Winnie the pooh

Crítica de Carlos Herrera - El rincón del cinéfilo

Cuando el cine infantil entretiene a los niños

“Winnie the Pooh” es un personaje de literatura infantil creado por Alan Alexander Milne quien escribió cuentos sobre sus aventuras y las compiló en dos libros.

Winnie es un osito de peluche de color amarillo que vive en el Bosque de los Cien Acres donde también habitan sus amigos Piglet, Tigger, Rabbit, Ígor, Rito, Cangu, Búho, Lumpy el Efelante, Darby y Christopher Robin, un muchachito que los cuida y juega con todos ellos.

Winnie está instalado en una casita construida en el tronco de un árbol.

Una nueva película de Winnie y sus amigos

La última película con Winnie realizada por Disney Studios (poseedor de la franquicia) se produjo hace más de 30 años, ahora, finalmente, llegó una nueva realización que está integrada por tres de los cuentos escritos por Milne.

La primera historia es sobre la andanzas del "monstruito Nessie" para llegar al lago Ness.

No está Winnie en esta historia, pero se disfruta mucho porque tiene un soporte musical magnífico que hace las delicias de los chicos y también de los grandes.

En la segunda historia ya aparece Winnie para protagonizarla.

A uno de sus amiguitos, el burrito Igor, se le ha perdido la cola y la extraña.

Winnie tratará de ayudarlo, pero como solo no puede, para que lo ayuden a él en esta tarea llama a sus otros amiguitos.

Todos darán ideas sobre qué objeto puede transformarse en la nueva cola de Igor.

Esta historia recuerda mucho al juego de vendar los ojos a un amigo para que luego intente colocar la cola a un burro pintado en la pared.

Son muy divertidas las ideas de cada uno en cuanto a con qué se puede reemplazar la cola de Igor. Se menciona desde un carrito hasta un globo. En fin, algo es algo y a los niños espectadores seguramente también se les ocurrirá algo más.

Una historia de misterio

El tercer cuento es el más sustancial y el que centraliza la atención con su trama.

Una mañana Winnie y sus amigos comprueban que Christopher Robin ha desaparecido, no pueden encontrarlo por ningún lado.

Van de acá para allá por todo el Bosque de los Cien Acres, llamándolo, pero no aparece.

De pronto descubren un papel con una nota y, obviamente, será Búho el encargado de la lectura porque es el más sabio, el más inteligente, todo un erudito.

Búho comenzará a deletrear el mensaje y todos quedan sorprendidos porque lo que lee Búho es que a Christopher Robin lo ha secuestrado un monstruo que se llama El Ponto.

Winnie y su pandilla deciden, como buenos amigos que son, rescatar a Christopher Robin de las garras del monstruo que lo tiene cautivo.

Para vencer el miedo

Winnie y sus amigos están decididos a rescatar a Christopher Robin, pero tienen mucho miedo.

No saben a qué le temen, nunca han visto a El Ponto, pero la imaginación les juega una mala pasada.

Unidos, convencidos y ayudándose mutuamente podrán encarar la empresa.

Lo primero será atrapar a El Ponto, para ello hacen una trampa cavando una fosa y cubriéndola con un primoroso mantel y una vasija de miel para que el monstruo crea que se trata de un picnic, se acerque y caiga en el pozo que han hecho.

De aquí en más siguen las peripecias para llevar a cabo su plan que tendrá un final que no se imaginaron jamás.

Winnie the Pooh y sus amigos realmente existieron

Alan Alexander Milne se inspiró para escribir las aventuras de Winnie, en la relación amistosa que su hijo Christopher Robin había logrado establecer, a los cinco años, con una osa del Zoológico de Londres y los cuidadores le permitían acercarse a ella para jugar.

El niño también jugaba con un osito de peluche amarillo al que había puesto el nombre de Winnie, como se llamaba la osa del zoológico, y tenía entre sus juguetes otros animalitos de peluche, y con todos ellos su padre fue creando los personajes amigos de “Winnie the Pooh”.

Conclusión sobre la película

Disney Animation Studios optó por hacer dibujos animados a mano, de la manera tradicional y para Sistema 2D en colores pastel, alejándose de las nuevas tecnologías de animación.

Esto hace que en pantalla se vean dibujos con un aire naif que junto al perfil ingenuo de todos los personajes suman un plus para la identificación de los niños espectadores, tanto con los animalitos dibujados como con las situaciones de la historia.

Para los pequeños en la platea, el mensaje es muy directo y accesible, gira sobre el valor de la amistad, la solidaridad, la tolerancia y la actitud de tratar de vencer cualquier obstáculo, el miedo en este caso.

Las historias de los cuentos de “Winnie the Pooh” están pensadas para niños desde los tres a los diez años, pero toda la familia disfruta esta película, porque cuando se llevan los niños al cine los mayores quieren verlos felices, riéndose y sacando conclusiones.

Es de remarcar que los pequeños, desde la platea, tratan de ayudar a los dibujos animados que viven las aventuras en la pantalla.

En un mes con muchas producciones destinadas al público infantil, la primera misión del cine, que es entretener, está cumplida en esta película.

Pero atención, para poder ver la realización completa no hay que retirarse de la sala antes que terminen los créditos, porque recién después de ellos está, paradigmáticamente, la escena final.