Un filme del director alemán Christina Petzold, que adaptó una novela de Anna Seghers que ubica su acción en l942. Pero en el film la ambientación es en la época actual. Se habla de Ocupación, de que los invasores ya tienen Paris y avanzan sobre Lyon y de la zona franca del puerto de Marsella donde los fugitivos tratan de conseguir una visa y huir de ese infierno. Pero todo lo que se ve es el mundo actual, en ropas, calles, autos. Un efecto de “extrañamiento” donde el director expresa, que después de tantos años, los desclasados, los inmigrantes son perseguidos, que la historia no cambia. Pero además, en la trama un hombre desesperado en Paris decide tomar los documentos y hacerse pasar por un escritor que se ha suicidado., toma su identidad, sus escritos y cartas y llega a Marsella para huir al exterior. Allí tramita una visa para México, pero se cruza con una misteriosa mujer que resulta ser la que abandonó al escritor, pero que ahora necesita huir con él. Comienza allí una dolorosa historia romántica para esos seres “en transito”, en una vida en suspenso, que a punto de partir pueden hacerlo o no, o aferrarse a fantasías tan crueles como la realidad que no quieren ver. Complejo film, filmado con exquisita luz, ropas clásicas y grandes actores, que nos deja su melancolía y la claridad de sus ideas poderosas.
De la directora chilena Dominga Sotomayor, quien también escribió el guión, que elige mostrar un momento histórico en Chile, el fin de la dictadura de Pinochet, pero por sobre todo, ese tiempo mágico y único donde muchos niños y adolescentes comienzan a saborear la libertad y la afirmación de su camino a la adultez. En las afueras de Santiago, un grupo de amigos y familiares decide vivir en comunidad. Por convicción, para que sus hijos se críen lejos de los peligros de la ciudad, inmersos en la naturaleza. Mientras los adultos deciden si tendrán luz eléctrica, los pequeños, adolescentes y preadolescentes descubren deseos, secretos, amores, pasiones, dolores. La pericia de la directora, galardonada como la mejor en Locarno por este film, es el registro vivo, complejo en cada toma, de esos momentos preciosos e inolvidables, de esos climas que nos invitan a compartirlos, a sentirnos parte de una luminosidad tan intensa como la vida misma.
Una producción pensada para un público preadolescente que tiene en la figura de Franco Masini el máximo atractivo para sus fans. La idea es el nacimiento de una estrella rockera, con una manager que lo engaña y lo hace participar de un delito. Y al mismo tiempo una historia de amor con una joven abogada que pertenece a un mundo estructurado y distinto. Con buenas canciones, la transformación del músico sencillo e inspirado por el amor en un rockstar esta bien mostrado, con momentos musicales similares a videoclips dentro de la historia. El punto mas flojo es el guión que plantea desde el comienzo una situación limite que no se resuelve ni se explica, salvo con un recurso de titulares de gráfica contradictorios. En lo demás Andrea Frigerio construye a una manager manipuladora y excéntrica y Gerardo Romano a un padre severo. Yamila Saud, productora y guionista, es la heroína inspiradora. Para los fans de Massini, el actor y cantante cumple con creces.
El tema de los afectos y la imposibilidad de expresar sentimientos. Para el director y guionista Julián Giulianelli, en esas relaciones que sobreviven con dificultades, está la clave del ritmo de su película. Alrededor de su protagonista, un entregado Guilermo Pfening, en un pueblito de San Marcos Sierra. Un adulto hosco, que tiene la dificultad de demostrar lo que siente hacia sus amigos, su pareja abierta, su padre. Un solitario, un sobreviviente que deberá, dificultosamente, reconstruir vínculos. La llegada de un adolescente será el catalizador de una verdadera revolución interna, pero que exteriormente se mostrará solo a través de indicios, sutilezas, comprensiones silenciosas. Esta bien logrado el contrapunto entre esa naturaleza amigable y los humanos que la transitan sin fluidez, atascados en sus mundos. Pfening se adentra en su protagónico y esta muy bien acompañado en un elenco empeñoso.
Un film que comienza redondeado una historia convincente, avanza en su trama a un desarrollo emocional, y luego cambia el rumbo hacia una situación distinta y no bien resuelta. La historia de una adolescente criado por su padre, un seductor y borracho, poco responsable, que termina asesinado por un marido celoso. Frente a ese desamparo, el chico ese refugia trabajando para un criador de caballos a quienes explota en las carreras. Se suma a ese incipiente grupo afectivo una joketa. Muy buenos Steve Bucemi y Chloê Savigni. Pero luego para evitar la venta de un caballo que quiere, el protagonista huye con ese animal a traves de la norteamerica profunda donde encuentra hostilidad, situaciones límite y una última reivindicación. El joven Charlie Plummer hace un trabajo convincente, pero las buenas intenciones y el talento del director no alcanzan para elevar el nivel de un film contradictorio, lento por momentos y de soluciones extremas y rápidas en otros.
