Una mujer sucede

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

Tergiversaciones

Dos elementos que funcionan como pretexto motorizan la trama de Una mujer sucede, ópera prima del bolivariano Pablo Bucca, basada en la novela homónima de Luis Lozano y que se proyectara en festivales: el Truco y un velorio de una misteriosa mujer para dar paso a la subjetividad de los recuerdos.

La impronta literaria que arrastra desde su guión más que desde la puesta en escena teatral acerca por un lado el operativo de tergiversación de las historias de amor que cada uno de los personajes expone para darle una identidad a aquella muerta, a quien nadie conoce desde un principio pero que luego confiesan en la intimidad de un partido de truco reconocer.

El truco y la mentira entonces van de la mano y en este caso desde el punto de vista narrativo es una buena herramienta para construir tres relatos protagonizados por tres mujeres muy diferentes, interpretadas por la actriz Viviana Saccone, quien logra diferenciar sus caracterizaciones con personalidades distintas y rostros diferentes.

La acompañan en este juego Alejandro Awada, quien interpreta a Fernández, un taciturno escritor que asegura que en el féretro reposa Laura, una periodista que lo involucra en la perversión de un militar imposibilitado de tener sexo y Voyeur de manual en la piel de Jorge D''Elía. Esa mujer por la cual siente un verdadero amor luego muta en Sofía para dar pie a la historia de Santos (Eduardo Blanco), quien tras el reencuentro con una antigua amante se ilusiona con una segunda oportunidad. La tercera y última versión de la misma mujer es la más floja en términos narrativos y la que menos tensión aporta a la trama más allá del habitual estereotipo del que lamentablemente el cine argentino no puede escapar: un colectivero apellidado Villalba (Oscar Alegre) se enamora de Rosita, quien gradualmente va perdiendo su visión hasta quedar completamente ciega, pero que logra cumplir su sueño de cantar frente al público gracias a la prueba de amor del hombre.

Así las cosas, tres relatos hilvanados a partir de la subjetividad de cada personaje intentan revelar el misterio para encontrar en la evocación y el recuerdo su arma de doble filo porque esos flashback conspiran contra la tensión dramática de la propuesta y le quitan peso a los protagonistas de la acción.