Los senderos de la vida es una película coreana que pasó sin pena ni gloria por los cines de ese país pero fue muy bien recibida por la critica extranjera. La trama está inspirada en un suceso que vivió la directora So Young Kim cuando era chica y su madre la dejó a cargo de sus abuelos junto a sus hermanos para irse a los Estado Unidos a buscar una vida mejor. Es una historia dura sobre chicos que tiene que lidiar situaciones fuertes de abandono y sobreponerse a muy temprana edad para salir adelante. Junto con la producción de terror inglesa The Children, la película presenta los mejores niños actores que pude ver en el cine en mucho tiempo. La dirección de Young Kim es buenísima y logró capturar interpretaciones totalmente espontáneas y creíbles en las pequeñas protagonistas que no son actrices con experiencias. La dirección de niños es una excelente vía para comprobar las dotes de un realizador. Los chicos pueden ser excelentes pero si están mal dirigidos el resultado final de una película puede ser desastroso. Sin aturdir al espectador con golpes bajos pedorros e inverosímiles como el film Preciosa, Los senderos de la vida narra un buen cuento sobre el abandono evitando el melodrama. Todo se narra desde la óptica de las niñas que deben lidiar con un mundo diferente a partir del momento en que su madre las deja con una tía. El problema de este estreno me parece que pasa por el guión, donde la historia durante gran parte del film cae en el clásico cine paja donde no sucede nada relevante para los personajes. Y cuando digo nada es nada. Son escenas con las que la directora tal vez se sintió contenta al tratar de homenajear o emular a Terrence Malick (La delgada línea roja) pero no le aporta nada a la historia. El cine no es más artístico por ser aburrido. La excelente película coreana Camino a casa, que se estrenó hace unos años y presentó una historia similar sobre un chico que debe acostumbrarse a vivir con su abuela cuando su madre debe dejarlo para hacer un viaje, también tenía una dirección con un enfoque minimalista pero estaba apoyado por un guión que tenía un trabajo mucho más desarrollado en los que se refiera a la relación entre los personajes. El chico vivía experiencias y tenía conflictos. Lo mejor de El sendero de la vida viene cuando las niñas se van a vivir al campo con sus abuelos y finalmente las vemos experimentar cosas distintas mientras buscan adaptarse a una nueva vida y un futuro mejor. Lamentablemente eso ocurre en la última parte del film y la directora pierde gran parte de su trabajo en situaciones redundantes que no llevan a ningún lado.
Que película loca! Me asombra que en una industria estructurada como Hollywood donde aniquilaron La Brújula Dorada en su adaptación para no herir las susceptibilidades de la Iglesia le dieran luz verde a esta historia. El concepto de Legión de Ángeles es el siguiente. Dios se hinchó las pelotas de los humanos y manda una legión de ángeles, personajes que históricamente siempre estuvieron relacionados con la paz y el amor para que acaben con el mundo de una vez por todas. Todos los seres vivos sin excepción. Sin embargo, al arcángel Miguel, interpretado por Paul Bettany, le parece un poco zarpada esta actitud de Dios y llega a la Tierra para organizar un piquete con otros humanos y evitar que se concrete el plan divino. Se trata de un film muy bizarro por la trama que plantea, donde el Diablo y las fuerzas malignas acá no tiene nada que ver. Los que matan gente son ángeles y fueron enviados por el Gran Jefe. La película está bien pero podría haber sido mucho mejor en manos de otro director. Legión de ángeles representa la ópera prima de Scott Stewart, un reconocido especialista en efectos especiales que trabajó en producciones importantes como Blade Runner, Harry Potter, Superman Regresa, Sin City, Iron Man y Jurassic Park 2 entre otro títulos. El 90 por ciento del film se desarrolla como una típica propuesta apocalíptica de zombies con la particularidad, que acá los muertos vivos son en realidad ángeles. Si quitáramos todo el conflicto central entre Miguel y Dios es una más de zombies. Como suele ocurrir con muchos artistas que se lanzan como realizadores y viene del palo de los efectos especiales o trabajaron mucho tiempo como directores de segunda unidad elaborando secuencias de acción, la película de Stewart flaquea en los momentos dramáticos donde trabaja las relaciones entre los personajes. Todos los tiroteos están muy bien logrados pero cada vez que la historia frena la acción el film se estanca. Paul Bettany es lo mejor de este estreno y ejemplifica a la perfección lo que escribí la semana pasada sobre los pseudos héroes de acción como Jake Gyllenhaal en el Príncipe de Persia. Sin matarse en el gimnasio ni mostrar un físico torneado, Bettany en estos personajes le patea el culo a cualquiera. Sin bien es un gran actor con mucho más talento y recursos que Jake, el tipo interpreta de manera convincente estos roles como si toda la vida hubiera hecho películas de acción. A Legión de ángeles le podés pegar desde un montón de lados, ya sea por el guión tonto o algunos efectos digitales que se ven artificiales, pero Bettany está excelente y es el mejor del reparto. En realidad todos los actores los actores en general están muy bien, pero Paul sobresale más por su personaje. Parece que pegó buena onda con el director Stewart ya que hace poco terminaron de filmar Priest, una adaptación del cómic de Min-woo Hyung que acá conoceremos en marzo del año que viene y se encuentra en post producción. Es la historia de un cura rebelde que se enfrenta con vampiros. En fin, Legión es un estreno que probablemente van a disfrutar más quienes se enganchen con el cine clase B que los espectadores que busquen ver un gran film pochoclero.
