Zootopia

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

En la ciudad de la jungla

Un auténtico crisol de razas es la muy divertida y políticamente correcta película de Disney.

Películas animadas con personajes animales de distintas especies (El Rey León, La Era de hielo) que deben convivir a la fuerza son la base en la que se asienta Zootopia, la nueva de Disney Animation. También se asienta en el género de las buddies movies, las películas en las que dos personajes en principio antagónicos deben actuar juntos en pos de un fin superior, vaya como ejemplo Arma mortal, ya que en Zootopia uno de los personajes es una policía.

Y cómo Disney consigue hacer algo novedoso a partir de dos premisas ya conocidas es lo que primero sorprende. Ya no la animación, que sigue escalando, ni cómo el desenvolvimiento de animales en dos patas (la coneja, el zorro, elefantes y otras especies) pasa como natural.

Claro que Disney tira mensaje subliminal, o más directo, como la tolerancia, el respeto hacia quien es diferente y cómo las presas y los depredadores pueden vivir en armonía.

Al menos en la oscuridad de un cine.

Así es la vida en la ciudad del título, adonde llega Judy Hopps, la coneja que, sólo por su tamaño más que por su condición femenina, deberá ganarse un lugar como agente de policía. También es la historia del ciudadano del interior -Judy proviene de una familia de granjeros, cuyo padre le dice algo tan risueño como cierto: si no tienes sueños, no puedes fracasar- que llega embelesado a la gran ciudad. Habrá un caso que investigar, que a Hopps se le asigna casi por casualidad cuando en verdad le habían asignado ser agente de multas de tránsito, que es como conoce a Nick Wilde, el zorro.

Para los adultos que nos agarramos de los chicos para ver Zootopia hay guiños y relaciones con otros títulos, como El Padrino, La isla del Dr. Moreau y siguen las citas.

Es una fábula, con dos personajes que deberían ser enemigos por naturaleza, pero que, en la ciudad de la jungla, se unen. Ella va a aprender enfrentando la realidad, al lado de un zorro que se las sabe todas.

Obvio que una de las escenas más cómicas es la de los perezosos (si aún no vieron el trailer, saltéenlo) y deben quedarse hasta que terminen los créditos.

Por cierto, Disney ha cambiado desde que John Lasseter, el mandamás de Pixar, tiene influencias en los contenidos y desarrollos. De nuevo, como en Frozen, un personaje femenino es el protagonista. Otra muestra de que los horizontes se amplían en este, como nunca, crisol de razas.