Un dios salvaje

Crítica de Pedro Squillaci - La Capital

El hijo de una pareja adinerada golpeó con un palo a su amigo, hijo de un matrimonio clase media. Las dos parejas debatirán las consecuencias de ese enfrentamiento, en el que el chico vip le arrancó dos dientes al pibe de barrio. Pero lo atractivo de esta película es que todo esto sucede en el living de una casa, y a lo largo de 79 minutos sin interrupciones. Con la mano magistral de Roman Polanski, el texto de Yasmina Reza toma vuelo a partir de las cuidadas interpretaciones de cuatro actores de raza, como lo son Jodie Foster, Christopher Waltz (sí, el malvado militar de "Bastardos sin gloria"), Kate Winslet y John C. Reilly. Cada uno, a su turno, irán mutando según las alternativas del diálogo. Habrá peleas matrimoniales, enfrentamientos hostiles entre ambas parejas, sociedades insólitas a partir de afinidades con el whisky y, sobre todo, la exposición de las miserias humanas más bajas. Esos trapitos que salen al sol, en principio amparados en el reparador objetivo de salvar la dignidad de un hijo. Con el nombre "Le Dieu du carnage", la puesta teatral de Yasmina Reza recorrió el mundo y logró éxito de público y críticas elogiosas. El tema de fondo siempre fue el mismo: tanto en París, en Estados Unidos o en la Argentina los espectadores sintieron que los padres que estaban observando eran iguales al vecino. Y al monstruo que está dentro de uno.