Jobs

Crítica de Leonardo M. D’Espósito - Revista Noticias

No hay dudas de que Steve Jobs es una de las personalidades más influyentes del siglo XX (y XXI), el nombre clave en establecer el puente entre las computadoras y las personas, en quitarle a la tecnología el halo de misterio e introducirlo en nuestra vida cotidiana. Sin dudas su personalidad volcánica y la capacidad de invención proveían un gran tema para una película. Desgraciadamente, e incluso si el tempo es el justo, el film que retrata su vida -incluso teniendo en cuenta el más que decente trabajo de un maduro Ashton Kutcher, quizás la mejor elección para el rol- es algo así como el “Billiken” de la computación contemporánea. Contrariamente a una obra maestra de tema similar (La red social, de David Fincher) el film no retrata innovación con innovación, originalidad con -al menos- la búsqueda de otra originalidad formal, sino que se contenta con enhebrar los “grandes éxitos” de una vida. Peor incluso: tal no sería un problema si al menos la película lograse transmitir algo de la electricidad que rodaba a Jobs, o al menos proponer una hipótesis para explicarla. Nada: Kutcher realiza una lograda imitación, el diseño de imagen que recorre tres décadas clave en la historia de la comunicación humana (que no es más que la del universo conocido) es funcional y hau poco más para ver salvo un artículo de Wikipedia correctamente fotografiado.