Un castillo en Italia

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Debe ser difícil portar el apellido Bruni para Valeria. Su hermana mayor es quien ha convocado siempre a la prensa (Carla, modelo y cantante), por su matrimonio con el ex primer ministro de Francia, Nicolás Sarkozy.
La cuestión puede o no ser anecdótica, pero lo que sí sabemos es que siempre los trabajos de Valeria parecen ser sobrevalorados por la crítica y los medios galos. Sus anteriores films fueron discretos (eso pienso incluso de su mayor éxito, "Act" que fuera premiada en Cannes) y este parece ser el caso de "Un castillo en Italia" (que también estuvo en competencia en el mismo festival), aunque el mayor interés para el espectador, sea el tinte autobiográfico que se desliza en la historia central.
Valeria Bruni Tedeschi escribe y dirige una historia sobre una familia de clase acomodada que en crisis, debe enfrentar la venta de un espacio en Italia (aunque el lugar de residencia de sus dueños sea Francia). Louise (Bruni) es la protagonista, una mujer que ronda los 40 y tiene algunas cuestiones para trabajar en terapia. Pero bueno, con muchas ansiedades de por medio y una familia que intenta sobrevivir a la dureza económica de estos tiempos, intenta resolver temas personales.
No es que le vaya mal, la cuestión financiera no es la mejor pero... ella nunca estuvo obligada a trabajar, fue actriz y le cuesta pensar en definir algunas cosas para cambiar. En la actualidad, tiene un enamorado, Nathan (Louis Garrel) mucho menor que ella. Pero esa relación es de fascinación y no se construye desde las seguridades, sino desde la exploración pura e histérica que hace Louise para sobrevivir a sus propios escenarios de diaria angustia.
Por otra parte, la familia Rossi Levi, está prácticamente en la quiebra y la solución es hacer dinero el castillo italiano. Simple. O no. Hay que pensar que asumir ese final, es una derrota que nadie quiere vivir. En ese debate, la película ofrece una mirada superficial a cómo algunos componentes de la sociedad francesa de clase media enfrenta la recesión de estos últimos años...
Bruni elige hacer todo en su película. Va, viene, se enreda en discusiones pasionales, gesticula, se enoja, en un registro...discutible. No se si es su falta de carisma o una discutible variedad de perfiles, pero agota. El resto del elenco cumple, aunque nunca termina el espectador de sentir si es una comedia o un drama, ya que su oscilación no permite definir el objetivo de fondo de la historia.
Despareja, por momentos desconcertante, en otros simpática y fluida. Si te va el cine europeo y queres ver a una mujer al borde del ataque de nervios, quizás esta sea una película a tener en cuenta.