Lo que nunca nos dijimos Pese a algunos desaciertos en cuanto a puesta y diálogos, “Lo que nunca nos dijimos” (2016) de Sebastián Sanchez Amunategui es un ejercicio narrativo en el que más allá del conflicto central de la propuesta hay una búsqueda, enmarcada en el melodrama, que redobla el esfuerzo por universalizar su relato. En la historia de una mujer (Flavia Atencio, también guionista del film) que regresa a un país que ya no le pertenece para reencontrarse con su madre (Ana María Picchio) quien se encuentra abocada a cuidar a su marido a punto de morir. El título refiere a varios secretos que se irán revelando a lo largo de la narración y que apuntan a trabajar tópicos sobre la identidad, la sexualidad, la familia, los mandatos, la aceptación, entre otros, quizás muchos para un film de hora y media, pero que fluyen en un guión realista y empático. Atentos a la inmensa Catalina Saavedra (“La Nana”) en un secundario que potencia todo.
Rogue One “Rogue One: Una historia de Star Wars” (Rogue One: A Star Wars Story, 2016) es el esperado spin off de la saga Star Wars hilvanando una historia que si bien tiene algo que ver trabaja en un universo paralelo al de las películas ya presentadas conformando en sí mismo un nuevo paradigma narrativo. Gareth Edwards es el encargado de embarcarnos en esta aventura que remite a la nostalgia y la épica retro que siempre envolvió con mística al relato sumando un gran personaje como Jyn (Felicity Jones), una joven que tras ser separada de su familia deberá tratar de encontrar su destino convirtiéndose en la heroína de la resistencia. Imágenes potentes, respeto por la tradición del género, algunas decisiones de cast erradas, como la participación de Diego Luna, que nunca está al nivel de la propuesta, hacen que “Rogue One: Una historia de Star Wars” se presente como un film correcto, con poco “vuelo”, pero que así y todo cumple con las expectativas colocadas en él como claro sucesor de una de las historias más atrapantes del cine de ayer y hoy.
Editada directamente en DVD llega “Morgan” de Luke Scott con Kate Mara, Anya Taylor Joy y elenco. La película “Morgan” dirigida por Luke Scott (hijo de Ridley Scott, quien es el productor del film) llega directamente al DVD editada por SBP WORLDWIDE FOX. Su propuesta, en la que se esconde la idea de filme de acción y ciencia ficción, contiene una ambiciosa historia en la que un prototipo de arma militar intenta ser “transformado” por un grupo de especialistas. Luego de un incidente, el L-9 Morgan (Taylor Joy) deberá ser evaluado por Lee Wathers (Mara), la encargada de Gestión de Riesgos de la compañía productora, quien determinará si hay que eliminar al prototipo. Tras su llegada, Weathers se topará con una serie de personajes que intentarán convencerla que Morgan ha logrado adaptarse a cada una de las indicaciones que se le impartieron y, principalmente, han podido controlar su temperamento. Pero cuando en medio de la evaluación, y tras la llegada de otro especialista, el Dr. Shapiro (Paul Giamatti), Morgan se descontrole, la cacería comenzará y la violencia se desatará sin poder contenerla. “Morgan” es un interesante relato que acerca su propuesta a filmes como el reciente “Ex Machina” (también inédita, inexplicablemente en el país), proponiendo una mirada lúcida sobre la relación con las máquinas, las armas y la tecnología. En esta oportunidad, el principal factor que eleva la calidad del relato es el nivel actoral, destacándose no sólo Mara y Taylor Joy, sino también el elenco secundario que incluye figuras de lujo como Toby Jones, Rose Leslie (Ygritte en Game of Thrones), Jenifer Jason Leigh y Robert Boyd Holbrook (Narcos). “Tienes que ser tu misma” le dicen a Morgan en medio de la evaluación y ella responde “sí, supongo que no puedo ser otra cosa”, toda una revelación sobre el tono que luego tendrán los sucesos que se avecinarán en la narración. Filmada con precisión y logrando que la tensión crezca al avanzar el relato, el desenlace es impredecible y logra una de las escenas de peleas y de persecución automovilística únicas. A recuperar este filme que no se estrenó en el país desde el 4 de enero en DVD. “Morgan” editado por SBP WORLDWIDE FOX y disponible en tiendas como Yenny y Musimundo.
