Un método peligroso

Crítica de Marcelo Cafferata - Revoleando Butacas

Cronenberg al diván

Basada en un guión del célebre Christopher Hampton (de quien hace poco vimos "Chéri" y firma también los guiones de "Expiación, deseo y pecado" "Relaciones Peligrosas" "El secreto de Mary Reilly" y "Carrington" entre tantas otras) quien a su vez adapta la novela “A most dangerous method” de John Kerr y la obra de teatro “The talking cure” de su autoría, "Un método peligroso" es, lejos, lo más flojo de David Cronenberg en este último tiempo.

Cronenberg revolucionó con una nueva forma de narrar, el cine en los inicios de los ochenta. Con un cine de género que no era exactamente de terror ni de suspenso, su mano y su mirada de los personajes hacía la diferencia. Sus primeros éxitos son "Scanners" "Cuerpos invadidos" y un gran hit: "La mosca" donde ya la firma de Cronenberg como director garantizaba todo un estilo.
Le siguieron propuestas mucho más arriesgadas donde quiso adentrarse en protagonistas más inaccesibles y complejos como en "Pacto de Amor/Dead Ringers" y los gemelos ginecólogos más perversos de la historia del cine interpretados por Jeremy Irons, "M. Butterfly" y la ambigüedad sexual de la famosísima ópera llevada a la pantalla y una deslumbrante y arriesgadísima adaptación de un gran libro de Burroughs "Festín Desnudo / Naked Lunch".
Ya en una búsqueda de un cine más personal, se adentra en otro tipo de conflictiva en sus últimos opus y nos brinda dos filmes de gran factura como "Promesas del Este" y "Una historia Violenta" en donde no pierde su sello personal, pero apuesta a una madurez del relato y un registro menos arriesgado.

Analizando entonces su carrera, "Un método peligroso" no puede leerse como más que un gran traspié, muy por debajo del nivel que Cronenberg nos tiene acostumbrados.

En este caso, el relato se inicia en el momento en que el Dr. Carl Gustav Jung comienza a tratar a una nueva paciente, Sabina Spielrein, una mujer con un traumático pasado que debe sobreponerse a las heridas que le dejó un padre violento.
Jung decide recurrir a Sigmund Freud, en pleno momento del desarrollo de la teoría del psicoanálisis, una nueva terapia que se apoyaba en el uso de la palabra y que en ese momento, aún estaba en pleno desarrollo y con ciertas inestabilidades.
Es por ello que el relato discurre como entre dos andariveles que si bien se entrecruzan, la puesta los diferencia perfectamente.
Si bien le da prioridad al tratamiento del caso de Spielrein y es justamente ella la que triangula el vínculo y se relaciona tan fuertemente con estos dos hombres, el otro punta del relato es la rivalidad intelectual Freud-Jung. Y desde el planteo y la puesta de Cronenberg, el ritmo, el compás y la presencia de ambos sub-relatos, es completamente diferente.

Obviamente que el plato fuerte del film para los amantes del psicoanálisis es ver a dos monstruos en acción y recrear estos históricos encuentros, pero lamentablemente es justamente en esos momentos donde los diálogos se hacen algo tediosos y bastante complicados de seguir y la historia se "aplasta" contraponiendose con momentos más dinámicos cuando alguno de ellos se enfrenta a Spielrein.
El vínculo Jung-Freud está mucho mejor resuelto en los momentos epistolares, más calmos y distendidos, donde se puede disfrutar como espectador, del pensamiento de ambos.
Pero se torna extremadamente complejo y sobrecargado de palabras en los momentos de esgrima verbal, donde el contrapunto y la velocidad del diálogo hace que sea dificilmente disfrutable aún cuando los temas sobre los que discurren son sumamente interesantes (la represión sexual, el masoquismo, las pulsiones y los impulsos).

Como puntos a favor, podemos decir que Cronenberg logra una excelente recreación de época con un diseño de producción, vestuario y fotografía, delicados y al servicio de la historia.
En el terreno de las actuaciones Viggo Mortensen es Freud en una actuación interesante, algo contenida pero acertada y con una máscara que lo favorece y de la que Mortensen se apropia y aprovecha.
Michael Fassbender sobresale en un Jung con todas sus contradicciones, entre la pasión, la profesionalidad y el cientificismo y logra ser el mejor del trío interpretativo principal. Una pequeña participación de Vincent Cassel como el trágico Otto Gross, suma un aporte interesante dentro del elenco.

Pero un capítulo aparte merece la interpretación de Keira Knightley en el papel de Sabina. Evidentemente confundida en el armado de su personaje y sobre todo en las escenas iniciales, la sobreactuación, sobreabundancia de gesticulación e infinidad de tics que despliega Knightley hasta llega a hacer molesto el discurrir del primer tramo del film.

Totalmente desajustada y fuera de registro con el resto del elenco, es increible que un director talentoso como Cronenberg no haya dado en la tecla para que justamente una actriz como Knightley, acostumbrada a encarnar algunas heroínas de la época.
Después, ya en la segunda mitad del film, hay algunos momentos en donde lo etéreo de su figura hace presente ese objeto de deseo sobre el que gira y se contruye un ícono de la psicología moderna.

Como saldo, un conjunto de partes interesantes que no logran ser en ningún momento más que el todo. Dos personajes fuertes, pilares en la búsqueda científica, una excelente interpretación de Fassbender y un diseño de arte delicadamente deslumbrante no alcanzan para mantener el interés y que "Un método peligroso" se gane un buen lugar dentro de la obra de un cineasta que ha logrado sacudir las estructuras.