Zambezia

Crítica de Pedro Squillaci - La Capital

El vuelo con cable a tierra

El no al resentimiento y el sí a la inclusión son los dos mensajes clave de “Zambezia”, una animación tan correcta y entretenida como poco novedosa. Oriunda de Sudáfrica y con un presupuesto millonario pero muy inferior al de las grandes productoras holywoodenses, esta propuesta en 3 dimensiones es redondita para el público infantil y hasta para los preadolescentes. Ambientada en una ciudad de pájaros, esta es la historia de Kai, un halcón que está cansado de una vida sin sorpresas y un padre que lo cuida demasiado. El viaje hacia un mundo distinto le ofrecerá el desafío de la aventura combinada con la felicidad ante el descubrimiento de nuevas sensaciones. Pero pronto se topará con un escenario tan desconocido como hostil que lo pondrá frente a frente con su ingenuidad y sus inseguridades. Al mismo tiempo, el personaje central abordará en este viaje iniciático un camino hacia sus orígenes, lo que le permitirá conocer de qué se trata vivir con los demás en sentido solidario y bajo el concepto comunitario. El director Wayne Thornley no pudo evitar ciertas similitudes con “El rey león”, aunque no logró emocionar como aquella famosa película, pero acertó en la combinación de un mensaje saludable, con buenas dosis de humor y, claro, el obligado guiño romántico desde la figura del antihéroe. Disfrutable, y con buen aprovechamiento del 3 D.