Una familia numerosa

Crítica de Hugo Fernando Sánchez - Tiempo Argentino

Más conservador que nuevo

Qué quedó de la nueva comedia americana iniciada hace una década o poco más? ¿Adónde fueron a parar esas escenas y personajes transgresores y políticamente incorrectos? Una familia numerosa –feo título comparado con el original Delivery Man– actúa como prueba, no tanto de decadencia definitiva, pero resulta indudable que desde hace algunos años el género ingresó en una discreta meseta de originalidad.

A David Wozniak (Vince Vaughn), repartidor de carne, cultivador de plantas de marihuana y de vida afectiva desprolija, de un día para el otro le informan que es el padre de 533 hijos y que 142 de ellos quieren conocer al progenitor. Ocurre que a Wozniak se le ocurrió donar en una clínica una importante cantidad de su esperma "de buena calidad", provocando semejante situación que podría cambiar –o no– su atolondrada vida.
Desde allí surgen algunos personajes interesantes: su abogado amigo, la mujer que está esperando un hijo suyo, y por supuesto –de acuerdo a las maniobras del guión– una docena de vástagos del personaje central. Wozniak es un tipo bastante inmaduro, característica de la nueva comedia americana para construir situaciones políticamente incorrectas, convirtiéndose en un sujeto mal visto por el resto de la sociedad. Pero como si Una familia numerosa fuera una parábola del género en estos días, Wozniak irá sentando cabeza, obligado por las circunstancias y por la maldita madurez que requieren los otros.
Más allá de aislados momentos felices donde Vaughn hace lo que puede con un personaje que gira de lo cómico a lo dramático, la parábola de Wozniak como padre de un montón de hijos no reconocidos, comprueba que la nueva comedia americana cada día se parece más a modelo de cine conservador, acorde con los peligrosos cambios que viene presentando el género.
Más aun, la película está basada en una remake de origen canadiense, Starbuck (2011), realizada por el mismo Ken Scott, cuestión que se relaciona con la falta de ideas que también padece el género en la actualidad. ¿Faltará mucho para una nueva versión, supuestamente transgresora, del clásico Los tuyos, los míos y los nuestros?