Upa 2: El regreso

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

Parodialandia

Simplemente hay que agudizar la mirada y ver en perspectiva si es que cambiaron o no las cosas cuando allá por 2007 se estrenaba en el Bafici UPA, Una Película Argentina, comedia y sátira pergeñada por Tamae Garateguy, Santiago Giralt, Camila Toker, acompañados por Eva Baar (no forma parte de este nuevo opus), donde el humor corrosivo y la ironía reflejaban un estado de efervescencia e incertidumbre que atravesaba el llamado Nuevo Cine Argentino.

Lo que estaba en juego en aquella película, protagonizada por un director que soñaba con su película seria, una productora y la actriz, era llevar a un estado paroxístico los vicios de un cine argentino independiente, festivalero y ombliguista, sin dejar de lado el contrapunto con la guerra de egos y celos, todo eso revestido de humor ácido y ciertos apuntes reflexivos acerca del proceso de producción y los modos de llevar a cabo los proyectos.

Pasó casi una década de esa novedad y en UPA 2, el regreso (2015) cada uno de los personajes continúa con la misma ambición y ganas de hacer cine, pero más precisamente conseguir financiación europea para una película pretenciosa, con un actor importante como Martín Slipak -tal vez el más prometedor dentro de la nueva camada de actores jóvenes argentinos- y la popular actriz Nancy Duplaa, ligada a la televisión y a un cine alejado del ámbito independiente, quien por solidaridad se suma al proyecto en plan de auto parodia.

Los dardos venenosos esta vez apuntan directamente a otro blanco, dividido entre el mundillo de actores, directores y críticos, mientras que el rodaje del film es el pretexto para exponer los inconvenientes de una producción con escasos presupuestos y donde la falta de rumbo se contagia con el caos interno del set, así como las peleas entre los propios involucrados donde se lleva todo el crédito Martín Slipak, sin lugar a dudas el más expuesto en el amplio sentido del término.

Desde el punto de vista del guión debe decirse que el relato encuentra sus cauces de timing, su espacio para introducir chistes verbales y físicos, aunque por momentos pierda cierta cohesión narrativamente hablando y sobre todo en la parte final.

No obstante, como secuela y propuesta paródica de fuerte acento local, UPA 2, el regreso mantiene su nivel y seguramente encuentre su público, como ya lo demostrara en 2007.