Transfomers: El último caballero

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Siempre me costó encontrarle la vuelta a la saga Transformers. Amo a Michael Bay y admiro su manera de encarar el cine de acción. Desde ya. Sin embargo, creo que cuando de Autobots se trata, el hombre piensa demasiado en la taquilla y los juguetes y poco, realmente poco, en el guión.
Y eso que tiene a una audiencia predispuesta a formar parte de ese universo. Pero esta "The Last Knight", repite los mismos errores de la entrega anterior: es extensa, intrincada y apuesta a la espectacularidad como elemento central, dejando de lado toda coherencia narrativa y caracterización de sus personajes.
Las primeras imágenes nos llevan al medievo, donde Merlín (Stanley Tucci) pide ayuda a un Dios Transformer (?) para que sus soldados no sean aniquilados en batalla. La colaboración llega en forma de cetro y ese es el punto de partida de lo que será el elemento de búsqueda de malos y buenos a lo largo del film, muchos años más adelante y en la actualidad.
Al parecer los Transformers existían desde tiempos inmemoriales y custodian la seguridad del planeta, a su manera... Volviendo al presente, arranca la historia con Cade (Mark Wahlberg), fugitivo, quien sigue intentando ocultar a los Autobots en una etapa global donde ellos están perseguidos.
El mundo los culpa por una serie de eventos extraños que están teniendo lugar (los cuales, les anticipo no serán todos resueltos en esta entrega), y quiere tenerlos confinados bajo su control. Dentro de la resistencia en el terreno, conoceremos pronto a Izabella (Isabela Moner, de lo mejor de la cinta), una niña de 12 años huérfana y especializada en reparar transformers que será la primera adquisición del equipo de Cade.
Juntos irán develando como desentrañar lo que sucede cuando los malos se organizan y vienen por ellos con clara intención de completar lo que hace 4 cintas intentan: destruir el mundo. Optimus Prime está para esto en el espacio, tratando de retornar a su mundo, cuando da con una entidad maligna que le cambia el chip (o algo asi ) y le asigna la tarea de exterminar la Tierra.
Se que parece confuso pero la narración se arma así. Es más, terminó la peli y tuve que charlarla con colegas para repasar sus puntos de narración porque de a ratos tantos polígonos y explosiones me hicieron perder el hilo de la historia.
Y encima la vi en 3D. Más tarde aparecerá un antiguo gentleman, Sir Edmond Burton (Anthony Hopkins, una extraña presencia en un film de este tenor), quien disertará sobre la historia de gloria de los Transformers en nuestro planeta, el cetro que controla todo, una extraña pulsera que se le pega a Cade, introducirá a una descendiente directa de Merlín (Vivian, jugada por Laura Haddock) y alguna cosa más que ahora no recuerdo. Y luego, más combates, explosiones, destrucción masiva a campo traviesa, aviones, equipos tácticos, robots varios y mucho, mucho más...
El estado confusional del guión (Art Marcum, Matt Holloway y Ken Nolan, quienes claramente fallaron el camino) es tal que cuando la historia entra en su climax, ya no entendemos bien que es lo mejor que podría pasar.
Sobre todo cuando percibimos que la intención de Michael Bay es rodar dos secuelas más a partir de este nuevo punto de partida.
Si son fans acerrimo de la saga, puede que les guste el despliegue y los nuevos personajes (el rol de Vivian no se parece demasiado a Megan Fox, dicho sea de paso?) quizás puedas pasar un buen momento. Si buscás una historia que entretenga, directa, intensa y bien contada, esta no será tu cinta en estos días.
Más allá de eso siempre digo que a las Transformers hay que experimentarlas exclusivamente en pantalla grande. Y sostengo esto porque la entrega anterior la vi en Blurray y me dormí siempre a la hora y media. Este tipo de pelis siempre pide sala, no hay otra manera de conectar con lo que ofrece.