Pobre Mary (Naomi Watts), tras sufrir la repentina muerte de su marido en un accidente de tránsito debe lidiar a diario con los cuidados de su hijo (Charlie Heaton), quien también tras ese siniestro quedó cuadripléjico. Sus días se desenvuelven entre la rutina del aseo y alimentación del joven y alguna que otra entrevista en su oficina. Mary es psicóloga y trabaja con especial atención casos de niños con problemáticas complicadas antes de ser asignados a hogares/asilos. Entregada a sus pensamientos, cada día ve como pierde más espacio ante los inevitables cuidados de un joven que ni siquiera le puede retribuir con un gesto de agradecimiento la atención que le da. Pero cuando tras atender a un niño (Jacob Tremblay) sordo, y ver cómo éste un día desaparece misteriosamente en lo que se convierte el caso policial de mayor resonancia en el lugar, Mary comienza a escuchar algunas voces y sonidos en su casa que la alertan y perturban. Así “Presencia Siniestra” (Francia, USA, Canada, 2016), de Farren Blackburn, con producción de Europacorp, la empresa de Luc Besson, arranca elucubrando un thriller en el que el fuera de campo será la estrella del relato. Pero en el avance de la historia, que conjuga mucho de otros films de género y también va sumando elementos de nuevas narrativas, como las series de televisión de procedimientos, que terminan por configurar su estructura, el espíritu original del film se pierde. Si “Presencia Siniestra” tiene mucho del susto por sorpresa, del más clásico, pero también va relegando su lograda construcción inicial, más de autor, por giros y conflictos que no hacen otra cosa que resentir su propuesta. Naomi Watts posee oficio, y sabe qué tipo de heroína debe construir para la película, pero mientras avanza el relato su personaje no sólo pierde consistencia, sino que termina por transformarse en un esbozo de trazo grueso de aquello que era originalmente. Es una lástima que “Presencia Siniestra” termine cediendo a la débil idea que un filme de género de bajo presupuesto tiene que sorprender con lugares comunes, sabiendo que el verosímil y el placer de los espectadores debe además de la recurrencia, sustentarse en un sólido guión, que interpele al espectador desde aquello que sabe más que lo que no. Además, cuando el fuera de campo termina por incorporarse en la estructura, y se lo suplanta con inverosímiles situaciones, el resultado termina siendo algo que ni siquiera responde a aquello que originalmente se planteaba. “Presencia Siniestra” podría haber ido por un camino menos convencional para potenciar a las dos figuras (Tremblay/Watts) que poseía como atractivo, pero al elegir ir a lo seguro, que en este caso no asegura nada, termina por hacer agua por todos los lados. Fallida.