El director Eduard Deluc, que participó en el guión junto a todo un equipo, decidió tomar libremente el libro del pintor “Noa Noa” como base y luego trazó un retrato de Gauguin sin apegarse a la verdad histórica, ni a sus confesiones. Que la joven que tomó como esposa, era una niña de 13 años, que llegó por primera vez a Tahiti con el dinero de una subasta y una subvención del estado para trabajar allí, que volvió a Europa y regresó, con dinero, con participación de luchas políticas, con otros amores y demás detalles que pasó por algo. Prefirió el retrato de un artista sufriente, en estado de miseria, en contacto con una naturaleza contundente, con una cultura distinta y viviendo un triángulo amoroso improbable para sostener un hilo dramático que no resulta tal. Y además de esa posición creativa, decidió mostrar una naturaleza oscura, lejos de la paleta del celebre pintor, de su una mirada vital y única, mostrada aquí con un tinte trágico permanente y una enfermedad que aquí habla del corazón cuando en realidad era sífilis que le contagio a sus mujeres. Pero aún obviando cualquier verdad histórica, escrita inclusive por el mismo, el retrato que se muestra es el de un creador que no puede hacer otra cosa en la vida, que contra viento y marea elabora su obra conciente de su valor. La luz natural y la belleza escénica mostrada en esplendor, mas el trabajo intenso y creíble de Vincent Cassel sostiene una producción ambiciosa sin llegar a la pintura trágica que pretende.
Es una película sorprendente en muchos aspectos. El debut de Fritz Bôhm como director y co-guionista junto a Florián Eder, no podía ser más auspicioso. El film que comienza con un sombrío policial, con una niña secuestrada por un hombre que la mantiene totalmente aislada por años, diciéndole que la protege de lo salvaje y que trata de retrasar su desarrollo hormonal de pubertad con inyecciones que la llevan a un coma, tiene un suspenso y un clima muy logrado que luego deviene en otro tema. Del policial al terror, aunque la película es difícil de etiquetar. Puede ser tomada como una alegoría sobre la pubertad, hasta lanzar una teoría sobre la fuerza de lo femenino en leyendas que nunca antes se dieron a conocer. En el durante, la adolescente comienza a descubrir un mundo nuevo, la pasión y la transformación de su cuerpo, la manifestación de sus instintos. Todos los elementos dosificados, con información retaceada, la aparición de personajes sospechosos, un grupo de cazadores desalmados, la perversión y la bondad en cuotas justas para mantener en vilo al espectador, con sorpresas y vueltas de tuerca. Bien dirigida, con gran nivel de fotografía, buenos efectos y convincentes actuaciones. La protagonista, la joven Bel Powley, secundada por Brad Dourif, Collin Kelly-Sordelet y especialmente por la siempre bella Liv Tyler, una de las productoras de la película. Entretiene, desconcierta, esta muy bien hecha y es un lujo para los buscadores de un terror que lo tiene, pero no la define totalmente.
Una muy interesante película de Hugo Curletto, autor también del guión que plantea desde el viaje de una pareja a un territorio heredado, donde su padre nunca quiso llegar, pero también el itinerario de una crisis que se manifiesta con crudeza en medio de una aventura, un sueño, una ilusión deseada. La película se plantea como un thriller emocional de un arquitecto que logró dominar la distancia necesaria para lograr el eco y hace un proyecto de una casa donde, desde cualquier lugar, ese efecto es posible. Es un hombre torturado por un trastorno de sueño que lo hace vivir en un mundo donde lo imaginario y lo real tienen la misma potencia real. Los miedos, los deseos, los accidentes, la inmensidad de un vacío imposible de llenar quedan en evidencia. Cuando aparece el sinceramiento en los afectos el efecto puede significar la reconstrucción o la pérdida. Los planteos del director, con caminos paralelos que transita el espectador, entre la vigilia, las distintas realidades, provoca un singular efecto de sorpresa y entendimiento, que se resuelve en cuentagotas. Bien filmada, bien actuada, no se pierda esta película osada y bien construida.
La segunda ficción de Diego y Pablo Levy, que escribieron el guión con Ignacio Sánchez Mestre, es una comedia que se mete otra vez con la hipocresía de la clase media, los “deber-ser” y la necesidad de triunfo de un argentino, profesional al que le falla el plan del éxito y lleva sus mentiras al límite. Un arquitecto que pospone profundizar la relación con su pareja (una modelo publicitaria conocida) en pos de un acierto profesional que hecha a perder con torpeza. Cuando intenta cancelar un viaje con “todo incluido” que iba a ser su festejo, sigue adelante sin contar que fue despedido. En el viaje se profundizan las crisis, y el alcohol en una fiesta contribuirá a complicar la situación al extremo de tener que lidiar con una cabeza abierta a nuevos paradigmas. Con una supuesta levedad que esconde lo que realmente ocurre en una pareja, el toque de diversión y delirio en el que caen todos los personajes contribuye a poner patas para arriba un mundo de convenciones. Un tono ligero y una critica graciosa a costumbres, mandatos y aceptaciones. Un entretenimiento leve, bien logrado. Con Alan Sabbagh, Julieta Zylberberg, Mike Amigorena y un efectivo elenco.
La película dirigida por Víctor Leali y Uriel Sokolowicz se propone reconstruir y rescatar los orígenes de la animación en nuestro país, con un pionero cuasi mitológicos de obra destruida. Para eso utiliza a dos personajes perdidos en un plano blanco que recorrerán para su sorpresa y desconcierto la dimensión 2D y harán justicia contra el olvido. Un trabajo elaborado minuciosamente con voces animadas originales y las de Pelusa Suero y Darío De Meglio. Contiene el reconocimiento al primer largometraje animado a nivel mundial que realizó en nuestro país Quirino Cristiani, con “El apóstol” pasando por olvidados o recordados personajes y publicidades que abonaron el largo camino de la animación en nuestro país.