Una razón para vivir

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

El amor, por sobre la adversidad

El joven Robin lleva una vida feliz. Practica deportes y parece tener toda su vida por delante. Pero el destino le hace una mala jugada: su cuerpo queda paralizado al contraer polio durante un viaje a África. Desde ese momento, Diana, su flamante esposa, comenzará una ardua lucha para que el ánimo de su esposo no decaiga, y decide llevarlo del hospital en el que está internado a su casa, dispuesta a ayudar a que su esposo supere las limitaciones de esa discapacidad con amorosa devoción. Ambos, junto a su pequeño hijo, se niegan a recluirse en el sufrimiento y deslumbran a todos con su humor y sus ansias de vivir. La historia, basada en los propios padres de Jonathan Cavendish, productor del film, recorre con ternura la existencia de esa pareja unida por el amor y el dolor. Robin (excelente trabajo de Andrew Garfield) va poco a poco intentando superar la quietud de su cuerpo, amparándose en su esposa, que deja a un lado su vida por momentos mundana para dedicarse a hacer feliz a su marido.

En su debut como director Andy Serkis (reconocido por sus interpretaciones de Gollum en la saga de El señor de los anillos y de César en la de El planeta de los simios) supo manejar con toques poéticos la historia, sin ceder al melodrama y subrayando la posibilidad que tenemos todos de enfrentar la adversidad. Por su parte, Claire Foy (la reina Elizabeth II de la serie de Netflix The Crown) aporta ternura a su personaje de la incansable esposa.