Un documental de Teresa Saporitti y Claudio Remedi que unen a dos ciudades en un día muy particular. Buenos Aires y Erevan en el aniversario numero cien del genocidio armenio, una herida abierta que significo la muerte de un millón de personas. Los armenios se preparan para honrar a las victimas y reclamar justicia. En Erevan es el día para que toda la población llegue hasta el imponente Memorial a dejar flores que formaran montañas coloridas. Todos llevan un ramo, fotos de ese pasado doliente, antorchas. En Buenos Aires la comunidad de ese origen, se moviliza en clases y recuerdos, ensayos de bailarines y acróbatas, en actos como la donación masiva de sangre, o en el recuerdo de los desparecidos armenios durante los años de la dictadura militar. Y cuando llega el día del recuerdo, las flores y las antorchas iluminan la ciudad. Como en Erevan. Es el honrar la memoria que cada armenio o descendiente de armenio que sabe que no debe perderse y el reclamo por esa enorme injusticia tampoco. Con ese espíritu los directores captaron el pulso de las dos ciudades en un abril único, de luto, de presencia, de visibilidad. De poesía y desgarro. De identidad y reclamo.
Ya con la primera, Mark Wahlberg y Will Ferrell encarnaron con cierta gracia la diferencia entre el padre dedicado y sensible y el macho que no llora. Ahora en la secuela, con la navidad cerca y la idea de pasarla todos juntos, convocan a los padres de ambos. Así llega el talentoso John Lithgow para ser más hablador y sensiblero que el hijo que compone Ferrell. Y Mel Gibson, como el hombre alfa, ex astronauta, una especie de sátira de si mismo, como el papá de Wahlberg. Entre los cuatro caminan el sendero de la comedia con lugares comunes de enredos, caídas y roturas. No falta ninguna de manual. Y los co-padres originales deberán luchar contra sus progenitores y sus traumas de la infancia. Nada especialmente remarcable. Humor físico, blanco, tonto, para que se pueda ver con toda la familia y quizás disfruten los chicos.
Una de animación para chicos de siete en adelante. Los mas pequeños requerirán explicaciones en el medio del film., Es una vuelta de tuerca sobre la leyenda de pie grande, esta vez desde el punto de vista de un adolescente. El protagonista descubre que a sus 13 años su pelo y sus pies crecen más de lo normal, que lo cargan con eso, pero también que su madre le oculto que su padre esta vivo. Por eso decide buscarlo. Cuando lo encuentra, se entera que vive escondido para evitar ser apresado por una corporación poderosa que ambiciona hacer experimentos con su adn. El papá le descubre el mundo de la naturaleza y su hijo advierte que tiene poderes especiales. Los animales son sus compiches y los ayudaran a sortear peligros. Con dirección de Jeremy Dreguson y Ben Stassen, tiene aventura y entretenimiento para la familia.
No es una película mas sobre el Holocausto, siempre hay una manera distinta de ver lo que ocurrió. Y el director Andrei Konchalovsky encontró esa fórmula. Con guión concebido por el junto a Elena Kiseleva, imagina tres destinos distintos que se entrelazan. El de un policía francés colaboracionista, el de una aristócrata rusa que pertenece a la resistencia francesa y un alemán perteneciente a la nobleza, descendiente de Nietzsche, que abraza la causa nazi con fervor. Rodada en blanco y negro, los tres personajes vestidos igual – ¿en el paraíso, en el infierno, en el purgatorio?-, filmados en primer plano cuentan su historia, con saltos que dan a entender una censura o compaginación del relato. Quizás porque ningún destino individual pueda dar la dimensión total de lo ocurrió. Y de esas palabras, de esas memorias surgen recuerdos, justificaciones, teorías, horrores. La mujer que le tiene horror al dolor físico, encarcelada y enviada a un campo de concentración por salvar a dos niños judíos. Una sobreviviente que utiliza su seducción y justifica ejercer su heroísmo diciendo que el bien solo necesita un empujón. El policía acomodaticio. Y el alemán de linaje que conoció a la mujer en un lugar bellísimo y fue seducido por ella, la reconoce mientras ejerce sus funciones de control en un campo de concentración. Entre sus delirios por un mundo mejor, sus justificaciones, entiende y supervisa el exterminio de judío con la minuciosidad de un burócrata y la más despiadada eficiencia. Solo los bombardeos de la aviación rusa interrumpen las tareas de los hornos. No es un film fácil, lo revulsivo se mezcla con lo iluminado, el horror con las fantasías. Pero hay que verlo.
