Viento salvaje

Crítica de Rodolfo Bella - La Capital

"Viento salvaje", sangre en la nieve

El director y guionista Taylor Sheridan regresa al Oeste de Estados Unidos, esta vez nuevamente como guionista y además director, con "Viento salvaje". Sheridan, también actor, fue candidato al Oscar a mejor guión por "Sin nada que perder", con Chris Pine y Jeff Bridges. Ahora se trasladó al norte, a la reserva indígena Wind River (el título original del filme), en Wyoming, para hablar de las desapariciones de mujeres nativas americanas, de lo cual, según los títulos del final, no se lleva registro.
   El cineasta, que presentó "Viento salvaje" en Sundance y con el cual ganó el premio a mejor director en la sección "Una cierta mirada" del pasado festival de Cannes, construye un thriller con precisión narrativa y buenas actuaciones. La trama se desarrolla y revela su conflicto a partir del primer minuto cuando la cámara sigue a una mujer corriendo en medio de la noche por un campo nevado. A partir de esa escena, Sheridan apela a flashbacks para contar una historia en la que serán claves los lazos y códigos que unen a los protagonistas: un empleado del Servicio Forestal, el sheriff del pueblo y una investigadora del FBI.