Al fin una película de animación occidental distinta! Batalla por Terra es por lejos la mejor producción independiente que llegó a los cines dentro del género de animación en los últimos años. La verdad que no va a ser una sorpresa si en el futuro el director Aristomenis Tsirbas termina dirigiendo alguna película para Pixar o Dreamworks porque el trabajo que hizo con su ópera prima es buenísimo. De hecho, Brad Bird, responsable de Los Increíbles y Ratatouille, arrancó así. Es imposible no pensar en Avatar cuando uno se pone a ver este film, ya que la historia es muy parecida y el mundo de alienígenas que creó Tsirbas remite bastante al Pandora de James Cameron. Aunque los personajes son físicamente distintos tienen muchas cosas en común y enfrentan al mismo enemigo, que son los humanos. Vale destacar que esta producción se hizo antes que se conociera el proyecto de Avatar. Batalla por Terra es una película de aventuras que no fue concebida para vender productos en la cajita feliz de McDonalds. Es una película familiar que puede ser disfrutada por chicos de siete años en adelante, especialmente los varones que son los que más se pueden enganchar con la historia. No hay mucho humor ni tenés personajes comediantes. Es una historia con un mensaje interesante sobre la guerra y el racismo. Es loco porque en este caso los alienígenas son super pacíficos y tiene armamentos mucho menos desarrollados que los seres humanos por la sencilla razón que no están acostumbrados a pelear. Viven en su mundo y no joden a nadie. Esto cambia cuando los terrestres invaden el Planeta para apoderarse de sus recursos y no les queda otra que defenderse. La verdad que para ser un film que se hizo con 8 millones de dólares las secuencias de acción y toda la ambientación de la historia es realmente espectacular. Las producciones animadas de los grandes estudios en el último tiempo no bajan de los 150 millones de dólares algo que en este género marca una diferencia importante en lo que después vemos en la pantalla. Con un presupuesto muy moderado el director Tsibas no sólo presentó un producto super digno, sino que además superó claramente a otras películas independientes que pasaron por los cines como Astro Boy, Planeta 51 o Vamos a la luna. En Estados Unidos le pegaron bastante varios medios por el tema de la violencia y el hecho que los aliens resuelvan las cosas peleando, algo que me parece una reverenda boludés. El film se llama Batalla por Terra no Plaza Sesamo en el espacio. Que hubiera sido de Star Wars si Luke Skywalker y Darth Vader hubieran resuelto sus diferencias hablando pacíficamente. Un bodrio!! Es una historia de fantasía y si sos chico esperás ver esas batallas espaciales que ofrece la película y son fabulosas. La verdad que resultó una sorpresa porque no tenemos muchos estrenos de animación por año en los cines que ofrezcan algo distinto de las típicas comedias de Dreamwoks y los melodramas de Disney. Acá tenemos una producción chiquita de aventuras espaciales que se disfruta y está para ver.
