Una historia narrada desde el punto de vista de un preadolescente con problemas. Es un chico presionado por su madre que solo piensa en sus vacaciones, para que estudie y rinda bien su ultima materia, que lo obliga a tomas pastillas antipsicóticas, que visita a su psiquiatra y le miente, que se enamora sin ser correspondido y que libera su fantasía como único método para llegar a una verdad profundamente enterrada en la historia familiar. Para su opera prima Joaquín Cambré, que escribió el guión con Laura Farhi, eligió ese camino distinto y difícil para seguir la evolución de su protagonista, primero con el tono de una familia alocada, bien jugada en esa clave por Leticia Bredice y Germán Palacios, para en una segunda parte atreverse a una viaje de ciencia ficción, delirio y finalmente el camino que conduce a la sanación. La realización de esa segunda parte jugada y difícil sorprenderá al espectador. Para su protagonista eligió a Ángelo Mutti Spinetta, que cumple con la responsabilidad de un tono distinto al de los demás personajes. Ángela Torres aporta su encanto en su breve pero importante personaje.
Imaginen a la poseedora de las acciones de las armas del mismo nombre, que cree en espíritus, y que “recibe” en su casa a cada uno de los asesinados por los famosos rifles, le construye una habitación, trata de brindarles un pacífico pasaje al “mas allá” pero si son malitos los encierra con cantidades cabalísticas de clavos. Con esa historia, los directores australianos, los hermanos Spiering (Michael y Peter) que también escribieron el guión quizás pudieron imaginar una historia con delirios pero se quedaron en el enunciado, con la pretensión de que se trata de una historia real. En fin. Para el protagónico tuvieron el lujo de Hellen Mirren que sobrelleva lo mejor que puede un papel que le exige muy poco y la desaprovecha. Ella charla con los espíritus, es médium escribiente para diseñar las habitaciones escenarios de un crimen, pero no se mete en campos de batalla ni extermino que pudieron ser un buen filón. La casa esta en permanente construcción y desmoronamiento. Para sacarla del cargo directivo de la empresa le mandan a un psiquiatra, en otro papel desaprovechado para un buen actor como es Jason Clarke. Casa encantada si las hay, se debe reconocer que tiene una producción y un elenco que los bodrios del género no suelen reunir, pero tampoco remonta como una película de terror.
Hay que atreverse a un autor tan idealizado por los fanáticos del género, tan valorado como H.P. Lovencraft. Y este desafío que toma Marcelo Schapces llega a buen puerto, hay que decirlo de entrada. Con una idea del director, el guión es de Luciano Saraccino, con la colaboración de Ricardo Romer y diseños originales del ilustrador Salvador Sanz. . Un acierto ubicar la acción en Buenos Aires, ya el mismo autor en los cuentos de el Ciclo de Cthulhu asegura que uno de los pocos ejemplares del libro maldito está en la Biblioteca Nacional. Y en ese dato nace la leyenda de haber estado escondido por Jorge Luis Borges y luego en una habitación sellada por Clorindo Testa en el actual edificio. A eso se le suma que un hombre sin edad custodio ese ejemplar tan bien guardado muere misteriosamente. Y la responsabilidad le queda a un modesto bibliotecario. Ese libro que enloquece a quien lo lee, pero que provoca el deseo inmediato de conocer sus secretos conjuros que pueden convocar terrores desconocidos, dioses destructivos, no debe caer en manos equivocadas. El clima logrado por el director, un elenco muy bien elegido, la sugestión, lo misterioso, más que lo terrorífico que se cuela, está bien logrado. La fotografía de Marcelo Mangone y la dirección de arte de Mica Sleigh contribuyen a un objetivo de infrecuente calidad en un género no tan frecuentado en nuestro país. Muy buenos los trabajos de Diego Velazquez, Daniel Fanego, Cecilia Rosetto, María Laura Cali, Victoria Maurette, y una ultima aparición de Federico Luppi.
La película documental de Iván Wolovik nos permite un lujo absolutamente inusual, estar en la intimidad del acto creativo, la grabación de los temas, los argumentos que apuntalan la decisión artística del reciente trabajo de Palo Pandolfo. Se trata de su último disco, que se lanza en estos días, con su banda “La hermandad”. Y poder asistir a cada momento, con la banda, con los invitados y sus valiosos aportes, medir entusiasmos y reacciones, escuchar los temas en crudo y luego terminados es, en cada momento, descubrir un mundo inaccesible para el común de la gente. Toda la idea es un acierto. Aparecen con sus definiciones, entusiasmos, juicios y colaboraciones al trabajo Ricardo Mollo, Hilda Lizarazu, Los Tipitos, Daniel Gorostegui y Víctor Carrión. Interesante y curiosa aún para aquellos que no sean fans de Palo Pandolfo o frecuenten poco su obra.