Estrenada la semana pasada, una película de Cristian Tapia sobre un veterano de Malvinas sobre el que se acumularon las desgracias: su adicción al alcohol, su accidente donde muere la mujer cuando el manejaba ebrio, la pérdida de la tenencia de su hijo, su vida en las calles. El titulo alude a la noche mas gélida, donde el peligro de muerte es real, pero también refleja como ese hombre tiene una red de amigos que lo ayudan y las agresiones y golpes que sufre de otros desamparados y violentos. El film es Juan Palomino, que lo lleva sobre sus hombros con su talento único. Una película valiosa aun con sus defectos.
Una película extraña, que se presenta como una comedia de humor negrísimo pero también apela a un episodio real de violenta discriminación, en una unión no muy perfecta de materiales. Por un lado, Georges Clooney rescata un viejo guión de sus amigos los hermanos Joel y Ethan Cohen, a eso le suma un hecho real ocurrido en Levittown, Pensilvania. Una familia afroamericana se muda a un barrio de blancos y es violentamente agredida por los “perfectos ciudadanos blancos” que no soportan una intromisión en su perfecto entorno. El guión que firman el propio director, los hermanos Cohen y Grant Heslov mezcla estas dos historias. El humor espeso, inapelable, cruel, satírico, oscuro de los Cohen, y la realidad vergonzante, que es mejor olvidar, de lo ocurrido en un suburbio real. Un incómodo recordatorio, actualizado por realidades vigentes, que le valió al director poca comprensión sobre su decisión de incluirlo en su film. En un barrio perfecto, donde todas las casas se parecen, tiene garaje, césped, comodidades para una clase media emergente después de la guerra que llega a la propiedad privada cumpliendo el sueño americano. El problemita son los vecinos negros a los que se les ocurrió. Mudarse en ese océano de blancos. En la casa de los Gardner Lodge unos matones irrumpen en su perfecta vida, los toman de rehenes, los duermen con cloroformo y se van. En el siguiente paso nos enteramos que la mama de la familia murió por exceso de cloroformo, que su hermana (Julianne Moore interpreta a las dos) se instala en la casa, y muy pronto en la cama de su cuñado, y que la verdad que se brinda muy de a poco los muestra crueles, dispuestos a todo, sin resabios de humanidad. Mientras nos enteramos de la trama policial inescrupulosa y terrible, se desarrollan los violentos episodios para con la familia vecina de afroamericanos. Hay acción, tensión, momentos muy logrados, pero el entrelazamiento entre lo que protagoniza la familia blanca y el horror de los integrantes de la familia negra y sus implacables agresores, hace que el film sea imperfecto. Sin embargo, atrae. Matt Damon como el hombre lógico, capaz de darle una opción abismal a su hijo, con una vuelta de tuerca increíble, es el que toma todas sus decisiones equivocadas, con un tono neutro muy logrado. Imperfecta pero interesante.
El comienzo de la película del surcoreano Jung Byung-gil es absolutamente desenfrenado, hay una acción enloquecida donde una mujer menuda y letal batalla sin pausa y con una precisión letal contra un verdadero batallón de hombres de acción. Cuando todo queda sembrado de heridos y muertos, la supermujer en cuestión es apresada por una suerte de agencia, que con el tiempo se devela, entrena a mujeres para ser asesinas perfectas. Además de luchadoras, sabrán actuar, bailar, cocinar, encantar. Esta primera secuencia de acción trepidante, tendrá otras réplicas, todavía mejor logradas e impresionantes. Pero también un paso por el melodrama, los secretos del pasado, el amor hacia una hijita, los secretos del pasado que se conocerán en cuentagotas y un amor que nacerá entre los que no deben enamorarse. Juegos constantes de dobles identidades, destinos que se alteran, contrapuntos entre poderosos y títeres, entre fuertes y débiles, y la imperiosa necesidad de redención de cada uno de los protagonistas. Entretenida y desaforada, se inscribe en la galería de mujeres superpoderosas que sin embargo tienen su lado tierno. Un cine que parece no tener ninguna originalidad y que recuerda otros films pero que sin embargo se construye con poderosa personalidad.