Tom Ford es un provocador, y ha demostrado una particular habilidad en sus apuestas anteriores a la incomodidad y la opresión visual y narrativa. “Animales Nocturnos” (USA, 2016) no es la excepción y termina por construir un relato de desprecio y venganza como hace mucho no se veía en el cine. Tomando como punto de partida la novela “Tony y Susan” de Austin Wright, Ford comienza su viaje a las entrañas de Susan Morrow (Amy Adams) una artista que vive de las apariencias hasta que se da cuenta que esa mentira en la que diariamente vive se derrumba al recibir una copia de la próxima novela de su ex marido (Jake Gyllenhaal). Si bien en un primer momento decide no embarcarse en las páginas escritas, porque sabe que de alguna manera repercutirán en ella, una noche se traiciona a sí misma y decide bucear en las palabras. Cuando detecta en la narración algunos hechos del pasado compartido con él, Susan comenzará a ver cómo éste aún le guarda rencor y odio por algunos hechos que nunca se han sentado a dilucidar cómo fueron realmente. En ese ir y venir del guión, entre el presente de Susan, un momento plagado de ausencias, y el pasado, con acontecimientos que la marcaron pero que nunca quiso revelar para evitar mostrarse vulnerable ante los demás, es en donde Ford encuentra el punto justo para atrapar al espectador. Pelicula de capas, de veneno que se destila en cada escena y que termina por fagocitar y oprimir al público y a los propios personajes, “Animales Nocturnos” más allá del estilizado ejercicio de dirección y composición, es un relato sobre una venganza inesperada que se manifiesta en forma de dardos que se van clavando a lo largo de la progresión. Una historia de desamor, agobiante, desesperada, y una búsqueda de venganza, son los dos disparadores narrativos para construir uno de los relatos más sólidos que el cine ha ofrecido en el último tiempo. Ford seleccionó al casting a la perfección, porque además de las soberbias y potentes actuaciones que Adams y Gyllenhaal ofrecen, impecables, dolorosos, hay una serie de participaciones como las de Michael Shannon, Isla Fisher y Aaron Taylor-Johnson, que demuestran que la clave de un film es también la habilidad para conjugar las interpretaciones. “Animales Nocturnos” desnuda el mundo del lujo y las fiestas de la clase alta para revelar que el pasado siempre vuelve a reclamar su parte, aun cuando se intenta negarlo o apartarlo del presente para evitar sus consecuencias. La fe en el otro como motor de las relaciones, y la falta de la misma como inevitable caída de los vínculos anidan en la superficie del film para construir una capa más del complejo entramado narrativo con el que Ford juega para sorprender e impactar, y lo logra, a los espectadores.
Llega navidad. Momento de poner la cabeza en modo familia/regalos/fiestas/compras/arrollado/vitheltoné/etc. y también momento de relajar las tensiones acumuladas del año disfrutando una película junto a los seres queridos. Hay un sinfín de films que trabajan este período, algunos con más sentimentalismo y otros con mucho menos, pero con la clara convicción de copar un lugar dentro de las preferencias de los espectadores. En los últimos años, no es casual, y apuntando a nuevos públicos, la incorrección, el humor, la corrosión y lo escatológico, han sabido ir inundar los guiones y las narraciones, principalmente, las provenientes de los grandes estudios. “Fiesta de navidad en la oficina” (USA, 2016) apunta a redoblar la apuesta sumando a un seleccionado de comediantes para potenciar cada una de las ideas que contiene y que, además, permiten una identificación instantánea con cada uno de los personajes. La narración arranca cuando en una empresa de sistemas en aparente ascenso, dirigida por uno de esos jefes tan impresentables que da vergüenza (T.J.Miller), la hermana de éste (Jennifer Aniston) le comunica el próximo cierre de la misma a menos que en dos días consigan un trato con un gran aliado (Courtney B. Vance). La chance está en el trabajo desarrollado por un equipo (Jason Bateman, Olivia Munn) que permitiría prescindir de módems a la hora de conectarse en internet al aire libre, sumando a cualquier dispositivo que dependa de energía eléctrica como fuente. Cancelada la fiesta de navidad en la oficina por parte de la déspota Carol (Aniston), nombre que alude no sólo a ella como persona sino al espíritu de navidad, configurándola como una especie de Grinch en el film, el posible aliado quiere conocer a la empresa en su faceta “festejo” comunitario. Así, todos en la oficina deberán colaborar para armar la fiesta de navidad más grande que jamás se haya hecho, a espaldas de Carol y con el claro objetivo de demostrar la unión y la bonanza, para que Walter (Vance) no sospeche nada del próximo cierre de la sucursal. Los realizadores Josh Gordon y Will Speck, bajo un guión de Laura Solon y Justin Malen, sobre una historia original de Jon Lucas y Scott Moore, terminan por jugar con el género potenciando cada gag imaginado dentro del espacio reducido de la oficina. El oficio de los protagonistas, destacando a Bateman, Munn, Miller, Aniston, sumado a personajes secundarios interpretados por la ascendente Kate McKinnon, como una asistente de legales que veta cualquier actividad dentro y fuera de la empresa, o Rob Coddry, como ese empleado ultranegativo que aprovecha cada oportunidad que tiene para hacerle saber a todos su malestar y disconformidad. Errática en cuanto al ritmo, pero con algunos gags y punchlines bien resueltos, “Fiesta de navidad en la oficina” es una buena propuesta para terminar el año con una sonrisa e imaginando la pesadilla que presenta como propia.
