Wakolda

Crítica de Luis María Fittipaldi - RosarioCine

Un Nazi anda suelto

Años 60, solitario paisaje patagónico, y sobre él mismo se dibujan, una niña jugando y la observación silenciosa de un hombre parco, gris, su nombre Josef Mengele, nada menos...asì arranca la última película de Lucia Puenzo.
Luego vendrá radicarse en Bariloche en simultáneo para la familia que componen Enzo, un artesano fabricante de muñecas (Diego Peretti notable), su esposa Eva (Una sorprendente, mayúscula Natalia Oreiro), sus tres hijos y a la par ese hombre alemán que han conocido en su ruta, y que es el citado genocida nazi que -se sabe- viene con otro "alias", ocultando así su verdadera identidad.Que el tipo mostrará una obsesión enfermiza por la hija mediana Lilith (la notable debutante Florencia Bado), quien algo diminuta para sus 12 años promete ser estudiada y ayudada en un pronto crecimiento por el perverso Dr. que ha venido haciendo sus estudios hasta el momento -asegura- solo con animales. Seguramente algunos espectadores recordarán cuando también el personaje fue conocido por la novela de Ira Levin pasando luego al cine en "Los Niños de Brasil" (1978, Franklin J. Schaffner) donde el feroz alemán era interpretado por un llamativo Gregory Peck.
Aquí también se mostraban en parte las experimentaciones con niños para prolongar -en idea descabellada- la raza aria, también Mengele quería crear un nuevo Hitler de laboratorio.
La directora argentina logra sin dudas su mejor filme hasta el presente, atreviéndose a narrar una historia sombría, de sugerente pesadilla psicológica, que también asoma su crítica al pasado cómplice de una sociedad argentina en virtud a estos inmigrantes desfasados, sin más recordar que en nuestro país se alojaron criminales como Adolf Eichmann o Erich Priebke.
El filme trae una maravillosa fotografía, una inmejorable calidad artística en todo aspecto que la hace aún más valida y en lo referente a lo actoral hay que destacar la actuación del germano/español Àlex Brendemühl en el rol protagónico y una Elena Roger como espía fotográfica que es meritoria. Un filme recomendable claro...