El príncipe de Persia es una popular serie de de video juegos que logró mantenerse vigente entre los consumidores de este tipo de entretenimiento desde 1989. Con la cantidad de propuestas nuevas que surgieron en la última década esto no es un dato menor. Los productores del juego se la rebuscaron muy bien para reinventar al personaje con nuevas aventuras en los últimos años. Con esta adaptación cinematográfica el Rey del Pochocho Jerry Buckheimer se jugó a repetir con Disney el mismo éxito que tuvo con la franquicia de Piratas en el Caribe, que cuando surgió el primer film nadie apostaba un peso y muchos medios auguraban que iba a ser un fracaso. En los próximos días veremos si Bruckheimer puede repetir el mismo resultado. Por mi parte me cuesta ver una saga duradera. O sea, es una película de aventuras decente pero no salís del cine con ganas que se estrene ya la secuela como pasó con la primera de Piratas. No tiene la misma emoción y varios factores tienen que ver con esto. En primer lugar, el protagonista. Jake Gyllenhaal es un ejemplo perfecto de que los héroes de acción no se crean con nutricionistas y preparadores físicos. Te podés matar en el gimnasio que si después no le ponés actitud o no das con el papel no hay nada que hacer. La verdad que después de verlo a Gyllenhaal como el príncipe de Persia respeto más a Sam Worthington. Es más, a partir de ahora soy su seguidor. El flaco no tendrá el histrionismo de Johnny Depp pero si hace de guerrero recio compro lo que veo. El trabajo de Jake no es desastroso pero me costó creerme que es un aventurero rebelde. Al margen que algunos diálogos tontos del guión no colaboraran con él, como héroe de acción no encaja demasiado. Otro tema es que a diferencia de Piratas se zarparon con el uso de animación digital. Hicieron un gran trabajo con los escenarios que recrearon pero en las secuencias de acción se ven artificiales. Lo mejor de la película es por lejos el trabajo del chileno Alexander Witt (Resident Evil 2) quien estuvo a cargo como director de la segunda unidad y fue responsable de todas las escenas de acción. Las peleas con espadas y persecuciones estuvieron muy bien realizadas (por eso zafa Gyllenhaall) y queda claro por qué este tipo es uno de los más requeridos en Hollywood en los últimos años. Especialmente por Ridley Scott, quien lo adoptó desde Gladiador como principal colaborador en este campo. Alexander hace mucho tiempo que le está dando bola al pakour en el cine. El pakour, para los que no les suena el nombre, es una disciplina muy loca practicada por personas con un excelente estado físico que se desplazan por lugares urbanos y naturales superando todo tipo de obstáculos con movimientos corporales muy fluidos. Es algo que no es para cualquiera. No se trata de saltar a la rayuela precisamente. Lo cierto que el director Witt viene trabajando con profesionales de esta actividad hace rato en el cine donde presentó secuencias de acción fabulosas como las que hizo en La identidad Bourne y Casino Royale entre otros filmes. Justamente su trabajo en aquella persecución a pie en el film con el glaciar Daniel Craig generó que el parkour cobrara más fuerza en Hollywood, tanto en el cine como en la televisión. En el Príncipe de Persia me parece que se dio el gusto de explotar el parkour como no pudo hacerlo anteriormente y dirigió escenas muy divertidas de ver. Está bueno destacar esto porque los directores de la segunda unidad son realizadores fantasmas a lo que nadie tiene en cuenta y en este tipo de propuestas los laureles siempre se los lleva el director principal cuando son ellos los responsables de la planificación y realización de las grandes secuencias de acción. Al menos en el 90 por ciento de los casos. El laburo de Witt en el Príncipe de Persia es lo más destacable de esta producción, que no es lo mejor de la factoría Bruckheimer, pero zafa para entretenerse un rato con una historia de aventuras.