El objetivo del documental de Mariana Lifschitz (directora y guionista) es mostrar como se vive la escuela pública en Argentina, Finlandia y Francia. Para ello cuenta con la participación especial de Carolina Bhague y Agustina Lagomarsino. Madres frente al comienzo de la escolarización de sus hijos en esos tres puntos del planeta. Y a través de ella, mujeres de clase media formadas en al escuela pública, se exponen similotes y diferencias sorprendentes. Se parte de lo íntimo y personal, emociones, experiencias, espontaneidades de los chicos, para luego reflexionar seriamente sobre el sistema educativo en el mundo que nos toca vivir. Interesante trabajo que ilustra sobre diferencias inimaginables, donde los testimonios descubren desde un mundo de creencias y apariencia hasta los detalles de la vida cotidiana.
Es una fabula, una sólida historia de amor, un alegato contra la discriminación de todo tipo, una lucha de los “distintos” contra el poder, la resistencia de los “nadies”, la simbología de una época de la guerra fría, donde el terror por los rusos de parte de los norteamericanos y viceversa, engendraba “monstruosas” acciones legales e ilegales. Pero todo eso no define ni por lejos la película dirigida, creada y producida por Guillermo del Toro, que escribió el guión con Vanessa Taylor ( “Game of Thrones”, “Divergente”). Un talentoso creador que nos regala una película inolvidable. El mismo señala entre sus preocupaciones “lograr que lo fantástico y lo cotidiano convivan como en los trabajos de Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges, Julio Cortazar y Horacio Quiroga”. Aquí muestra la vida de una mujer que perdió la voz por un hecho traumático, que comparte con su vecino ilustrador a punto de quedarse sin trabajo, discriminado por ser gay, la pasión por el cine en blanco y negro que ven en un televisor donde Shirley Temple aprende a bailar subiendo una escalera con Bill Robinson, o Carmen Miranda despliega su energía, por citar unos ejemplos. Y además viven arriba de un cine. Ella trabaja en un complejo científico militar hasta donde llega el mas valioso “activo“, un ser anfibio (primo lejano de “El monstruo de la laguna negra”) que es torturado por un sádico y violento villano, que quiere destruirlo por venganza, a pesar de que un científico con doble vida señala sus poderes increíbles de Dios de otra cultura. Entre esa empleada muda y el monstruo nace un amor pleno, con sexo incluido como lo más natural del mundo. Y una decisión de hierro, salvarlo de los que quieren matarlo o robarlo, con la ayuda de su amiga y su vecino, “porque si no hacemos nada, nosotros somos nada”. En esa fábula las imágenes nos transportan con su romanticismo, con su fuerza y belleza, nos impresionan con las demostraciones violentas. Y los actores, brindan lo mejor de si, elegidos por del Toro desde el comienzo de su proyecto: Sally Hawkings, Michael Shannon, Octavia Spencer, Richard Jenkins, Doug Jones. En este film tan valioso por lo que se ve y dice, tan bello, enmarcados por una fabula, el medio que según su director, “puede volver a unir a los humanos, divididos por la ideología”, el espectador encontrara un cine de calidad, conmovedor como pocos, encantador.
La historia del descubrimiento del amor para un joven de 17 años, Elio, músico, lector ávido que tiene todas las ventajas de una alta cultura que da el dinero y la especialidad de su padre un profesor que se dedica a la cultura grecorromana y una madre traductora, ambos académicos. A esa villa de ensueño en Liguria llega para hospedarse por pocas semanas otro profesor, invitado por sus padres. Un hombre de 24 años, bello como las estatuas que muestra el film. El adolescente indolente, repara en el “usurpador” de su dormitorio, con una curiosidad que luego se transformará en deseo. Al mismo tiempo, tanto el, como el visitante, Olivier, tienen pequeñas historias con mujeres. Aunque el adulto sepa y reprima lo que siente por el muchacho. Pero para Elio todo es descubrimiento, el sexo con una chica que resulta torpe y el enamoramiento intenso, dramático, primero y único de ese hombre al que ve perfecto. Es un amor que se inicia intenso y con fecha de terminación anunciada. El director Luca Guadagnino, el guionista de lujo James Ivory, sobre la novela de Andre Aciman, le otorga a ese amor un marco de belleza incomparable. No solo el paisaje, sino los objetos de esa villa, las antigüedades, las obras de arte, los colores a veces tenues y otros refulgentes del mundo que rodea a los protagonistas, los claroscuros de los momentos del día y de la intensidad sin límite de los sentimientos. Una experiencia de sensualidad tan potente como solo puede ser un primer amor que irrumpe aparatosamente en una vida. No hay tragedia, solo la del adiós, y la de un época, los 80, en que declararse gay no era lo habitual. La vuelta de tuerca esta dada por la reacción de los padres, inteligentes, abiertos y envidiables. Un film con cuatro nominaciones a los Oscar: mejor, película, mejor actor Timothee Chalament (Elio), mejor guión adaptado y mejor canción (“Mistery of love” de Sufjan Stevens). Una historia de amor que propone con toda intensidad perderse en el otro.
