Truman

Crítica de Susana Salerno - N3F

Una vez más vuelve a brillar la sublime interpretación de Ricardo Darín tocando un tema muy difícil: la muerte.

Todo comienza con un bello paisaje de Canadá, casas y árboles cubiertos de nieve, todo muy pintoresco, como un cuadro. Allí vive Tomás (Javier Cámara, en un papel difícil que logra muy bien) un profesor universitario, con su familia que después del llamado de Paula (Dolores Fonzi) decide viajar a España donde vive su amigo de toda la vida Julián (Ricardo Darín, una actuación majestuosa y muy sentida), un reconocido actor argentino que se encuentra padeciendo un cáncer terminal, él ha decidido abandonar todos los tratamientos,quiere vivir sus días con ciertas libertades y uno de sus objetivos es encontrarle una familia substituta a Truman (es quien le da el nombre al film) su perro, no quiere que caiga en manos de cualquiera, es una de sus preocupaciones. Cuando lo presenta dice “tengo dos hijos Nico (Oriol Pla) y Truman (las mascotas son familia)” que es encantador con su mirada tristona.

Todo se va desarrollando en el transcurso de tan solo 4 días, con una sutil delicadeza, bien intimista, bien dirigida por el catalán Cesc Gay (“Una pistola en cada mano”, “En la ciudad”), se centra en los momentos que van viviendo estos dos amigos, muy bien interpretados y que gozan de un buen guión (Tomàs Aragay y Cesc Gay). Una historia que te enseña a ser valiente, a enfrentarte a las distintas situaciones por más difíciles que sean, a valorar lo que tenes, el amor incondicional y con un mensaje esperanzador.

Estos dos actores juntos traspasan la pantalla, tienen mucha ternura y una gran química, se destacan en cada mirada, gesto, expresión, diálogos, son naturales y sus interpretaciones son soberbias. Llena de situaciones hilarantes y conmovedoras, humor negro, con buenos planteos, que te dejan pensando, para reflexionar y toca un tema difícil: la muerte digna. Es hermoso ver esta amistad entre dos hombres y ese amor incondicional.

Una cinta muy bien construida, muy humana, que toca varios temas, entre ellos está el de las perdidas, los reencuentros, la lucha, la vida, los afectos, la despedida, entre otros y a lo largo de su desarrollo es casi inevitable que no llores, pero ojo no apela al golpe bajo, además tiene toques de romanticismo, vuelve a brillar Dolores Fonzi como contenedora y la que intenta poner los límites. Cuenta con una maravillosa fotografía y la música acompaña acertadamente.