El plan B es la confirmación absoluta que el género de la comedia romántica está completamente muerto en Hollywood. Las películas son cada vez peores y las propuestas nuevas que se conocieron últimamente están estancadas en un pozo de mediocridad. La década del ´90 brindó buenos filmes de este estilo con los trabajos de Meg Ryan, Julia Roberts e inclusive Robert Downey Jr. En Only You, por ejemplo, el actor estuvo excelente junto a Marisa Tomei y era una muy buena historia, pero en estos días es cada vez más difícil encontrar propuestas de ese nivel, que tampoco eran obras maestras, pero al menos eran buenas películas. La gran paradoja de este estreno es que Jennifer Lopez es lo mejor de este film. Más allá de que se ve espectacular en cada escena que aparece su trabajo es decente e hizo lo que pudo en un proyecto donde tenía todo en contra. En primer lugar, la química con el coprotagonista, Alex O´Loghlin es totalmente inexistente, algo que es vital en este género. No se entiende como no corrigieron esto en preproducción. Después está el tema del guión que es desastroso. La temática estaba buena pero no supieron encontrarle la vuelta para hacerla entretenida. La película es aburridísima y los momentos de humor son totalmente forzados. El trabajo del director Alan Poul, quien viene de la televisión, es impresentable. No permite que el espectador conozca a los personajes y haya una relación entre ellos. Jennifer Lopez se somete a un tratamiento de fertilización asistida y a los dos minutos conoce al hombre de su vida. En la segunda cita el flaco ya está totalmente comprometido en construir una familia con una mujer que recién conoció y espera gemelos. Dos minutos después ya están viviendo juntos. Luego sigue una insoportable saga de peleas y reconciliaciones que hacen a la visión de este film insufrible. Por supuesto no están ausentes los clásicos clichés a los que recurren una y otra vez como el amigo negro bonachón del protagonista y la vejita sabia que nunca falta en la comedia romántica de Hollywood que es la única que entiende a la heroína y una banda de sonido pedorra donde usan canciones malas de relleno sin ningún tipo de criterio. Para buena comedias románticas hoy no queda otra que probar con el cine asiático. Propuestas coreanas como Casado con la Mafia, El arte de la seducción y Mi esposa es un gángster son un millón de veces más divertidas que estos bodrios hollywoodenses que ni siquiera vale la pena alquilarlas en dvd. Para el olvido.
Antoine Fuqua (Día de entrenamiento) es uno de los mejores realizadores que surgieron en estos últimos años en Hollywood. Después de trabajar en superproducciones como Rey Arturo y Lágrimas del sol (Bruce Willis) volvió al policial con un film que hizo con menos de la mitad de presupuesto que costaron sus últimos trabajos. En este caso abordó el género desde un lugar que no es para nada sencillo desarrollar en el cine y son las historias corales. Robert Altman es un genio manejando este tema pero no todo los realizadores pueden llevarse bien con muchos personajes y subtramas. Los mejores de Brooklyn presenta tres historias independientes, cuyos protagonistas se van cruzando durante el desarrollo del film, aunque los conflictos están bien delimitados. La película se centra más en el drama que la acción (a diferencia de Día de entrenamiento) y se destacan las historias que protagonizan Ethan Hawke y Don Cheadle. La subtrama de Richar Gere todavía no le encuentro razón de ser y creo no hizo otra cosa que alargar la duración del film sin sentido. Tipíco cuento del policía conflictuado y acabado que busca la redención. Un bodrio. La situaciones que atraviezan Cheadle como un agente encubierto que no le encuentra salida al mundo del crimen y Hawke como un policía y asesino que cruza todos los límites morales y humanos para brindarle una vida mejor a su familia son muchos más interesantes. Me quedó la sensación que el guionista Michael Martin intentó brindar un policial similar a Los Ángeles al desnudo pero la pifió en la ejecución. En aquella historia de James Ellroy también tenés tres subtramas paralelas que con el tiempo se desembocan en un mismo conflicto. Acá las historias no tienen nada que ver entre sí y por eso la de Gere, que es la más debil termina por hacer ruido. Si la eliminaban del film no alteraba para nada la propuesta. Es como que presentan un montón de personajes con problemas pero falta un elemento o causa que los reúna a todos como ocurría con ese trabajo de Ellroy. Acá es como que vemos tres películas distintas. El director Fuqua, de todas maneras, se la arregló para hacer llevadera la película y hay momentos de tensión y suspenso muy bien trabajados. Me encantó lo que hizo con las locaciones y el ambiente que eligió para desarrollar la historia. En la actualidad Nueva York es un lugar complicado para narrar policiales porque la ciudad se aburguesó desde hace varios años y hay muchísima seguridad. Brooklyn, sin ir más lejos, hoy es un barrio donde no viven precisamente los más pobres. De hecho, muchas comedias románticas se filman por ahí ya que hay propiedades caras que componen un lindo paisaje urbano. Sin embargo, Fuqua al igual que hizo con Día de entrenamiento buscó la zona de ese barrio que mejor se adaptaba para la historia que quería contar y que rara vez se ven en el cine o la televisión. Todas las calles del distrito 75 y la zona de Junior Street difícilmente las vas a conocer si viajas a la ciudad como turista y es un lugar donde este tipo de historias tranquilamente podrían suceder. Es la otra parte de Brooklyn que no se ve en los folletos de las agencias de viaje. Esos detalles a los que el director siempre les presta atención me parecen geniales. No puedo dejar pasar el excelente trabajo de Wesley Snipes. La verdad que es un actor totalmente subestimado. Acá está excelente y brinda una gran interpretación en muy buenas escenas con Don Cheadle. Es increíble que no lo convoquen más seguido en producciones importantes y pierda el tiempo con filmes malos clase B que se editan directamente en dvd. Los mejores de Brooklyn no es la gran película de Fuqua pero dentro de todo es un policial decente. Si disfrutaron el año pasado de Código de Familia, con Edward Norton se van a enganchar con esto.