En su último film, el realizador belga Jaco Van Dormael vuelve a trabajar con un tópico que lo atrapa desde sus anteriores realizaciones, la fe. En esta oportunidad ha imaginado un universo particular en el que una niña cansada de sus padres decide avanzar en destruir el orden establecido. No es un dato menor que el padre de esta niña es Dios, y que su particular mirada sobre la existencia del hombre ha sido tan transformada desde que decidió alejarse del hogar en “El nuevísimo testamento: Dios atiende en Bruselas” (2015). Con una mirada cínica sobre la trampa en la que la sociedad se ha transformado, un lugar en el que el respeto por el otro se ha perdido y las diferencias no existen como entidad indisoluble de los hombres, Ea, la protagonista, decide aceptar el desafío impartido por su hermano (Jesús) para sumar varios apóstoles y así terminar por configurar un nuevo orden. Desatendiendo a la prohibición de acercarse al cuarto en el que su padre mantiene un enorme archivo sobre los hombres y una vieja computadora funciona como centro de atención y dirección de enmiendas y leyes, la niña trastoca esos “mandamientos” para poder, convocar a un nuevo testamento que direccione todo. Pero la tarea no será fácil, primero deberá robar los archivos de los nuevos apóstoles, hombres y mujeres de carne y hueso, cada uno con sus particularidades, que además se presentan como seres inaccesibles. Antes de contactarlos decidirá revertir el poderío de Dios sobre la Tierra enviándoles a todos los seres humanos la próxima fecha de defunción de cada uno, para, así, delimitar su campo de acción con cada uno de ellos. Ante la finitud de sus existencias, muchos deciden aceptar la noticia de manera natural, por lo que Ea debe actuar rápido para que su mensaje de aceptación, amor, felicidad y, principalmente, de ser uno mismo, tenga efecto antes que Dios también se apersone en Bruselas y decida tomar parte en el asunto. Visualmente atrapante, pero con algunas lagunas en la narración, “El nuevísimo testamento: Dios atiende en Bruselas” marca un loable esfuerzo por parte del director para elucubrar una historia contemporánea en la que la religión es sólo la excusa para reflexionar acerca de la razón de ser del hombre y su comportamiento. Como un catálogo furibundo de fobias, manías, y, principalmente, de conductas y estereotipos, en la búsqueda de Ea de los nuevos apóstoles hay también una búsqueda iniciática que repercute en una experiencia épica para ella y todos aquellos a que contacta. Un asesino, una bella mujer con un defecto, otra abandonada a su suerte que decide emparentarse con un animal para ser tenida en cuenta, un niño al borde de la muerte que quiere sentir la vida de otra manera, son sólo algunos de los personajes con los que Van Dormael apunta a quemarropa al espectador para hacerlo tomar conciencia de la importancia de respetar y ser respetado en un mundo cada vez más vacío. Mención especial para Catherine Deneuve y su divertida interpretación, síntoma de una clase particular y su subversión.
