Winter: el delfín 2

Crítica de Amadeo Lukas - Revista Veintitrés

Danza con delfines

Tal como ocurrió con la primera película, la potente emocionalidad de la historia vuelve a llegar a través de un delfín y de carismáticos personajes humanos inspirados en seres reales que dedican su vida al trabajo en un gran acuario. Winter: el delfín se llamó aquel sencillo pero bello film acerca de una hembra gravemente herida rescatada por un niño y por un equipo del Clearwater Marine Aquarium de Florida, un centro de recuperación de animales sin fines de lucro. La historia recorría las difíciles alternativas del animal tras sufrir una amputación, y el tesón por su recuperación por parte de la gente del establecimiento y por ella misma. Algo que en la vida real ha causado una enorme inspiración para niños y adultos discapacitados, que diariamente concurren a visitar a la delfín y su prótesis especialmente diseñada que permitió que sobreviva.

Nuevamente de la mano de la sensibilidad y la capacidad expresiva del realizador Charles Martin Smith, Winter: el delfín 2 retoma la trama a varios años de aquellos hechos, en donde resulta imperativo encontrar un animal para su piscina, ya que los delfines deben estar siempre en compañía. Surgirá otra delfín rescatada, mucho más pequeña, y el desafío será lograr que Winter y la recién llegada puedan establecer un vínculo y convivir, de lo contrario la licencia del acuario será revocada. Con un convincente y emotivo elenco, resulta un film ideal para los amantes de la naturaleza y más aún para los que admiran a los delfines, esas criaturas acuáticas tan lúcidas y afectivas. En cuanto a los niños, son innecesarias las recomendaciones: todos ellos aman a los animales sin hacerse planteos al respecto.