Una historia fascinante y macabra al mismo tiempo, de inhumanidad y de profunda entereza. Hechos históricos con sobrevivientes ilustres y una profunda indagación sobre como sobrevivir al aislamiento casi total, un castigo impuesto por los militares uruguayos a José “Pepe” Mujica (futuro presidente de Uruguay), Mauricio Rosencof (escritor y periodista) y Eleuterio Fernández Huidobro (futuro senador) Los tres militantes del movimiento Tupamaros, recibieron como castigo estar presos durante el tiempo que dice el título, con el objetivo formulado de volverlos locos, en calabozos pequeños, sin posibilidad de ver la luz, en condiciones infrahumanas, condenados al silencio y el aislamiento casi absoluto. El director Alvaro Brechner que también escribió el guión basado en “Memorias del calabozo” (de Huidobro y Rosencof) buscó y logró transmitir esas sensaciones de estos tres rehenes del sistema, constantemente trasladados, del encierro extremo con sus consecuencias psicológicas, los bordes de la locura, los estragos físicos, la desesperanza, mostrar nada menos que la angustia palpable, densa, invasiva. El mayor logro del film. Los actores demostraron un compromiso total, desde lo físico a lo psicológico: Chino Darin, Alfonso Tort y Antonio de la Torre se lucen. Un film realizado con el aporte de Uruguay, Argentina, Francia y España, con un elenco de tan variado origen que sin embargo sortea todos los peligros de diferencia de acentos, extrañamiento, artificiosidad. Nada de eso ocurre en la película de Brechner que se interna en la oscuridad de la situación sin melodramas, con los estallidos reales del humor, los recursos para sobrevivir, la alegría de un sistema de comunicación que encontraron esos tres seres para sentirse otra vez humanos. Algunos momentos no logrados o prescindibles, no afectan para nada a esta producción que hay que ver, que representa a Uruguay en los premios Oscar y Goya.
Es la cuarta vez que Mark Wahlberg y Peter Berg se unen y prometen más, ya están listos para Netflix y “Wonderland”. Antes hicieron juntos “Horizonte Profundo”, “Día del atentado” y “El sobreviviente”. Y como son exitosos repiten fórmula. Ahora se meten en el traslado de un señor con información precisa que podría evitar atentados con desastres peores que Hiroshima y Nagasaki juntas. Por eso, para llevarlo sano y salvo a los largo de poco mas de los tres kilómetros del título, ponen en marcha un equipo de elite que comanda un señor malhumorado y hablador (Walhberg) capaz de convertir todo en un demonio de acción y efectividad, mezclado con el poder de la CIA, agencias particulares y por supuesto pasar por encima toda ley. El director fue afinando su estilo de acción vertiginosa, montaje ultrarrápido y escenas coreografiadas al extremo para pocos segundos. En este caso el resultado es confuso para el espectador que sin embargo no objetará que la acción no tenga respiro y pasemos de misiles a motos, explosiones a tiros, y todo lo que se supone en acción trepidante aunque perdamos el hilo argumental y la lógica. Lo que menos importa, mal que le pese a la guionista Lea Carpenter que ubica la acción en el sudoeste asiático, en un país de fantasía. Muchas veces se ha publicado que el director y protagonista, productores también, son patrioteros y destacan la superioridad norteamericana, sin embargo, la visión de lo que ocurre siempre es oscura, hasta dice Wahlberg en personaje que ya no sabe quienes son los buenos y malos, vive en la oscuridad siempre. Para los amantes del cine pochoclero y de intensa acción esta es su película.
La historia de este personaje nace en Internet en el 2009. El guionista se basa en lo publicado por un tal “Víctor Surge” (Eric Knudsen) en un foro web, “Something Awful”, con imágenes creadas por photoshop e información de supuestos horribles crímenes con niños de parte de ese personaje. Los memes y los fanáticos crearon la leyenda en las redes. Y un escalofriante caso policial en el 2014, de dos niñas de 12 años atacando a una tercera con 19 cuchilladas, para congraciarse con el personaje en el que creían firmemente, hicieron el resto. Con este material el guión de David Birke se dedicó a corporizar este “meme” que tiene “inspiraciones” en otros personajes terroríficos. El director Sylvain White se centró en un grupo de chicas aburridas que convocan al personaje, y este les provoca no solo pesadillas sino la desaparición de una ellas y el sufrimiento de las demás. El film tarda demasiado en asustar un poco y se regodea en climas y algunos efectos que promete mas que logran asustar. Con un buen elenco donde sobresalen Julia Goldani Telles y Joe King que hubiesen merecido personajes con mas complejidades. Para los amantes del género un plato módico.