Esta película chilena (con coproducción alemana) compite por mejor film extranjero para la entrega de los Oscar. Dirigida por Sebastian Lelio. Con su guión y de Gonzalo Maza, protagonizado por Daniela Vega, Francisco Reyes, Luis Gneco. Un poderoso film que pone blanco sobre negro, la incomprensión, el racismo de la alta clase chilena con respecto a una mujer transexual. Es que la historia comienza mostrando la felicidad de una pareja, un acomodado empresario que planea una vida junto a una camarera y cantante, veinte años mas joven. La muerte prematura del hombre hace que esa pobre mujer deba soportar todas las humillaciones: de la policía que la toma por sospechosa, de la familia del difunto, que la desprecia de raíz y que solo quiere apartarla de las propiedades del hombre, del entorno del empresario que se permite la violencia más irracional. Y en trabajo de Daniela Vega es realmente excepcional, no necesita palabras para expresar la hondura de su dolor, la medida de sus sufrimientos y miedos, la víctima de ese sistema de apariencias cruel e idiota. Daniela, cantante de opera y actriz, militante a favor de los transexuales, hace aquí una labor ya mereció premios y elogios en todos los festivales internacionales donde se presentó el film. Un director sensible para mostrar una sociedad cerrada, un amor que transgrede y recibe a cambio solo la violencia de los demás y una actuación que conmueve profundamente.
Es el entretenimiento típico de un policial, con mucha acción, con muchas vueltas de tuerca, con poca verosimilitud con hechos reales, pero que crea tensión para los amantes del género, aunque es un poco largo, porque se detiene en historias y situaciones laterales que poco tienen que ver con ir al grano con el argumento, que pertenece al director Christian Gudegast. Se trata de un plan arriesgado y único que tiene como objeto asaltar nada menos que al banco de la Reserva Federal en Los Angeles, a la que define como la capital nacional de robo de bancos. Claro que para llegar a ese robo se toma su tiempo. Por un lado esta la banda liderada en la ficción por Pablo Screiber, y como adversario una unidad policiaca comandada por el desmadrado Gerard Butler. Entre ellos una rivalidad de machos alfa, que compiten entre si, más que por la lucha entre delincuentes y policías. Los dos son temibles. Por supuesto que no faltan todas las escenas de acción, los momentos de incertidumbre, suspenso, los tiros a granel., las muertes y el mejor personaje encarnado por O Shea Jackson Jr, que queda en el fuego cruzado de los dos dos bandos de poder. Y que junto a Butler pueden llegar a protagonizar una secuela.
Con guión y dirección de Mad Campi y Fernando Díaz, ambos directores con buenos antecedentes profesionales y reconocimientos. El film es un divertimento de gran calidad visual pero de contenido acotado por las buenas intenciones, limitado por un humor muy obvio, con pocos objetivos claros y una realización que se queda en los enunciados. Varios seres desesperados en una ciudad sin ley. Una cantante pop que desaparece. Una chica igual a la cantante asegura por intuición que esta embarazada sin la certeza de quien es el padre, con un novio reciente que se siente responsable, pero también es un delincuente. Una asociación de maleantes que quiere aprovecharse de la situación y secuestrar a la chica “parecida”. Unos amigos tontos que encuentran a la cantante, con una bolsa de dólares y droga. Un novio mafioso de la cantante que la busca porque le robo esa bolsa mencionada. Todo un enunciado, en eso se va el film, de cada uno de los personajes que se unirán en una escena de acción violenta. Bien los actores, la estética del film, la intención. Falta redondear esas buenas ideas con un guión que no solo sea soporte de presentaciones.