Samarra es una historia de ficción que se inspira un hecho real que fue en el asesinato y violación de una chica iraquí de 14 años por parte de un grupo de soldados norteamericanos. Lo que me impactó de este film es que es la primera película de ficción realizada por un artista de los Estados Unidos, que retrata a la perfección lo que la gran mayoría de la comunidad internacional siente sobre la invasión a Irak y el desastre que la administración de George Bush generó en esa región del mundo con una guerra totalmente inventada. De Palma refleja con mucho realismo lo que se siente vivir en este momento en Irak donde podés morir victima de un atentado terrorista o en la incursiones del ejército estadounidense. Como tal vez recuerden, el cineasta ya había trabajado en Pecados de Guerra (1990), con Sean Penn, un hecho similar que se refería a la guerra de Vietnam. La particularidad de Samarra es que fue filmada con cámaras digitales, a lo Cloverfield o Diario de los Muertos (de George Romero) que en este caso retrata la visión de un soldado, quien decide registrar todo lo que sucede en su pelotón con su cámara personal. La historia además es narrada desde otros puntos de vista, que incluye a un documental francés (también ficticio) que habla sobre la vida en Irak luego de la invasión norteamericana. El realismo que tiene la historia se intensificó con la decisión del cineasta de trabajar con actores no profesionales, que en mi opinión hicieron un gran trabajo. De Palma, quien se convirtió de la noche a la mañana en el Enemigo Público número 1 de su país con este trabajo, comentó en varias entrevistas que estaba cansado de la mirada con la que los medios mostraban al Ejército de su país en películas y noticieros y él quería retratar la otra cara de lo que ocurre en Irak que mucha gente no esta dispuesta a aceptar. De alguna manera Samarra describe de manera contundente el fracaso de las estrategias de la administración Bush en materia de política internacional. El mensaje del realizador es claro: El Ejército de un páis no puede actuar como policía internacional imponiendo su ley en el mundo. Voy a ser honesto, este trabajo de De Palma, que es lo mejor que hizo en muchos años, es un film deprimente que te deja con una sensación de angustia al final. Los últimos 30 segundos donde se muestran imágenes terribles de víctimas civiles de Irak, son fuertes. Muchas de esas fotos no son reales y fueron armadas para la historia pero igual te golpean. Samarra es una experiencia fuerte pero que es muy interesante de ver ya que constituye un documento honesto y contundente de los tiempos que corren.
