Una hermana

Crítica de Fernando Sandro - Alta Peli

Búsqueda desesperada

Un automóvil se incendia en la orillas de un río. La dueña del auto entra en pánico, no tanto por el vehículo: su hija no regresó a casa y parece estar desaparecida. Su cadáver no se encuentra dentro de ese Peugeot 505, pero igual la sospecha de la tragedia es fuerte. A la mujer la sobrepasan los hechos, y será Alba, la hermana menor de la desaparecida, quien deba emprender una búsqueda en la que todas las puertas se cierran.

Una hermana habla de las pérdidas, de la soledad, de la desesperación, y también de las desigualdades. La historia transcurre en un pueblo del interior profundo de Buenos Aires, y no es este un lugar al azar. En esas zonas, las complicaciones parecieran acrecentarse más.

Alba sale a buscar a su hermana pero se topa con que nadie le brinda gran ayuda, desde la burocracia sindical, hasta las personas que pertenecen a otra clase social y no hacen más que despreciarlas, a ella y a su hermana, a su clase. Permanentemente da la sensación de que si el hecho hubiese ocurrido en otro contexto, en otros niveles, en otro lugar, con otras personas, el destino sería diferente.

El relato es ajustado, plantea un misterio y la búsqueda de una solución. Pero el foco no está puesto en el suspenso como uno podría esperar de un film como La Sospecha. Una hermana es un drama sobre las penurias de una mujer, no la desaparecida, o sí, pero en un segundo plano: su figura es Alba.

A un guion sin fisuras que se anima a plantear denuncias sin remarcarlas, y a la puesta en escena deliberadamente sencilla y que sabe hacer uso de los escenarios en los que se mueve, se les suma la verdadera fuerza del film: Sofía Palomino. La joven actriz de Kryptonita se carga Una Hermana al hombro y resulta en una interpretación asombrosa. No podemos decir que nos sorprenda, Palomino ya viene tanto en cine, como en teatro y televisión demostrando un gran talento al que le entrega todo su cuerpo. Desde las miradas, las posturas y el modo de sentir sus parlamentos, Alba cobra vida en Sofía y es imposible que pensemos en otra actriz para interpretarla.

A la arrolladora creación de Palomino debemos sumarle otra actriz con mucho teatro encima como Eugenia Suarez, que aquí compone a una suerte de contraparte de Alba, la empleadora de la joven desaparecida. Los contrapuntos entre ambas forman parte del gran jugo de la propuesta.

Una hermana está lejos de ser un film sencillo, el modo de hablar de los problemas que aquejan a un pueblo chico con muchas diferencias sociales no es el tradicional, y resulta tan duro como efectivo. Que dos directoras jóvenes y noveles se hayan animado a tanto es una buena señal.

Conclusión

Una intriga que interesa, la exposición de problemas sociales palpables y dos actrices que le ponen el alma al film hacen de Una hermana una propuesta muy llamativa dentro del panorama del nuevo cine argentino.