Un enemigo formidable

Crítica de Ulises Picoli - Función Agotada

Enemigos íntimos

Un hombre come un asado con amigos cuando suena su teléfono, atiende con tono preocupado, anota unos números y abandona la faena (no sin ser criticado por su compañía). Se lanza a la noche. El hombre, nuestro protagonista, se llama Carlos Borghi, y es un exterminador.

Un Enemigo Formidable funciona como ficción y como documental. Existe una construcción en el relato. El círculo comienza con un caso, que se irá develando a medida que pase el metraje, y que finalmente ayudará a entender la capacidad de Borghi para su tarea. Este viaje nos sumerge de manera inteligente en el itinerario de este cazador de alimañas. Presentada a la manera de un policial, Borghi será delineado como un detective. Recorriendo casos junto a él, se nos presentaran detalles, anécdotas, personajes y un espíritu noir que destila una bellísima melancolía. Es que ese gordo protagonista, tan certero como inconmovible, se dibuja como un romántico de su servicio. Él no dice ser el mejor (eso lo dicen otros), él cumple su tarea, piensa y siente una lucha personal contra esos enemigos ocultos.

El film que nos entrega Lucas Marcheggiano resulta visual y narrativamente cautivador.
El relato, de escasos setenta minutos, es eficaz y fluido. El film que nos entrega Lucas Marcheggiano (director de El Ambulante) resulta visual y narrativamente cautivador. Entiende que sus personajes son la oscuridad y la ciudad viciada. Y obviamente, que esos enemigos tan temidos, están en todas partes. Como en el terror, se utiliza el fuera de campo de manera brillante. Tanta ansia se crea de ver, que uno no despega la mirada de la pantalla. Entonces ante lo urbe derruida, la oscuridad que habita en todos los rincones, nuestro amante de las parrillas será un guerrero (la espada que elige tatuarse es vital para esta idea). Recibirá cariño, una recompensa, una palmada, pero la cruzada será eterna, maldita y solitaria. Porque ese rival que reside en el caos y la noche, es inagotable. Un terror oculto que duerme junto, bajo, detrás de nosotros. Por fortuna Borghi está ahí, esperando la llamada que lo impulse a otra efímera batalla.