Luego del bodrio de Oliver Twist, el director Roman Polanki regresa al cine con un buen thriller que evoca las viejas historias de misterio de Alfred Hicthcok. La película juega con la interesante figura de los escritores fantasmas que son esas personas que se dedican a escribir y editar las memorias de personalidades famosas. Cuando sale una autobiografía por lo general parecería que los famosos son grandes escritores pero en realidad, en la gran mayoría de los casos, hubo un profesional que se encargó de darle una narración a las entrevistas que se hicieron con el protagonista del libro. Polanski presenta al protagonista en los primeros minutos del film y enseguida nos sumerge en el misterio al que se enfrenta Ewan McGregor que incluye conspiraciones políticas y asesinatos. Desde la realización este es uno de los mejores trabajos que hizo junto con El pianista. Estamos frente a una película con un elenco espectacular donde se destacan además Olivia Williams (Sexto Sentido), Pierce Brosnan y una pequeña participación de Elly Wallach, el querido y recordado “Tuco” de El Bueno, el Malo y el Feo. Es claro que de alguna manera Polanski intentó en su narración rendirle un homenaje principal a Hitchcock, algo que se puede apreciar también en la banda sonora de Alexander Desplat que evoca las composiciones de Bernard Herrman, clásico colaboradoR del viejo Alfred. La trama es una adaptación de la novela homónima de Robert Harris que esta buena hasta el final pelotudo con el que cierra el relato. La película viene bien hasta esa última escena antes de los créditos finales que termina por tirar abajo el conflicto construido hasta ese momento. No tiene sentido que un protagonita que actuó de manera inteligente en toda la maldita historia se comporte tan estúpidamente al final. Me pareció un cierro al pedo que no era necesario. Es loco porque desde lo cinematográfico la última escena está muy bien trabajada por Polanski pero no deja de ser una conclusión pedorra la que escribió Harris para el cine. Más allá de este punto, El escritor fantasma es una buena película para tener en cuenta entre las novedades de esta semana.
Robin Hood es uno de los personajes populares con mayor cantidad de producciones realizadas en el cine desde 1908, cuando el director Percy Stow incursionó por primera vez con esta historia en un film mudo. Desde entonces se hicieron infinidades de versiones entre las cuales para mi se destacan tres títulos esenciales. 1-Robin Hood, de 1922, la espectacular versión de Douglas Fairbanks que sorprendió con increíbles secuencias de acción que no tenían precedentes en este arte e influyeron a las cosas que se vieron después en el género. 2- La aventuras de Robin Hood, de 1938, con Errrol Flyn que se convirtió en el gran clásico de Hollywood. 3- Robin Hood: Príncipe de los ladrones, 1991, que representó para muchos de nosotros el primer contacto con este personaje en la pantalla grande. Pueden encontrar más información en los links. También podríamos agregar otra versión de ese mismo año protagonizada por Patrick Begin y Uma Thurman que quedó opacada por el film con Kevin Costner y era muy buena también. Lo cierto es que este año el director Ridley Scott aportó a la larga filmografía del justiciero de Sherwood otro film memorable que se destaca como lo mejor que se hizo con este personaje en las últimas décadas. La gran virtud de esta película es que trae de regreso una historia super popular con una mirada totalmente fresca que no tiene antecedentes en la historia del cine. Originalmente el proyecto de Scott se centraba en la figura del Sheriff de Nottingham que iba a ser más simpático y Robin sería el villano. Lo cierto es que el guión no convenció demasiado a los productores y convocaron al director Brian Helgeland (Corazón de Caballero) para que escribiera una nueva historia. La nueva versión se centra en la figura de Robin Hood antes que se convierta en la leyenda inglesa. Ninguna versión profundizó en este tema. Acá vemos cuales fueron los hechos, según la imaginación de Scott y Helgeland que lo convirtieron a Robin y sus seguidores en los renegados de Sherwood. El único antecedente que existía de esto es la excelente novela del Gran Walter Scott (Ivanhoe), “Robin Hood”, que trabajó este tema de un modo similar, con la particularidad que el protagonista era más joven (ver link). Cuando terminé de ver este estreno me preguntaron si era mejor que la versión con Kevin Costner y la verdad que es inútil la comparación porque son dos propuestas totalmente distintas. El film de Kevin Reynolds fue una producción clásica de aventuras plagada de acción con mucho humor, donde se destacaba ese Sheriff de Nottingham grotesco y genial de Alan Rickman, más la inolvidable banda sonora de Michael Kamen. La película de Scott se centra en el drama y las intrigas políticas y está más en sintonía con Rey Arturo, de Antoine Fuqua, donde trabajaron toda la mitología de esa historia con un enfoque más realista. Eso es lo grosso de este estreno. La película funcionaría como una especie de precuela de la leyenda clásica que todos conocemos. Otra vez nos encontramos en el cine con Robin, Marian, el Pequeño Juan, Will Scarlet, Alan A´Dayle y el fraile Tuck como si los descubriéramos por primera vez y con la historia que tiene esta leyenda el laburo que hicieron es formidable a la hora de hacer algo distinto. El que se quedó afuera de los personajes clásicos es Guy de Gisborne, que en este caso fue reemplazado por un personaje nuevo llamado Godfrey, que es el principal villano de este film interpretado por un genial Mark Strong. Me gustó mucho también Cate Blanchett como una Lady Marian más fuerte y activa que la que se vio en otras versiones en el cine y la banda sonora de Mark Streitenfeld donde sobresale una influencia notable de la música celta. Scott presenta otro gran film épico en el que se toma su tiempo para desarrollar las relaciones entre los personajes sin olvidarse de la acción, donde ofrece secuencias espectaculares como las que solo él sabe filmar. Algo que me sorprendió es que la violencia fue trabajada un poco mas light de lo que fueron sus últimos trabajos. No es tan sangrienta como Cruzada y en una película de Ridley esto llama mucho la atención. Si algo quedó claro en estos últimos años es que Scott presenta sus filmes completos en dvd, ya que las versiones para cine siempre se les corta algo. Creo que su nuevo trabajo va de cabeza a tener una edición con el corte del director o versión extendida antes que termine este 2010 y probablemente esto sea modificado. De todas maneras, esta versión para cines es un peliculón memorable que trae de regreso a este héroe clásico con una mirada fresca y divertida que no defrauda para nada a los fans del justiciero del bosque de Sherwood.