Es el segundo protagónico de un actor legendario, el primero “Paris Texas” de Win Wenders hecho pensando en él. Es que Harry Dean Stanton es una leyenda y este film su melancólica y grácil despedida, una producción que se inspiró en su vida, con citas de sus declaraciones o bromas a algunos de sus roles como el mecánico de “Alien”. Y es el debut como director de un famoso actor de roles secundarios John Carroll Lynch, con guión de Logan Sparks y Drago Sumoja. Un bello, sentido homenaje para Stanton, que murió dos semanas antes del estreno comercial del film que todos deberían ver. e. Este personaje habita en el desierto, esta solo, pero lo rodean sus pocos vecinos que cumplen la función de una familia agrandada, que se preocupan su fragilidad y vejez y que dialogan con él sobre temas aparentemente superficiales aunque cualquier excusa es buena para filosofar y tirar verdades inquietantes y profundas reflexiones. Con otro legendario en el reparto como David Lynch, amigo personal de Stanton, como un hombre preocupado porque se le escapó su tortuga “Roosevel”, el eje de su vida. Entre cigarrillos, rutinas de crucigramas, tragos típicos, un humor negro e inteligente, el film transcurre con ingenio, momentos líricos únicos y una aparente sencillez que fascina. Un homenaje a un gran actor que hizo aquí uno de los mejores papeles de su vida.
Una película de Tonie Marshall, que escribió con Mario Doussot y Raphaëlle Bacque, que trata sobre lo que se llama “el techo de cristal”, lo difícil que es para mujeres ejecutivas y reconocidas, llegar a los primeros puesto de mando, en un mundo cerradamente machista. Basta con mirar cuantas mujeres tienen puestos de dirigencia de primerísima línea en lo privado y lo público como para advertir cuanto falta por recorrer. En este caso una ejecutiva que busca acceder por mérito propio a dirigir una de las empresas ubicadas en el top 40 de Francia, que se encuentra con una red de mujeres ejecutivas e influyentes que la quiere ayudar y muchos obstáculos. Donde el tráfico de favores, la corrupción, las estrategias políticas crean una verdadera guerra, tanto en el mundo privado de la heroína, como en su vida pública. Es que una vez desatada la carrera todo vale, cualquier dato para ayudar o hundir. Inteligente y entretenida a la vez, pone en relieve situaciones generalmente al margen del conocimiento público, donde las mejores intensiones se chocan con realidades despreciables. Con un gran trabajo de Emmanuelle Devos. Susan Clément, Richard Berry, Sami Frei y Benjamin Biolay.
A partir de la caída de un avión en lo alto de las nevadas montañas del Himalaya, la película narra las desventuras del yeti Migo y su temible hallazgo. El protagonista curioso, junto a Meechee y su grupo de amigos, deberá encontrar la manera de demostrar a toda la comunidad la veracidad del legendario monstruo “Pie Pequeño”. La vida de los yetis transcurre con esmerada dedicación a cada una de las tareas diarias, creyendo ciegamente que el sol sale al sonar del gong o que su aldea flota sobre nubes. Esta cómoda quietud se verá perturbada cuando Migo se tope con un ente mitológico, solo presente en antiguas leyendas yetis: un ser humano. Con este descubrimiento será popular y llamado a formar parte del equipo “científico” del lugar, con el objetivo de verificar su existencia ante todos. Menuda tarea, ya que el pueblo se regula por rígidas verdades ancestrales, grabadas en un pesado tapiz de piedras. Estas tablas de la ley son celosamente custodiadas por el Guardián de las Piedras, e indiscutibles. Aunque sin demasiados matices, tanto los protagonistas como el resto de los personajes generan una empatía inmediata, apoyados por la música compuesta originalmente que se despliega en atractivos cuadros musicales. Como propuesta cinematográfica es destacable –felizmente celebratorio- el hecho que los “villanos” contra los que se combata sean la ignorancia y la mentira. La sana idea que explícitamente sobrevuela el relato es el problema de dar a conocer una verdad, a sabiendas que eso implique resignar la seguridad de todo un grupo. (M.S.)
