Una serena pasión

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Una película iluminada por el talento de Emily Dickinson, realizada con intensidad inusual sin solemnidad por un director, casi desconocido en nuestro país, Terence Davies, con un trabajo conmovedor y revelador de Cynthia Nixon (famosa por su participación en “Sex and the city). La gran poeta norteamericana fue un caso excepcional, el reconocimiento y la fama la llegaron después de su muerte, un reconocimiento que ansiaba y que le fue retaceado, criticado y censurado en vida. Que nació en 1830 y murió en 1886. El costo de su libre albedrío fue rebelarse contra las convenciones de la época y no seguir los mandatos de casamiento e hijos. Para “hacerse dueña de su cuerpo y de su alma” decidió recluirse y vivió casi toda su vida en su casa paterna. Donde por las noches escribía constantemente y encuadernaba a mano sus poemas, trabajo que su hermana encontró cuando ella murió. Luego fueron venerados a la altura de su talento. Con inteligencia y talento el realizador le rehuyó a todos los lugares comunes de las biopic y utilizo efectos especiales y una gran reconstrucción de época, en ropajes y gestos, solo en función de la historia. El resultado es un film inusual, pasional, inteligente que se disfruta.