Zambezia

Crítica de Ulises Picoli - Función Agotada

Sudáfrica mía

Las películas de animación siempre son una apuesta segura. Cada año si uno observa el top ten la mayor recaudación, varias de ellas seguramente sean animadas. Estas vacaciones de invierno se confirmó ese hecho con la cantidad de entradas vendidas por Monster University, Mi Villano Favorito 2 y la argenta Metegol. Por eso nunca falta en algún complejo de cines una animada para que la madrina o tía pueda llevar al pariente pequeño al cine. Luego de la leve retirada post tsunami de films de vacaciones de invierno, parece que es hora de otra película animada. Esta vez, y sabiendo que no lucha con los pesos pesados, se estrena Zambezia, film made in Sudáfrica que viene a ofrecer una opción más para la salida con los pibes.

El film comienza con una persecución a un pájaro por parte de otros pájaros. Ok, eso fue poco específico. Vale aclarar antes de seguir que esta es una película ubicada en la estepa sudafricana sobre pájaros. Empecemos de nuevo. Una cigüeña llamada Gogó va protegiendo a unos pequeños huevos de un par de Marabous (una variante de buitre). En medio de ese escape se encuentra con un joven halcón llamado Kai que vive solo con su padre, el riguroso Tendai (en idioma original la voz esta cargo de Samuel L. Jackson, lo riguroso le sale más que bien). Gogó le cuenta al joven deseoso de aventura (y compañía, viven más solos que kung fu) sobre Zambezia, una tierra prometida donde todas las aves viven en paz, lejos del peligro y protegidos por "los huracanes", un grupo comando de pájaros. Kai se escapa hacia Zambezia entonces. Y nosotros vamos con él.

El primer tramo del film es lo mejor de la película, la presentación de personajes, sumados a la relación padre hijo ayudan a crear empatía. También ese paraíso nombrado que proyectamos y ansiamos descubrir. Cuando llegamos a Zambezia (un lugar que después de todo era bastante fácil de ubicar) resulta que el fuera de campo original supera a la realidad. De ahí en más el relato se achancha, estancándose en las relaciones y personajes muchas veces vistos. El general riguroso, el viejo sabio, el interés amoroso y un secreto a esclarecer (vinculado al pasado de Tendai). Y como no podía faltar, aparece el malo de turno. Porque aquí ninguna ave es "mala", por más que los Maribous se ubiquen en ese lugar inicialmente. Ese lugar está a cargo de una iguana llamada Budzo, que a decir verdad, como un T-Rex maquiavélico y cínico, resulta buen villano.

Una simpática historia donde la animación menos pulida (si la comparamos con los tanques habituales) se olvida porque el film se enfoca en sus personajes (por más unidimensionales que se presenten). Existe una comprensión de la limitación en sus recursos y por eso se entrega a una narración sencilla: amable para el menor, quizás demasiado obvia para el mayor. Un film sin demasiadas sorpresas ni pretensiones, pero que logra recorrerse con cariño.