda de Winslet, Juno Temple esta perfecta en es mezcla de vamp e ingenua, Jim Belushi cumple muy bien como el marido y el padre que no sabe que hacer con las mujeres que rodean su vida. Justin Timberlake correcto. Un drama espeso que solo se atenúa con la ambientación perfecta de los años 50 y ciertas escenas llenas de encanto. El grueso de la acción es casi teatral, claustrofóbica, sin escape.
El film de Julia Murat es coproducción entre Brasil, Argentina y Francia. Y es un trabajo realmente original donde retrata las vicisitudes de una pareja, pero los dos son artistas y entonces todo lo que vibra en el vínculo también repercute en sus trabajos creativos, y crea una mixtura de lenguajes atractiva, provocativa, profundamente humana. Una bailarina y un escultor, el y ella, sin nombres, deciden vivir una experiencia única como pareja: habitar un enorme espacio, que tendrá lo mínimo para transformarse en un hogar y lo máximo para crear. De entrada una línea en el suelo limitará el territorio de cada uno. El país creativo elegido. Y de esa conjunción entre la danza las obras escultóricas (que fueron creadas especialmente para el film) nace un trabajo de exploración de límites individuales, de necesidad de libertad, de invasión, de rivalidad, de expresión de pertenencia, pero también de la identidad de cada uno de los artistas y de esa pareja en cuestión. Los vemos creando sugestivos y hermosos trabajos. Los vemos con amigos. En la intimidad de sus cuerpos. Y como todo eso lentamente, va cambiando. El resultado es una película misteriosa y distinta, sumamente atractiva que no hay que dejar de ver.
Nicanor Loretti esta destinado a traer un aire fresco y trasgresor al cine argentino. Lo probó con el acierto de Kryptonita y ahora lo intenta de nuevo con una leyenda cimentada en la muerte de grandes ídolos trasladada a nuestro país en el territorio del delirio. Se trata del tristemente célebre club que integran famosos cantantes y músicos que fallecieron a sus 27 años, con una vuelta de tuerca que explica el porque. No se trata de una horrible coincidencia basada en adicciones, presiones de la fama, dolores y abismos sino que sencillamente fueron asesinados. La punta del ovillo de la “trama siniestra” la da una fan que mira desde afuera una fiesta de su ídolo, y ve que este no se tiró por una ventana sino que lo tiraron y lo tiene filmado en su celular. El hombre que la va a ayudar es un policía muy especial, encarnado por Diego Capusotto, uno de los pilares del film, que desparrama momentos irónicos hacia la fuerza a la que pertenece y derrocha costados increíbles de su personalidad. Sofía Gala es la encantadora Fan. Y Daniel Araoz como el más oscuro del argumento. El problema de la película, que por supuesto transgrede edades de muertes de famosos, o los presenta ya grandes y hablando en español, no es la falta de ideas, en realidad las derrocha, sino la fluidez de la acción., el desarrollo de las mismas. Y que algunos personajes se toma demasiado en serio sus roles. Hay momentos memorables y otros no tanto que no se unen a la perfección. Sin embargo., el tono festivo esta logrado, lo original persiste, la comedia con su lenguaje de escenas de acción y estridencias de videoclip termina siendo un agradable entretenimiento.
Se basa en un famoso libro publicado en 1936, “The story of Ferdinand” de Munro Leaf ilustrado por Robert Lawson, que fue desarrollado por todo un equipo comandado por Carlos Saldanha, el aplaudido director de “Rio” y de dos entregas de “La era de hielo”, con un resultado mas que recomendable. Porque además de todos los trabajos de animación (se desarrollaron nuevas versiones del software patentado de rendering en Blue Sky), con la preocupación por los paisajes y colores de España y la construcción de cada personajes, lo notable de la historia es que combina acción, diversión con una certera mirada crítica hacia las corridas de toros. No solo el gigante protagonista ama las flores y los animales pequeños y no quiere saber nada con la lidia, sino que descubre que el destino de todos sus compañeros, igual a lo que paso con su familia, es la cruel faena o la muerte en el rodeo sin posibilidad de salir nunca victoriosos. Además de eso se transforma en el líder de una huída masiva. Los personajes están muy bien delineados, tiene encanto, contenido y mucha acción. Un entretenimiento bienvenido para toda la familia.
Del éxito del film de 1995 protagonizado por Robin Williams a esta secuela o nueva versión muchas cosas cambiaron. Pero los homenajes abundan para esa primera peli donde los animales y vegetales de la jungla invadían una casa. Ahora son cuatro estudiantes castigados que describen un viejo videojuego. Se ponen a probar y son absorbidos y terminan en una espesa jungla pero en cuerpos de los avatares que eligieron. Y allí esta el mayor hallazgo del argumento simplón: el chico “nerd” y neurótico es nada menos que el héroe Dwayne Johnson, con su carisma especial para la comedia y todo a favor para la acción. El atleta se tiene q acostumbrar a un menudo y petiso científico. La chica estudiosa y antisocial es una suerte de mujer maravilla. Y la más linda y tonta, dependiente de “selfies” y “likes” en un antropólogo con el físico de ese talentoso Jack Black que logra una creación con sus gestos de mujer y el descubrimiento de su pene y sus ventajas. Lo demás, donde el juego actúa sobre los humanos y no al revés, donde tres vidas deben alcanzar para zafar o quedar atrapado para siempre es acción, buenos efectos especiales y no mucho más. Pero le alcanza para convertirse en un buen entretenimiento.