X-men: Primera Generación

Crítica de Martina Hirsch - Otros Cines

NAZIS EN VILLA... GESELL

A la "fórmula" de llevar a la pantalla superhéroes del cómic, se le ha sumado una segunda "subfórmula" que consiste en -luego de un par de entregas normales- filmar la precuela; es decir, contar la historia previa de los personajes. De eso se trata Primera Generación: mostrar cómo surgieron los mutantes, cómo fueron desarrollando sus poderes y cómo fue que se dividieron en dos bandos: los X-Men del Profesor X (Charles Xavier, aquí interpretado por James McAvoy) y el bando de Magneto (Michael Fassbender).

Ambientada entre 1944 y la crisis de los misiles de Cuba en 1962, esta película de Matthew Vaughn -el mismo de la mucho más delirante y lúdica Kick-Ass- ofrece lo que el público de este tipo de franquicias exige (espectacularidad a fuerza de bombardeo de CGI), pero carece del tono zumbón e irónico de otros títulos de la Marvel.

Si el film se toma demasiado en serio, cuesta creer que se cometan errores tan groseros como el de situar a los nazis que se refugian en la Argentina en una zona cordillerana (con picos nevados y todo) como... Villa Gesell (probablemente Villa General Belgrano no sonara muy bien para ellos). La secuencia que transcurre en un bar de nuestro país es tan penosa que resulta involuntariamente graciosa, pero en los 132 minutos hay, al menos, varias otras que compensan semejante dislate histórico, geográfico y social.