Un sueño posible

Crítica de Pablo Martinez - Qué se puede hacer...

Vidriera de un ejemplo de vida

Voy a ser directo y honesto con ustedes: hasta ahora, la filmografía de la cual formaba parte la señora Sandra Bullock me parecía una absoluta basura, y ella una pésima actriz que se encargó siempre de tirar por tierra todo tipo de films de los que formó parte. Ahora toda esa colección de largometrajes olvidables se ha vuelto un lejano recuerdo con esta bella película basada en una historia real, la vida de Michael Oher, el N° 23 del último Draft de la NFL.

Si Bullock antes era insoportablmente histriónica y desmedidamente falsa en sus intentos de comedia barata (y eso que todavía no he tenido lo oportunidad de ver The Proposal), ahora es una centrada intérprete de un factor de vida tan importante como la solidaridad, el amor, y la lucha por la igualdad en un mundo -mejor dicho, en un país- que aún demuestra ser discriminador y repulsivo para con las clases más bajas de su sociedad. Bullock se materializa en Leigh Anne Tuohy, una mujer que, como pocas, marcó la diferencia en un sector social y un rubro como el deporte, que está muy lejos de ser indiferente a los cambios socio-políticos, a diferencia de lo que muchos piensan.

Si bien la película de John Lee Hancock, basada en el libro de Michael Lewis, tiene baches argumentativos en cuanto a las líneas del guión y el eje que se quiere seguir, es un gran gusto ver como solita se va abriendo camino al mensaje final, impreso claramente dentro del desenlace de esta redonda película, principalmente salvada gracias a la gran interpretación de Bullock, quien ya recibió sus merecidos reconocimientos por esta labor.
Qué decir del "protagonista", Quinton Aaron. Al lado de la interpretación de Bullock, el resto parece una bola de principiantes, exceptuando obviamente a la increíble Kathy Bates. Sin embargo, este muchacho que en la primera media hora más hace de autista que de chico sufrido, merece un aprobado porque logra plasmar la evolución en su personalidad con creces.

Tenemos fotografía aceptable, actuaciones dignas de cada papel (aunque Hollywood siga intentando hacer propaganda hasta en historias como ésta, y lo digo porque no hay necesidad de hacer parecer tan jóvenes y hermosas a personas comunes y corrientes que formaron parte de un hecho verdadero y más que palpable), pero un metraje demasiado excesivo. En estos casos, la cosa puede ser mucho más directa y concisa, y no dar tanta vuelta. Yo quitaría los primeros diez minutos y todo ese dramatismo innecesario que hay hacia la mitad de la cinta. No obstante, se disfruta muchísimo la dosis de comedia en varias escenas, algo que se agradece por no volver edulcorado y meloso un producto que en malas manos puede pecar de eso y cosas peores.

En general se deja ver muy bien. Principalmente hay que saber apreciar el ejemplo que proyecta la historia, que de por sí le quita puntos a la película por el simple hecho de que se la puede conocer leyendo en periódicos o en la misma web. Pero estos filmes sirven como vidriera para los que no siempre se topan con mensajes como estos, incluso cuando creen que estas cosas sólo suceden en una "medio pelo" de Hollywood.