Venganza

Crítica de Emiliano Basile - EscribiendoCine

La nueva película de acción de Liam Neeson es un gran exponente del género. Violento, oscuro y eficaz como sólo el actor de Búsqueda implacable (Taken, 2008) sabe protagonizar.

Producida por Michael Shamberg, productor de los grandes éxitos de Quentin Tarantino Django sin cadenas (Django Unchained, 2012) y Tiempos violentos (Pulp Fiction, 1994), la historia transcurre en un pequeño pueblo en Colorado en medio de la nieve. Ahí Nels (Liam Neeson) es un respetado servidor: día y noche libera caminos con su barredora de nieve. Un día su hijo es secuestrado y asesinado por una red de narcotraficantes. A punto de suicidarse, Nels elige vivir para desatar una truculenta venganza con los responsables. Camino que lo lleva a cruzarse con líderes de pueblos originarios y las altas esferas del poder.

La frialdad y la crudeza del clima son puestas en escena en este sórdido thriller de acción, remake del film noruego Kraftidioten (2014), también dirigido por Hans Petter Moland. Liam Neeson le pone el rostro a este vengador que no tiene nada que perder y opera desde fuera de la ley. El hombre de la barredora irá cazando uno a uno a los malvivientes y cada muerte, a modo de chiste, culmina con una lápida en pantalla con el nombre de quien pasó a mejor vida.

Las dosis de humor son fundamentales para sobrellevar con la ligereza necesaria tanta violencia injustificada, del mismo modo que el ritmo del relato ayuda a nunca detenerse demasiado en el oscuro trasfondo de la historia. El denso drama intimista detrás del film original se disipa en la estructura del género de acción, con la venganza como motor instintivo y pasional. Pero también esta versión pone sobre la mesa los vínculos entre la política, el narcotráfico y la quita de tierras a los indígenas del lugar. Claro que, como buen entretenimiento, nunca llega a profundizar en el tema.

Venganza (Cold Pursuit, 2019), que en título original se llama “persecución fría”, tiene buenos momentos siendo su mayor valor entender a la perfección el tono “liviano” que tenía que tener este relato. Por supuesto, mucho tiene que ver con esto Liam Neeson, el inoxidable actor de 66 años que se carga al hombro el film.