Amigos con beneficios

Crítica de Amadeo Lukas - Revista Veintitrés

Con el antecedente demasiado cercano de Amigos con derechos, se da a conocer ahora, con un título muy semejante, un planteo afín y hasta edades, tipos físicos y condiciones carismáticas coincidentes, la comedia romántica Amigos con beneficios. El veterano cazafantasma Ivan Reitman había sorprendido hace sólo unos meses con la espléndida No Strings Attached, (Sin ataduras), rótulo original que incluso tuvo como alternativa el de Friends With Benefits (¡!). ¿Qué ocurrió? ¿Sólo incómoda casualidad o espionaje de ideas entre estudios hollywoodenses? Sea como fuere, ambos films que combinan romance con humor y entran en el tópico amistad-entre-hombre-y-mujer-que incluye-sexo, no son un calco, pero se sabe de entrada que su desarrollo y final van a desembocar en lo mismo. En Amigos con derechos había una jugosa mirada hacia la trastienda televisiva, en cambio aquí hay una pretendida burla hacia –precisamente- la comedia romántica, cuando el cínico publicista jugado por Timberlake comenta: “Creen que poniendo esa conocida canción al final van a persuadir a la gente que disfrutó de una buena película”. Y en este caso, los muy creativos y diferentes títulos de cierre no coinciden con la calidad –sólo aceptable- del film en cuestión. La pareja protagónica se desenvuelve con divertidos recursos pero no conmueve, y en los roles secundarios nadie se destaca demasiado.