La frontera caliente, por el clima y por lo que se sabe y sospecha que ocurre con el tráfico de drogas, entre Argentina y Bolivia. Ese es el escenario elegido por la directora Bárbara Sarasola Rey, también guionista, para un film que ubica a sus personajes en un entorno exuberante, que se siente exótico y peligroso, donde una joven se encuentra en una situación límite. Ella y un compañero que se sospecha ocasional decidieron hacer plata fácil, como seguramente hacen jóvenes inexpertos, turistas ingenuos y sin plata, transportar droga en sus cuerpos, en capsulas envueltas en látex, en su tracto digestivo. Apenas cruzan la frontera el muchacho muere y la protagonista se hunde, entre el miedo, la presión de los dueños de la droga, en la desesperación por no saber como salir de esa situación. Por eso recurre a su padre biológico, con quien no existe relación alguna, lo amenaza con revelar secretos y el llega, frío y distante a sacarse de encima el horrendo trámite. La inteligencia de la historia es tomar a esos seres, de cuyos pasados se sabe poco y nada, sumergirlos en la urgencia de la situación pero eludiendo sabiamente los lugares comunes de las escenas de películas sobre narcos. Aquí el foco esta puesto en esa angustia que asfixia, en sentirse perdido, en saber que casi no hay salida., en la tensión permanente. Y en subrayar, sabiamente, como se mueven esos extraños que son padre e hija. Con la siempre contundente actuación de Alejandro Awada. Y la labor realmente buena de Eva de Dominici que le da a su rol todas las capas necesarias de dolor y desamparo que transforman su trabajo en una construcción sólida.
¿Se puede filmar la ausencia? ¿Se puede advertir la presencia perseverante de la muerte? Preguntas que el talentoso director Nadir Medina responde con creces en un film (su segundo largometraje) con un vigor, una fuerza poética, un estilo que solo puede conmover profundamente al espectador. Una joven mujer que regresa del exterior, el reencuentro con un compañero de su pasado, años después, en una Córdoba mostrada como paisaje urbano muy lejos de los lugares conocidos. Y entre ellos alguien importantísimo para ambos que ya no está. Pocos datos y nada de interpretaciones psicologistas para entender que sucedió, qué puede pasar entre estos seres, qué se reprochan, aunque es palpable que le duele profundamente. La cámara capta lo esencial de esos momentos, con una presencia poética y por momentos mágica, apelando a la emoción, al movimiento de los sentimientos, el horror al vacío, lo inevitable que hay que aceptar. Con muy buenas actuaciones de Jazmín Stuart, cada vez mejor actriz, y Santiago San Paulo. Estas “instrucciones” valen como reflexión profunda sobre la existencia, el valor de los recuerdos, los mandatos no cumplidos. Y para seguir atentamente a este autor y director de cualidades no frecuentes.
Un film que cuenta lo que le ocurre a un hombre bueno, respetuoso de los diez mandamientos, ayudante todo terreno del cura de su iglesia, que de un día para otro pierde su empleo por culpa de un amigo, a su mujer infiel que lo abandona, a su casa porque no tiene para pagar el alquiler y a su fe. Todo el planteo de la película, una comedia con los recursos conocidos y los lugares comunes transitados por el género televisivo, que explota el histrionismo de Diego Pérez, en un rol pensado a su medida. En realidad todo gira en torno a su protagónico absoluto, con situaciones de humor y su rol de perdedor que finalmente tendrá su recompensa. Ni al guión de Osvaldo Cascella ni a la dirección conjunta de Roberto Salomone y Daniel Alvaredo se le encuentran otros objetivos que entretener sin complicaciones. Con un elenco que reúne también a Roly Serrano, Jimena Anganuzzi y Sebastian Pajoni.
Una película construida sobre una trama de suspenso, que tiene una línea de tiempo real, la llegada de dos judíos ortodoxos a un remoto pueblo rural húngaro, cargando dos cajas misteriosas y lo que esa visita provoca en casi todos los habitantes, que tiene profundas raíces en el racismo (muy anterior a la llegada del nazismo), la culpa colectiva e individual, la avaricia, la violencia. En un vibrante blanco y negro, con una banda sonora intrusiva y constante, con grandes actores y planos que van de rostros a situaciones detrás de ventanas y visillos. La otra línea de tiempo colectiva es como una olla a presión que acumula su potencia inevitablemente. Es conocido que en muchos lugares, la denuncia para que se llevasen a los judíos proporcionaba enormes ganancias para los lugareños que se quedaban con sus propiedades, negocios y riquezas. Aquí la trama culposa incluye a los pobladores, funcionarios, el cura, el intendente. Los codiciosos temen perderlo todo. Y reaccionan de diferente manera. Hasta serían capaces de lo peor. Como si se tratara de un western salvaje, pero hablamos de un período especial de la historia, la guerra esta terminada aunque se arrojan las bombas atómicas y la ocupación rusa todavía no se hace sentir, es prescindente. Los hechos también se multiplican, una boda en preparación, infidelidades, huidas, decisiones extremas. Una agitación imparable de lo colectivo enfrentada a una dignidad emotiva. . Un film que pone el acento en temas que generalmente se soslayan por razones de conveniencia y de practicidad, frente a reclamos que suelen ir al fracaso o cuestan mucho concretar. Muchos casos originaron también filmes recordables. El director Ferenc Torok, que escribió el guión con Gabor Szanro, contó con actores excelentes, una dirección de arte impecable, la acertada fotografía y banda sonora para comprometer emocionalmente al espectador con las mejores armas.