El trabajo de investigación de la directora Florencia Mujica comienza con una estadística inquietante, cada 60 segundos nace un bebe en nuestro país, uno de cada tres nacimientos es por cesárea. Y a partir de los testimonios de tres mujeres, más parteras, médicos, se demuestra como la sociedad actual, por apuro, por intereses económicos, por ideología, machismo, hipocresía o ignorancia, se maltratan los cuerpos de las parturientas y el de sus hijos. Como no es respetada la sabiduría natural del cuerpo que precisa de sus tiempos para un parto vaginal, estadísticamente menos riesgoso para la madre y el bebé. Sobran los ejemplos en un riguroso documental que demuestra muchas verdades ignoradas, derechos pasados por alto, de información negada.
Es la indagación del drama que protagoniza una mujer joven. La que en apariencia tiene una vida perfecta, felizmente casada, con un marido comprensivo, un buen trabajo. Está embarazada y a punto de comprar un departamento para tenerlo listo cuando nazca el bebé. Sin embargo en un chequeo de rutina llega la peor noticia, el feto no ha desarrollado, y aunque la mujer desea sacárselo inmediatamente, los médicos le aconsejan lo contrario, para preservar su cuerpo para el futuro. Entonces para ella comienza no solo el duelo por la pérdida sino también la convivencia con algo muerto en su interior, al que llama “mi hijo”, al que llora y rechaza. Impresiona esa mirada del mundo femenino sin concesiones. Y la locura que desarrolla. Sin embargo algo ocurre con el desarrollo de las situaciones que se reiteran o con motivaciones laterales que no se justifican del todo y que terminan de redondear un tema tan lacerante. Juana Viale tiene la responsabilidad de la cámara indagando sobre su cuerpo constantemente, con un tema tan difícil y árido. Dirigida por Maximiliano Pelosi que coescribio el guión con Diego A. Fleischer.
Es el debut como director de un conocido comediante y guionista estadounidense Jordan Peele. Su película es de terror psicológico, con un humor oscurísimo, y mucha agudeza en la observación, para arremeter con un tema difícil como es racismo hacia los negros en EEUU. Ese racismo es el disparador de toda una trama que abreva de los grandes clásicos del terror. El comienzo es el resumen de todos los afroamericanos en EEUU, caminar por esos perfectos barrios, con grandes casas, todas habitadas por blancos. El sentimiento de peligro aflora de inmediato y en este caso se concreta de manera contundente. Después uno asiste a la historia de un fotógrafo negro, de novio con una chica blanca que se apresta a conocer a sus suegros, que ignoran el color de su piel. Su novia lo convence de que sus miedos son infundados, la llegada es con todos los abrazos y aceptaciones, lo mismo pasa con los amigos de la familia. Pero los pocos negros del lugar tienen algo muy raro. Y desde el teléfono su amigo, de seguridad de aeropuertos comienza a elaborar las teorías mas alocadas. Con homenajes a películas como “El bebe de Rosemary”, a las esposas perfectas y dóciles de “Stepford wives”, a “Los usurpadores de cuerpos” y muchas más. Todo parece ser de una forma y es de otra, las vueltas de tuercas no quitan la mirada inteligente a una sociedad que muchas veces solo tiene el barniz de la tolerancia y la integración. Pero el horror esta presente hasta el último minuto, como un plato fuerte para el espectador que ama el género y que en general debe conformarse con bodrios clase “Z” hechos en serie. Este caso es un verdadero lujo. Gran elenco: Daniel Kaluuya, Alison Williams, Catherine Keener y muchos más talentosos. No se la pierda.
Es una película conmovedora. El director irlandés Paddy Breathnach conoció en Cuba un espectáculo de drag Queens y observo a una mujer emocionada hasta las lagrimas, que le contó “sobre el escenario esta mi hermano es el único momento de su vida donde se siente bien, sobre el escenario”. Ese fue el puntapié inicial del proyecto, con guión de Mark O`Halloran, el aprendizaje de español de parte del realizador y la producción entre otros de Benicio del Toro. Es la historia de un chico de l8 años, cuya madre murió y su padre es solo una foto en su modesta casa, un ex boxeador preso por matar. Es un chico gay que ejerce como peluquero y arregla las pelucas de las drag Queens que lo fascinan. Tanto que consigue debutar con el pseudónimo de “Viva” y su vida se ilumina. Sin embargo la vuelta de su padre le impide seguir sobre el escenario. Ahí comienza una relación difícil, violenta, de construcción de un vínculo con un hombre derrotado y violento. Que se avergüenza de su hijo, sin saber que para mantenerlo el vuelve a ejercer la prostitución. El director muestra una realidad sin maquillaje, con grandes actores como Héctor Medina, Luis Alberto García y Luis Perugorría. Con interesantes encuadres, mucha verdad y sin golpes bajos aunque su protagonista camine por las veredas del infierno. Hay una frase clave que dice un personaje secundario “Todavía no estamos en la jungla” aunque se sienta cercana. La solidaridad, y el deseo que se abre paso pese a todo. Llega al corazón con recursos legítimos, como un melodrama de realidades inapelables, como flores nocturnas que tienen su momento de brillo.