Para el espectador ocasional es una más. Para el fanático del cine de acción es un películón que se va a destacar entre las grandes propuestas del 2010 dentro de este estilo. Desde ese lugar va mi reseña. El que busque un análisis trivial y frío que siga a Catalina Dlugi. Pierre Morell es uno de los mejores discípulos de Luc Besson que más se destacó en el cine de acción en estos últimos años y su carrera es muy prometedora. Morell no hace estos filmes con vergüenza esperando la oportunidad para convertirse algún día en el nuevo Eric Rohmer. El tipo ama el género y pone toda la carne al asador en su trabajo. En el 2004 sobresalió con su excelente ópera prima Distrito 13, donde demostró que no es necesario trabajar con presupuestos multimillonarios para brindar una buena película de acción. Esa es la excusa de los inútiles. Después vino Búsqueda Implacable con un soberbio Liam Nesson que evocó los viejos filmes de Charles Bronson y Lee Marvin de la década del ´70. Con su nuevo trabajo encaró el género desde un lugar completamente distinto sin repetirse. Sangre y Amor en París es un interesante híbrido entre el cine asiático de los ´90 (representado principalmente por John Woo y Johnnie To) y el cine ochentoso hollywoodense de Stallone, Schwarzenegger y Chuck Norris. Salvo que no te guste la acción, es difícil que la pases mal con este film. El director se toma su tiempo al principio para presentar a los protagonistas, pero desde el momento en que aparece Travolta, con un personaje fabuloso, la película explota y no para hasta el final. También jugó mucho con la comedia pero sin pasarse de la raya y convertir al film en una Rush Hour. Así como en Búsqueda Implacable Morrel laburó con el estilo que tenían aquellos filmes en los años ´70, donde la violencia era más brutal y realista, en su nueva película las secuencias de acción son más grotescas y elaboradas. Creo que es una película que está más en sintonía con Matar o Morir con Clive Owen, otra de mis grandes favoritas de estos últimos años. En los primeros tiroteos, por ejemplo, se puede apreciar la clara influencia del cine de John Woo con movimientos de los actores más coreografiados y un mayor uso de la cámara lenta. Después entra en el terreno del cine ochentoso y es muy divertido porque lo ves a Travolta persiguiendo terroristas por una autopista con una bazooka al hombro en una secuencia totalmente desquiciada. Charlie Wax es el mejor personaje que interpretó en mucho tiempo y la verdad que me hizo reír mucho. Se nota en su actuación cuando ves la película que se divirtió realmente en el rodaje e hizo una buena pareja con Jonathan Rhys Meyers que viene de otro palo y está muy bien en este film. La historia no es gran cosa pero tampoco lo era Cobra de Stallone o Infierno Rojo con Arnold y la pasamos bárbaro en su momento. La escena donde los protagonistas cenan con dos chicas es tremenda y es el momento en donde más sobresale el trabajo actoral de Travolta y Meyers. Toda la tensión que se genera en esa escena está muy bien construida por el director Morell, quien no vuelve a defraudar. Una muy buena recomendación para los fanáticos del género y seguidores de Travolta.