Una casa lejos

Crítica de Marcelo Cafferata - Lúdico y memorioso

Los trabajos de Mayra Bottero dentro de la industria audiovisual la encontraron como productora de títulos como “El Espanto”, la reciente “Memoria Fotográfica” y “La lluvia también es no verte”, de la que también fue directora.

La madurez que pudo transmitir a lo largo de estos trabajos hace que el estreno de su primera película de ficción, “UNA CASA LEJOS”, despierte mayores expectativas.

Graciela (Stella Gallazzi, una actriz de una vasta trayectoria teatral que tiene una excelente oportunidad para lucirse en este protagónico) es una profesora que ya cuenta con la edad suficiente para jubilarse y está atravesando ese momento que, si bien había sido ansiado para poder dar curso a ciertos proyectos que había planificado, ahora que ha llegado, le produce cierta inquietud y se siente invadida por la nostalgia de toda la historia vivida dentro del colegio.

Por un lado, es el momento ideal para generar esa nueva vida, tratando de cumplir su sueño de retirarse a una casa rural, esa casa lejos que evoca el título del filme. Pero al mismo tiempo, una conflictiva relación con su padre hace que tenga que seguir muy presente y cerca suyo.

El problema con Rodo, su padre (Carlos Rivkin fallecido recientemente, en su último trabajo para el cine), es que le oculta algo que ya se ha enterado inclusive por medio de los vecinos del edificio: mantiene una estrecha relación con una mujer mucho más joven que él, Sabrina (Valeria Correa –una de las actrices del grupo teatral Piel de Lava-), que alberga en su propio departamento.

Esta situación irrita a Graciela ya que no logra saber si la joven saca provecho económico de su padre, tampoco conoce el verdadero vínculo que hay entre ellos y no puede precisar cuánta verdad hay en todo lo que dicen los vecinos del consorcio respecto de esa relación: y todo se complicará más aún cuando Graciela descubra que Sabrina está embarazada.

Bottero, a través de un guion en apariencia simple y de estructura clásica, prescinde de cualquier artificio y entreteje hábilmente una historia de vínculos que se trazan a partir de las diferentes necesidades internas de cada uno de los personajes, con el común denominador de la soledad que los atraviesa, y la dirección que cada uno de ellos quiere darle a sus vidas.

Los detalles de la historia se van develando poco a poco y al atractivo natural de una historia muy bien contada, se suma el enfoque que tiene Bottero hacia temas que no son frecuentemente tratados en el cine nacional. Así aparecen, entre otros, el vacío emocional a la hora de jubilarse, las decisiones que toma un hombre mayor muy opuestas a las que su hija desea y a lo que está socialmente esperado -otorgándole un infrecuente protagonismo dentro de la trama-, el hecho de que los hijos comiencen a hacerse cargo de sus padres y el enfoque de las vivencias de una madre soltera que vive completamente al margen del sistema, prácticamente en situación de calle.

En “UNA CASA LEJOS” los personajes atravesarán momentos de toma de decisiones y la emocionalidad con la que se mueven, es mérito de un guion que evade los golpes bajos y los estereotipos y que se permite presentar las situaciones con el tiempo suficiente para que cada uno de los personajes vaya recorriendo un arco dramático que atrape e incluya en el proceso al propio espectador.

Justamente en esas decisiones se pondrán en juego temáticas como la maternidad, el dinero, los límites morales, la vocación de solidaridad, la mirada (prejuiciosa) del afuera y fundamentalmente, la construcción de una idea de familia. El mérito de la pluma de Bottero y su ojo detrás de la cámara es que todo suceda con total espontaneidad y sin ningún tipo de sentencia ni juzgamiento de su parte, sólo expresando lo que surge naturalmente de cada personaje.

Graciela hará un atravesamiento sumamente particular a medida que vayan descubra ciertos detalles de la relación de su padre con Sabrina, y sobre todo lo que esa joven despierte al poder mirarla de una forma completamente diferente a lo que manifestaban las primeras apariencias, cuando pueda correr el velo del prejuicio. Sutilmente, veremos cómo Graciela modifica no sólo su actitud, sino como va poniendo en acto su nueva mirada frente a lo que transita, y es precisamente ahí cuando Bottero aprovecha para dar un giro y comenzar a hablar(nos) de segundas oportunidades.

Una mujer amarga y completamente en crisis con su padre y con su momento particular de fin de su camino laboral, un hombre que frente a los últimos momentos de su vida encuentra un proyecto y un motivo de impulso en ese vínculo con una desconocida y una nueva vida que trae Sabrina consigo frente a tanta marginalidad y la exclusión, forman un triángulo que en apariencia vive situaciones extremas y dramáticas pero el acento está puesto en la luminosidad y lo que Bottero rescata con una mirada de resiliencia que se abre frente a lo nuevo.

“UNA CASA LEJOS” cuenta además con un exquisito trío protagónico en el que Stella Gallazzi puede transitar diversas emociones y diferentes climas, del enojo a la esperanza, de la frustración a la emoción y es impactante ver cómo frente a nuestros ojos, Graciela se va modelando, va modificando su actitud y somos testigos de su cambio. La despedida de Rivkin de la pantalla grande es un trabajo lleno de fuerza, con momentos de picardía y con una gran presencia, acompañado por la química cómplice que genera con Valeria Correa y su Sabrina llena de rebeldía, de vulnerabilidad y de carencias.

POR QUE SI:

“A través de un guion en apariencia simple y de estructura clásica, prescinde de cualquier artificio y entreteje hábilmente una historia de vínculos que se trazan”