Judi Dench, la talentosa actriz, se mete otra vez con la reina Victoria de Inglaterra, como ya los hizo en l997 dirigida por John Madden, en “Su majestad, Mrs Brown”. Pero en este caso dirigida por Stephen Frears, y en la última etapa de su vida. Otra vez siente un enamoramiento, pero el objeto de sus amores, para horror del mundo que la rodea es un indio de religión musulmana, que fue elegido por ser alto, para viajar de Agra a Londres y entregarle una moneda simbólica. Con libro de Lee Hall, todo adquiere un tono amable, paródico, mas que irónico, demasiado benevolente con la reina y cómicamente xenófobo para el secretario privado, el primer ministro, el heredero del trono y toda la corte que se llama a si misma como “de la familia”. Y así Victoria, envejecida, gorda, malhumorada, se transforma en una anciana vital que transforma a su sirviente exótico y disfrazado en su maestro, su “munshi” que le enseñara el urdu. A su alrededor se gesta una rebelión en contra del intruso y su nefasta influencia que la soberana deshará con un careo que derrumba piquetes pero engendra más odio. Por mas que se advierta que esta basado en hechos reales, todo no deja de ser una amable historia que pone en ridículo todo el curioso y alambicado sistema protocolar y sus protagonistas, en una reconstrucción de época impecable, como no podía ser de otra manera, y personajes que reaccionan como marionetas desenfrenadas. Judi Dench como siempre esta perfecta y por verla a ella muchos asistirán a ver el film. La estrella de Bollywood Ali Fazal no tiene oportunidades de lucimiento en un personaje que se encandila con la reina y la sirve hasta las últimas consecuencias.
Un lugar de vivienda común un edificio y tres historias singulares y entrañables le dan a este film un encanto que va mas allá de la observación, la comicidad, una mirada intensa sobre la soledad, la necesidad de comunicación tan imperiosa y tan poco concretada. Todo se inicia con una reunión de consorcio, en un edificio de los suburbios parisinos, venido a menos. El problema es arreglar el ascensor. Un solo vecino se niega porque vive en el primer piso y no pagara una cuota extra si se compromete a no usar nunca el ascensor. El destino lo pone cómicamente en una silla de ruedas y pasará a ser un usuario clandestino. Ese hombre, que se alimenta de las maquinas expendedoras del hospital donde lo atendieron, conocerá a una enfermera y se inventara un destino mas brillante para conquistarla. Humor y ternura, con cuota de sensible humanidad. La otra historia une a la siempre intensa y talentosa Isabelle Huppert como una actriz de pasado esplendor, alcohólica que se comunica de manera especial con un adolescente solitario, una excusa para mostrar films del esplendor de la actriz. El episodio más serio, oscuro, Y por último una solución por el delirio que une a un astronauta perdido norteamericano con una señora musulmana que pena por su hijo preso. Una comunicación donde las barreras idiomáticas no impiden el entendimiento a corazón abierto. Tres momentos para recordar que los corazones rotos tienen reparación a veces de las maneras menos esperadas, con un toque de ternura, un poco de atención, un semejante solidario. Además de la Huppert, grandes actores como Valeria Bruni Tedeschi, Michael Pitt y muchos mas. Dirige Samuel Benchetrit co-guionista con Gabor Rossov.
La propuesta de esta película que en su titulo original “Secuestro” describe lo que ocurre del principio al fin, es pura acción. Entretener con la desesperación de una madre que pasa un momento de esparcimiento en un parque, se distrae con una llamada telefónica y pierde de vista a su hijo. En estado de angustia que no abandonará en todo el metraje del film, ve a lo lejos que una mujer que introduce violentamente a su hijo en un auto. Ni lo piensa y a puro instinto decide perseguir a los secuestradores, pierde su celular y la posibilidad de hablar con la policía. De esa persecución bien hecha, básica para el cine norteamericano, se alimenta todo el entretenimiento. De la cámara sobre la bella Halle Berry que compone de manera convincente a su madre en acción, de sus monólogos, se nutre esta producción hecha a su medida por ella misma. Un alegato a la justicia por mano propia, en contra de la ineficacia policial, pero sin meterse en ninguna profundidad. Ella solita, con su ingenio atacara a los secuestradores, con lo que tenga a mano y cuando ellos, elementales y estereotipados, tontos para ser de una banda internacional, se creen a salvo, allí esta está súper mamá para demostrarle que con el instinto de protección nadie la talla. Entretiene desde el principio al fin y poquito más.