Valiente

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

La princesita que quería vivir

Las distintas relaciones familiares, una historia de aventura y con abundante humor, más el 3D: el combo de la película.

Lo primero a considerar tras la visión de Valiente es que es la película de Pixar más Disney que haya hecho la compañía de John Lasseter. Pixar nunca había pisado Escocia, ni tampoco el terreno de las princesas, la reina y el rey. Pero tampoco es que Mérida sea la princesa típica de las películas de Disney. No es una niñita. Es una adolescente. ¿Como Rapunzel en Enredados ? Tal vez, buscando su propio destino y desafiándolo todo. La historia es muy dinámica, eso sí que es rasgo de Pixar. Y tiene, cómo no, un personaje fuerte.

Porque Valiente es del tipo de película en cuya historia los personajes no son unidimensionales. Es fantástica, sí, pero con varios puntos de conexión con la realidad, aunque tiene un clic en su trama. De esos que hacen que uno trague el anzuelo y disfrute, o pase de largo.

La trama centra en la princesa/arquera a quien sus padres desean casar con alguno de los herederos de los clanes de las Tierras altas (alguno con guiño incluido a Corazón valiente ). Pero ella, rebelde, no quiere saber nada. Y porque es más fácil imaginar a Mérida soltera e independiente que casada con hijos, y como es un cuento de hadas, Mérida va tras una poción mágica, un hechizo que la haga cambiar de parecer a su madre. Pero consigue otro cambio en Elinor. No contemos más.

La familia es otro punto central en la película. Primero está la relación padre/hija, con el rey Fergus obsequiándole un arco en su cumpleaños cuando es una niña (y antes de perder, él, una pierna en una pelea con un bravo oso). Y luego, la de madre/hija. Los personajes son presentados de manera bien antagónica -Elinor es la rectitud, encorsetada, tiene el cabello siempre bien peinado; Mérida luce la melena al viento, enrulada y, para más extravagancia, ¡pelirroja!-, hasta que aquel clic obliga a una y otra a cambiar de mirada.

El humor es algo más “zafado”, si puede utilizarse el término en una película de Pixar/Disney, que lo habitual. Los trillizos hermanitos de Mérida recuerdan al trío de niñitos de El extraño mundo de Jack . Algo de la historia remeda a Tierra de osos , también de Disney. O será que uno ha visto tanto cine animado que todo le recuerda a algo.

Otro punto a considerar: la vara que fijó Pixar, con cualquiera de las tres Toy Story , Buscando a Nemo , Wall-E y Up ha quedado tan pero tan alta... Sí todas tienen en común que Woody, Nemo, el robot y hasta el abuelito, igual que Mérida, no son los mismos cuando comienzan sus historias que cuando llegan los títulos finales.

Pero también es loable el adelanto tecnológico, lo que hace de Valiente un espectáculo visual incomparable. Las escenas donde Mérida está en el bosque, los árboles están cubiertos de musgo, tiene tres o cuatros capas de musgo. El suelo no es llano. Y hay que observar cómo la iluminación juega en estos ambientes. El 3D también es una carta a favor.

Y atención: como de costumbre, no llegar tarde a la sala, no sea cosa de perderse otro prodigio, el corto La luna , una auténtica maravilla casi sin diálogo (ya verán), ni tampoco retirarse antes de que terminen los créditos finales, que hay allí una pequeña sorpresita...