Con el diablo adentro

Crítica de Alejandro Franco - Arlequin

Es sorprendente la cantidad de gente que putea públicamente a Con el Diablo Adentro. Ciertamente no es un filme redondo, pero tampoco es la abominación que todos recriminan. Hay un par de momentos interesantes - como las sesiones de exorcismos en que se ve envuelta la protagonista - y, en cuanto al resto, no hace nada demasiado terrible. En todo caso, los problemas del filme pasan por lo narrativo. La sensación reinante es que la historia fuerza los pasos para llegar a esos momentos pico de alta tensión, resintiendo la credibilidad de toda la trama.

También es cierto que Con el Diablo Adentro carece totalmente de originalidad. La primera mitad es un reciclado casi textual de El Rito - otro yanqui que llega a Roma a investigar sobre el exorcismo y se adentra en la escuela especializada que mantiene El Vaticano -, a lo que se suma el enfoque de cámara en primer plano y grabando todo el tiempo a lo Blair Witch, algo que ya había intentado El Ultimo Exorcismo y abordando este mismo tema. Sigue a esto la alianza con un par de sacerdotes poco ortodoxos - los cuales realizan exorcismos por su cuenta -, y terminamos con un demonio que salta de un cuerpo a otro a lo Fallen (1998). Y todo esto está salpicado con tips informativos extractados de El Exorcista (1973), la cual sigue demostrando que es la única obra potable e imbatible sobre el tema. Como se puede ver, esto es una ensalada de influencias en donde uno puede distinguir en cada momento de qué filme previo sacaron tal o cual idea.

Aún con todo eso, Con el Diablo Adentro podría haber sido una serie B pasable. Los exorcismos no son lo mas guau, pero tienen algo de nervio y están ok. En todo caso los peores problemas del filme pasan por el resto de la historia, en donde a veces la credibilidad está agarrada con saliva. Por ejemplo, en un momento vemos a un cura saliéndose de quicio e intentado ahogar a un bebito durante un bautismo - con lo cual toda la familia lo agarra, cuando no intenta boxearlo -, y a la siguiente escena el mismo tipo anda suelto y lo más campante por su casa. Del mismo modo está el inicio del filme, en donde la madre de la protagonista es trasladada de Estados Unidos a Roma (!) de manera inexplicable y archivada en una clínica siquiátrica - ¿por orden del Vaticano? ¿para qué? ¿para después abandonarla en el asilo? -. O cuando los sacerdotes que hacen exorcismos en su tiempo libre consiguen una sesión en la clínica con la madre de la chica... y los doctores los dejan a solas, con total disponibilidad de inyectarle las drogas que se les de la gana (o iniciar un exorcismo a escondidas). No sólo hacen todo eso, sino que después le muestran la filmación al director del hospital y termina por apoyarlos. Como puede verse todas éstas son situaciones absolutamente artificiales, planteadas únicamente como punto de partida para la escena siguiente; lástima que la gente no reacciona como personas reales (o normales), y la lógica brilla por su ausencia.

Ciertamente Con el Diablo Adentro no es horrible, pero sí es insatisfactoria. Jamás agrega nada nuevo al tema, y todo lo que hace se ve apurado y poco consistente. Los personajes son totalmente anónimos, y son simplemente figuritas de carne y hueso que el libreto manda de aquí para allá a la espera de que en el medio ocurra algo. Tampoco la cámara POV aporta la tensión que el relato precisaba, aunque aquí las sesiones de exorcismo están mejor coreografiadas que en El Ultimo Exorcismo. En todo caso Con el Diablo Adentro es mera rutina de filme para cable, hecho con algo más de presupuesto en escenarios internacionales; pero carece de shock y misterio, y termina siendo una pérdida de tiempo y recursos sobre un tema que daba para mucho más.