¡Vivan las antípodas!

Crítica de Matías Orta - A Sala Llena

La película presenta una idea ambiciosa: retratar fragmentos de situaciones que se viven en lugares que están en las antípodas de otros. Por ejemplo, si alguien cavara un agujero en Entre Ríos, Argentina, llegaría a Shangai, China. Así, tres ejemplos más (los únicos en el planeta Tierra, ya que la superficie está casi toda cubierta de agua).

Como algunos de sus más prestigiosos compatriotas suyos, como Andrei Tarkovski, Kossakovsky tiene una fascinación especial por la naturaleza, y lo demuestra con secuencias bellamente filmadas. La cámara es colocada en lugares que parecen imposibles, y de manera novedosa, logrando la sensación de mundo debajo del otro...