Oculus

Crítica de Leonardo M. D’Espósito - Revista Noticias

Oculus podría haber sido una obra maestra. Pero no lo es porque se resiente en el efecto, en la necesidad -forzada- de cerrar la historia. Una joven trata de exculpar a su hermano -acusado hace años de la muerte de sus padres- porque está convencida de que un viejo espejo y raros poderes paranormales son los auténticos culpables. Consigue el espejo, se reúne con el hermano e intenta desactivar la amenaza y salvar al joven de la culpa. El film es una hazaña de guión en la medida en que mezcla tiempos en el mismo plano, va y viene, genera un clima de amenaza constante. Pero cuando puede transformarse en una alucinación onírica de primer orden, aparece la vieja orden de que todo cuaje, cierre, se explique -más allá de que las cosas terminen “bien” o “mal”, para decirlo rápido y en cristiano. Ahí es donde el clima y ciertos perfectos momentos de terror se desactivan. De todos modos, en el film hay algo que va más allá de la pura fórmula y que funciona muy bien en gran parte del metraje. Sin ejercer la coerción, este escriba le recomienda darle una oportunidad.