Todo queda en familia

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

La aventura del adulterio

El matrimonio es como un país que tiene las fronteras cerradas en el que las partes involucradas, ya sea desde la imaginación o desde la acción, se someten a la aventura del adulterio para romper con ese encierro y para descubrir -fronteras hacia afuera- nuevas geografías. Esa aventura que viene acompañada del engaño afecta sin lugar a dudas a aquel que ha depositado la confianza en un amor incondicional, pero que con el paso del tiempo recibe la peor lección que reza que nada es para siempre.

Cruces amorosos, infidelidades, traiciones y matrimonios infelices son los ingredientes de este film de origen croata, Todo queda en familia, ganador del Globo de Cristal al Mejor director y el European Screen Label al Mejor film europeo del último festival de Karlovy Vary. La estructura coral planteada por los guionistas Rajko Grlic y Ante Tomic, el primero también director, se sumerge en el derrotero de dos parejas burguesas, cuyos hermanos, Nikola (Miki Manojlovic) y Braco (Bojan Navojec) acaban de enterrar a su padre, cuya reputación de mujeriego lo ha acompañado hasta la tumba. Ambos mantienen una relación atravesada por rivalidades, secretos y rencores mutuos.

Igual que su padre, intentan mantener siempre viva la llama del erotismo por lo que la infidelidad es moneda corriente para su ritmo de vida. Sin embargo, quien vive una doble vida es Nikola, de un pasar económico bastante holgado, que utiliza la complicidad de su hermano, distanciado de su esposa Marta (Ksenija Marinkovi?), en un pasado novia de Nikola. La mayor víctima es Ana María (Daria Lorenci), esposa del protagonista, quien recurre a la fecundación asistida para salvar un matrimonio que se derrumba por la falta de libido de su esposo, atribuida a su incipiente cáncer de próstata, al tiempo que busca no quedarse sola cuando Nikola se muera. Quien juega el rol de segunda, aquella amante postergada que debe contentarse con las migajas en la relación, es Latica (Nataša Dor?i?), profundamente enamorada de Nikola y a la espera de que éste abandone a su esposa definitivamente luego de 5 años de continuos altibajos con su amante.

Así las cosas y con un tono lacónico en el que apuntes humorísticos acompañan un relato que bordea con el melodrama, en una ciudad tan impersonal como Zagreb, Todo queda en familia avanza a paso lento por las relaciones de pareja que se resquebrajan con el transcurrir del tiempo y reflexiona desde cierta distancia y colmada de melancolía sobre la infidelidad, la imaginación en las aventuras del adulterio, pero muestra de manera descarnada una de las formas más crueles del engaño: la traición al ser amado.