Zambezia

Crítica de Juan Carlos Di Lullo - La Gaceta

El emplumado rebelde, al rescate

Kai es un joven halcón que choca contra su padre sobreprotector cuando le plantea que quiere conocer el mundo. Decide unirse a una bandada y llega a Zambezia, el país de los pájaros. Allí deberá luchar para frustrar los planes de una iguana que pretende dominar a las aves.

Zambezia es una producción sudafricana de animación digital en 3D que deslumbra desde el aspecto visual pero que presenta debilidades evidentes en el guión. Esta aventura del pequeño y rebelde Kai, un halcón que abandona el nido paterno para conocer la mítica Zambezia, ciudad de todos los pájaros, reconoce demasiados puntos en común con otras producciones destinadas al público infantil y no presenta novedad alguna desde la trama. Tampoco está muy claro a qué sector del público apuntan los productores: el argumento (conflicto generacional padre-hijo, lucha de los buenos contra los malos) es demasiado simple y lineal como para interesar especialmente a los adolescentes (y menos aun a los adultos que acompañan a los menores) y, al mismo tiempo, puede resultar demasiado complejo para los más chicos.

Sin embargo, los personajes están perfectamente presentados y su interacción se muestra sin tropiezos narrativos en la pantalla. Si a esto se le suma una impecable resolución visual y un manejo excelente de los recursos del 3D, es innegable que la película suma muchos puntos como para convertirse en un entretenimiento más que satisfactorio. La explotación de todo lo que puede tener de exótico el paisaje africano (con segmentos espectaculares sobre todo en las tomas desde el punto de vista del halcón en vuelo sobre las cataratas) y la concepción de una ciudad fantástica habitada por todas las especies de aves permiten el lucimiento del equipo de realizadores y dan lugar a los momentos más interesantes de la película. En contraste, el guión no aporta elementos novedosos y el mensaje de que la unión hace la fuerza queda exageradamente subrayado.

Hay que saludar el hecho de que una producción sudafricana llegue a nuestras pantallas y permita que los espectadores tengan acceso no sólo a los productos de las megafactorías de Hollywood. Sobre todo si, como en este caso, la realización está en condiciones de satisfacer largamente a los espectadores.