Es una película rumana del premiado director Cristian Mungiu que plantea una mirada cruda sobre una época de su país. El protagonista es un médico que vive pendiente de la graduación de su hija. Del resultado de sus exámenes finales depende que se vaya a estudiar a Inglaterra, el objetivo soñado de ese padre. Es que él ha sufrido el exilio, ha regresado a su país para desilusionarse y enfrenta ese pesimismo con la crisis de su matrimonio y una amante que tampoco es su mujer soñada. Un ataque a su hija hace peligrar sus planes, y se sumergirá en una cadena de favores corruptos, con consecuencias legales, para asegurarse el éxito de la chica, que por otra parte no comparte los planes de su progenitor. Esa cadena de favores que tiene como objetivo que el examen tenga un resultado óptimo lo lleva a alterar la lista de necesitados de un transplante. En ese clima de intrigas bien logrado, con sospechas cruzadas, donde las situaciones se revelan gradualmente y todo resulta oscuro y siniestro, solo son las mujeres de la familia las que se niegan a entrar en el juego de la corrupción. Un poco extensa pero válida. Buenos actores, un director de ideas claras y un mundo que universaliza una realidad que puede aplicarse fácilmente a cualquier punto del planeta.
Una película hecha para el lucimiento de Isabelle Huppet y Gerard Depardieu que vuelven a estar juntos después de 35 años, cuando trabajaron en “Loulou” de Maurice Pialat. A tal punto es así que los personajes son Isabelle y Gerard dos actores que alguna vez fueron matrimonio y tuvieron un hijo que se suicidó hace seis meses. En su despedida, ese hijo los “cita” en el Valle de la Muerte en EEUU para que estén presentes en determinados días y determinados lugares, porque el así los volverá a encontrar. Escépticos, intolerantes, culposos, los dos adultos se reencuentran. El director y guionista Guillome Nicloux (“La religiosa”) los pone en escenarios distintos. En el motel modesto del lugar, en la ironía con que manejan a sus fans ocasionales. Y en los paisajes increíbles y desolados donde deben cumplir su rito. Ellos se enfrentaran así a un pasado doloroso, a las cosas que no supieron darle a su hijo, a los reproches interminables de una relación perdida, a los dolores insoportables que de a poco encuentran un poquito de consuelo en esa convivencia obligada. Pero además con un toque esotérico y misterioso. Lo cierto es que el film no esta del todo bien resuelto, pero ver en acción a estos dos grandes actores es un verdadero deleite que le otorga a la película una dignidad y trascendencia.
Que ocurre cuando un empresario tiene ganas, por ego o conveniencia económica de convertirse en un candidato a un cargo político. Esto es lo que se pregunta y responde tanto desde el guión como en la dirección Daniel Hendler. En una quinta fastuosa, su protagonista se rodea de todo un equipo de técnicos que con un hombre poderoso y gordito que dice parecerse a Ethan Hawke o Tom Cruise, construirán desde la nada a un postulante que debe seducir a las masas. Están los que primero se ocuparan de borrar su pasado, especialmente la relación con su padre, que inventaran sus fotos para evidenciar una juventud ideal, que lo relacionaran con algún árbol o con un pájaro porque la relación con la naturaleza es esencial, que le pulirán los gestos, la postura, el discurso. Con mucha ironía, con humor negro, con un tono tranquilo que busca disimular y lo logra el discurso político o la postura combativa, para llegar mas profundamente a un fenómeno actual que no le resultará extraño al espectador. Una propuesta coral con personajes muy bien definidos y con actores elegidos a la perfección para cada uno de ellos: Diego de Paula, Ana Katz, Verónica Llinás, Alan Sabbagh, Matías Singer, en un extenso elenco. Lo que parece absurdo y calmo vira al humor, a la crítica, a los siniestro y conspirativo, a lo peligroso y despreciable. Muy interesante.
Es un documental realizado por Darío Arcella, sobre los habitantes del barrio Ramón Castilla, que fueron relocalizados desde el albergue Warnes, antes de su demolición., hace 25 años. El mismo director ya había hecho otro documental con el tema, “Warnes aparte” con Luis Campos en l990. Pero esta vez se reencuentra con los mismos protagonistas, pero también con una realidad más cruda y urgente. El grupo Documenta realizo durante años talleres de “narración cinematográfica” para los vecinos del lugar. Por eso muchos tramos contados desde adentro tienen un valor único y a la vez coral. Desde detalles que borró el tiempo, hasta el descubrimiento de intereses mezquinos sostenidos por poderosos para que las mejoras para el lugar nunca lleguen. Y no se trata solo de la droga, también están los talleres clandestinos, la mano de obra esclava, las zonas liberadas. Una situación de angustia e injusticia permanente. Un valioso trabajo.
Algunos datos nos ayudan a ubicarnos. Argentina tiene el 60 % de la producción de la yerba mate. Y el 90% de esa producción se realiza en Misiones. La recolección de la las hojas de la yerba mate es de un oficio muy particular, “la tarefa se llama y quienes la hacen “los tareferos”. Una ocupación donde abunda el empleo en negro y esclavo, con el trabajo infantil. El destino de tres protagonistas es seguido por el talentoso director Diego Marcone, que se mete en la intimidad de estos tres muchachos, que comenzaron en esta ocupación cuando tenían apenas 12 años. Ahí esta expuesto como son sus sueños, sus bromas, su vida sacrificada, que se paga por el kilaje recogido. Impresionante retrato de un mundo que hasta ahora era desconocido por la mayoría de los argentinos.
Un documental estremecedor que arranca con un hecho que conmovió profundamente a su director Antonio Manco, la muerte por una bala perdida de un niño de 9 años, Kevin. Ocurrió en el barrio Zavaleta, cuando dos bandas de narcos se enfrentaron durante tres horas, dispararon 105 proyectiles y aun con los llamados registrados de los vecinos desesperados, nadie acudió, era lo que se llama “una zona liberada” Frente a una situación de desamparo, la película muestra como los vecinos se organizaron con el nombre “La poderosa” comenzaron a reclamar ante la justicia, el silencio de los medios y las situaciones injustas que el poder de los gendarmes concreta. El caso de Luciano Arruga por ejemplo. Un testimonio doloroso y necesario.