Historias Breves 13 Nueva entrega del agrupado de cortos que ha servido como plataforma para varios directores. En esta oportunidad varios géneros se suman a la propuesta con resultado dispar y diferencias entre sí, dato que no resiente la propuesta, al contrario, la potencia y dispara una reflexión sobre el destino del próximo cine argentino, con buenas ideas y logradas realizaciones. “Plegarias”, “Últimos días del artista”, “Los invasores”, “Hesperidina Express”, de Lucía Ursi Sotello, Agustín Ford, Juan Francisco Zini y Franco Cerana, acompañan la edición con particulares ideas sobre la fe, el arte, la escuela y los estereotipos. “Centauro”, “De la muerte de un costero”, “El Asado”, de Nicolás Suárez, Carlos Alberto Díaz e Ignacio Antonio Guggiari, funcionan como bellos ejercicios analizando al hombre y sus relaciones. A destacar “Puertas Adentro”, de Eugenio Caracoche y Julieta Cejas, con Martin Slipak como un maquillador de cadáveres que se obsesiona con sus “musas”.
Snowden Oliver Stone vuelve al cine con uno de los casos de mayor relevancia en los últimos tiempos en cuanto a seguridad informática. El camaleónico y cada vez más sólido Joseph Gordon-Lewitt se pone en la piel del miembro de la CIA que supo poner en vilo al gobierno norteamericano denunciando su maniqueísmo y autoritarismo. Stone narra la historia de manera tradicional, con un especial énfasis en dejar en claro la falta de ética y moral del gobierno, y en el trazo grueso pierde de vista su verdadero objeto, quedando detrás de esa obra sublime del documental “Citizen Four”, que trabaja el mismo tema con verdadera pasión.
Muchas veces cuesta adaptar al cine historias que por sí solas han logrado trascender generaciones desde su propuesta en un soporte particular. El caso de “Capitán Fantástico” (USA, 2016) de Matt Ross, es bien diferente, porque si bien parece ser la trasposición de alguna novela de los años sesenta, es una historia original creada por el realizador para esta oportunidad. En la narración de la vida de un padre junto a sus hijos, aislados del consumo y del bombardeo mediático que a diario sufren miles de personas, Ross construye una fábula sobre la vida en sociedad y el aislamiento como posibilidad de vida. Pero en esa fábula hay muchas ausencias, y también licencias que terminan afectando al planteo global que hace. Si el padre y los jóvenes deben viajar por el país para encontrar su destino, pero también para ir tomando algunas lecciones que los conviertan y transformen. Una suerte de anarquía y rebelión comienza a apoderarse del relato a medida que algunos sucesos comienzan a afectar a cada uno de los protagonistas, desde el amor a la trágica noticia del fallecimiento de un ser muy cercano. En el avance además el enfrentamiento con aquellos que ven con malos ojos la forma de criar que posee el padre, basada en la experimentación más que en el preconcepto o prejuicio, terminan por desarrollar la base de “Capitán Fantástico”. Filmada con un artie touch, que busca embellecer la tristeza y vacío en la que se encuentran los protagonistas, Ross termina por desdibujar ese arranque tan prometedor, y si bien los actores, encabezados por Viggo Mortensen, logran plasmar el espíritu de la propuesta, por momentos el verosímil se desvanece, y todo comienza a desmoronarse como un castillo de naipes. El espíritu libre no termina por consolidarse, y en la propia negación de estar ligada a ataduras y convencionalismos desde la dirección, atentan con una propuesta que funcionaría en otra época de manera diferente, tal vez apoyándose en su espíritu nostálgico y en una imaginería relacionada a la literatura de un momento particular. No es Jack Kerouac Ross, y tampoco Chomsky, por lo que sus ideas, identificadas desde un primer momento, comienzan a derrumbarse en el mismo momento que la travesía de los protagonistas del bosque a la ciudad comienza. Si en el intento de construir un relato libre de prejuicios sobre la familia, las convenciones, las fiestas, los deseos, la amistad, la música, la literatura, Ross quería en la figura de la familia nómade y de espíritu rebelde llevar a buen puerto algunos conceptos sobre la actualidad, se termina por desdibujar a la hora de no poder superar algunas carencias. Así y todo “Capitán Fantástico” es un viaje que a muchos “jóvenes” de los sesenta y setenta los hará rememorar de una época que pudo haber sido y que terminó siendo otra cosa completamente diferente.